domingo, 27 de abril de 2008

Nemini parco

A nadie respeto, es verdad. Siempre ha sido el reproche que me han arrojado quienes han alcanzado categoría social, fama, dineros. Pero, por contra, quienes padecieron en vida los rigores de la injusticia, la desigualdad y el abuso, sonreían en el último momento, sabedores de que sus opresores correrían igual suerte, a mi lado. Soy la gran igualadora, la única seguridad para todos, la temida por doquier. Mi condición me envuelve en un sudario permanente que tiene más de castigo que de poder. A nadie respeto, y a todos alcanzo. Todos me respetan, y nada ni nadie pueden contra mí. Mi alma podría resentirse, es verdad, aquejada de soledad o de rutina y monotonía; también, de inabarcable eternidad. Pero, no. Soy el ser más feliz que ha sido creado. Mi existencia -concédaseme el recurso poético- es plena, absoluta, incesante, llena de momentos cumbre y también de trabajo duro, que me impide pensar demasiado. Ahí tal vez radique la causa de mi éxito, de la felicidad permanente que me embarga: en mi carencia de tiempo, en mi escasez de pensamiento, en mi ausencia de vida.

7 comentarios:

Belén dijo...

Y a todos llega, por suerte...

Besicos

Sibyla dijo...

A la parca, a la muerte, más que embargada de un felicidad permanente,
yo la veo siempre hambrienta...devorando constantemente por doquier, y sintiéndose eternamente insatisfecha.

Menos mal que no hace distinciones, y como se suele decir: en eso todos corremos la misma suerte, no existen atajos ni sobornos...

Eduardo si me das tu permiso, me gustaría enlazar tu link.

Besines:)

la cocina de frabisa dijo...

Otra foto para ampliar y disfrutar despacio.
Un lujo de artesonado, una locura de colores regalados por la propia madera. En medio de la magnífica decoración aparece esculpida la figura de la muerte y tengo que decirte que me ha sorprendido porque es la primera vez que la veo en el artesonado de un techo.

Confieso mi debilidad por los techos artesonados, siempre me quedan demasiado altos para disfrutarlos en todas su magnitud, por tanto agradezco la foto que nos regalas.

Un beso

P.D. Vaya cámara y sobre todo, pedazo de objetivo tienes para conseguir tanta calidad y nitidez desde tanta distancia. A no ser, que seas como Gassol, lo que me doy a dudar con casi pleno convencimiento.

Perlita dijo...

¡A la dança mortal llegar los nasçidos...!Ya no sé si era esto del Marqués de Santillana, pero te diré que siempre he sentido atracción por todo esto de La Parca...
Que se sienta feliz por "su trabajo duro" en momentos cumbre y trabajo duro..¡Uff! Menos mal que le escasea el pensamiento y esperemos que no tenga felicidad de inmediato visitándonos pr aquí. No me apetece nada, nada , nada (elévalo a infinito).
¿Puedes decirme dónde he visto esa marquetería y grandioso artesonado? Te lo agradezco de antemano porque he estado allí...creo.
Un abrazo, Eduardo y gracias por tu felicitación.

Lyra06 dijo...

Me has recordado al Bárroco y a que tengo que estudiar latín... Ays... Pero bueno, todo lo relacionado con la muerte tiene un punto interesante e incluso morboso, así que me ha gustado. Un beso.

Anónimo dijo...

¡Ay qué pasada de fotografía,es preciosa!
Qué trabajo tan bonito y detallado

Cierto es qué a todos iguala ,ahí no hay categoria ni pobres ni ricos,a todos nos llama a su lado cuando se le antoja.Su existencia sí es absoluta e incesante y lo será mientras exista un corazón latiendo sobre la tierra.M.T.

Mármara dijo...

Me han encantado, la foto y el relato. Seguramente, el "arco" será magnífico, pero más lo es, sin duda, la habilidad del "indio".

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