A punto de ser tomada la fortaleza, sorprendió a todos que los defensores dejaran de arrojar proyectiles y de concentrarse en proteger la entrada principal. El ejército atacante se acercó con sigilo, suspicaz ante una posible celada. Cuando el silencio y la inactividad se prolongaron mucho tiempo, se acercaron a la puerta principal. Allí vieron aquellas extrañas figuras, retorcidas e incomprensibles, pero con vagas formas que recordaban algo horrible. No supieron decidir si eran demonios protectores de la ciudad o la decoración de una civilización remota, o, como alguien planteó, los restos de cuantos quisieron tomar la ciudadela con anterioridad, mostrados al mundo en señal de aviso. Contra todo pronóstico, las tropas atacantes no supieron qué hacer. Poco a poco ya no supieron qué hacían allí. Poco a poco los días se fueron sucediendo. Poco a poco, la puerta se fue llenando de más y más formas que nadie llegó a reconocer.
domingo, 27 de enero de 2008
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3 comentarios:
Uauuuuuu, me encantan las puertas barrocas!!!!. Me rechifla la foto, ese forjado de extrañas y artísticas formas tiene un puntazo. Ahora bien, no concuerdo con que sean extrañas y retorcidas, aunque lo sean, me parecen de lo más armónicas. Es más, cuando me compre el castillo ese que tengo en proyecto, copiaré el forjado de esa maravillosa puerta, para la mía. Por cierto, también tengo debilidad por las ventanas enrejadas, a ver si publicas alguna (si me gusta también la aprovecharé para mi castillo). Bicos.
Hallarse ante semejante puerta y no saber qué hacer es todo uno:Retroceder por lo que imponen tales formas extrañas y retorcidas y no dan animo para seguir pues no parece que den la bienvenida.O por el contrario el peligro está fuera y una vez traspases la puerta descubres secretos bien guardados y protegidos de todo mal.Yo creo que entraria y arriesgaria.M.T.
Ya veo que los peligros no os arredran. ¡Qué bueno! Con luchadoras así, ¿qué ejército perdería?
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