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miércoles, 18 de mayo de 2011

EL ÁNGEL NECESARIO (PACO CAPARRÓS)

martes, 14 de septiembre de 2010

viernes, 20 de agosto de 2010

GÓTICA POLICROMÍA

viernes, 16 de julio de 2010

PINTANDO A CONTRALUZ

domingo, 20 de diciembre de 2009

MARIDAJE DE PINCELES

domingo, 10 de mayo de 2009

lunes, 4 de mayo de 2009

miércoles, 18 de marzo de 2009

GENIO REDUCIDO A BRONCE

lunes, 16 de febrero de 2009

martes, 3 de junio de 2008

Arte biológico


De siempre había leído que un liquen era la simbiosis de un alga y un hongo, pero cuando me lo dijeron la primera vez no me enteré de nada, pues no sabía ni lo que era una cosa ni otra, y mucho menos algo surgido de la unión de ambos. Más adelante, cuando ya indagué por mi cuenta, no fui capaz de reconocer en aquellas manchas rastro alguno de vida. Pero ya quedé fascinado por las azarosas formas que dibujaban unos mapas cromáticos sorprendentes y diversos, de una belleza inquietante. Pronto acudí al arte abstracto para intentar hallar una similitud que se le acercara en propósitos o en hallazgos. El arte abstracto contemporáneo se rige por líneas y contornos azarosos e imprevistos, y tan inquietantes como las que parecen guiar a los líquenes que crecen sobre las rocas. Si uno se acerca, sigue costando reconocer vida en ellos, pero es claro que la hay. De ella da testimonio la viveza de esos colores tan intensos. Su tacto, rugoso, no resulta demasiado atrayente, hasta tal punto de que parecen semejar partes de la roca donde se asientan, como si en vez de al reino vegetal, se trocaran en representantes del mineral. Su planteamiento abstracto mueve a pensar que una inteligencia artística los dota de cuerpos móviles a voluntad, para asemejarse al arte abstracto; o bien que es éste quien imita a la naturaleza, contradiciendo al clásico. En cualquier caso, su carácter hipnótico aún me induce a seguir su rastro cada poco, y a embeberme de sus tonos, cambiantes con la luz, cada vez que salgo al aire libre.

lunes, 28 de abril de 2008

Con un gran genio


-Pero míralo ahí, ¡qué chulería se gastaba, el cabrón!
-Pues claro, hijo, claro, ¡porque pudo! No como otros...
-Pero ¿qué va a poder? Tía, si no era más que un farsante...
-Claro, por eso está considerado uno de los genios del arte del siglo XX.
-Mira qué cosas. Como si eso fuera una prueba de algo.
-Pues ahí tienes su impresionante obra, para que hable por él.
-¿Su obra? Menudas mamarrachadas pintaba el gachó. Mucha paja mental, te lo digo yo. Y de las otras, que algo me contaron por ahí.
-Lo que está claro es que no tienes ni idea de Arte, hijo. Tienes la sensibilidad atrofiada, como casi todo.
-¿Pero tú crees que lo de este pavo era normal? Además de medio marica reprimido, no pintaba más que chorradas (sueños, decía él, ¡JA!). Y se hacía el payaso para sacar más pasta gansa. Pero si hasta resultó que eras facha, joder.
-Y aun suponiendo que todo eso fuera verdad, ¿invalida eso sus pinturas, sus esculturas, todo su arte?
-Pero ¿qué arte ni parte? Tú es que llamas arte a cualquier cosa, tía. Mucha revista del corazón y mucha moda es lo que tienes tú a cuestas; y también mucha mamonada floja.
-Y fue a hablar el que no ha visitado un museo en su vida, y el que sólo lee el Marca, ¡y sólo la parte del fútbol!
-Pues a mucha honra, tía, ¿qué pasa? Lo he visto en la tele, y en esos sitios no hay más que garabatos sin valor. Y además, ¿no me vas a comparar al pichafloja ése con el Barça?
-Anda, que... Y ahora, ¿quién es el chulo, eh? ¿Quién?
-Pues yo, aquí, el menda. Con un par.
-O sea, que el genio eres tú, vamos, y el otro un impostor.
-Esooooo. Menos mal que lo has entendido, churri. Ayyyy, qué lista es mi nena. Al fin te das cuenta de quién de los dos entiende de las cosas. Menos mal que hablando siempre acabas entrando en razón. Y es que el que razona, razona.

viernes, 7 de marzo de 2008

Alto en el camino


Al llegar a la ciudad, el maestro y su discípulo se detuvieron unas horas a reponer fuerzas y a admirar el empuje de la piedra elevándose hacia lo alto de aquella forma tan imponente. Todo lo que veían era nuevo para ellos. Todo lo que sus ojos contemplaban era una nueva maravilla que contemplar, admirar; o dibujar. Porque aquel anciano tocaba la flauta, pero sobre todo dibujaba. Su discípulo le miraba atento cómo iba plasmando, a lo largo de la ruta que venían siguiendo, tantos y tantos momentos, edificios, lugares, rostros. En aquel momento, ante la esbelta fachada, el anciano dibujaba las vidrieras, imaginando cómo sería su color por dentro, pero el chico se percató de que al poco que las pintaba, desaparecían del papel, y que de nuevo las manos del viejo comenzaban a dibujar sobre el blanco inmaculado de aquella hoja. Así estuvieron casi una hora: uno, dibujando, otro, observando y aprendiendo, ocultando con silencio todo su asombro. Hasta que le dio por mirar al suelo. A sus pies se encontraban, afiligranados, los múltiples tonos de las vidrieras que el maestro había ido trazando. Se agachó y tocó aquellos colores de papel, hilados por la capacidad compositiva de quien lo ha visto todo, y puede condensarlo en pocos trazos. Los acariciaba, pero mientras lo hacía, lo que sintieron sus dedos no fueron serpentinas de papel, sino el tacto frío de las antiguas celdillas de vidrio, que, al contacto, llenaron de color su joven corazón.

sábado, 1 de marzo de 2008

El color sobre lo gris


Un día horrible: lluvioso, oscuro, con viento. La compañía, maravillosa, pero sin capacidad para levantar la moral que la climatología sumió en el desconsuelo. Con todo, la voluntad firme de conocer la obra que un personaje loco había concebido para un lugar inusual. Los paraguas apenas sostenían el ímpetu de los elementos, pero la decisión estaba tomada.
Al final, llegamos al extremo del puerto, y ante nosotros, los bloques pintados contra
la lógica, contra corriente, contra natura. Los ojos no pudieron sino concebir un sueño dulce, recordar los juegos inagotables de los niños. La amplia gama de colores nos inundó por completo, las formas recuperaron nuestra niñez, y nuestro ánimo olvidó todo lo demás.
Seguía lloviendo, el viento nos oponía su persistencia, pero nuestras sonrisas bobas y ensimismadas dibujaron un sol interior que lo abrillantó todo y que transformó por completo aquel día. El día en que conocimos otra posibilidad más de que el Arte
surgiera de nuevo desde las profundidades de la nada, de que el color brotara desde el más profundo e inútil gris.

lunes, 25 de febrero de 2008

Expresionismo arbóreo


Pollock es la vida, es el pulso de una savia que brota, sangra y a veces muere. Pollock es un universo de texturas que se solapan, que empastan su esencia, que velan lo que muestran. Pollock es color sin forma, forma con color, imaginación sin realidad, realidad sin imitación.
Un pino resinero juega a ser Pollock. Acaso éste soñara con él.

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