sábado, 9 de febrero de 2008

Inspiración


Apoyado en un banco contra un pajar, el joven caminante buscaba afanoso las palabras que le faltaban para acabar una canción que estaba componiendo. Mientras, rasgaba su guitarra con más mecánica que técnica, y con la mente más puesta en las rimas que en los acordes. Al rato, maldijo. Era normal, pensó, que en un pueblo tan horroroso, con las casas medio derruidas, sin apenas un alma, con más barro que hormigón, con más suciedad que líneas rectas, era normal que no pudiera inspirarse con la suficiente calidad. Así estuvo un par de horas. Hasta que pasó un campesino, que le hizo un ademán no tanto de indicación como de saludo, pero que con la mano dirigió su mirada hacia la calle más ancha. Y entonces contempló la conjunción sencilla y exacta de una farola antigua atravesada por un níveo contraluz, de la nitidez del primer plano y de la borrosidad del fondo, y del cromatismo terroso y uniforme del adobe. Se sonrió. Lamentó las maldiciones precedentes. Y la letra de la canción comenzó a surgir con fluidez y aliento, sin que nada la estorbase en su brotar.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Contemplando los atardeceres rojos y naranjas
extasiados… olvidamos el tiempo
entonces se encienden las farolas
avisándonos de la llegada de la noche
y protegiéndonos de sus tinieblas.

Anónimo dijo...

Creo qué no debemos maldecir nada de nuestro alrededor,tenemos qué saber apreciar todo lo qué nos rodea por insignificante o rutinario qué nos parezca:la farola de tu foto,un chorro de agua cayendonos en las manos,el sol de cada dia...etc .Todo es motivo de inspiración lo principal es nuestro estado de ánimo.M.T.

la cocina de frabisa dijo...

Buen encuadre. Sólo una farola y sin embargo tiene un protagonismo que nunca soñó tener. Hay miles, son un objeto común en cualquier ciudad, pero ésta se ve imperiosa, importante, rotunda. Aún así, el relato la supera, magnífica narración, buena construcción y desenlace. Oye, que estás afinando cada vez más en la escritura, bárbaro ehhh. Un beso

Ana Vázquez dijo...

Una farola, interesante objeto, aquí nos sirve de inspiración, es la luz de la inspiración.

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