viernes, 13 de junio de 2008

Con los pies colgando


A menudo, no caemos en la cuenta de en qué momento del año estamos, porque con frecuencia vivimos demasiado deprisa, y dedicamos pocos momentos a pensarnos, a mirar para ver, a oír para escuchar, a sentir únicamente. A veces, sin embargo, algo nos permite detenernos, porque el destello fugaz de un brillo nos abruma los ojos, porque un estruendo o un murmullo destaca sobre todo lo demás, o un pensamiento nos asalta, derrotando nuestra rutina diaria. Puede ser de muchas formas, en muchas situaciones distintas, deseando que ocurra o tan sólo viviendo sin más. Mientras uno pasea, si tiene la mirada atenta, uno ve signos, señales, muestras de que lo que nos rodea ya no es lo que estábamos acostumbrados a ver, oír o sentir en los últimos meses. Sin aviso previo, unas piernas sobre la balaustrada al borde de una playa urbana pueden obrar el milagro. Unas piernas jóvenes, femeninas, bien formadas, sin encasillar, calzadas con comodidad no exenta de cuidado estético. Unas piernas mostradas con el generoso regalo de que la desidia y el orgullo adolescentes suelen hacer gala. Unas piernas, casi estáticas, cuya posición, brillo y proporciones me han hecho recordar que el verano ya está aquí, que yo aún no estaba mentalmente preparado y que ahora, gracias a esa imagen, comenzaré el reciclaje estacional necesario para que tanta belleza no me pille sin cuidado ni aviso.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

SI-LLEGA EL VERANO-
Dias más largos,más soleados y por ello más calurosos,donde nos despojamos un poco de la ropa y el calzado que nos aprisiona todo el invierno.
Cierto,que hay señales a nuestro alrededor, que no sabemos captar o interpretar por vivir deprisa,por mirar sin ver,escuchar sin oir nos negamos a percibir,a sentir......
¿Qué pena ,no? M.T.

Ana Vázquez dijo...

Son unas piernas cansadas, que reflexionan pero que tienen ganas de emprender nuevos viajes.

Un beso!

la cocina de frabisa dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
la cocina de frabisa dijo...

Qué bien describes la situación!

En el norte pasamos de las botas a las sandalias en pocas horas y es cierto que sin apenas darnos cuenta nos encontramos sorprendidos con las desnudeces que el frío invierno nos había vedado.

Es bonito que una imagen nos haga de repente caer en la cuenta que el verano ha llegado en algo más que la fecha del calendario.

un beso

Sibyla dijo...

Hoy mismo he decidido sacar mis sandalias para usarlas en mis pies...
Son muy parecidas a las de la foto, y sí ya noto que mis dedos necesitan respirar.

El verano ya está aquí!

Besines:)

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