lunes, 4 de abril de 2016

PLÁTICAS DE COFRADES NEÓFITOS


—Pues como te lo digo, así, tó serio, se lo dije: Pepa, esto no puede seguir así.
—Y ella entonces...
—Ella es muy flamenca, ya me la conoces, pero bueno soy yo; además, lo de las camisas, ya es de juzgao de guardia
— (...)
—Pues no me dice el otro día que si las quiero bien planchás, las vaya a coger al Cortinglé.
—¿Las había llevado ella antes?
—¿Qué antes, ni antes? Venía a decir que si las quería bien planchás, las fuera a comprar, ¿tú te crees semejante cuajo...?
—¿O sea, que...?
—Eso mismo. Está mú mal ahora, mú mal. Lo de la menopausia... puffff, fatal, fatal, si hasta la vecina Tere se lo ha dicho, que le ha recomendao no sé qué estropágenos.
—Estrógenos.
—Lo que sea, pero es que no hay quien la aguante, y además, no soporta la semanasanta; ella, que me  la ligué un domingo'resurrección.
—Pues nadie...
—Sí, ya; nadie lo diría, pero lo digo yo, que pa’eso la conozco como si la hubiera parido, qué jodía...
— (...)
—Y qué calor hace, ¿no? Ya podían hacer estos cucuruchos con ventilación por algún lao, coño. Que entre la capa y los quinqués estos de la vela, ya chorreo.
—Bueno, pero entonces no habría penitencia.
—Pero ¡qué penitencia, ni niño muerto! ¿Tú vienes aquí por la penitencia? Anda, tira pa’lante, que llegamos tarde, que estás arreglao, tú.
—Pero ¿qué hora es?
—No sé, pero segurito que vamos tarde.
—Experiencia no tenemos, desde luego.
—¿En llegar tarde?
—No, hombre, en procesionar. 
—Ah, sí; eso sí. Las primeras veces son siempre igual, un escozor y una jodienda. 
—¿Y estás seguro que era esta procesión del jueves, la nuestra?
—Bueno, claro. 
—Pero es que esta tarde salen cuatro.
—Bueno, pero la nuestra es la que es, sale de lógica.
—¿Qué lógica?
—No sé; anda, camina, que llegamos tarde.
—Pero si igual no es esta procesión...Ya sé. Mejor preguntamos a esas mujeres de ahí delante.
—Sí, mejor, porque si por un casual no es, la Pepa me capa.
—Pero ¿no odiaba la Semana Santa?
—Sí, bueno. Pero le hacía mucha ilusión verme de nazareno, hacer penitencia y presinarme...
—Procesionar, hombre. 
—Sí, eso.

Robado en Úbeda (Jaén, Andalucía, España)
Marzo, 2016 ----- Panasonic Lumix G6

domingo, 3 de abril de 2016

LA BELLEZA DE UN GESTO (DEL RIVAL)

Acabo de ver la reproducción del programa libre que Javier Fernández (el patinador sobre hielo,  no el político) realizó en el City Garden de Boston esta semana, y que por su perfección mereció la puntuación necesaria para proclamarse de nuevo campeón del mundo de su sacrificada y poco popular especialidad. La gesta tiene más valor, si se tiene en cuenta que quien estaba previsto que lograra dicho título fuera el japonés Yuzuru Hanyu, el cual le sacaba 12 puntos de ventaja, lo cual se considera mucho en este tipo de calificaciones. Lo acabo de ver, insisto. Me ha maravillado. Es imponente su soltura, su saber estar, su simpatía. De sus habilidades técnicas, ya, ni hablo: son excepcionales. Pero de todo, de todo lo que vi, incluida la emoción que la espera del resultado destilaron las imágenes, me impresionó más un gesto, casi fugaz, ocurrido al final, cuando ya se sabía el resultado final. Lo que más me dejó atónito fue la imagen de Yuzuru Hanyu, enfocado por la cámara y él, al verlo, hizo inclinó el cuerpo e hizo el gesto con las manos de adoración a la musulmana que ahora tanto se ve por ahí, como diciendo: tú eres Dios, y yo me rindo incondicionalmente a tu poder omnímodo. Eso fue lo más llamativo para mí, lo más excepcional, lo más increíble. La magnífica remontada, la gesta deportiva que nos ha deparado esta semana, el brillante espectáculo de un cuerpo deslizarse sobre dos cuchillas sobre hielo con la misma facilidad que nosotros caminamos por las aceras, todo ello, sólo me parecen fruslerías en comparación con ese gesto.

jueves, 31 de marzo de 2016

LA SOLEDAD EN TU AUSENCIA


Querido Armando. Qué diferente es todo cuando tú no estás. La soledad... ay, la soledad. ¡Qué te voy a contar a ti! Sólo el parque me permite escribir a gusto. En casa... no me concentro. Es un cambio radical. Sólo hace una semana que te fuiste, pero en realidad parece que fuera toda la vida. Y es que no has debido dejarme sola, Armando. Si hubieras pensado un poco, comprenderías que si me quedaba sin tu compañía, podría pensar, y cuando yo pienso... Claro, una... En fin, Armando. Espero que tu madre se recupere y que viva muchos años. Así de ese modo podrá cuidar bien de ti, dado que es la única que sabe y quiere hacerlo. Yo ya no lo haré más, porque no merece(s) la pena. Y es que esta soledad... no veas lo bien que sienta. Todo el tiempo para mí, para hacer lo que quiero, para acostarme a la hora que quiero, para comer lo que quiero y para fumar todos los paquetes que me dé la gana. Y libros. Y series. Y cafés con Micaela, lo que nos hemos reído. De todo, sí, aunque también de ti. No veas lo que le gustaron ciertas intimidades. Yo creo que casi le da algo, se quedaba sin aliento. Es tan simpática... Con este tiempo, he podido pensar, y en cuanto yo me pongo a pensar... Ya te imaginas. Sí, no te mentía al principio. En casa, no me concentraba para escribirte. Me parecía que perdía tiempo de todo el que estaba disfrutando de tu alejamiento temporal, de la música que me gusta, del silencio, de la ausencia de gritos y discusiones. ¡Qué días, Armando, qué delicia! Me alegro de que no hayas podido verme cómo gozaba mientras tú atendías a tu familia. Si me hubieras visto, no habrías podido soportar tanta sonrisa iluminando mi boca, tanto bienestar enmarcando mi silueta, y habrías gritado, ironizado, insultado, calumniado, y si tuvieras algo de vino dentro, quién sabe, hasta me habrías zurrado otra vez. Y, no, no, no te mentí nada al principio. La soledad de estos días es lo mejor que me ha pasado en estos últimos años. Así que pienso proseguir por este camino. El de estar sola, el de pensar, el de hacer lo que me gusta a mí. Solo eso. No vuelvas. No estaré. No me busques. Mejor, mira: muérete.

