Mucha gente critica que al lado de monumentos de gran tradición y, por ende, con muchos años de existencia, se coloquen otras obras, bien sea escultóricas o arquitectónicas, de reciente creación. Los argumentos no pueden ser más sectarios, prejuiciosos o carentes de todo rigor. Eso sí, su principal rasgo, además de la virulencia con que se expresan, es su carácter excluyente, de blanco y negro, sin ningún matiz de gris. El monumento antiguo es algo sagrado al que no se debe perturbar con nada nuevo que lo desvirtúe o le sustraiga su bien merecida atención. Las esculturas que se pudieran plantar en sus inmediaciones deberían, según esa postura, respetar la herencia bien arraigada y dejarse de innovaciones que siempre lo perturban todo.
Todo eso no son más que estupideces. Sean seniles o reaccionarias, que es peor.
El Arte de verdad debe tener su punto de transgresión, pero también ha de hundir sus raíces en el pasado. Quizá no se vean a primera vista, pero si se profundiza se hallarán, exudando admiración, aunque a simple vista nos parezca un exabrupto. Con todo, aunque fueran exabruptos provocadores, hay que conceder que el presente no es el mejor momento de valorar lo que tiene intención de perdurar en el futuro, y que lo creado hoy sólo mañana adquirirá su verdadera condición y calidad real.
Por eso, mientras aguardamos el veredicto del futuro, al presente sólo le deberíamos pedir que cohabite con el pasado superándolo, enmarcándolo, actualizándolo, renovándolo y ampliando nuestras mirada, para no ver sólo lo que siempre fue contemplado desde un único punto de vista.
Todo eso no son más que estupideces. Sean seniles o reaccionarias, que es peor.
El Arte de verdad debe tener su punto de transgresión, pero también ha de hundir sus raíces en el pasado. Quizá no se vean a primera vista, pero si se profundiza se hallarán, exudando admiración, aunque a simple vista nos parezca un exabrupto. Con todo, aunque fueran exabruptos provocadores, hay que conceder que el presente no es el mejor momento de valorar lo que tiene intención de perdurar en el futuro, y que lo creado hoy sólo mañana adquirirá su verdadera condición y calidad real.
Por eso, mientras aguardamos el veredicto del futuro, al presente sólo le deberíamos pedir que cohabite con el pasado superándolo, enmarcándolo, actualizándolo, renovándolo y ampliando nuestras mirada, para no ver sólo lo que siempre fue contemplado desde un único punto de vista.
5 comentarios:
Es cierto que estoy de acuerdo en el fondo y en la superficie de cuanto dices, un cierto toque de trasgresión provoca, estimula y la mayoría de las veces, enriquece.
También tengo que decirte que la foto es realmente bonita, una mezcla estética y armónica, agradable a la retina.
Pero lo más importante, es haber leído tus palabras, tan llenas de sapiencia, que me he quedado con la boca abierta e incluso creo que me ha caido un ligero hilo de baba.
Que dominio del Arte con mayúsculas. Fenomenal, gracias por compartir con nosotros tus conocimientos.
un beso
Totalmente de acuerdo. El arte no puede parar de evolucionar y la comparación a veces es adecuada. No siempre, claro.
Me gusta la foto por la posición del sol y las sombras que produce.
Un beso!
A mí me gustam mucho estos anacronismos.
Totalmente de acuerdo, el arte debe estar en constante estado de transformación. No puede quedarse estático, debe ir evolucionando y a la vez fusionándose...Sólo así podrá continuar enriqueciéndose.
Besines.
Quizás valoramos más lo antiguo pero, porqué ya tuvo digamos su maceración.En cambio el moderno,el innovador,nosotros lo vemos como hierros retorcidos, nudos raros etc carentes de significado.
Si, creo qué se debe aguardar el veredicto del futuro y entretanto qué convivan juntos.
Creo qué un buen ejemplo es la catedral de Justo Gallego construye un monumento en el qué se mezcla gótico,romanico...linea antigua ,sin embargo realizado con los mas modernos materiales todos aprovechables:plásticos,alambres ladrillos,gomas etc.M.T.
Publicar un comentario