jueves, 14 de enero de 2016

"LA CAZA", SERIE ADICTIVA

Acabo de terminar de ver La Caza, la última serie que ha caído en mis manos, recomendada sabiamente por quien bien me quiere, que conoce bien mis gustos, mis temores, mis posibilidades, mis placeres. He visionado los doce episodios de las dos series en tres días. Teniendo en cuenta que han sido laborables, la cosa no deja de ser desmedida. ¿Por qué, pues, tal ansia?

Asocio tal sinvivir a otra serie del año pasado que me subyugó hasta el extremo de realizar acciones impensables para alguien tan racional como yo: True detective. La curiosidad por saber qué sucede a continuación, aun previéndolo, aun adivinando lo que va a suceder a cada paso no es suficiente explicación. Es la fácil. El deleite por la habilidad formal con que la producción ha hilvanado la narración de lo que allí acontece tampoco alcanza a cubrir la expectativa causal. Es insuficiente. ¿Por qué, entonces, tal conexión?

Acaso habría que averiguar qué pulsiones albergamos en los sótanos más oscuros de nuestra mente; intentar abrir la puerta, siquiera una rendija sobre los arcanos que sostienen nuestra existencia consciente, nuestro transcurso público de cara a los demás. Es posible que, a pesar de todas las apariencias, acaso en lo más profundo de nuestras pesadillas, anide un criminal que pudiera razonar como lo hace el asesino de esta serie y justificar sus crímenes como lo hace. Puede ser que toda persona catalogada como corriente, normal, vulgar o cotidiana, atesore en sí mismo el germen de alguien diferente, aunque sea repugnante, aterrador o repulsivo. Tal vez, ¿quién sabe?, todos tengamos anhelos de diferencia, de exclaustramiento a gran escala, y los sublimemos contemplando ejemplos de ficción. Acaso todos tengamos nuestro Mr. Hyde acechando a punto de salir, y necesitando tan sólo una ligera excusa para manifestarse. Acaso.

La pregunta clave acto seguido es: si se nos propusiera intercambiar vidas, ¿quién la trocaría sin dudar? Hay momentos, puntuales, febriles, epidérmicos, en que yo respondería “sí” con una seguridad tal que me hace temblar incluso al imaginarlo. Sólo momentos. Sólo algún instante. Como éste.

1 comentario:

la cocina de frabisa dijo...

Como bien dices, habría que averiguarlo, quien sabe. La serie es la leche de interesante, tiene muchos ingredientes que atrapan, la propia protagonista capta desde el primer minuto el interés del espectador, es una mujer fría, inteligente, atractiva y sobre todo, muy misteriosa que obliga a adivinarla todo el tiempo. El asesino también resulta misterioso y contradictorio con ese aspecto de padre cariñoso y esposo atento choca frontalmente con un hombre retorcido y amable que nos descoloca.Yo no puedo soportar la falta de esa carga de subidón que me daba, snif, snif, quiero otra serie yaaaaaaaaaaaaaaaa. Te toca recomendar...

besos

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