Robado en Parque de Toulouse (Midi-Pyrénées, Francia)
Julio, 2013 ----- Nikon, d300

lunes, 28 de marzo de 2016

MI PALABRERÍO CANALLA (5)

ADULACIÓN: Alabanza exagerada y persistente hacia aquella persona de quien se pretenden prebendas, posición, puestos, dinero, conversación, tabaco, sexo, matrimonio.
ADULAR: Habilidad que consiste en hallar un punto flaco en alguien (todos lo  poseemos y con su pulsación nos sentimos artificial y momentáneamente menos miserables), con objeto de fomentar la vanidad del adulado o de la adulada, y beneficiarse de las posibilidades que se derivarán del estado de ánimo mucho más favorable del adulado o de la adulada.
AEROFAGIA: Patología de quienes no se contentan con respirar aire, sino que lo toman como la sustancia nutricia esencial, y les da por deglutirlo de un modo espasmódico, lo cual, superado cierto nivel de capacidad del aparato digestivo, produce efectos sonoros y odoríficos muy jocosos, pero que denotan zafiedad y escasa compostura, e incluso en ocasiones un deplorable modo de llamar desesperadamente la atención.
AFASIA: Postura de aquellos inteligentes a quienes les es dado comprender que hablar no sirve para nada más que para enredar las cosas y los sentimientos (y para decir tonterías, claro), y se obstinan en no pronunciar palabra, para justificar lo cual aducen un desorden cerebral de origen misterioso aún no descubierto, pero que da resultado, se lo podemos jurar.
AFECTACIÓN: Fallo estrepitoso en la representación teatral o actuación (v.) que todo humano debe desempeñar de continuo, por la que se le notan sus verdaderas carencias y pretensiones.
AFICIÓN: Gusto continuado, consistente y apasionado por algún tipo de actividad que lo aparta a uno del contacto con la monotonía externa a cambio de integrar de una forma razonable otra monotonía, ésta de carácter interno. Los más esnobs (léase imbéciles culturales) suelen denominarla hobby.
AFILIACIÓN: Trámite legal que las asociaciones de talante rebañego (de preferencia, sindicatos o partidos políticos) exigen a quien desea ingresar en sus filas; supone la periodicidad de unos pagos, algunas obligaciones administrativas, y por tan módico precio se adquiere la capacitación para poder pensar y actuar con arreglo a lo que piensan y actúan los demás miembros sin tener que esforzarse en pensar o actuar por sí mismo/a, que siempre agota en exceso. Sin perjuicio de otros medrajes y prebendas.
AFONÍA: Ausencia de voz, que no de habla ni de cosas que decir, que permite una relajación en las costumbres comunicativas y un replanteamiento sobre el uso que damos a dicho instrumento; por desgracia, la mayoría, una vez restablecida la afección, olvida tales reflexiones, y se dedica a usarla sin tener en cuenta cómo, ni con quién, ni sobre qué.
AFORISMOS: tonterías concisas que pasan por brillanteces.
AFRANCESADOS: Conjunto de hispanos bienintencionados y patriotas, pero pésimos políticos y nefastos psicólogos, que creyeron que enarbolando la sinceridad y el apoyo a Napoleón, España se modernizaría, sin contar con que el pueblo prefirió seguir equivocándose por sí mismo unas cuantas décadas más, sin necesidad de ayudas extranjeras para tal tarea.

Del libro inédito Palabrerío canalla, 1999

sábado, 26 de marzo de 2016

OTRA HIPÓTESIS DE INTERPRETACIÓN


Indudablemente, es otra forma de verlo. Antes de descartar esta osada conjetura y de empezar a acordarse de la madre de Nietzsche, convendría pensarlo bien. Sólo lo suficiente como para que nos quedara muy claro que la frase es incorrecta. Aunque si la pensamos lo suficiente, igual no nos lo parece tanto...

Pintada en Úbeda (Jaén, Andalucía, España)
Marzo, 2016 ---- Panasonic Lumix G6

jueves, 24 de marzo de 2016

OBSESIONES. TEMÁTICA PERSONAL (II)

Creo que si me afano tanto en leer, recopilar, analizar, introvertirme, es porque pienso que si algún día logro escribir algo que merezca la pena será una sola obra. Tan sólo una. No me quedarán fuerzas para más. Por eso el tiempo no produce sensaciones de agobio evidentes en mi persona. Tengo la conciencia de que lo haré y eso me impulsa con la suficiente energía.

Pero será una única obra, quizá grande, quizá enorme, quizá buena.

Allí me apropiaré de una forma sincrética que aúne lo mejor de mi expresión escrita: la carta y el diario, pero también el cuento, pues he escrito algunos que me parecen buenos y que me siguen gustando.

Los temas serán, como siempre, mis obsesiones, como es lógico, o sea que el argumento sería yo mismo, o el de otra persona que fuera yo o ejerciera de mí.

Apunte de 17 de marzo de 1995

martes, 22 de marzo de 2016

JUGANDO AL AJEDREZ EN EL RASTRO DE ¿DÓNDE?



Si se tratara de una prueba de agudeza visual, alguien bien viajado o medianamente culto detectaría al fondo el logotipo del suburbano londinense, por lo que la pista sería suficiente para determinar el dónde. Por aquilatar más ese “dónde”, nos podríamos fijar en la hilera de puestecillos de ropa de la derecha, y como los dos protagonistas utilizan una furgoneta, sabremos que nos hallamos en uno de los múltiples rastros de ropa que coexisten en la capital británica. El cuándo podría adivinarse con facilidad por las prendas de abrigo que se aprecian, sobre todo el gorro ruso del vejete más próximo a cámara, por lo que seguro que se tratará de algún mes frío, probablemente invierno; aunque tratándose de Londres deberíamos añadir un “valga la redundancia”. Luego, podríamos reparar en que la escena principal resulta inusual para nuestras costumbres. Dos hombres entrados en años -sobre todo uno- que probablemente sean ropavejeros que atienden los puestos que tienen al lado, entretienen la espera de negocios jugando al ajedrez. ¡Al ajedrez! Y no de cualquier manera, parece. Apréciense los gestos de los dos combatientes. No está mirando uno para otro lado, mientras el que ha de jugar piensa, no. Ambos se hallan embebidos en la contienda, con gesto sesudo, reflexivo, con los labios trasluciendo al exterior la expresión de su cerebro maquinando combinaciones y posibilidades. Son gestos adustos. La partida bien lo vale. El combate es serio, y aunque el escenario parezca improvisado, da la impresión de que no es la primera vez que se levanta. Tres cajas que al inicio y al final del día contendrán ropa, que pueden servir de mesa. El suelo de la furgoneta vale de asiento de uno de ellos, mientras que el otro se contenta con una silleta baja. Es suficiente para la guerra. Para el juego. Para el arte, acaso, si su calidad así lo admitiese. Todo parece encajar en la serenidad de la escena. Pero si esto fuera un ejercicio de agudeza visual y no reparáramos en el logotipo del metro de Londres, ¿diríamos que nos hallaríamos en un rastro español? Categóricamente, no. Y no creo que hiciera falta dar ninguna explicación más.

