
viernes, 9 de abril de 2010
jueves, 8 de abril de 2010
miércoles, 7 de abril de 2010
martes, 6 de abril de 2010
lunes, 5 de abril de 2010
domingo, 4 de abril de 2010
MICRORRELATO
MILAGROSA EQUIVOCACIÓN
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Aquella chica se había prometido que le declararía su amor en público, que todos se enterarían de su pasión por él, que dejaría huella en su conciencia. Sabía que eso a él no le iba a gustar, pues era adusto, reservado y nada proclive a ser el centro de atención de nada. Pero para ella resultaba esencial que así fuera. Por eso, el día previsto sabía en qué lugar se encontraría, y además poseía información confidencial sobre uno de sus deseos de siempre: salir descalzo con su cofradía en la procesión que ésta organizaba. De ese modo, lo esperó en un recodo donde se afincó con dos horas de antelación, tiritando de frío, para no perderse el espectáculo ni el privilegio de poder anticipar su llegada. A la hora señalada, el nazareno dobló aquella esquina. Sus pies llagados y sangrantes se le figuraron como la imagen más dulce que pudiera contemplar. Sin decir palabra, la chica salió de entre el público y se arrojó en mitad de la calle, arrodillada y abrazando las piernas del cofrade descalzo. “Te quiero, mi amor. Necesito que lo sepas. Soy tuya, quiero serlo siempre. Tuya, tuya...”. Todas las miradas convergieron en aquella escena inesperada. Pero desde más arriba una voz serena y dulce de mujer le respondió que aquello era un verdadero milagro, que al fin se habían cumplido sus sueños, aquellos por los que había rogado durante años; quien así se le declarara debía ser la mujer de su vida, y con rotundidad le solicitaba que lo fuera, que demostrara su amor acompañándola a su lado, ante todos, hasta que la procesión acabara. Instantes después, sin que nadie supiera qué sucedía, todo el mundo pudo ver cómo aquella chica continuó la procesión firmemente unida a aquella penitente descalza a quien acompañó imitando su sacrificio, con sus zapatos de piel en la mano.
Del libro Micrólogos
sábado, 3 de abril de 2010
viernes, 2 de abril de 2010
jueves, 1 de abril de 2010
miércoles, 31 de marzo de 2010
martes, 30 de marzo de 2010
lunes, 29 de marzo de 2010
domingo, 28 de marzo de 2010
MICRORRELATO
REDUNDANCIA SALVAJE
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El viejo llegó a la taquilla, sacó su entrada y entró en el patio de butacas. Como apenas había nadie, escogió un lugar centrado y se sentó. Se trataba de su película favorita, un western clásico, épico, imperecedero. Al poco de comenzar la proyección, como siempre, logró dormirse con placidez, y casi de inmediato empezó a soñar. Con un desfase de apenas unos segundos sobre lo que sucedía en la pantalla, los títulos de crédito se deslizaron en orden por su mente. Por detrás de las letras, los asaltantes del banco llegaban al pueblo sin levantar sospechas. Al tiempo, unos chiquillos arrojaban un escorpión en medio de un hormiguero, al que luego prendían fuego con gran alegría. Sus risas crueles le fueron recreando de nuevo su ya lejano pasado, su infancia muda, atormentada, violenta. A lo largo de más de dos horas que serían sólo un par de segundos, siguió soñando, mientras el recuerdo se le dibujaba a balazos entre movimientos lentos y reveladores.
Del libro Micrólogos
sábado, 27 de marzo de 2010
viernes, 26 de marzo de 2010
jueves, 25 de marzo de 2010
miércoles, 24 de marzo de 2010
martes, 23 de marzo de 2010
lunes, 22 de marzo de 2010
domingo, 21 de marzo de 2010
MICRORRELATO
EL CELOSO RELOJERO
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Al descubrir por fin a su mujer desmigando las horas sobre el cuerpo desnudo de su amante, todo el tiempo del mundo se le vino encima. Los años convividos con ella le oprimieron las sienes de súbito y le avivó los celos que siempre lo habían consumido. A él lo dejó ir, pero ella sufrió su ira acumulada durante años. El relojero celoso quitó la vida a su amada con la aguja larga de un carillón. Con sus cenizas purificadas fabricó un rutilante reloj de arena, que le recordaría grano a grano cada uno de los besos que jamás volvería a sentir.
Del libro Micrólogos
sábado, 20 de marzo de 2010
viernes, 19 de marzo de 2010
FLORENCE (Diciembre, 1993)
Etiquetas:
"Retrato femenino",
B/N,
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Retrato
jueves, 18 de marzo de 2010
miércoles, 17 de marzo de 2010
martes, 16 de marzo de 2010
lunes, 15 de marzo de 2010
domingo, 14 de marzo de 2010
MICRORRELATO
CUANDO ME LLEGA DE NUEVO EL SUEÑO
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Cuando me llega el sueño, los objetos de mi escritorio se frotan las manos, porque saben que durante unas horas dominarán su espacio, y no podré usarlos a mi conveniencia, sino que disfrutarán de una libertad que durante el día les es imposible obtener. Cuando me llega el sueño, veo sombras que comienzan a moverse reptando y difuminando sus contornos, pero que en cualquier caso se me acercan, y me rodean, y me amenazan. Pero cuando me llega de verdad el sueño, comienzo soñando otro mundo, donde no hay mesas, ni objetos, ni amenazas. Entonces me río con grandes carcajadas, me despierto desconcertado, y todo vuelve a empezar, cuando me llega de nuevo el sueño.
Del libro Micrólogos
Etiquetas:
Desigualdad,
parejas,
Relatos,
sueño
sábado, 13 de marzo de 2010
viernes, 12 de marzo de 2010
jueves, 11 de marzo de 2010
miércoles, 10 de marzo de 2010
martes, 9 de marzo de 2010
lunes, 8 de marzo de 2010
domingo, 7 de marzo de 2010
MICRORRELATO
DIME QUE ME QUIERES
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Se acostumbró desde muy pequeño a pedir lo que necesitase. “Anda, dime que me quieres”. Desde pequeño escuchó siempre a su lado, la reconfortante frase: “Te quiero mucho, mucho”, aunque le resultara algo monótona en el tono. Pero él se sentía atendido por aquella voz y en determinadas noches era lo último que escuchaba antes de conciliar el sueño. Una tarde especialmente oscura y lluviosa, hastiado de soledad porque sus padres estaban fuera, requirió con urgencia la voz que le calmase. Pero esa tarde la voz no sonó. Repitió su deseo una y varias veces, con agresividad creciente, pero la voz no sonaba. Cogió entonces al muñeco y lo golpeó una y otra vez contra el suelo, contra la mesa, contra la encimera de la cocina, buscando una respuesta. La cabeza rodó a sus pies. Se sorprendió cuando oyó un entrecortado “Te qu...”, brotar de un lugar entre sus manos, lejos de aquella boca que se hallaba inmóvil a sus pies. Enfurecido, cogió un cuchillo y abrió la goma de aquel cuerpo inerte. No encontró nada que lo tranquilizara. Las pilas cayeron al final con mucho estrépito, sobre el parqué.
Del libro Micrólogos
sábado, 6 de marzo de 2010
viernes, 5 de marzo de 2010
jueves, 4 de marzo de 2010
miércoles, 3 de marzo de 2010
martes, 2 de marzo de 2010
lunes, 1 de marzo de 2010
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