miércoles, 2 de marzo de 2011

domingo, 27 de febrero de 2011

MICRORRELATO

DAFNE Y APOLO

Antes de empezar a hacer la comida, a Dafne le viene un repentino vuelco a la mente, y se pregunta qué ha sido de su vida en los últimos veinte años. Como siempre, acaba pensando que su vida ha sido un continuado y tranquilo descenso a la mediocridad más habitual. Ello no le causa ningún malestar. Está acostumbrada. Piensa mucho, y no sólo en ella misma. Sin embargo, a la hora de decidir qué va a preparar, antes siquiera de ir seleccionando los ingredientes adecuados, nota cómo las manos no le reaccionan, y siguen metidas en el mandil que su hija le regaló por su último cumpleaños. Los recuerdos le sobrevienen en discontinua cadena, y en alguno de los eslabones se detiene, licenciosa. Allá en la facultad, cuando el Arte mediatizaba la vida, y unos ojos azules le perturbaron el Arte y la vida. También todo lo demás; aunque eso vino después, con el correr veloz y lento de los años. Y, sin darse cuenta, sus manos acaban en el frasco donde guarda el laurel que su marido le recoge a veces en el parque. Los dedos recorren las hojas que la impregnan de aromas y de recuerdos, hasta que al final una lágrima humedece una de ellas, la menos verde, que será por ello la elegida. “Algo con laurel”, se dice. Repasa la lista de recetas que sabe elaborar con ese sabor esencial. No le salen más de seis. Se decide por la más simple: “no se merece mucho más”. Mientras va colocando los ingredientes sobre la encimera, el llavín en la puerta le indica que su marido acaba de llegar. Tras unos segundos y unos saludos desde la lejanía, siente cómo unos brazos la rodean y la estrechan con calidez y ternura. “Hoy tampoco has echado a correr, ¿eh?”, le dice, repitiendo una fórmula usual entre ellos. Y la besa en el cuello. Luego, le llega el olor a laurel, y se relame sin saber siquiera qué comerá, mientras le susurra al oído: “ésta es mi Dafne”. Casi a punto de echarse a llorar, sin aún volverse hacia su marido, retira todo cuanto había ido preparando, excepto el bote con el laurel. Decide que la receta que preparará será otra; con seguridad, la más exquisita de la lista. “Este es mi Apolo”, contesta al fin ella, fingiendo sólo a medias.
Del libro Micrólogos

miércoles, 23 de febrero de 2011

REFLEJO DE MUSEO

domingo, 20 de febrero de 2011

MICRORRELATO

AMOR IMPOSIBLE

El muñeco de nieve se vio un día inflamado de amor cuando pudo ver a través de la ventana aquella estufa de hierro forjado. Se trataba de una Chubesky a gasóleo que habían traído a la casa de los niños que lo habían modelado. Ya sólo contemplarla desde fuera le produjo sudores extraños, aunque el día estaba nublado. Cuando se acercó más al cristal para poder admirarla con detalle, sintió que su base perdía algo de volumen. Pero el deseo pudo más. Aprovechando que la familia estaba durmiendo la siesta, entró en el amplio salón. Verla de cerca le produjo un estremecimiento que confirmó que su intuición no había sido cosa de un instante. Ella, coqueta y halagada, lo observaba a través de los múltiples ojos de su ventana frontal, y poco a poco comenzó a sentir también una atracción arrebatadora. La misma que fue recorriendo al muñeco por todo su cuerpo. Mientras más se acercaba, notaba que su cuerpo menguaba y que la alfombra del salón se empapaba por momentos. Ella le incitó a abrazarse con un beso infinito. Él comentó que si se juntaban, él moriría. Ella replicó que antes de que eso sucediera conocerían el verdadero valor de su pasión. Él aceptó, febril. Ella lo acogió en su seno con una llamarada de amor indestructible. Él se derritió por completo. Ella fue anegada por toda su agua. Él desapareció entre vapores. Ella nunca pudo ser reparada.
Del libro Micrólogos

