miércoles, 16 de enero de 2008

Museos, libros


Los museos y los libros no deberían ser realidades desconectadas, sino que deberían ser complementarias: que los primeros se apoyen en los segundos para crecer y estimular; que los segundos beban de los primeros para ofrecer nuevas perspectivas.
Cabe conjeturar que el museo ideal fuera aquel que mostrara una forma de libro abierto y cuyo contenido no le fuera a la zaga (como a menudo sucede). Puestos a pedir, sería bueno que hubiera dos versiones, una en blanco y negro, para
estetas puristas y otra en color, para estetas realistas. Eso sí, una al lado de la otra, no demasiado lejos, para poder escoger con libertad.

2 comentarios:

la cocina de frabisa dijo...

Magnífica metáfora. Un Museo que imagina un libro. Ambos me fascinan y la recreación visual me transporta a momentos intensos y deliciosos. Lo clásico y lo contemporáneo se conjugan en una misma imagen, una pareja ideal para surcar los caminos de nuestro intelecto.

Mármara dijo...

Un acierto grande, combinar fotografía y palabra. Un doble placer para quienes te seguimos.

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