Hace frío y llueve. Es perfecto. Al fin y al cabo, estamos en pleno invierno. ¿Qué esperamos en esta estación, lo que sucedió a comienzos del otoño pasado, que tuvimos un verano real, cuando procedía algo muy distinto?
Me gusta la coherencia. En las personas, en los animales, en la climatología. En los animales es donde más se aprecia. Un animal suele comportarse como se espera de él, incluso habiendo sido transformado por su contacto con el ser humano. Con respecto a las personas, voy aceptando que para referirnos a alguien que lo es mucho, digamos (como mucho) “es poco incoherente”, pues lo habitual es la incoherencia, el desajuste entre lo que pensamos y el modo en que actuamos después. Pero que hasta la climatología presente rasgos inapropiados, imprevisibles y dependientes de variables cada vez menos predecibles, me molesta en gran medida.
Por eso, también me molestan quienes ansían tener siempre buen tiempo, en épocas en las que ese “buen tiempo” (concepto también muy relativo, subjetivo y opinable). Cada momento, debería tener su lógica, cada estación, su meteorología. Y cada ser humano, su línea de actuación, lo menos incoherente posible. Así que si ahora hace frío y también llueve, resulta perfecto. Tal vez me haya fastidiado el fin de semana, y la posibilidad de pasear con quien uno más quiere. Pero, en definitiva, hoy es un día coherente que estimula en buena medida el deseo de erradicar mis incoherencias.
1 comentario:
Yo también soy muy estacional y me encanta que en invierno "detrás de los cristales, llueva y llueva..." momentos mágicos para compartir también con quien una más quiere, la lectura de la prensa, una rica comida de domingo, una peli.... mientras detrás de los cristales...llueve y llueve ....
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