lunes, 16 de enero de 2017

MI PALABRERÍO CANALLA (14)

ARREPENTIMIENTO: Sensación que se experimenta cuando, tras haber dado rienda suelta a los sentidos y al deseo, la moral nos agua la fiesta, planteando los pros y los contras de la misma; los poquísimos pros y los muchísimos contras, se entiende.
ARRIENDO: Cesión pactada del uso de algo propio a otra persona, a cambio del permiso para poder dominar, gritar y exigir de vez en cuando algo más que la cantidad de dinero estipulada.
ARRIESGAR: Apostar contra la hidra de la monotonía, aun a sabiendas de que dispone de siete cabezas y nosotros sólo de una (e insuficientemente aprovechada), y que las posibilidades de que ganemos son inciertas; pero, claro, eso es precisamente lo que es arriesgar. El premio a conseguir merece las más de las veces dicha jugada. Cuando el premio encima es irrisorio, no se habla de riesgo, se habla de estupidez, o de temeridad (v.).
ARROGANCIA: Altanería de quienes menos altura presentan como credencial a la hora de ser comparados objetivamente; suelen ofrecer a quienes los contemplan una relación inversamente proporcional a la aparentada o escenificada.
ARSÉNICO: Poderosa sustancia blanca que se ha utilizado durante mucho tiempo para aclarar dudas, como argumento convincente irrefutable, como liberador de problemas de amplio espectro y como ingrediente de relatos policiacos o de novelas realistas de palabrerío sobrio.
ARTE: Pretensión, meta, imitación, habilidad, negocio, búsqueda, subjetividad, impostura. Y no prosigo, porque me conozco.
ARTISTA: Persona ambiciosa y con los sentidos y la percepción por lo común muy alterados, que adolece del vicio más común del mundo, es decir, el de creerse diferente, pero que, asombrosamente, suele serlo y tener la desfachatez de hacer pública ostentación de su creencia. Lo cual sólo le es perdonado de manera tardía, con frecuencia tras su deceso, anticipado o no.
ASESINATO: Una de las bellas artes que, como todas, es más bella durante el aprendizaje de la teoría que en su aplicación práctica, dado que la mayoría de los ejecutantes no suelen tener vocación ni dotes artísticas, sino que lo aplican por motivos crematísticos o sentimentales, lo cual, claro, lo acaba reduciendo todo a un prosaísmo intolerable, razón por la cual hoy es poco apreciado y sujeto a gravámenes carcelarios de diversa duración.
ASESINO: Se aplica vulgarmente a todo sujeto que mata a otro (o a varios) a sabiendas y con algún fin. Pero los verdaderos asesinos son aquellos que lo planifican, lo ejecutan y lo recuerdan (o lo transcriben) con una pretensión de filigrana perfeccionista o artística, carente por completo de fines meramente cotidianos o rastreros. Los que carezcan de semejantes credenciales no son más que meros homicidas, puros artesanos del óbito violento, trabajadores especializados, sin más.
ASIRIOS: Pertenecientes a uno de los pueblos más sanguinarios a la par que cultos que hubo en la antigüedad. Durante unos pocos siglos del I mil. a. C. fueron superiores, y supieron lograr que los demás también se enterasen de ello, gracias a su cruel dominio militar. Cuando fueron conscientes de su inferioridad, tuvieron el coraje de desaparecer combatiendo, para acabar antes. Con un par.

Del libro inédito Palabrerío canalla, 1999

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