domingo, 10 de noviembre de 2013

HOMENAJE AL MAESTRO












(Pincha en las imágenes para verlas en grande)




A María Morado, maestra

Aunque no deja de ser una modesta ciudad interior de provincias, Palencia resulta singular por varios motivos. Uno de ellos —y no el menor— es que se trata de una ciudad con muchísimas esculturas que poder admirar en la calle o en los parques. Otro, que es la única ciudad que conozco que ha erigido un grupo escultórico a una figura capital de la civilización de todos los tiempos: el maestro.

Yo siempre he distinguido entre profesores de primaria y maestros, aunque la denominación oficial habla de “cuerpo de Maestros”. Pero, para lo que viene al caso, se refiere a ese profesor que nos recoge en los albores de nuestra existencia y comienza a desvelarnos los secretos de la existencia. Para ello, usa de la palabra, de los gestos, de la ternura, de la seriedad, del ejemplo. Con ellos, instruye, moldea, educa, re-crea y crea. Y también, si de maestría se habla, abre ventanas, señala caminos, sugiere horizontes.

Hoy viven malos tiempos. Todos los profesores los vivimos. Ya están explicados los porqués. Demasiado se ha dicho y escrito en los últimos e infaustos años. No conviene desgañitarse más con quien no sabrá ni querrá escucharnos. En esta época en la que uno de los pilares de cualquier sociedad resulta vejada, despreciada y relegada, conviene acaso hablar menos y sentir más, pues ciertos sentimientos son a veces poderosos motores de despegue y de tránsito.

El que arriba se muestra es uno de ellos, y fue erigido en 2003, hace ahora 10 años. Se trata de dos figuras en bronce, colocadas una enfrente de la otra, sobre un basamento de granito blanco. Una niña de unos diez años, con coletas, sentada en el suelo, con las piernas cruzadas al modo indio y las manos apoyadas en la barbilla, escucha arrobada lo que un maestro de unos cuarenta lee en un libro sentado en un prisma cuadrangular. La escena no puede ser más conmovedora en su simplicidad. Los dos únicos protagonistas del proceso de la enseñanza (también de la educación, inevitablemente): el que sabe —que transmite con entusiasmo —y el que no sabe —que apura con unción lo que recibe —, ambos unidos en un espacio singular y por un vínculo de poder incalculable. El maestro, la niña, el aula, la palabra. La fascinación que alguien puede ejercer con su voz a quien tiene todo por delante.

El autor de la obra, Rafael Cordero, supo encontrar los menores elementos posibles con que narrar ese milagro: que alguien hable o lea, y alguien escuche y se beba ese discurso. Seguro que en su infancia tuvo la suerte de contar con alguien así para alimentar su mente cuando más hambre mostraba. Se encuentra en la Plaza de la Inmaculada, frente a la catedral de Palencia.

Homenaje al Maestro (Palencia, Castilla y León, España)
Marzo, 2011 ----- Nikon d300

jueves, 7 de noviembre de 2013

¿QUIÉN RESUELVE EL PROBLEMA?


En la ciudad francesa de Pau, mientras caminaba por uno de los barrios menos céntricos, me encontré con un escaparate curioso. En él se exhibían unos cuantos trofeos (copas, sobre todo, alguna medalla, alguno de forma apropiada sobre lo que se trataba). Los ventanales, la limpieza y la apariencia eran cualquier cosa, menos agradable o glamurosa; es más, si tuviera que calificar aquel local, diría que era algo más bien desarreglado y con poco cuidado.

Pero, en mitad de todos esos trofeos, había un tablero de ajedrez, con varias de sus piezas colocadas encima, y alguna que otra, desordenadas, fuera. Sobre el tablero, un cartel, que en traducción personal decía lo siguiente: “¿Cuál es el único movimiento de las blancas que NO hace mate?” De modo que lo que en aquel escaparate de un club de ajedrez de barrio de la ciudad de Pau, al sur de Francia, era un problema de ajedrez, a cuya resolución se invitaba al viandante o al curioso que hasta allí se acercara. Hay que remarcar que la palabra “pas” (la partícula negativa en lengua francesa) se encontraba en un tamaño muy superior al de las otras palabras, que también usaban la mayúscula.

Admito que allí mismo, no le presté mucha atención, pues llevaba ganas de ver otra cosa para la que sí tenía algo de prisa. Pero ahora, recalando en la imagen que arriba se muestra, he intentado resolverlo, y pese a su complicado análisis, creo haber dado con la única solución posible, aquella que reclama el cartel.

Se ha de tener en cuenta que la posición de las piezas es harto improbable, pero legal. Es una típica posición de problema, efectuada ad hoc. Pero las blancas mueven como siempre hacia arriba de la imagen, y las negras hacia abajo. El rey negro, rodeado en el centro de amenazas por todos lados, es el que lleva el bastoncito blanco sobre su cabeza. Y el rey blanco, arriba a la derecha, tuvo que llevar el suyo, pero carece de él, por habérsele roto seguramente. Las damas no intervienen en el problema. A buscar la solución del enigma también animo yo a quienes esto lean, y si en una semana nadie lo consigue, la comunicaré el día 15 del mes corriente. Veamos si hay alguien que lo logra.

Escaparate de un club de ajedrez en Pau (Pyrénées Atlantiques, Aquitania, Francia)
Julio 2011 ----- Nikon d300

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