lunes, 7 de enero de 2019

CHORROS DE AGUA CONGELADOS


Podría parecer que los chorros que efectúan esas elegantes parábolas se hallan congelados, y si nos atenemos a las temperaturas del exterior habidas en las últimas dos semanas, no sería una imagen tan imposible de lograr. Pero, no. La congelación de ese agua entubada y dirigida tiene que ver con la velocidad de obturación con que se tomó la fotografía, gracias a que la abundante luz existente lo pudo permitir. Además, era verano.


Como en tantas situaciones de la vida cotidiana, no vemos lo que en realidad hay. Sólo captamos lo que nuestros limitados sentidos nos transmiten, y esa información tiene muchas carencias. Si viéramos, escucháramos, oliéramos lo que algunos animales, seríamos unos seres con unas posibilidades mucho mayores de las que todavía tenemos. Pero en realidad, cuando vemos un chorro de una fuente, sólo vemos una continuidad de agua que en realidad es un rosario de "cartuchos" líquidos que nuestra particular retina une en una continuidad que sólo vemos nosotros, al igual que cuando contemplamos una película no vemos 24 ó 25 imágenes por segundo, sino un continuo movimiento. No debemos, pues, quedarnos con todo lo que veamos, ni todo lo que oigamos, ni todo lo que lleguemos a oler. Seguro que no es más que una parte de la realidad, y con seguridad no la mejor (ni la más interesante).

Fuente en Valladolid (Castilla y León, España)
Julio, 2007 ----- Nikon D100

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