viernes, 5 de octubre de 2018

LA UTILIDAD DE LA ÉTICA, SEGÚN ADELA CORTINA


Acabo de leer un libro estupendo de una de mis autoras preferidas, Adela Cortina, titulado ¿Para qué sirve realmente…? La ética, publicado en Paidós en 2013, pero que ya va por la 8ª reimpresión. En él, la famosa catedrática expone lo mejor de sus ideas, haciendo un especial esfuerzo por hacernos entender por qué debemos ser más éticos para vivir mejor. Lo hace a través de 9 capítulos relativamente breves, al término de los cuales tiene la deferencia de condensar en muy pocas líneas la utilidad comentada en dicho capítulo. Lo que yo haré a continuación es copiar literalmente esas nueve justificaciones, con la improbable pero ilusionante expectativa de que a alguien le entraran ganas de leerse el libro después. Ahí van:
  1. [La ética sirve] Para abaratar costes en dinero y sufrimiento en todo aquello que depende de nosotros e invertirlo en lo que vale la pena, sabiendo priorizar
  2. Para intentar forjarse un buen carácter que aumenta la probabilidad de ser felices y justos, al ayudar a estimar los mejores valores y optar por ellos
  3. Para recordar que los seres humanos necesitamos ser cuidados para sobrevivir y que estamos hechos para cuidad de los cercanos, pero también para recordar que tenemos la capacidad de llegar hasta los lejanos, creando vecindarios nuevos. Para eso hace falta no sólo poder, sino también querer hacerlo
  4. Para recordar que es más prudente cooperar que buscar el máximo beneficio individual, caiga quien caiga, buscar aliados más que enemigos. Y que esto vale para las personas, para las organizaciones, para los pueblos y los países. Que el apoyo mutuo es más inteligente que intentar desalojar a los presuntos competidores en la lucha por la vida. Generar enemigos es suicida
  5. Para ser protagonista de la propia vida, autora del guión de la propia biografía, para construir con otros la vida compartida, sin permitir que nos la hagan. Para realizar un sueño, el de una sociedad sin dominación en que todos podamos mirarnos a los ojos sin tener que bajarlos para conseguir lo que es nuestro derecho.
  6. Para aprender a degustar lo que es valioso por sí mismo, para escuchar el vínculo con todos aquellos que son dignos de respeto y compasión
  7. Para no confundir “democracia” con “mediocridad”, lo que supondría el mejor camino para asegurar el rotundo fracaso de cualquier sociedad que se pretenda democrática; y para que una educación alérgica a la exclusión no multiplique el número de mediocres, sino que cultive y universalice la excelencia
  8. Para ayudar a construir una democracia más auténtica, que sea gobierno efectivo del pueblo
  9. Para aprender a apostar por una vida feliz, por una vida buena, que integra como un sobreentendido las exigencias de la justicia y abre el camino a la esperanza

 De nada.

1 comentario:

la cocina de frabisa dijo...

Es fantástico, yo lo suscribo, lo complicado es llevarlo a cabo, seguro que ella patina en muchos de esos puntos, así somos los seres humanos, patinadores y repetidores de errores.

Igualmente, gracias, me gustó leerlo.

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