Robado en rastro de Londres (Gran Bretaña)
Enero, 2008 ----- Nikon d100

lunes, 21 de marzo de 2016

FASCINACIÓN POR "BLACK MIRROR"

Estoy impactado con Black mirror. Se trata de una serie británica reciente sobre distopías recreadas en un futuro bien próximo, no sé si por fortuna o por desgracia. Lo que nos plantean sus episodios independientes son diversos futuribles asociados al uso, abuso de las nuevas tecnologías, y a sus consecuencias siempre inesperadas. Lo que muestran, sin embargo, es tremendo: te desencaja, te vapulea por dentro, te hace preguntas durísimas que inicialmente quedan sin respuesta. Las dejas rumiando dentro. Pero no maduran lo suficiente. Porque no eres suficientemente maduro. ¿Quién lo es? ¿Hemos usado lo bastante estos aparatos que ahora nos facilitan y nos complican la vida a partes iguales en apariencia? ¿Somos conscientes del mundo que estamos creando entre todos? ¿Lo hemos sido alguna vez? ¿Supieron los hititas lo que iban a generar con su novedoso armamento de hierro? ¿Sabemos hoy lo que internet y la telefonía móvil, aunados podrán desarrollar en un corto plazo, habida cuenta de lo ya transformado en la vida social, económica y política del planeta? ¿Reconocemos nuestra impericia para poder prever las consecuencias de algo que en apariencia es un avance? ¿Un avance es necesariamente un recorrido hacia adelante, o admite recovecos, parones, recorridos sinuosos de replanteamiento, frenazos? No lo sé, claro. Demasiadas preguntas. Y, sin embargo, hay quien ya tiene bastante con la realidad. Y cree que las series no deben hacer pensar. Todo lo más, entretener. Pero yo no soy de ésos. Soy de los que gustan de entretenerme pensando, de los que piensan mientras se entretienen, de los que pueden pensar sin entretenerse necesariamente. De los que piensan, vaya. Aunque no llegue más que a conclusiones personales y válidas sólo para mí, aunque no siempre. Pero me gusta que me hagan pensar y cuestionarme lo que ya sé, para pensar de nuevo. Por eso me gusta Black mirror. Perdón. Quería decir que me fascina Black mirror.

domingo, 20 de marzo de 2016

LA SEGUNDA ISABEL



Nada tuvo que ver con la primera, desde luego. Ni coincidieron en la época, ni en protagonismo, ni en la opinión que sus súbditos tuvieron de ellas. salvo que su acceso al poder fue precedido de una guerra civil, todo lo demás separa a las dos únicas reinas que han llevado ese nombre en nuestro país. 

Isabel II ha sido tratada con acritud por la historiografía, por la literatura, por la opinión popular. Lo que se ha dicho de ella sobre su parcialidad regia, sus aireados escándalos, su furor uterino, su falta de inteligencia política, su miopía social, su físico orondo y progresivamente grotesco, todo ello ha sido exhibido sin pudor durante casi dos siglos, y apenas hay quien discrepe. Lo cierto es que ella misma se lo ganó a pulso.

Sin embargo, mucho de cuanto ocupó su vida le vino impuesto, y su ascendencia difícilmente pudo haber sido peor, con un padre que ocupa uno de los más altos puestos en la lista de reyes nefastos de nuestra ya complicada historia, y con una madre que dedicó mucho más tiempo a satisfacer sus apetencias personales, que a la educación y cuidado personal de su hija. Añadamos que la torturada España ve morir a su padre cuando ella no tenía aún 3 años; que para que se cumpliera el testamento que la designaba única heredera, sería preciso ganar una guerra, cuyos vencedores, en su momento tomarán esa fuerza adquirida en la contienda como prenda con que seducir a la joven reina. Sumemos que adelantan su mayoría de edad a los 13, porque su precocidad física atraía a políticos cercanos, alguno con aviesas intenciones, y porque una tercera regencia consecutiva sería algo excesivo, asunto que acabó decidiendo el adelanto de su condición de reina. Insistamos además en que su matrimonio se decide desde instancias gubernamentales, con un primo suyo, conocido homosexual, de pluma legendaria, que usaba -según propia y amarga confesión- más puntillas y encajes que ella misma. Si todos estos antecedentes no fueran suficientes, la lascivia incontinente que desarrolló,añadió una guinda que coronaría un pastel, que a ojos populares y no tan populares, ya era particularmente agrio.

De modo que sí, los hechos son los hechos. Pero una adecuada explicación airea mucho el asunto, porque aunque explicar no justifique, sí permite un juicio menos severo del que habitualmente nos tienen acostumbrados los historiadores, caricaturistas, escritores y demás. Además, al lado de su despótico, cobarde, abyecto y cruel padre, ella no fue más que una mujer de su tiempo a la que le tocó un papel para el que no servía y que ejerció con muy escasa pericia.

Isabel II con su heredero, el futuro Alfonso XII, en los Jardines del Palacio de Pedralbes (Barcelona, Cataluña, España)
Abril, 2006 ----- Nikon, d100

sábado, 19 de marzo de 2016

AISLADO DEL MUNDO LITERARIO

Una pregunta de enunciado simple. ¿Qué tiene que ver la mayoría de las editoriales con la Literatura? La respuesta también es simple, pero aterradora.

Cuando uno contempla lo que la editorial Alfaguara ha trapicheado hasta arrebatarle los derechos del reciente premio Nobel (el conocidísimo húngaro Imre Kertész) a la editorial que hasta la fecha lo publicaba en España, El Acantilado, cuando uno ve cómo esas maniobras terminan como acaban siempre estas cosas en el mundo de los negocios, uno piensa que es eso, exactamente eso: puro negocio. Y que lo demás, son bobadas de antaño. Uno piensa que es un romántico empedernido, o que está loco, o que las cosas no encajan en sus lugares de origen, o que el origen ha sido modificado de forma y por eso las cosas no encajan en dichos orificios. En el fondo, uno sigue pensando lo mismo: qué bendición no participar en eso que todos llaman mundo literario. Me parece preferible estar aislado de ese mundo y descubrir el propio, que aún está por explorar en sus nueve décimas partes. Descubrirlo, colonizarlo, habitarlo, hacerlo un hogar confortable donde poder vivir con coherencia. Y pidiendo no vivir lo suficiente como para haberlo cartografiado por entero.

