-Niñaaaa. Venga, a comeerrr.
-No, no, no y no. Ya os dije que no iba a comer nunca más.
-Venga, que como tenga que ir yo ahí, no te va a quedar culo con que sentarte.
-He dicho que no, que no y que no. Y además, voy a entrar en la despensa, y voy a abrir las bolsas de la harina y a mezclarla con el azúcar, y a abrir la tripa de los chorizos, pa'que le cague la mosca, y a echarle sal al jamón, pa'que bebáis mucho cuando lo comáis; y también voy a desparramar las alubias por el suelo, y así os caeréis cuando entréis.
-Pero qué jodía niña. ¿A quién habrá salido con esa maldad en el alma?
-A ti, abuela, que envenenaste al abuelo, para quedarte con su dinero.
-Pero, ¿qué dices, niña? ¿Cómo le contestas así a la abuela?
-Porque es verdad: me lo contó papá, antes de que le echarais de casa.
-Hay que ver cómo está de educada esta niña. Ya podrías ponerle más atención, que cualquier día te pega.
-Usted, métase en sus asuntos, que ya tiene bastante con lo suyo.
-Bueno, hija, bueno, no dije nada. Pero luego pasa lo que pasa.
-Venga, a comer se ha dicho, que ya está bien de tanta tontería.
-Nooooo. Y si me obligáis, llamaré a la tele para que me entrevisten, y les diré que me maltratáis, y así os meterán en la cárcel, como a la tía de Arancha. Ya veréis, ya.
-¡Qué bárbaro! Lo que nos faltaba. ¡Qué jodía niña!
-No, no, no y no. Ya os dije que no iba a comer nunca más.
-Venga, que como tenga que ir yo ahí, no te va a quedar culo con que sentarte.
-He dicho que no, que no y que no. Y además, voy a entrar en la despensa, y voy a abrir las bolsas de la harina y a mezclarla con el azúcar, y a abrir la tripa de los chorizos, pa'que le cague la mosca, y a echarle sal al jamón, pa'que bebáis mucho cuando lo comáis; y también voy a desparramar las alubias por el suelo, y así os caeréis cuando entréis.
-Pero qué jodía niña. ¿A quién habrá salido con esa maldad en el alma?
-A ti, abuela, que envenenaste al abuelo, para quedarte con su dinero.
-Pero, ¿qué dices, niña? ¿Cómo le contestas así a la abuela?
-Porque es verdad: me lo contó papá, antes de que le echarais de casa.
-Hay que ver cómo está de educada esta niña. Ya podrías ponerle más atención, que cualquier día te pega.
-Usted, métase en sus asuntos, que ya tiene bastante con lo suyo.
-Bueno, hija, bueno, no dije nada. Pero luego pasa lo que pasa.
-Venga, a comer se ha dicho, que ya está bien de tanta tontería.
-Nooooo. Y si me obligáis, llamaré a la tele para que me entrevisten, y les diré que me maltratáis, y así os meterán en la cárcel, como a la tía de Arancha. Ya veréis, ya.
-¡Qué bárbaro! Lo que nos faltaba. ¡Qué jodía niña!
5 comentarios:
Jolín, es que con ese plantel familiar, yo no se si comería :)
De todas formas, hay que ver eh?
Besicos
¡Jodía y maléfica niña!
Parece , qué la cosa es genetica...
pero femenina,envenenan al abuelo,echan al padre,su tia en la cárcel y la jodía niña respondona y chantajista,pero no hay nada mejor para quitar la tonteria qué una colleja a su debido tiempo igual se desvia la tradición familiar.M.T.
¡¡Jesús!!¿Existe esa ricura de nena?. Pues debe ser pariente de una señora que el otro día me hizo la confidencia de que iba a culpar a su ex marido de que la maltrataba, siendo mentira¡Menuda bruja!
Un abrazo
Ya tendrá hambre, ya...
Besos!
Se imponía un castigo ejemplar, ante tal desacato, pero, ¿quién se atreve?
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