Dos
negaciones afirman. Nos lo explicaban de pequeños. A veces, la yuxtaposición de
las mismas puede originar confusión. Pero otras el contraste entre la primera y
la segunda negación, refuerza lo contrario, es decir, la afirmación.
En este
caso, lo que se niega es la desesperanza de la opresión, de la reclusión, de la
desesperación. En cualquier momento, en cualquier lugar, la misma mente que
puede atenazarnos nos puede salvar, evadiéndonos, transformándonos,
renovándonos. El remedio consiste en dejar que ella misma resuelva.
Consiste -qué fácil, a priori- en no dejarse vencer por las circunstancias, y
en pensar que aun en las peores condiciones, todo puede resolverse pensando de
diferente forma, o aprovechando los únicos resquicios de bueno que tenga cuanto
de malo nos suceda. La ambigüedad de la frase de Séneca nos recuerda que el
cielo puede estar en cualquier parte. Cuando se habla de cielo, entiéndase como
cualquier lugar mejor del que estemos en ese momento. Cuando se habla de elevar,
entiéndase de forma literal.
En Marbella (Málaga, Andalucía, España)
Enero, 2017 ----- Nikon 500