domingo, 13 de enero de 2008

Juego, felicidad


Los gestos más puros son de quienes no nos miran, de quienes no se sienten observados. De entre ellos, los de los niños son los más sinceros, los más naturales, los más dignos de admiración.
Contemplar las evoluciones de un grupo de niños mientras juega es una gozada para los sentidos, en el más puro, estético (y humorístico) sentido del término.
Esta instántánea no fue, en cambio, tomada por mí, sino por otra persona que comparte mis gustos y algunas de mis principales aficiones, y que atiende por Isabel Fraga. El mérito es, pues, suyo. Yo sólo resalté un poco el resultado final.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Soy María, la nenita del pelo rubio, sí, la que te está mirando. Tenía que estar en la fila como los otros niños, pero no tuve más remedio que agacharme a ver lo que hacías. No parabas de moverte con la cámara y de pronto, te perdí de vista. La verdad es que me lo pasé chupi esa tarde, fue muy divertido, jugamos mucho y después, mi mami me compró un helado. Me gustó ver la foto que me hiciste, se la voy a enseñar a mis compis. Besito

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