Una tarde plomiza, húmeda, aburrida por los cambios de postura producidos por mi lumbalgia, que no me deja hacer lo que me gustaría, puede tener remedio. Si después de hacer varios intentos lectores, cinéfilos o siesteros, aún se sigue en la misma línea, se puede colocar un cedé en el reproductor y escuchar algunas de esas arias que justifican el tiempo invertido, los pensamientos trastocados, las pupilas temblorosas. En este caso, el tenor gordo, tonante, excelso. Italiano. De Módena. Nada que ver con el vinagre. Luciano Pavarotti.
Cuadro de la exposición de J. P. Blanchard, en Saintes (Charente Maritime, Nueva Aquitania, Francia)
Julio, 2015 ----- Panasonic Lumix G6
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