Aquí, donde se ve, esto fue la entrada a un colegio de jesuitas muy relevante, construido a finales del XVI en una localidad de la provincia de Toledo. En ángulo recto con esta fachada sencilla, se halla todavía la imponente aunque austera iglesia de dicha institución. No viene al caso que el colegio fuera de jesuitas, que la iglesia siga siendo muy alta, que en el muro de la entrada mezcle ladrillo con sillar o sillarejo o que al lado hayan erigido una escultura del famoso Francisco de Toledo, oriundo de esta villa que llegó a ser virrey del Perú unos cuantos años de ese mismo siglo. No. Eso ahora no importa.
La foto se trae aquí porque, inútil como ya es el antiguo edificio, pero aún en pie, alguien tuvo la feliz idea de crear un trampantojo que cualquiera que pasa al lado, obligatoriamente ha de ver. Se localiza en dos ventanas de la parte baja y en la puerta principal. Y como se puede apreciar, se han pintado sobre los muros macizos (rellenos para evitar deterioros mayores) nada menos que !estanterías, libros, anaqueles, bibliotecas¡ Como ya no las hay, porque la incuria del tiempo y de los hombres se lo llevó todo, ¿por qué no simularnos y alegrarnos un instante la vista? Algo así debió pensar alguien perspicaz, inusualmente culto en los pastizales políticos o eclesiásticos. Vaya, pues, desde esta humilde bitácora un sentido agradecimiento a dicha persona, sea quien sea, fuera quien fuera, exista todavía o no.
Oropesa (Toledo, Castilla-La Mancha-España)
Diciembre, 2018 ----- Nikon D500
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