Del Diario digital, inédito, 2003; entrada del 6 de enero

viernes, 18 de marzo de 2016

RESPLANDORES MATUTINOS


Cuando salgo de viaje, lamento muchas veces no madrugar más. Poder vislumbrar las primeras luces del día, sus turbulencias evanescentes, sus gamas de gris azulado violáceo, que adquieren temperatura de color, y pronto se transforman en menos de una hora en una cascada de tonos cálidos. Sin embargo, a veces las circunstancias son benévolas y le aguardan a uno en sus horarios matutinos. Así, una mañana de octubre, en Illa Pancha, al lado de Ribadeo, el cielo rebosaba de estratos de tonalidades diferentes, y sólo el manchón blanco del sol deslucía el conjunto, aunque fuera su intenso resplandor quien dotara de realidad a las múltiples vetas que la vista ofrecía. Capturar ese panorama fue un placer. Pero mayor fue haberlo contemplado.

Mirador de Illa Pancha, en Ribadeo (Lugo, Galicia, España)
Octubre, 2015 ----- Panasonic Lumix G6

jueves, 17 de marzo de 2016

LA CONTINUIDAD EN ESCRIBIR

Lo único que en ocasiones me anima a seguir escribiendo es leer algún fragmento mío anterior, no importa de cuándo ni qué lejanía ofrezca en el tiempo (puede ser reciente o antiguo, eso da igual) que me estremezca y me cuestione la pregunta que tantas veces me asalta: "¿pero fui yo quien escribió esto?". O, también, musitar inconscientemente, envidiosamente, admirativo y odiador a un tiempo: "ojalá hubiera escrito yo este párrafo, esta página, esta línea, esta frase". Y caer luego en la cuenta, sorprendido y repleto del rubor que precede al orgullo, de que aquellas palabras fueron concebidas por mi mente y escritas por mi mano, magníficas ambas en ese instante mágico y atípico. Aunque, por mejor decir, no concluyo pensando que son mi mente o mi mano actuales, sino las de antaño, que fueron y confluyeron de ese modo tan sorprendentemente bello e inusual.

Del Diario Digital, inédito, 2001 (entrada de 19 de febrero)

miércoles, 16 de marzo de 2016

EL AGUA SALVÍFICA DE LA FUENTE



En ocasiones, el milagro se produce en medio de la barahúnda de vorágines ruidosas, olfativas, molestas. A veces, es tan sencillo como desconectar en medio de todo, y dejar que el rumor de una fuente se erija como directora de las sensaciones que nuestro cuerpo alberga. Una fuente, con su monodia monocorde y monótona, puede obrar el prodigio. El de la desconexión, el del traslado a otro momento, al mismo lugar pero hace tiempo, a otra realidad real o inventada que nos saque del marasmo del presente. El agua, omnipresente en el planeta. Tan maltratada, tan poco entendida. Tan habitual que nos desaparece de la vista, de tan común como nos resulta. Tan necesaria y tan diferente de todo cuanto somos. Tan rumorosa, tan conectiva, tan vivificante. Tan llena de magia, tan llena de vida.

Fuente del claustro de la Catedral de Barcelona (Cataluña, España)
Enero, 2016 ----- Panasonic Lumix G6

martes, 15 de marzo de 2016

EL MEJOR ELOGIO PARA UN PROFESOR


Una mala organización de los espacios y de las personas ha motivado que hoy tuviera en clase a alumnos que no son los míos, concretamente a la otra mitad de la clase, a quien imparte la misma asignatura que yo, pero en inglés, otra compañera. Pues bien, una actividad tutorial ineludible impidió la clase prevista, dado que dos grupo distintos están unidos por su pertenencia o no al Programa de Enseñanza Bilingüe. El caso es que me vi en la circunstancia de tener que elegir entre reubicar a doce alumnos, llamando a alguien de guardia, o integrarlos en mi clase con los restantes. Opté por esto último. Pero antes de comenzar, los dividí como llevo haciendo las dos últimas semanas, en cuatro filas no próximas entre sí. A continuación, eso sí, indiqué a los alumnos “nuevos” que no tenían obligación de atenderme, puesto que el tema que nos ocupa ahora (la Prehistoria) ya lo habían dado hace meses. Les autoricé a realizar otras tareas cualesquiera, siempre que me dejaran dar clase, y no molestaran. Aceptaron el envite, y varios sacaron cuadernos y libros para hacer otros deberes. Pero fue abrir la presentación de diapositivas, y el atractivo del tema más la verborragia del docente que tenían delante, fueron obrando el milagro. Poco a poco las otras tareas quedaron arrumbadas en las mochilas. Las caras atentas se alinearon con las de mis alumnos habituales. Y paulatina y tímidamente fueron surgiendo también preguntas entre los no habituales. Fue una clase normal, completamente normal (de las que surgen cuando se dan los requisitos necesarios, no de las que suceden todos los días, entiéndaseme). Yo disfruté mucho dándola. No sé si ellos la disfrutarían también. Pero se podría pensar que sí, pues cuando tocó el timbre, nos sorprendimos la mayoría. “¿Ya? Qué rápido, ¿no?”, dijo una de las alumnas “desconocidas”. Me sonreí abiertamente. Le pregunté su nombre. Me lo dijo. Luego, con el más calculado de mis histrionismos, le di las gracias, inclinándome como si fuera un actor saludando desde el proscenio. Su mirada de desconcierto, me transmitió la impresión de no estar entendiendo nada. Le expliqué. Le dije que le daba las gracias porque su espontánea reacción supone el más sincero elogio que puede recibir un profesor. Siguió mirándome, desconcertada. No sé si acabaría entendiendo lo que le dije. Me dio igual. Yo hoy comí mucho más feliz que ayer. Y de la beatífica siesta, ya ni hablo.

lunes, 14 de marzo de 2016

LEER Y PENSAR (O VICEVERSA)



Resulta natural considerar que el ser humano pensó antes de que pudiera leer. Mucho antes, además. Pero también es tentador apuntar que antes de que la lectura  y la escritura (tanto monta) aparecieran en nuestra historia, el pensamiento como tal no existiría. Sería más bien algo de corte práctico, utilitario, en aras de la supervivencia. Sin embargo, en cuanto aparecen los textos (en el formato y soporte que se desee), comienza una nueva forma de posibilidad: la de la reflexión sobre lo escrito o lo leído. No digo que fuera inmediato, porque no lo fue. De hecho, hubieron de pasar muchos siglos antes de que la práctica de pensar tuviera una hechura acumulativa, que es donde se encuentra su magia: en la acumulación. Porque alguien que lee puede pararse, y reflexionar sobre lo leído. No sólo pensar sin más, que ya sería mucho más de lo que hace la mayoría, sino pensar sobre lo leído, y añadir un apunte más desde la experiencia propia o desde una perspectiva diferente, la que nuestro propio intelecto, intereses y cultura nos proporcionen. 

Estas dos esculturillas encontradas en un mercado de cerámica de la ciudad francesa de La Rochelle nos muestran de un modo artístico y hasta tierno las dos posturas. Deberíamos poder escoger el orden que deseemos. Pero debiéramos tomarlas juntas, siempre juntas. Una detrás de otra. A ser posible.