miércoles, 16 de febrero de 2011

ATRACCIÓN DE CONTRARIOS

domingo, 13 de febrero de 2011

MICRORRELATO

MUÑEQUITA ARISCA, RENCOROSA


Al llegar a casa, colgó el abrigo en la percha, dejó el maletín al lado del taquillón, soltó las llaves y la llamó en voz alta. Nadie respondió. “Mira que eres arisca; y rencorosa, además” comentó. Anduvo por todo el piso, y al final recaló en la alcoba. “Claro, en la cama echada, donde te dejé; ¡qué espectáculo!”, comentó con un gesto de aparente desprecio. Ante el mutismo recibido, se detuvo unos instantes a mirarla. Su piel brillante y juvenil, su cabello largo, lacio, ordenado y limpio, su mirada ausente, su desinterés. “¿De verdad aún no me has perdonado por lo de esta mañana? Vamos, amor, no fue para tanto”. Y se acercó y la besó en los labios con cierto ardor. Ella ni se inmutó. Su mirada seguía perdida y sin hacer contactar sus ojos con los de él. “Resentida, mal tomada. Ya me lo advirtieron, ya, pero no les hice caso. ¿Y sabes por qué? Porque en el fondo me gusta esa cara de rencor que le pones a tu maridito cuando regresa del trabajo. Me excita esa pasividad que me lanzas a la cara. Compruébalo tú misma”. Y le cogió la mano con violencia, y la colocó sobre su sexo, que ya le abultaba el pantalón. “¿Lo ves?”. Y continuó besándola en la cara, en los ojos, en el cuello, y manoseando sus senos, pellizcando zonas sensibles, sin obtener reacción ni respuesta alguna. Pero la excitación del hombre iba en aumento y trasladó su cuerpo encima del de ella, frotándose sin disimulo. “Muñeca, eres la mejor, ya lo sabes”. En un momento dado, la hebilla del cinturón se abrió hacia adelante y presionó más de la cuenta, hundiéndose hacia abajo. Fue entonces cuando ella reaccionó por primera vez dejando escapar un sonido agudo, como un silbido prolongado que se hacía cada vez más intenso a cada embestida, hasta que por el último estertor de él coincidió con el desinflado completo de ella.
Del libro  Micrólogos

miércoles, 9 de febrero de 2011

domingo, 6 de febrero de 2011

MICRORRELATO

GUILLERMO TELL, TEJANO

El héroe tensó sus músculos y se dispuso a disparar. Sus ojos sólo buscaban concentrarse en los brillos verdes y rojos del blanco fatídico. En el instante supremo, su mano derecha descendió lentamente, pero en el último momento con una rapidez inimaginable sacó el revólver y acertó justo en el centro. Su admirable precisión provocó un grito estremecedor entre los asistentes, que apenas podían dar crédito a lo que acababan de contemplar, mientras el cuerpo de su hijo se desplomó hacia atrás sin apenas ruido. Sólo una carcajada proveniente de lo alto de la torre rompió el estupor general. Transido de rabia, con un segundo tiro destrozó la manzana en mil pedazos. Sólo un instante medió con la tercera bala, que heló para siempre el rostro satisfecho del taimado gobernador. Para concluir, habría deseado poder vaciar el cargador entero sobre sí mismo. Todo terminó, sin embargo, con la bala siguiente.
Del libro Micrólogos

miércoles, 2 de febrero de 2011

FRENESÍ DE PERCUSIÓN

domingo, 30 de enero de 2011

MICRORRELATO

CASTING DE PERSONAJES

Una vez que hube tomado todas mis notas previas y decidido el marco donde ubicar mi novela, comencé con la selección del personaje principal. De ese modo, convoqué una reunión donde seleccionar los candidatos principales y poder contratar a uno de ellos para incluirlo en mi único proyecto serio. Pero pronto me di cuenta de que aquello sería una tarea muy complicada. Vinieron muchos, casi cuarenta, a cada cual más dispar. Voceaban mucho y varios al tiempo, exigían demasiado, polemizaban entre ellos, eran maleducados, coléricos, engreídos, imposibles de dirigir. Pero, con todo, fascinantes, cada uno en su estilo. Decidí postergar mi decisión. Se fueron todos malhumorados, y alguno pronunció incluso palabras gruesas antes de marcharse. Una semana después, efectué otra convocatoria, con idéntico desenlace. Comprendí que no me quedaba más remedio que tomarme a mí mismo como personaje clave. Yo no escaparía de mí, no podría negarme a formar parte de tan importante proyecto, y siempre tendría la posibilidad de modelarme a mi antojo. El problema que se planteó entonces es que en mi novela el protagonista acaba ahorcándose al final, desesperado de todo y en lucha contra todos. Aun así, no opuse resistencia. Desde que comencé a escribirla, he dedicado un ratito al día para imaginar cómo sería la cuerda de la que acabaría colgando. Hoy por fin la encontré. Resulta sedosa de tacto, pero de material fuerte y resistente. Aguantará mi peso sin venirse abajo. He dejado instrucciones precisas para que la novela se concluya conforme lo que va a suceder a continuación. Sólo deseo que no se malinterpreten mis intenciones, que mis instrucciones sean aplicadas al pie de la letra, sin cortes ni censuras, ni compasión ni piedad; y que no se cuestione mi autoría.
Del libro Micrólogos

