jueves, 25 de octubre de 2018

EL PADRE DE NEMO ESTÁ TRISTE


Este padre de un pez payaso, sigue pensando en su retoño. Pero, al contrario de lo que imaginaríamos si recordamos el exitoso filme de 2003, no se atreve a salir de la seguridad de su anémona de mar, ni de su acantilado. Es un padre cobarde. Hace tiempo, no se habría comportado de esa manera. Pero ahora, el miedo lo atenaza. La causa es que desde que se estrenó la película en 2003, se capturó una cantidad intolerable de ejemplares de su especie; hasta el punto de que muchas asociaciones animalistas pusieron el grito en el cielo. Lo hicieron para proteger a una especie que podría quedar amenazada por el doble efecto de una belleza estética indudable, y del efecto colateral -pernicioso- de la publicidad generada por una película que en modo alguno llegó a pensar en las consecuencias derivadas de su éxito. El padre de Nemo está triste, no cabe duda. Su gesto lo indica bien a las claras. No sabe qué hacer, y lo peor es que no podrá hacer nada.

Acuario de Génova (Liguria, Italia)
Julio, 2016 ----- Panasonic Lumix G6

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