lunes, 3 de marzo de 2008

Distinta preocupación


No sé por qué pasa de mí, por qué no me ve, si no paro de hacerle regalos (...sí, sí, tú vende, coño, que esa empresa está por bajar...), como por ejemplo en la fiesta de Andrea, el otro sábado, no paré de endulzarle la oreja (...que ya te dije que me lo notificó el contacto que tengo en Bruselas...), que si me encantaba su moto, que si la carrera del otro fin de semana había estado genial (...10.000 títulos, de momento... sí, joder, ¿no te lo acabo de decir?, que está cantado, sí...), pero el muy gili, igual que hace en clase, venga a tontear con la Cristinita de marras, que es que no la puedo soportar, con esa voz de pito (...venga, no te hagas el interesante conmigo, que tengo otras tres llamadas que hacer, tú, lo que te digo...), pero se va a enterar, porque esa pija no se va a llevar en un mes lo que a mí me ha costado curso y medio (...y también le dices a la chica que esta tarde en el hotel de siempre, pero que sólo dispondré de una hora...), antes le araño la cara, le destrozo el estuche, le pateo el móvil...

5 comentarios:

Belén dijo...

Buf, a veces los instintos asesinos están ahí latentes...

Pobre móvil...

Besicos

la cocina de frabisa dijo...

Es algo en lo que pienso a menudo cuando paseo, cuando estoy sentada en una terracita y veo pasar gente. Unos caminan más rápido, otros más despacio, unos van solos, otros acompañados, pero todos tienen su mundo particular, sus pensamientos propios y problemas que les agobian en mayor o menor medida.

Me ha gustado la visión que das en tu relato a la fotografía, estoy segura que no te alejas mucho de la realidad.

Buena composición de la foto, me gusta que esa adolescente tenga ese protagonismo que le has robado al ejecutivo agresivo, jajajjajaja. Besitos, guapo.

Anónimo dijo...

Distintas edades, distintos rompederos de cabeza pero como fondo siempre lo mismo:Intentar alcanzar nuestra meta pisando a quien se ponga por delante(menos mal qué somos racionales).M.T.

Mármara dijo...

La foto, fantástica; el contraste, al completo, logradísimo; el diálogo del ejecutivo, bueno, vale, acepto pulpo, pero el monólogo de la adolescente... Que no te digo yo que no se aproxime bastante a la realidad, pero que casi me apetecía otro tono, otra perpectiva, otra lectura...
(por pedir, más que nada).

Ana Vázquez dijo...

Muy bien el contraste del diálogo del ejecutivo y de la adolescente. Una caricatura genial de la realidad.

Besos.

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