miércoles, 26 de enero de 2011

LÍQUIDO CORTINAJE

domingo, 23 de enero de 2011

MICRORRELATO

BENEVOLENCIA DEL ALUMNADO

Cuando expongo en clase cosas tan incomprensibles como que de dos palabras antiguas como “Caesar” y “Augusta” se ha podido llegar a una actual como Zaragoza; o bien que el universo consta de millones de galaxias, cada una de las cuales contiene miles de millones de estrellas, y éstas a su vez sus correspondientes planetas; o que el vapor de agua primero no se ve, pero luego sí, en forma de nubes que, cuando se enfrían por la altitud se convierten en gotas grandes de lluvia que caen a tierra; cuando yo explico esto e intento que lo entiendan y luego lo aprendan, sólo puedo hacerlo poniendo una enorme cara de entusiasmo vehemente, o sea, de loco, de enajenado transitorio, para que los chicos puedan ser comprensivos y benevolentes conmigo, y no me desprecien más de lo habitual, y puedan colocarse sobre su frágil pedestal y pensar: “pobre, ya está otra vez alucinando con lo suyo”, y así puedan dedicarse a las cosas que en verdad les importan sin que les dé por chillar, insultar, escupir o agredir a quien les habla.
Del libro Micrólogos

miércoles, 19 de enero de 2011

OCULTACIÓN FANTASMAL

domingo, 16 de enero de 2011

MICRORRELATO

TODO, POR UNA CARTERA

¡Qué bárbaro! No lo puedo creer. Total, por una cartera. ¡Qué pija, por Dios! Si ya me parecía a mí que esa pava era nueva en el barrio, pero, claro, no puede uno saberlo todo de todos. Aunque con aquellas pintas, ya me lo tenía que haber olido, porque con el bolso aquel de Chanel..., que pensé que era de imitación, porque siendo tan joven, ¿cómo iba yo a pensar que tendría dinero y posibles para que sus papás le fueran a poner un abogado por tal tontería? Sí, coño, tan sólo una cartera, y más vacía que llena, total, cinco euros y un puto carné azul que no era ni el de identidad, sino de donde estudiaba Derecho, la muy pija, claro, ¿qué iba a estudiar, si no? Ah, y también un listín de teléfonos con una nota cursi del novio, y un huevo de tarjetas, eso sí, que no son mi campo, hay que joderse, que botín tan ridículo no pillaba yo desde hacía meses, y la tía va y me denuncia. Y, claro, los polizontes ¿qué van a hacer, si hay denuncia, pues siguen adelante con los papeles, ya se sabe cómo continúa la cosa, y me ficharon, claro, ¡a mí!, que he atracado a todo el barrio, bueno, a todos los que merecían la pena, claro, que uno es muy legal; y después de ese pasado (en el que no se me había quejado nadie, la verdad, incluso había quien alardeaba de ello, como si fuera yo su atracador particular), va esa pija, y me denuncia. Si es que no hay derecho, coño, con lo que a mí me quieren todos... Ya no hay decencia, no, señor, como antes, ni dignidad. Ahora, a ver con qué cara ando yo por la calle, recién marcado, ya para siempre. Nadie me respetará ya, seguro, si lo sabré yo, que a mi padre le pasó lo mismo, y poco después se murió de la vergüenza, bueno, de eso y de la paliza que le arreó mi madre cuando se enteró de la verdad, que menuda era. Así que, a mí, ¿qué futuro me espera? La muerte, la cárcel, la deshonra, qué sé yo. Y todo por cinco cochinos euros, que no me arreglaron el día siquiera, pero bien arreglado me dejaron. 
Del libro Micrólogos

miércoles, 12 de enero de 2011

BÓVEDA CELESTIAL

domingo, 9 de enero de 2011

FECHAS NUEVAS, PROYECTO NUEVO

Cumplido el propósito del 2010, formulado ahora hace justamente un año, es natural que un nuevo proyecto cobije las formas que utilizo para expresarme, tanto con la fotografía como con la palabra.

