Santiago de Compostela. Año Santo Jubilar. Gentío en oleadas. Día festivo, además. La Puerta Santa muestra una cola descomunal. A un lado, una mendiga sentada solicita limosna con un cartel.
A primera vista, todo encaja y resulta de lo más natural. Si miramos de nuevo, comprobamos que no, y que varias cosas rechinan o disuenan.
En primer lugar, los supuestos peregrinos van vestidos de calle, de paseo, y no parecen haber hecho ni siquiera un kilómetro para haber llegado hasta la cabecera de la catedral. En segundo lugar, la mendiga está sentada en el suelo, y muestra un cartel donde se leerán algunas palabras apropiadas para su cometido, pero se halla ligeramente apartada de la puerta de acceso, y tampoco mira a la gente que tiene enfrente. En tercer lugar, los que están en la fila parecen haberse puesto de acuerdo en dar todos la espalda a la zona donde se encuentra la mujer que pide limosna.
En este punto, no sabemos si todos estos datos son producto de una casualidad estadística. Pero cabe plantear conjeturas razonables.
A primera vista, todo encaja y resulta de lo más natural. Si miramos de nuevo, comprobamos que no, y que varias cosas rechinan o disuenan.
En primer lugar, los supuestos peregrinos van vestidos de calle, de paseo, y no parecen haber hecho ni siquiera un kilómetro para haber llegado hasta la cabecera de la catedral. En segundo lugar, la mendiga está sentada en el suelo, y muestra un cartel donde se leerán algunas palabras apropiadas para su cometido, pero se halla ligeramente apartada de la puerta de acceso, y tampoco mira a la gente que tiene enfrente. En tercer lugar, los que están en la fila parecen haberse puesto de acuerdo en dar todos la espalda a la zona donde se encuentra la mujer que pide limosna.
En este punto, no sabemos si todos estos datos son producto de una casualidad estadística. Pero cabe plantear conjeturas razonables.
- Quienes aguardan para entrar son tan peregrinos como progresistas los miembros de la Conferencia Episcopal española. Más bien parecen familias con ropa festiva en trance de cumplir una tradición ancestral. Eso sí, sin excesivos sacrificios.
- A quienes esperan en la cola parece molestar la presencia de la mendiga, que desluce bastante el ambiente festivo del día y la ocasión del Jubileo. Lo cual es poco concordante con el espíritu cristiano que en principio inspira todo este tinglado.
- La mendiga carece de nociones básicas de mercadotecnia, pues si bien se encuentra en el lugar adecuado y con muchas posibilidades de hacer pingüe caja, no aprovecha apenas su potencial, se halla alejada de quienes podrían darle monedas (por lo que no facilita tan ingrata y expuesta tarea) y su postura es más bien funcionarial y pasiva que demandante.
- Las posibilidades de que la mendiga conmueva a sus posibles donantes y recaude muchas monedas parecen escasas.
- Es muy probable que la imagen de Santiago Salvapobres se aparezca de un momento a otro en su modalidad deus ex-machina, para salvar la imagen de su afiliada y darle otro impulso publicitario al asunto este de las peregrinaciones masivas.
6 comentarios:
Una de las mejores fotos que he visto en tu blog, en serio!
Mi enhorabuena...
Besicos
La foto a simple vista puede parecer un grupo de gente haciendo cola, si más. Claro que al leer tu relato y volver a la imagen uno se da cuenta de esos otros muchos detalles.
Claro, claro que molesta a la vista la mendiga, parece duro pero el lenguaje corporal así lo atestigua. Del mismo modo que cuando proyectan en los informativos imagenes de niños hambrientos, cambiamos de canal, no queremos ver determinadas realidades.
A propósito de esto mismo, ayer leí una noticia que contaba como algunos hoteles de Benidorm, rechazaron efectuar reserva a un grupo de minusválidos aduciendo que a la clientela del hotel no le gustaba su presencia. ¿Duro, ehh?
Así somos, así nos va....
un beso
P.D. Muy buena la foto.
No te habías dado cuenta??... la pobreza y la mendicidad hace daño a la vista de muchos, incluso cuando llevan niños de la mano los apartan para que no la vean.
Tienes un bonito blog, con tu permiso te incluyo entre mis links.
Un saludo.
La verdad es que los peregrinos sí que van vestidos de calle,y creo que la caminata fué tan larga como del parking más cercano a la puerta de la Catedral,y es qué cada dia somos más cómodos y ya queremos ganarnos el jubileo casi desde nuestro sofá viendo la Puerta Santa en la pantalla de la televisión.
Los que esperan en la cola, como la mayoria de la gente les molestan los mendigos solo estamos un poco más conmovidos en dias puntuales como cuando sacamos el espiritu navideño.
Discrepo contigo en lo de la mendiga "no es qué no sepa pedir" sino que igual ya no tiene fuerzas ni ánimos para tenerse en pie,estará desfallecida de hambre y arrinconada viendose tan débil e ignorada.M.T.
Me ha gustado la fotografía, todo en blenco y negro, menos el abrigo de la mendiga, me recordó a las imágenes de la película "La lista de Schindler"
donde salía la niña con el abriguito rojo.
Sí, tienes razón son peregrinos de ciudad, con tacones y cabello de peluquería.
Dejan a la pobre mendiga sumida en su propia indigencia.
Besines:)
Qué imagen más cojonuda, tengo que te lo decir. He hecho mi composición de lugar y he situado a la mendiga en parte contraria, y he imaginado a la panda de peregrinos girarse, todos a una, hacia el lado contrario.
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