viernes, 25 de enero de 2008

Combate de piedra


En el mundo de los dos soles, los dos monstruos se divisaron a lo lejos, tras haberse buscado durante meses, años, siglos. Al fin estaban el uno frente al otro. Pero, ahora que podían dar rienda suelta a sus instintos tanto tiempo postergados, se sentían de repente paralizados. El cansancio de tanto tiempo en busca uno del otro (en un mundo sin noche, en permanente vigilia) había mellado sus fuerzas, tan amenazantes antaño. En ese momento, cuando la sed de venganza tanto tiempo porstergada debía haberse erigido como el sentimiento único, y ser consumada sin paliativo alguno, los dos monstruos apenas pudieron moverse, como si los siglos les pesaran, como si todo cuanto habían planeado fuera sólo un sueño. Con un esfuerzo sobrenatural, por encima de sus posibilidades, aún pudieron arrastrarse durante un buen rato, hasta quedar casi juntos. Viendo al contrario tan derrotado como lo estaba el otro, la venganza fue dando paso a la sorpresa, y ésta a la compasión, hasta que sus cuerpos fueron perdiendo la poca elasticidad que ya poseían, y la roca fue penetrando en sus músculos y en sus huesos, poco a poco, sin ruido alguno, hasta dejarlos enfrentados para siempre, como lo habían estado toda su dilatada vida, pero condenados a verse durante toda la eternidad de la piedra en que se acabaron convirtiendo. En lo alto, los dos soles seguían alumbrando, impasibles a todo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

El combate fue, sin duda, desigual. Claramente se percibe el dominante y el dominado. También parece que aceptado por ambos. Orgulloso uno; resignado el otro. Como la vida misma.
Enhorabuena. Una muestra más de tu talento. María M.

Mármara dijo...

"Solaris", Stanislav Lem. Ahí me han transportado la foto y el texto, a pesar de que el suyo sea un mundo en perpetuo cambio y en el tuyo, como en el nuestro, las rivalidades tengan el poder de petrificarnos.

Anónimo dijo...

Dos amantes destinados a mirarse frente a frente y no tocarse a traves del tiempo, con una unica esperanza al igual que tu decias en tu foto de estatuas el tiempo es tenaz y erosiona y algun fragmento de los amantes consiga unirse para disfrutar de una eternidad caduca por supuesto.Por fin llegará la noche.M.T.

Ana Vázquez dijo...

Muchas veces he imaginado escenas parecidas en rocas o en las nubes y me parece muy interesante dejar volar la imaginación para ver formas o figuras que nos den inspiración para una historia. Muy buena la foto y el texto.

Eduardo Arias dijo...

La imaginación es lo que nos salva, también la alusión a los mundos que nos son propios, a los recuerdos que cualquier cosa nos pueda suscitar. Para eso componemos, escribimos, pintamos, fotografiamos, esculpimos, creamos.
Para eso y para muchas cosas más. Entre otras, que alguien lo vea y sueñe, también. Y que nos lo diga.
Gracias por decirlo.

la cocina de frabisa dijo...

El acercamiento, después de siglos postergado, ha llegado. Por fin, cara a cara, pero uno ha llegado con más fuerza que el otro, con más predominancia y ahora, ambos se preguntan si tanto esfuerzo, merece la pena. Originalísima foto, capricho de la naturaleza pero con mucho juego para la interpretación. Fantástico el detalle del sol.

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