Todo proyecto ha de contener novedades. También, retos. Si no, uno se adocena, y tampoco quiere ser uno una docena, sino sólo ser uno, uno mismo, que no es poco.

Este año las novedades son tres. 

Por un lado, se reducirá ostensiblemente el número de fotos que aquí se muestren. Serán 52 obras, a razón de una por semana, y tendrán por hilo vertebrador ser obras de creación fotográfica. Entiendo por creación fotográfica, no el retoque y afinado de una toma con miras a su visión por los demás, sino una edición que altere la realidad que fue el origen de dicha imagen y que muestre técnicas más avanzadas de la edición fotográfica. El objetivo, se entenderá con facilidad, es que yo me obligue a practicar dichas técnicas y aprender, aprender, aprender, que es a lo único que podemos aspirar mientras vivimos. Ello no significa que sólo vaya a editar una foto por semana. Seguiré con el ritmo adquirido, que se ajusta bien a mis necesidades y presupuestos temporales, pero no se mostrarán aquí. Los escasos visitantes de este blog podrán seguirme si lo desean en mi página de Flickr, donde subiré una imagen diaria (ése es el propósito; ya se verá en la práctica en qué queda la cosa).

En segundo lugar, no habrá “tema estrella”, como lo hubo este año pasado con el retrato. Lo que sí cambiarán son las formas. Los temas, desgraciada o afortunadamente, seguirán siendo los mismos. Más o menos.


Por último, una cabecera nueva, claro.

Quiero agradecer de nuevo —y por último— a mi escasa parroquia de visitantes su perseverancia y fidelidad, realicen o no comentarios. Vuestra compañía no me resulta imprescindible para mi tarea, pero seguro que este blog no sería igual sin ella y, con seguridad, algo peor.

viernes, 31 de diciembre de 2010

jueves, 30 de diciembre de 2010

YO MISMO (Agosto, 2010)


FOTO: Sergio ARCE

miércoles, 29 de diciembre de 2010

SOPLO CELESTIAL

martes, 28 de diciembre de 2010

lunes, 27 de diciembre de 2010

PARALELISMOS

domingo, 26 de diciembre de 2010

MICRORRELATO

NATIVIDADES

La primera vez que nací, la terrible tormenta que se abatió aquella tarde me anunció una vida llena de sosiego y placidez. La segunda, un sol intenso y brillante me anticipó los muchos peligros que soporté estoicamente todos los años que duró esa existencia. La tercera, era noche cerrada y las nubes lo cubrían todo, y no se podía ver ni una estrella; los arúspices pronosticaron con acierto que tendría una clarividencia sin igual. La cuarta tuvo lugar un día en que una gran cantidad de nieve mansa se había desparramado por los campos y acabó por cubrirlo todo; no hubo nadie que pronosticara ni anunciara nada: mi muerte tuvo lugar a los pocos días. Faltan pocas horas para la quinta y, hastiado ante tanta paradoja sin sentido, esta vez me negaré a aparecer de nuevo.
Del libro Micrólogos

sábado, 25 de diciembre de 2010

viernes, 24 de diciembre de 2010

EL MAR, SIEMPRE EL MAR

jueves, 23 de diciembre de 2010

BIBIANA (Julio, 2010)

miércoles, 22 de diciembre de 2010

PARES SIN PAREJA

martes, 21 de diciembre de 2010

SERGIO (Agosto, 2010)

