-Que sí, tío, que vamos detrás de Gaspar
-¿Otra vez? Joé, como el año pasado.
-Noooo. Como hace dos
-Es igual, ¿qué más da?
-Bueno, en realidad...
-Tú, calla, que con el peta ése ya tienes bastante
-Bueno, vale...
-El caso es que este año es la última vez, lo juro
-Anda, no digas bobadas, qué va a ser la última vez, si tu madre es concejala
-Mira que...
-Y calla, que voy por la cuarta pantalla y es mi récord
-Joé, no hay derecho, estoy hasta el pífano de tanta gilipollez
-¿Hasta dónde, dices?
-Mira, déjalo, anda, y acaba de una vez, que, a este paso, nos llega antes el costo que encargamos al Charli en Ceuta
-Costo, costo... ¡Qué ceporros sois! Ya veréis, ya, cuando me traigan la Wii de Nintendo
-Mira que...
-Y calla, que voy por la cuarta pantalla y es mi récord
-Joé, no hay derecho, estoy hasta el pífano de tanta gilipollez
-¿Hasta dónde, dices?
-Mira, déjalo, anda, y acaba de una vez, que, a este paso, nos llega antes el costo que encargamos al Charli en Ceuta
-Costo, costo... ¡Qué ceporros sois! Ya veréis, ya, cuando me traigan la Wii de Nintendo
4 comentarios:
Me gusta la foto aunque el de la izquierda con la DS me recuerda sospechosamente a Harry Potter. Hablando de la Wii, es adictiva... y eso que a mi esto de las consolas no es que me acabe de llamar.
¿Eso es en el parque de Avilés?
¡Qué foto más curiosa! si es que ultimamente la gente (y yo jaja) está con el mono de las consolas y no para, yo se la robo a mi hermana de vez en cuando con la excusa de que soy pelín cegata y por eso juego al "Training for your eyes", aunque mi vista no mejora sino que empeora...pues paso un buen rato.
Me encanta la foto. Me gustan los trajes de época, así que inicialmente ese ya es un punto, suma la complicidad y el buen rollo que transmiten. Chula, sí señor, me gusta. El comentario muy a propósito, podría ser real a poco que imaginemos.
Los chiquillos están en el Retiro, en Madrid. Aguardan su salida en la cabalgata de Reyes de hace dos o tres años. Van vestidos con atavíos del XVIII. En sus manos portan unos pífanos, así que es verosímil pensar que acaso lo toquen, acaso con tino, acaso con desgana; tal vez sólo fueran elementos de atrezzo y que en su vida hubieran tocado más que la flauta dulce en el colegio. Pero, entre tanto, la consola convertía la realidad, las hipótesis y la tarea que realizar en algo muy abstracto, algo muy lejano, en comparación con lograr alcanzar la siguiente etapa del juego con que se solazan por turnos.
Publicar un comentario