Esculturillas en Feria de Cérámica en La Rochelle (Charente-Maritime, Poitou-Charente, Francia)
Julio, 2015 ----- Panasonic Lumix G6

domingo, 13 de marzo de 2016

MI PALABRERÍO CANALLA (4)

ACTOR/ACTRIZ: Profesión que desempeñan determinados individuos duchos en la imitación, y que que les puede llegar a reportar una lenta y trabajada gloria por el solo hecho de hacer lo que todos hacemos a diario (pero encima de un escenario o en una pantalla blanca), con mucho público pendiente de ellos, y por lo que, además, cobran.
ACTUACIÓN/ACTUAR: Acción y verbo que resumen el papel de todo ser vivo desde el momento en que le nacen. De la pericia en su ejecución, de la duración continuada que pueda permitirse sin descanso ni relajación, de la adecuación entre características personales y papel asumido, entre otras cosas, dependerá buena parte de la calidad de vida de cada cual y un porcentaje amplio de su felicidad, que será más amplia cuantas menos veces lo pillen a uno en tal tarea y descubran la impostura.
ACUSACIÓN: Señalamiento de alguien o algo con el fin de que nadie se olvide de que existimos; en última instancia no es más que un deseo de notoriedad inconsciente disfrazado de petición de justicia.
ADELGAZAR: Propósito extendidísimo entre humanos de todo tipo, con preferencia del sexo femenino que, muy conscientes de su papel biológicamente seductor, no son capaces de asumir ni su propia naturaleza ni la lógica inevitable de dicha biología, originándose un contrasentido que alimenta psiquiatras, endocrinólogos, empresas textiles y otras subramas del sector alimentario.
ADIÓS: Podría ser la última palabra de este Palabrerío, pero lo cierto es que el orden alfabético es así de irracional. Se trata de una palabra que mezcla a la divinidad con un deseo sospechoso de alejamiento, no se sabe si de la divinidad o de aquella persona de quien uno se despide.
ADIVINACIÓN: Facultad de los hábiles para ventear cuánto dinero podrán sonsacar a los ingenuos y/o idiotas preocupados por su pasado, por su presente y, lo que es peor, por su futuro.
ADIVINO: Aquel sujeto con las suficientes dotes psicológicas (¡) y tablas de actor como para hacer creer a quienes ya vienen pre-convencidos de que puede adivinar el pasado, comprender el presente y ventear el futuro. Previo pago de tarifa fija o pasos de contador telefónico, eso sí, que la pela es la pela.
ADOLESCENCIA: Período artificial del crecimiento humano (inexistente en otras culturas) que se ha sacado de la manga el capitalismo (v.), una vez detectadas las posibilidades consumistas de los humanos en dicha etapa intermedia.
ADORACIÓN: Exteriorización interesada de un amor extremoso que acaso debiera ser íntimo. Puede darse hacia un dios, un santo, un idolillo, una mascota o una persona. En todos esos casos, no deja de ser un error, un lamentable error, pero uno nunca sabe hasta qué punto los sujetos adoradores son conscientes de ello, con respecto a la utilidad que les reporta.
ADUANA: Puesto que se instala en las fronteras (v.) con el fin de concienciar a quienes por ella pasen de que las diferencias existentes entre el lugar dejado y el lugar hallado son muchísimo mayores que las reales. También puede ser un lugar donde enriquecerse si se carece de los escrúpulos que se debieran suponer.

Del libro inédito Palabrerío canalla, 1999

sábado, 12 de marzo de 2016

TODA LA VIDA TEJIENDO


Sí, sí, tejo. Lo que hago es tejer. Siempre tejí. Desde pequeñita, cuando mi abuela me enseñó. Sí, mi abuela. Mi madre no podía, pobrecita; éramos siete, ¿qué tiempo iba a tener ella? Pero siempre me gustó. Aquellas manos largas y huesudas eran mucho más hábiles que las mías, regordetas y chiquitas. Pero nos entendíamos bien. Y cuando había algún problema en casa, teníamos ella y yo nuestro refugio, y tejíamos juntas en la galería, viendo llover o tras las cortinas cuando hacía sol. Ella me indicaba lo que hacía mal. Pero suavemente, sin gritar, como hacía mi tío. A veces charlábamos un poco. No era de mucho hablar. Yo sí. Le tiraba de la lengua. Me enteré de muchas cosas de la familia... Pero eso es otra cuestión, señor periodista. Todas las familias tienen lo suyo. Pero el caso es que sí, toda la vida tejiendo. Primero, por juego, por puro entretenimiento. Luego, porque un jersey y una bufanda venían bien siempre en casa. Más adelante, para mi marido y mis hijos. No es que no hiciera otras cosas, ya se imaginará. Pero era con lo que más disfrutaba, cuando me quedaba un tiempo libre. No era mucho, pero siempre sacaba algún ratito por la noche, o en el parque con los críos. No era gran cosa, pero con el tiempo adquirí una práctica que otros llaman habilidad. No sé yo. Repitiendo algo muchas veces, acaba saliendo, ¿no? Si esto es muy mecánico. Yo, lo que es inventiva y creatividad... Vamos, que yo de artista tengo bien poco. Combino bien los colores, eso sí; no como mi santo, que en gloria esté. Pero más allá de eso... Y, bueno, cuando una se queda sola, pues algo hay que hacer. Y yo nunca trabajé fuera de casa. Imagínese. Fue una vecina, que venía a este mercado a menudo. Me sugirió que ya que tejía en casa, para mí o para vecinos y amigas, que lo hiciera para los demás, y cobrando por ello. Que con eso, y la pensión podría ir tirando. Y, sí, lo hice. Con mucho miedo, claro, porque una... Pero estos chicos son estupendos. Me arreglaron los papeles, me ayudaron a contactar con dos mayoristas. Y aquí estoy. No vendo como para hacerme rica, pero todos los fines de semana salen algunos billetes. Suficientes para darme cuenta de que lo que hago le sirve a alguien. Y que además, me sigue gustando. Porque si no me gustara, sería un infierno, todo siempre igual. Pero a mí esto me relaja. Mientras tejo, veo la tele, escucho la radio, pienso, lloro un poco, recuerdo a mis hijos, tan lejos... Por eso me ves aquí cada fin de semana. Siempre tejiendo. Tienes cara de frío. ¿No querrías una bufanda?

jueves, 10 de marzo de 2016

LITERATURA Y COMPROMISO

Se trata de un tema muy manido. Demasiado debatido en diferentes épocas. Con posiciones encontradas que jamás llegaron a un acuerdo. Porque no lo hay. Sólo hay sensaciones personales, y ésas o se tienen o no se tienen. 