lunes, 20 de diciembre de 2010

INICIOS CISTERCIENSES EN LA CRUCERÍA

domingo, 19 de diciembre de 2010

MICRORRELATO

DESGRACIA

Ya es desgracia, ya, que siendo, como soy, la única estatua masculina del jardín, la obra suprema del maestro Guinardi, elogiada por todos, colocada entre setos y parterres tan exquisitos y delicados, elevada orgullosamente por entre todo cuanto me rodea, ya es desgracia, digo, que me haya ido a enamorar del único ser que jamás me mirará al rostro, de quien nunca lograré la aprobación pues nadie se la pedirá, a quien nunca conseguiré porque ella vuela siempre demasiado alto. Ya es desgracia, insisto, que siendo, como soy, una estatua de bronce (obtenido por medios no lícitos), me haya abstraído de este modo y no haya forma —ni siquiera violenta o ilegal— de que mi amor encuentre satisfacción a sus desvelos. Ya es desgracia, insisto, enamorarse de la única paloma que visita el jardín, que llega cada mañana puntualmente sobre las diez. Como cada día, bebe agua de la fuente, chapotea un poco mientras mira para todos lados, menos para mi cara suplicante. Luego viene a posarse sobre mi pelo, pero no para picoteármelo o acariciarlo con su pico o sus patas, sino para aliviar su vientre sin recato alguno, dejándome siempre con esa sensación de ácido desamparo que no puedo dejar de sentir cada vez que se va. Ya es desgracia, ya, estar tan ciego como estoy. Mejor dicho, como voy estando; y cada día más.
Del libro Micrólogos

sábado, 18 de diciembre de 2010

MARÍA FELISA (Junio, 1990)

viernes, 17 de diciembre de 2010

TUBA TELEFONISTA

jueves, 16 de diciembre de 2010

ANSELMO (Agosto, 1994)

miércoles, 15 de diciembre de 2010

TODOS LOS FUEGOS, EL FUEGO

martes, 14 de diciembre de 2010

JUDITH (Junio, 2009)

lunes, 13 de diciembre de 2010

INESTABLE SUBIDA

domingo, 12 de diciembre de 2010

MICRORRELATO

SENDEROS TRILLADOS

Se las vio y se las deseó para llevar en palmitas el pan que era pan y el vino que era vino, y se le hincharon todavía más las narices porque no entró con pie derecho en casa del herrero, sino con la pata de palo astillada, de modo que después de poner mucha carne en el asador, echar toda la leña al fuego y de llorar los kiries, empezó a soltar pestes y echar sapos y culebras, y le dijo al herrador que ya era hora de poner los puntos sobre las íes, que había estado todo el santo día esperando por él y que aun así, que ni por ésas, que a ver si caía ya de la burra, que ya estaba bien de comer de gorra y que había que estar a las duras y a las maduras, que hasta ahí habían llegado y que no echara sus palabras a humo de pajas, porque si no, vendría Paco con las rebajas, pues a todo cerdo le llega su San Martín, y él se lavaba las manos si luego pasaba lo que pasaba y acababa durmiendo al raso, dicho lo cual concluyó diciendo que ahí se quedaba, y se despidió a la francesa, al comprobar que el herrero en ningún momento dejó de hacerse el sueco.
Del libro Micrólogos

sábado, 11 de diciembre de 2010

ALEJANDRO (Abril, 2006)

viernes, 10 de diciembre de 2010

SIMETRÍA ESCURIALENSE (Y GALLEGA)

jueves, 9 de diciembre de 2010

ISABEL (Septiembre, 1995)

miércoles, 8 de diciembre de 2010

A POR EL DESAYUNO

martes, 7 de diciembre de 2010

lunes, 6 de diciembre de 2010

DE CODOS POR LA VIDA

domingo, 5 de diciembre de 2010

MICRORRELATO

NO SON FANTASMAS

Dicen que vivo rodeada de fantasmas, pero no es verdad. Lo que sucede es que no comprenden que los recuerdos cobran vida en cuanto el cerebro los conecta. Mis anteriores amores, por ejemplo, están presentes —todos ellos— cuando mi actual amante me penetra con violencia y yo casi pierdo el sentido a causa del placer o del dolor (según). Están presentes, y comentan, bisbisean, animan, critican. Alguno, pudoroso, se da la vuelta para no mirar: fue el que más me quiso, y me consta —aunque no lo veo— que llora en silencio cuando chillo de gusto o se indigna profundamente cuando gimo de dolor. Yo a veces los miro, y veo que me miran con deseo o con melancolía, y si su deseo se suma al mío la explosión de mi cuerpo es intensísima, hasta casi perder el sentido, y por ello les agradezco infinitamente su presencia. En cambio, si me miran con desprecio, critican mi postura o mis acciones, o desaprueban cómo me trata mi amante, o tan sólo les veo desinteresados en lo que me sucede, no me concentro del todo, y el sexo que me penetra todas las noches me desgarra el interior sin poder lograr placer alguno. Entonces, les grito y les ordeno que se vayan, aunque no me hacen caso, y acaban riéndose de mí y haciendo una gran burla a mi costa. Mi amante no me entiende porque no me cree, y me suelta que él no está para fantasmas. Mi hermana y mi madre sí creen lo que les digo.  Me dicen que estoy loca, porque me creo rodeada de fantasmas. Pero yo sé que son ellos en su realidad de siempre, y no fantasmas. Pues las fotos de la pared bien los retratan a la perfección (y están como siempre), y las ropas suyas que atesoré en mis armarios a lo largo de estos años son las mismas que llevan puestas cuando me miran. Son reales, muy reales, y no fantasmas, porque sé muy bien lo que hacen conmigo cuando mi amor se va. Y es más, más, mucho más.
Del libro Micrólogos

