Envidias

-Vamoh, niñaaaa, que yevah tóa la mañana con el puto luná pa'rriba y pa`bajo.
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-Si, total, no te ha cresío de ayé a hoy.
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-Ademá, no é feo del tó. Te sienta bien. Paresse que puéh mirá de espalda.
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-Ay, nena, qué pesaíta ehtá con la cosa física. Si totá, er chico ése te quiere lo mihmo. ¿No vé que sólo te quiere pa'una cosa, tonta'l pino?
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-¿O qué te crée, que ese tío te quiere?
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-Mira, a esoh gachó, me loh conoc-co yo, Si yo te contara, hiha.
-¿Tú? ¿Qué vah a contar tú, si no te comeh ná?
-Ezo é lo que tú te crée. De todoh modoh, no hablamoh de mí, sino de ti, bonita, y te digo yo que ese tío, no te quiere máh que pa'l seso.
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-Y pa'eso, da iguá que ehtéh gorda que flaca, porque... ya me entiendeh.
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-Y lo de lah manchita, máh de lo mihmo.
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-Si, totá, pa'lo que te va a dá ese muertodhambre.
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-Que zeguro que hahta foya má, como zi lo viera.
-Mira, guapa, mi novio me quiere, me guhta y me foya de vissio.
-Ah, ¿sí?
-Sí, ¿y zabeh otra cosa?
-¿Qué? A vé...
-Pueh que te den por culo, bien dao, pero bien, a ver si así deha de jodé al personá, que no hay dioh que te aguante, tontalnabo, envidiosa de mierda, que si tuvierah algo que yevarte a la entrepierna, a lo mehó se te quitaba eza cara de malfollá que yevah siempre, bonita. Ale, condió.