De alguna forma, todo escritor está comprometido, pues sin un compromiso con la propia manera de vivir que implica la escritura, mal puede haber un escritor. Pero lo que los puristas de la progresía no admitirán es que ese compromiso sea “sólo” consigo mismo y con cuanto cree. Reclamarán compromiso y defensa de ideas sociales de diversa índole encaminadas a cambiar el mundo. Y ahí es donde radica el verdadero problema. Los libros no cambian el mundo. Todo lo más, algunos libros cambian a algunas personas, y son algunas de ellas, las que ayudadas por muchísimas otras utilizadas como fuerza de choque, proceden a desmontar estructuras y a cambiar los andamios sociales y económicos de determinados momentos históricos. 

Mejor nos iría si en vez de reclamar de los demás compromisos cualesquiera, barriéramos nuestro propio nido de excrementos añejos, porque quien limpia su propia cara, crea un espejo donde los demás puedan mirarse. Al fin y al cabo, nadie puede transformar el mundo, pero todos podemos transformar nuestro mundo propio, y ahí sí que los que tanto cacarean no están tan dispuestos a probar con el suyo. Es más, suelen tener mucha gana de cambiar el mundo global o el ajeno, cuando han comprobado la imposibilidad, inutilidad o futilidad de cambiar el suyo propio. Pobres. Darían pena, si no fuera por el sufrimiento que provocan con sus exigencias mal templadas y peor dirigidas.

miércoles, 9 de marzo de 2016

LA INQUIETANTE PRESENCIA DE LOS AUTÓMATAS



Hay algo turbador en la mirada de los juguetes, sea ésta perdida e inmóvil o dirigida y cambiante. Son seres que nos instilan inquietudes que no sabemos muy bien cómo gestionar. Porque a veces llaman a gritos al miedo, y no tenemos los arrestos para contraponer la lógica a lo que sólo es instinto, a lo que el miedo nos produce. Y ello sin razones de ningún tipo, o precisamente por ello mismo. Los artistas lo han sabido siempre. Los directores de cine, también. Los muñecos, maniquíes o autómatas han constituido a lo largo de los años el marco donde se desarrollan pesadillas recurrentes o crímenes horrorosos, que uno nunca sabía si habían producido los propios muñecos o sólo eran testigos mudos de algo que en secreto aprobaban. Por no apelar a ejemplos más chuscos e inferiores, recuerdo ahora algunas escenas de tres extraordinarias películas donde eran protagonistas por derecho propio: El beso del asesino, de Stanley Kubrick, La huella, de Joseph L. Mankiewicz, y Blade runner, de Ridley Scott.

Sin embargo, en el Musée de l’Automat de Souillac, los muñecos no inspiran ese temor reverencial que de siempre han sugerido. Al contrario, el ambiente lúdico, risueño, festivo, acaso melancólico en ocasiones, pero jamás terrorífico, es lo que prima en sus bien nutridas vitrinas, ofrecidas al espectador con mimo y buen gusto. Este batería de jazz, integrante de una deliciosa “jam session band”, es un buen ejemplo de lo que digo. Y si por algún asomo, esa mirada y esa bocaza abierta de dientes tan contrastados nos pudiera aproximar alguna inquietud, pensemos que lo que estaban tocando era algo de John Coltrane, o de Miles Davis, y se nos disuelve enseguida la tontería ancestral.

Museo del Autómata en Souillac (Lot, Dordogne, Francia)
Agosto, 2014 ----- Panasonic Lumix G6

martes, 8 de marzo de 2016

LOCURAS DEL INSOMNIO

A lo mejor, resulta que me encanta hacer locuras. ¿Quién sabe? Responder al insomnio con trabajo, no es original. Que ese trabajo sea literario, lo es en alguna medida. Pero que lo haga yo, sí que lo supone, porque yo no soy dado a tales excesos, entre otras cosas, porque mi espalda y mi organismo no permiten alegrías mayores.

Pero es muy agradable comprobar que la lógica dicta una orden y es conculcada con brío sin propósito de enmienda por un sentimiento que en esos precisos instantes sólo atendía al grito: "¡escribir!, ¡escribir!"

En realidad, no es que me guste o me deje de gustar hacer locuras. Lo que me fascina de esta cuestión es lo que de ello se deduce. No es el hecho en sí. Es su significado. No es escribir hasta más allá de las tres de la mañana. Eso ya lo he hecho. Es descubrir que algo no habitual emite las suficientes vibraciones como para que yo ceda y me marque un número personal con el que poder hacer una reseña. Es eso lo extraordinario: que yo pueda tener la capacidad para llevar a término algo anormal, que supera las premisas de la racionalidad y de lo habitual. Únicamente, eso. Eso, y la deliciosa sensación derivada de la situación que lo posibilita, claro: mi voluntaria soledad, que encaja tal excentricidad en los brazos del silencio más creador y más íntimo. Sólo eso. Nada más, pero (y he ahí lo importante, lo que le da valor, teniendo en cuenta comparaciones hechas al azar), nada menos. 

Del diario Palimpsesto del dubio y la aoristia (inédito). Entrada de 21 de Noviembre de 1995

lunes, 7 de marzo de 2016

A QUIEN MADRUGA, YA SE SABE...



Hay que ser objetivos. Esta imagen no se podría haber tomado al mediodía, ni siquiera una hora antes. Fue sacada a primeras horas de la madrugada de un sábado, cuando uno regresaba tardíamente de quién sabe qué menesteres de fin de semana. O igual había madrugado yo, no sé. Lo sorprendente es que está sacada desde un puente, a cuyo través mis pasos transcurrían. Pero yo iba con la cabeza baja, perdiéndome el espectáculo del río crecido, demasiado pendiente de no matarme con su retorcido firme, recorrido por un adoquinado sobresaliente. No me hubiera fijado en ese brillo, de no haber tropezado en un adoquín que sobresalía del firme. Cuando me apoyé en el pretil exterior, para no caerme, ahí estaba, a unos 15 metros: una luz me temblaba ante los ojos. Al principio, no caí en la cuenta. Eché mano del zoom, y entonces sí: una tela de araña se cimbreaba plena de rocío ante los primeros rayos del día. Temblaba de un modo insinuante, como chantajeando al observador, como advirtiendo que de no darme prisa, sus finas cadenas perladas evaporarían su apariencia. La oferta era más que tentadora, sin embargo, mi pulso no estaba para demasiados trotes. Aunque como el premio sugerido merecía la pena, me apoyé en la piedra, encuadré y disparé. Ella cumplió su promesa, y recibí mi premio. Yo lo presento hoy ante el respetable para su público juicio y previsible deleite.