sábado, 4 de diciembre de 2010

LATIFAH (Julio, 2010)

viernes, 3 de diciembre de 2010

MONOCROMÍA EN ROSA

jueves, 2 de diciembre de 2010

miércoles, 1 de diciembre de 2010

OTRA MODA (ESTÚPIDA) MÁS

martes, 30 de noviembre de 2010

lunes, 29 de noviembre de 2010

INFLUENCIAS ISLÁMICAS EN EL NORTE

domingo, 28 de noviembre de 2010

MICRORRELATO

PRECISIÓN

Les dijo que no, que de ninguna manera, que él no toleraba vaguedades. Que él quería en concreto una hogaza de pan candeal elaborado con masa madre, y una botella de Ribera del Duero, reserva del 98, de una afamada bodega. Y añadió con rotundidad que además era católico fervoroso. Y remató afirmando, de paso, que el refrán se lo podían meter por do más pecado hubiere.
Del libro Micrólogos

sábado, 27 de noviembre de 2010

SAMUEL (Junio, 1990)

viernes, 26 de noviembre de 2010

EL SUEÑO DE LA RAZÓN

jueves, 25 de noviembre de 2010

NURIA (Julio, 1991)

miércoles, 24 de noviembre de 2010

CON AGUJAS Y DEDAL

martes, 23 de noviembre de 2010

PEIO (Junio, 1990)

lunes, 22 de noviembre de 2010

ENTUSIASMOS DEL INICIO

domingo, 21 de noviembre de 2010

MICRORRELATO

VELOCIDAD RELATIVA

La liebre volvió a retar a la tortuga. Esta aceptó y, como es natural, llegó la última, aunque riendo a carcajadas, como tantas veces. La liebre, molesta por la hilarante indolencia de aquella perdedora, le preguntó por qué, pese a tanta derrota seguida, se reía tanto. La tortuga respondió, flemática: ≪cuando llego, siempre en último lugar, me da por pensar la de kilómetros sensatos que voy a andar yo en mi vida, después de que tú hayas dejado de correr sin sentido para siempre≫.
Del libro  Micrólogos

sábado, 20 de noviembre de 2010

ALBA (Agosto, 2009)

viernes, 19 de noviembre de 2010

RESISTENCIA

jueves, 18 de noviembre de 2010

EMILIO (Febrero, 2009)

miércoles, 17 de noviembre de 2010

FUERZA ENVOLVENTE

martes, 16 de noviembre de 2010

ISABEL (Noviembre, 2010)

lunes, 15 de noviembre de 2010

PENSANDO A LA HORA DE LA SIESTA

domingo, 14 de noviembre de 2010

MICRORRELATO

AUTODESTRUCCIÓN LECTORA




La maldición era bien clara: quien leyera aquel libro, perecería de inmediato, aunque no se remarcaba cómo sucedería, ni por qué. Como en todo arqueólogo joven y ambicioso, la curiosidad y la petulancia descreída pudieron más que la prudencia más elemental, y comenzó a leerlo ávidamente. Pero, a las pocas páginas, poseído por un nerviosismo repentino y  atávico, acabó arrojando fuera de sí la obra maldita. Luego, lo pensó mejor, y acabó prendiendo fuego al volumen en la chimenea vacía. Al instante, su cuerpo comenzó a arder desde los pies. Cuando cayó en la cuenta del paralelismo, apagó como pudo las llamas con las manos. Hubo que amputárselas. Las piernas, no; jamás se encontraron.
Del libro Micrólogos

sábado, 13 de noviembre de 2010

JULIO (Noviembre, 2010)

AVISO A VISITANTES

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