Primero vinieron a nuestras tierras, arrasándolo todo. Al hallarnos, profanaron nuestras tumbas y separaron nuestros cuerpos, alejándonos entre sí, desordenando las procedencias, mezclando las estirpes. Luego, nos llevaron a salas frías donde hombres y mujeres de vestidos blancos y modales silenciosos nos observaron con impudicia, nos cortaron sin misericordia, nos incineraron por partes, nos deshicieron sin ninguna piedad. Por último, arrojaron nuestros huesos desparramados en cajas oscuras que reposan en sótanos polvorientos que nada poseen de sagrado. Nuestras tumbas ya no existen. Hoy nuestros huecos son sólo aljibes para el agua de lluvia, la escarcha y la luz del sol; también, para el polvo y la inmundicia. Ahora, nuestras tumbas son sólo huellas para que transiten otras huellas.
6 comentarios:
Huellas que escribirán la historia del futuro, contando nuestras odiseas, nuestras vidas (más o menos felices).
Huellas que nos permitirán mantenernos vivos en el recuerdo.
Así, se me hace un poco menos triste.
Lo que nos aguarda es la nada, el olvido.
Dejar de ser y existir es parte del proceso de la vida.
No es un tema agradable de afrontar, no solemos hablar de la muerte, suele ser un tema tabú porque el ser humano huye del dolor y la muerte es sinónimo de ello.
Vivamos, pues, disfrutemos sin olvidar que cada día es uno menos y cuando la nada se acerque, llevemos una maleta repleta de ricas experiencias y dejemos la mayor porción de cariño a los que queremos y no olvidemos decírselo antes de irnos.
Un beso, guapo.
Cuando algo nos lo propoponen por la fuerza, corremos el riesgo de perder la identidad, y eso me da mucho miedo...
Besicos
cuanta razón tienes, nadie respeta ya lo sagrado
besos
lágrimas de mar
Amén (o, así sea).
Huellas...las qué dejan en nuestro corazón familiares y amigos con los qué quisieras seguir compartiendo conversaciones,risas y a veces estupideces pero qué tanto echas de menos y nunca olvidarás porque de una manera u otra te dejan marcado y les recuerdas cada dia.M.T.
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