Tela de araña impregnada de rocío, en Cangas de Onís (Asturias, España)
Febrero, 2016 ----- Panasonic Lumix G6

domingo, 6 de marzo de 2016

LOS VOMITADORES DE BASURA MENTAL

Personas hay que, cuando se les pregunta cómo les va, son dadas a hablar de sí, a comentar su evolución, sus avatares, sus últimos acontecimientos, incluso familiares, sin pudor ni reserva alguna, lo cual podría tomarse como una acendrada prueba de sinceridad, de confianza. Pero resulta que no, porque tanto daría que lo estuvieran haciendo con un espejo. Porque, una vez que han soltado su discurso, su hiel o su miel, sus problemas o sus maravillas, se van, desaparecen como por encanto con cualquier disculpa. No se sinceran. Sencillamente, vomitan un desahogo o publicitan un producto del que se enorgullecen sin ningún interés en qué opina el interlocutor ni, y esto es lo peor, sin interesarse lo más mínimo por cómo le va a ese interlocutor que amablemente ha preguntado interesándose por su vida. No existe diálogo, y a veces incluso literalmente, pues si son contemplados desde lejos se puede ver cómo uno habla, gesticula, lleva la voz cantante, mientras el otro asiente, pacienzudo y generoso, a la espera de su turno para hablar de sí, que es algo muy grato siempre, hasta cuando son épocas de vacas gordas.

En Diario digital (2001), inédito. Entrada de 25 de agosto de 2001

Acotación actual: Personas hay así. Yo no soy de esas personas (nunca lo fui). Jamás me gustaron. Por eso, al poco de conocerlas en semejantes tesituras, ya las aparcaba de mi vida. Y a medida que he ido envejeciendo, lo que tardaba esa despedida se ha reducido al mínimo histórico, a la casi instantaneidad.

sábado, 5 de marzo de 2016

DIFERENCIAS ENTRE HERMANOS



Es conversación recurrente entre las madres (algún padre también participa de vez en cuando). ¿Cómo es posible que habiendo salido del mismo sitio, y proviniendo de los mismos padres, mis dos hijos sean tan distintos? Es un tópico preguntárselo. Es una estupidez seguir haciéndolo. Al menos, hoy en día, que tanto sabemos de etología de la infancia.

En la imagen de esta entrada, parece evidente que los dos niños son hermanos, pero ¿alguien duda del carácter de cada uno de ellos? La mayor, responsable, tímida y cauta, precoz en sus aprendizajes y buena estudiante, seguidora de las normas, temerosa de los avisos de los padres, con el sentido del divertimento por debajo del que marca la línea del deber. El menor, divertido, juguetón infatigable, refractario a las reglas, inquieto y revoltoso, irregular en sus apetencias, curioso hasta la imprudencia, seductor perpetuo, y zalamero para reconquistar afectos interrumpidos.

Si nos fijamos en la cara seria de la niña y su gesto, como protegiendo y cuidando al pequeño, parece que nos habla de una persona acostumbrada a tener responsabilidades para con su hermanito , por lo que las habrá ido desarrollando con los años. La cara sonriente, divertida y hasta pícara del crío nos habla de quien quiere estar divirtiéndose todo el rato, y más, pues no tiene a nadie de quien ocuparse: él es la ocupación. Desde que nació ha tenido una referencia “por arriba”, alguien con quien compararse, alguien a quien, por edad, no podrá alcanzar. La niña, en cambio, durante unos años fue la reina de la casa, no tuvo que competir con nadie; por el simple hecho de existir, ya era considerada la mejor. El niño tenía con quién compararse, y la frustración progresiva de dicha comparanza le indicó desde muy temprano que era mejor optar por otra vía, o incluso la contraria. Por no hablar, claro, de los embarazos. Es algo fácil de verificar que un primer embarazo es una fuente de sorpresas y de novedades para toda mujer, por mucho que la aconsejen, haya leído o haya visto. La aprensión que todo embarazo conlleva es, con el bebé primero, mucho mayor. Resulta inevitable que dichos miedos se transmitan a la criatura que se gesta en su interior. Y lo mismo se puede decir de cómo se está pendiente del primero en todo lo que la educación conlleva. En cambio, en el segundo, ya todo suena a algo que se conoce, ya se sabe qué funciona y qué no, por lo que la tranquilidad es mayor, y la relajación ante lo que vendrá es superior. El niño segundo no tendrá, pues, la carga de tensión que sufrió quien le precedió. Sin comentar tampoco que, pese a que los padres son los mismos, la combinación genética de sus gametos producirán un ser diferente en cada caso. Y por no mencionar tampoco que cuando se tiene el primer hijo, se es más joven, se tiene más energía y se es más inexperto; en cambio, cuando se tiene el segundo, la edad y la experiencia modificarán cómo se le va a tratar, consciente o inconscientemente.

Y aun así, las madres (y algún padre), se siguen preguntando por qué son tan distintos esas dos personitas. Será, más bien, ganas de llenar el tiempo por ausencia de temática conversacional de mayor relieve. Digo yo.

Robado en el pueblo de Conques (Aveyron, Midi-Pyrénées, Francia)
Julio, 2011 ----- Nikon d300

viernes, 4 de marzo de 2016

PLANAZO PARA EL FINDE

Golpea la lluvia detrás de los cristales, y yo encantado. Este fin de semana tengo trabajo docente (pero del creativo y enriquecedor), comeré en un pueblo costero con unos amigos a quienes hace tiempo que había perdido la pista, leeré calentito unas cuantas entrevistas de Juan Cruz a otros tantos literatos, veré algunos episodios atrasados de mi serie actual, experimentaré con algunos juguetitos nuevos de reciente adquisición, editaré alguna foto que alivie mi síndrome de abstinencia, pensaré en el argumento para algún relato que subir a este lugar, tomaré algún capuccino y varios tés a la bergamota, hablaré en la distancia con dos o tres personas de las que más quiero, felicitaré a una amiga que cumple años... y cuando la espalda aúlle, dejaré correr sobre ella varios minutos de agua muy caliente. De modo que ahí tenéis mi planazo total. Por mí, que llueva.

jueves, 3 de marzo de 2016

ARTE EXCELSO, PRECIO BARATO



Todavía habrá quien diga que el Arte es algo al alcance sólo de unos pocos, y que es un mundo devaluado por la continua sumisión a los mercados de subastas, donde los nuevos necios confunden, como advertía Machado, valor y precio. Y, sí. Habrá quien lo diga y lo predique y hasta lo justifique. Pero en plena era de las imágenes, quien no sea capaz de paladear cuanto arte nos rodea, en los formatos y soportes que se quieran, es que es tonto, carece de sensibilidad o, simplemente elige como opción perdérselo. O, alguna rara combinación de esas posibilidades, que hay gente muy retorcida para según qué masoquismos. 

En la imagen, tomada en el barrio parisino de Montmartre, cientos de carteles, postales, telas, serigrafías y lienzos de todo tipo compiten por atraer la mirada de los compradores potenciales. Pero si no se compra, siempre puede uno imaginar que se encuentra uno en un museo al aire libre, donde las obras campan y se nos ofrecen con la facilidad que permiten las técnicas de reproducción modernas. Aprovechémoslas. Visitemos los museos que no lo son. Disfrutemos del Arte mientras podamos. Seamos marchantes imaginarios o compradores de arte excelso por unas pocas monedas, lo que cuestan placeres más mundanos. No se dirá que  no se avisó, antes de que hasta eso nos sea vedado.

