jueves, 13 de marzo de 2008
Corre, bruto
miércoles, 12 de marzo de 2008
Así soy
martes, 11 de marzo de 2008
Polvo de libros
lunes, 10 de marzo de 2008
Deseos caninos
domingo, 9 de marzo de 2008
Cuestión de oficio
sábado, 8 de marzo de 2008
Mendicidad recurrente
viernes, 7 de marzo de 2008
Alto en el camino
jueves, 6 de marzo de 2008
Caronte
miércoles, 5 de marzo de 2008
Aguas mayores, menores, perentorias...
martes, 4 de marzo de 2008
Concierto flamígero
lunes, 3 de marzo de 2008
Distinta preocupación
domingo, 2 de marzo de 2008
Gallo huido
La verdad es que nos daba mucha pena el gallo, y más cuando vimos detrás de nosotros a dos docenas de gallinas, aguardando a que nos fuéramos, para dar rienda suelta a sus deseos. Solidarios, las espantamos a correazos y a voces: el corral se vació en un instante. El gallo comprendió que estábamos de su parte, pero seguía temblando tras la puerta.
Pero lo cierto es que el gallo nos daba tanta pena, que esa misma noche decidimos poner fin a sus miedos, y alegramos la cena con la inusual tersura de su carne, de sabor exquisito, que más de uno atribuyó a las transformaciones que sufre la carne ante el sexo ejercitado de forma regular, cuando va unido a un pánico muy prolongado.
sábado, 1 de marzo de 2008
El color sobre lo gris
Al final, llegamos al extremo del puerto, y ante nosotros, los bloques pintados contra la lógica, contra corriente, contra natura. Los ojos no pudieron sino concebir un sueño dulce, recordar los juegos inagotables de los niños. La amplia gama de colores nos inundó por completo, las formas recuperaron nuestra niñez, y nuestro ánimo olvidó todo lo demás.
Seguía lloviendo, el viento nos oponía su persistencia, pero nuestras sonrisas bobas y ensimismadas dibujaron un sol interior que lo abrillantó todo y que transformó por completo aquel día. El día en que conocimos otra posibilidad más de que el Arte surgiera de nuevo desde las profundidades de la nada, de que el color brotara desde el más profundo e inútil gris.
jueves, 28 de febrero de 2008
Conciencia del dolor
No hay minuto que no sea consciente de la dolorosa condición que padezco, que no me rinda sin condiciones, que no desee desaparecer para siempre, taladrado por punzadas, repetidas como latidos.
Sólo soy una burbuja a punto de estallar, opaca como la piedra que me conforma, labrada con la paciencia de años, asediada por las miradas de todos, por dedos que me recorren, por las voces que me acosan sin descanso, pero la cabeza me estalla. El dolor me acosa con regularidad concéntrica. Cierro los ojos. Bajo la cabeza. No pienso, no respiro. Muero. Mas la tortura de mis sienes me recuerda que sigo vivo.
miércoles, 27 de febrero de 2008
Excesiva demora
martes, 26 de febrero de 2008
Arrebujado en el tiempo
lunes, 25 de febrero de 2008
Ante todo, mucha calma
Expresionismo arbóreo
Un pino resinero juega a ser Pollock. Acaso éste soñara con él.
sábado, 23 de febrero de 2008
Huellas
La sombra de los buitres
Cuando lo vieron llegar, los demás buitres notaron que aquello les era desconocido. Sus formas les eran familiares, pero sólo su contorno era visible a sus ojos y se podía ver a su través. Sus evoluciones mostraban una suavidad extrema y precisa, y su vuelo todavía se oía menos que los suyos. También notaron con asombro que no les tenía en cuenta a la hora de decidir la dirección de sus alas; su cabeza tampoco parecía mirarles. Volaba sin ninguna atadura y sin un plan que pudiera adivinarse. Para colmo, eran ellos quienes habían de apartarse con rapidez cuando sus trayectorias parecían que iban a encontrarse. El jefe del clan, enfurecido por la situación, reivindicó su jerarquía y tomó la iniciativa de deshacer el embrujo que los demás parecían haber estar sufriendo. Sin previo aviso, se fue de frente contra el intruso, cuya transparencia a todos admiraba. Su rabia se trocó en espanto, cuando comprobó que su ataque no tuvo consecuencia alguna, ya que su cuerpo atravesó aquella forma limpiamente, sin que aquella forma modificara su trayectoria o su actitud. Lo intentó más veces, pero con idéntico resultado. Al final, se dio por vencido. Pero todos pudieron captar que la extraña forma seguía sin mirarlos y que, poco a poco, se alejaba. Nunca más lo volvieron a ver. Pero en el grupo ya nada volvió a ser lo mismo.
AVISO A VISITANTES
Si alguien se reconociera en alguna fotografía y no deseara verse en una imagen que puede ver cualquiera, puede contactar conmigo (fredarron@gmail.com), y será retirada sin problema ninguno.