Subí muchas veces esa escalera de pequeño, cuando me mandabas ir al desván a que descubriera por mí mismo que había mundos extraños que se podían juntar en un lugar lleno de polvo. Cuando te fuiste para siempre, mi memoria te recordaba en cada aspecto positivo que la vida me fue dando. También bajé en muchas ocasiones esos peldaños, cuando iba a la escuela, cargado con la mochila que me habías comprado al principio del curso, cuando ya no tenía esperanza de que lo hicieras; o cuando trasladamos la antigua biblioteca al salón que habilitamos tras tirar el maldito tabique. Subimos y bajamos ambos muchas veces esas escaleras. Ahora sólo se puede contemplar con la mirada la devastación que el tiempo ha llevado en lo que fue nuestra casa. Dos líneas quebradas oblicuas sobre la horizontal del suelo, unos colores sucios y terrosos que tienen más que ver con el tiempo y la memoria que con cualquier realidad presente. Unas manchas en zigzag que servirán para pintar tu rostro con la mente, ayudado por mi recuerdo. Porque, si me esfuerzo, sabría reconocer en todas esas grietas cada una de tus hermosas arrugas, y tus blancos dientes en la sombra de esos peldaños desnudos.
sábado, 10 de mayo de 2008
Escaleras al recuerdo
Etiquetas:
Arquitectura,
composición,
Educación,
familia,
Tiempo
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7 comentarios:
La foto recupera toda la vida que tuvo con la narración.
El relato me ha encantado, está llenito de sentimientos y rememora con claridad todo lo que la imagen supone para el protagonista.
Tengo que decirte que después de leerlo, he vuelto a la imagen y vi con claridad todas las situaciones que describes.
Muy, muy, muy bueno.
Un beso
Debo reconocer...
muchas veces al pasar delante de una obra de una casa derruida, de un pequeño bloque hecho cenizas, me han llamado enormemente la atención los restos de papel pintado que definían cada habitación. Antes, cuando el papel forraba cada pared, con diseños florales, geométricos que daban vida y carácter a cada estancia.
Las escaleras,a veces presentes, a veces desdibujadas en la pared, que como las tuyas hablaban de mil y una historias de las gentes que las habían subido y bajado mil y una veces.
Debo confesar,
que he disfrutado recordando.
La próxima vez llevaré una cámara
y el recuerdo ya no podrá escaparse.
Un post muy nostálgico y lleno de remembranza.
Menos mal que en nuestra mente y corazón, no podrán derribar los recuerdos, cual una casa vieja abandonada...
Besines:)
Aquí me has dado. Me has llevado a la casa en la que nací, y he vuelto a ver a mi padre subir las escaleras, con el periódico bajo el brazo, y a mis hermanos, haciendo carreras a ver quién llegaba antes. Y a mí misma bajándolas, cargada con los últimos libros que rescaté, para no volver a subirlas más.
Me gusta más cuando escribes así.
Leyendo tu relato,recuerdo también mi niñez, donde yo subia al desván
de mi casa y jugaba,fantaseaba.....
segun iba creciendo seguia siendo mi rincon para leer,escribir
dibujar y hacer el repaso diario de los momentos vividos.
A dia de hoy el desván y la casa
siguen existiendo y siempre qué puedo lo visito ,pues allí tengo mis cosas de niñez y juventud
cada vez qué las miro me traen recuerdos y no quiero sacarlos de allí perderian el encanto qué les
dá ese desván.
El relato es precioso, con mucho sentimiento ,trae recuerdos de la niñez y nostalgia por un ser querido(supongo, una madre ).M.T.
Me encantan las escaleras. Una vez, en mi juventud, descubrí una tras un muro, la habían tapiado. ¿Qué secretos debían contener?
La foto es preciosa, me gusta mucho y el texto también, es muy nostálgico, entrañable y bonito. Los desvanes siempre nos traen recuerdos de nuestra niñez, cosas que creíamos olvidadas...Como la foto está a trozos parece que habla de diferentes etapas de la vida. Un saludo, me ha gustado mucho. Gracias por tu comentario!
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