lunes, 21 de marzo de 2016

FASCINACIÓN POR "BLACK MIRROR"

Estoy impactado con Black mirror. Se trata de una serie británica reciente sobre distopías recreadas en un futuro bien próximo, no sé si por fortuna o por desgracia. Lo que nos plantean sus episodios independientes son diversos futuribles asociados al uso, abuso de las nuevas tecnologías, y a sus consecuencias siempre inesperadas. Lo que muestran, sin embargo, es tremendo: te desencaja, te vapulea por dentro, te hace preguntas durísimas que inicialmente quedan sin respuesta. Las dejas rumiando dentro. Pero no maduran lo suficiente. Porque no eres suficientemente maduro. ¿Quién lo es? ¿Hemos usado lo bastante estos aparatos que ahora nos facilitan y nos complican la vida a partes iguales en apariencia? ¿Somos conscientes del mundo que estamos creando entre todos? ¿Lo hemos sido alguna vez? ¿Supieron los hititas lo que iban a generar con su novedoso armamento de hierro? ¿Sabemos hoy lo que internet y la telefonía móvil, aunados podrán desarrollar en un corto plazo, habida cuenta de lo ya transformado en la vida social, económica y política del planeta? ¿Reconocemos nuestra impericia para poder prever las consecuencias de algo que en apariencia es un avance? ¿Un avance es necesariamente un recorrido hacia adelante, o admite recovecos, parones, recorridos sinuosos de replanteamiento, frenazos? No lo sé, claro. Demasiadas preguntas. Y, sin embargo, hay quien ya tiene bastante con la realidad. Y cree que las series no deben hacer pensar. Todo lo más, entretener. Pero yo no soy de ésos. Soy de los que gustan de entretenerme pensando, de los que piensan mientras se entretienen, de los que pueden pensar sin entretenerse necesariamente. De los que piensan, vaya. Aunque no llegue más que a conclusiones personales y válidas sólo para mí, aunque no siempre. Pero me gusta que me hagan pensar y cuestionarme lo que ya sé, para pensar de nuevo. Por eso me gusta Black mirror. Perdón. Quería decir que me fascina Black mirror.

2 comentarios:

la cocina de frabisa dijo...

No me extraña, me pasa lo mismo. Estoy en shock desde hace tres días y ya he visto 4 capítulos, yo que nunca tengo tiempo para extras, pero no puedo, estoy abducida. No se puede decir que sorprenda, es una serie que te tira, te zarandea, te levanta para volver a tirarte con violencia y cuando te has quedado sin respiración, acaba y te quedas tan confuso que no es que escojas "pensar" es que invade de tal manera tus pensamientos que literalmente, TE SECUESTRA.
Así que yo diría que si tú estás fascinado, yo estoy ALUCINADA, sí, con alucinaciones, jajjajajja. Bss

María Pérez Martínez dijo...

Hace dos años vi seis capítulos de Black Mirror. Me dejaron sin palabras.
Aún recuerdo el impacto que me produjo el primero que vi, el de esa especie de gimnasio, o lugar de trabajo, virtual. No sólo creo que no olvidaré fácilmente algunas de sus escenas sino que no soy capaz de escuchar I have a dream de Habba sin trasladarme a la piel del protagonista que pedalea sin parar para alcanzar los créditos necesarios que le permitan conseguir… ¡nada de nada de lo que quiere! Tremendo.
Pero cada capítulo tiene lo suyo. Producen, además de desolación y desasosiego, una especie de curiosidad y enganche que nos induce a ver uno tras otro. Son toda una contrariedad.
Siempre me resultó dificilísimo hacer un análisis de ellos, pero tú has hecho uno bueno.
Pienso que el desarrollo tecnológico y económico tienen poco que ver con la evolución humana; y ojalá el sentido común de gran mayoría logre detener y modificar el repugnante rumbo que nos están imponiendo los intereses de unos pocos, pero muy poderosos.

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