Carteles de pintura serigrafiados en la Place du Tertre, en Montmartre (Paris, Îlle-de-la-Cité, Francia)
Julio, 2012 ----- Panasonic Lumix G3

miércoles, 2 de marzo de 2016

MI PALABRERÍO CANALLA (3)

ABUNDANCIA: Gran cantidad de algo, que puede suponer una ventaja si fuere bien asimilada, o distribuida, o racionalizada; pero que puede constituir el principio de una serie inacabable de desgracias y desafueros para quienes no la entiendan en su justa y mudable naturaleza.
ABURRIMIENTO: Estado habitual que se puede hallar entre quienes usan la inteligencia y los sentidos tan sólo como contenido volátil de un continente uniforme distintivo de la especie. Surge cuando no se sabe qué hacer con el tiempo ni, aún peor, consigo mismo.
ACADEMIA: Recinto con pretensiones económicas que atrae a sus pupilos con embustes referidos a su futuro profesional, el cual aspira a allanar, mediante el pago de unos estipendios proporcionales al número de asistentes por aula y la asistencia más o menos regular a las charlas dadas en ellas.
ACCIDENTE: Resultado desagradable e inexplicado (que no inexplicable) de una concatenación de causas concretas producidas casi siempre por nosotros mismos, pero que solemos atribuir a los demás, por aquello de descargar las conciencias y evitar onerosas sensaciones de culpabilidad.
ACCIÓN: 1. Movimiento cuya vehemencia e intensidad se oponen a la abulia de la pasividad y a la inercia de la rutina más ruinosa. 2. Grito que dan los directores de cine cuando desean que toda la fauna que  se halla bajo sus órdenes confluya en un punto de actividad común por una vez y sin que sirva de precedente. 3. Cada uno de los papelitos que permite a uno presumir de aquello tan pomposo de “poseer la parte proporcional de una empresa”, lo cual da derecho a voz, a voto, a dividendos y a ruina compartida.
ACERTIJO: Adivinanza (v.) de uso exclusivamente infantil, que toma a los niños por lo que realmente son, y, en algún caso excecpional, por menos de lo que suelen ser.
ACNÉ: Forma divertida y un tanto tocapelotas (y puntual y arrebolada y sebácea) que tiene la Naturaleza de indicar a los adolescentes de ambos sexos que ya pueden trabar contacto erótico-festivo, a cambio de convertir sus respectivas apariencias faciales en un desastre lamentable que, por paradojas de la vida, no dificulta para nada dicho contacto, antes bien, parece estimularlo.
ACONDROPLASIA: Variedad de enanismo que aqueja a dictadores, matones de  barrio, artistas en busca de popularidad, tiburones de la bolsa y políticos en general. Les suele interesar el cerebro y la inteligencia con la contrapartida de incrementarles la ambición, la idiocia y las ganas de sobar las narices ajenas (u otras partes más pudendas).
ACROBACIA: Presunta habilidad física y corporal que ejecutan (con la seguridad que todo entrenamiento repetido permite) todos aquellos que no son capaces de llamar la atención con su inteligencia o su belleza o su estulticia.
ACROFOBIA: Horror de todo aquel mediocre que no es capaz de soportar alturas ni físicas ni intelectuales, ni en los demás (por envidia) ni en sí mismo (por conciencia de que no logrará hollarlas jamás o —lo que es peor— por ignorancia tremenda sobre lo que allí arriba se esconde).

Del libro inédito Palabrerío canalla, 1999

martes, 1 de marzo de 2016

LA ENORME SOBRIEDAD DEL DÓRICO


Cuando estudiaba Arte en el instituto, la profesora insistió mucho en el hecho de que, en comparación con los templos egipcios, los griegos “estaban hechos a escala humana”, por tanto deduje que serían más pequeños que aquéllos, lo cual es cierto, pero me parece que me quedó una idea algo equívoca del concepto “pequeño en comparación con”. No he estado ni en Egipto ni en Grecia (lo sé, es lamentable). Sin embargo, sí he contemplado muchas obras tanto de una cultura como de la otra en museos italianos, franceses o británicos. Y, sí, la escala es sin lugar a dudas distinta. No hay más que ver las columnas de salas hípetras o hipóstilas de algunos templos egipcios ubicadas en el Museo Británico para comprender las proporciones de cómo será la estructura original.

Pero precisamente en este museo londinense hay varios fragmentos rapiñados del Partenón ateniense que me impactaron, no sólo por sus cualidades estéticas, sino por ofrecerme una idea más precisa de lo que es la altura y dimensiones de la considerada obra maestra de la arquitectura clásica griega. La fotografía que ilustra esta entrada muestra sólo el capitel y la parte superior del fuste de una de las columnas dóricas que componían la columnata o peristilo exterior del templo. Pese a hallarse sobre un basamento, puedo asegurar que la parte superior quedaba a la altura de mi cabeza. Poco más allá se encontraban las famosas metopas de los centauros y los lapitas, que medían casi metro y medio cada una. Así que ¿ésta era la pequeñez de los templos griegos? Muy sorprendido me quedé. Con todo, me dejé llevar por lo que aquellas piedras cinceladas me transmitían. ¡Ah, qué sobriedad, qué sencillez, y aun así, qué totalidad! Un capitel que consta sólo de dos piezas, una prismática, arriba -el ábaco-, el colmo de la simplicidad; otra, con algo de curva descendente, debajo -el equino-, como una almohadilla que parece descender para encontrarse con el fuste estriado. La decoración se limita a unas finísimas líneas que forman el collarino. Y ya está. Con eso logran la quintaesencia del alma griega de la primera época, dura y adusta. Sí, a escala humana, de acuerdo. Pero que nadie se llame a engaño: son grandes las columnas dóricas. Grandes, grandes.

Capitel dórico del Partenón en el British Museum de Londres (Gran Bretaña)
Enero, 2008 ----- Nikon d100

lunes, 29 de febrero de 2016

OTRO COMIENZO (MÁS)

Romper amarras, marcharse, continuar. Así de sencillo se puede comenzar un cambio drástico. Tan fácil como escribirlo y después cumplirlo. Mi vida ha terminado. Al menos, la que llevaba hasta ahora. No me gusta cómo vivo. No me gusta en lo que me he convertido. Es hora ya de dar un volantazo que me encamine en otra dirección. Y creo que ahora, mientras los demás cantan, bailan, cometen los excesos propios de una noche como ésta, es un buen momento para tomar mi decisión. Dejaré, pues, que el azar que me ha sobrevenido por sorpresa sea la yesca que me inflame. Me voy. No sé por cuánto tiempo ni hacia dónde, pero desde ahora viajaré al ritmo que me indiquen mis sentimientos y mi necesidad. El viaje será mi forma de vida. Mi viaje será mi transcurso. Con todo lo que ello comporte.

Entrada inicial del Diario del transcurso (inédito), Enero de 2003

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