jueves, 29 de mayo de 2014

SUBLIMACIONES CON EL TIEMPO

No estamos hechos de sueños, sino de tiempo. Es el componente básico de nuestras células, de nuestro camino, de nuestros sentimientos. El tiempo es lo único tangible que tenemos, lo único en lo que creemos con fe religiosa. O eso pensamos. También es precisamente lo único que no podemos poseer, porque es él quien nos posee a nosotros. O eso piensa.

Por lo general, nos encanta jugar con las posibilidades a tiempo pasado o a tiempo por venir. Es un juego inocente, y cualquier persona sabe cuál le gusta más, porque lo ha practicado infinidad de ocasiones. ¿Qué habría pasado en mi juventud, si en vez de... hubiera...? O, del mismo modo: ¿Qué sucederá dentro de 15 años, o tan sólo mañana mismo? Anticipar el futuro es pasión de cualquier ser humano, por la que muchos matarían, pagarían sumas fabulosas o incluso venderían su ambiciosa alma al demonio correspondiente a su credo. Modificar el pasado, y comprobar el efecto que la traslación de una pequeña pieza hubiera podido producir, es una droga a la que pocos pueden sustraerse, una vez probada. Pero no son más que trampas de tiempo con que sublimar nuestros verdaderos problemas con el propio tiempo, esa sustancia que creemos poseer, que pensamos que configura la senda por donde discurrimos, sin darnos cuenta de que es él el único que existe, alimentado por todos nosotros, con quienes crea su gigantesco y mudable cuerpo. Las dos modalidades nos fascinan, aunque ambas no sean más que dislates. Comprensibles dislates. Humanos dislates. 

Del otro lado, y de igual forma que a nosotros, al tiempo le molesta no tener un momento de respiro, pues su esencia es el movimiento perpetuo, el transcurso; tampoco le gusta la linealidad de su camino, la imposibilidad de bifurcación de su existencia, la obligatoriedad de su destino. Como a nosotros mismos, no le gusta sentir que no le gusta. Por eso nos sueña, nos inventa, nos recrea, y cuando eso ocurre, tenemos la impresión de que tenemos una idea, la de otra ucronía, la de otro futurible. El tiempo suspira, resignado. Nosotros no nos resignamos, seguimos creyendo que controlamos al tiempo. El tiempo exhibe una mueca ambigua, y sin poder volver la vista atrás continúa su camino serio, uniforme, imperturbable.

No hay comentarios:

AVISO A VISITANTES

Todas las imágenes (salvo excepciones indicadas) y los textos que las acompañan son propiedad del autor de esta bitácora. Su uso está permitido, siempre que se cite la fuente y la finalidad no sea comercial
Si alguien se reconociera en alguna fotografía y no deseara verse en una imagen que puede ver cualquiera, puede contactar conmigo (fredarron@gmail.com), y será retirada sin problema ninguno.