OPERACIÓN
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Durante semanas, les oí pronunciar palabras extrañas, inusuales para mí: tumor, laringectomía, radioterapia, convalecencia. Yo les escuchaba con algún desconcierto, viendo sus caras serias, pero sin excesiva preocupación. En esto, llegó el día, y me ingresaron. Todo fue como un sueño largo, profundo y extraño; también muy repetitivo, aunque no recuerdo bien qué imágenes me sobrevinieron una y otra vez. Cuando desperté, todos me miraron muy atentos, y sentí varias manos que me acariciaban a la vez, entre lágrimas que imaginé felices. Repentinamente animado, a pesar del dolor que comenzaba a notar, pude mover ligeramente el rabo. Pero no pude decir nada. Nunca más volví a ladrar.
Del libro Micrólogos
6 comentarios:
Un poco triste. Tenemos que aprender tanto de los animales... aiiins. Su lealtad y falta de rencor (en este caso)se expresa por el rabo. No puedo decir nada más.
Me parece muy logrado el pensamiento del can y como vivió esos momentos anteriores y posteriores.
Realmente bueno, buenísisisimo.
un beso
no, si igual y todo acabas escribiendo decentemente
es un suponer, oiga
cheminci
Yo siempre tras sus huellas...
Y lo que más me gusta del relato es cómo ha sido tratado el perro, con una gran calidad humana, al final, el perro ha sido afortunado no le han cortado el rabo, es lo más importante para expresar su estado de ánimo.....
Salú
Ufff!!! sí que me ha calado muy hondo! tener a mis pies continuamente a un ser adoptado, negrita, ojos penetrantes que desprenden amor, tan sólo pidiendo un poco de cariño.... Yo, nerviosa, con ganas de que me quieran pero odiando que me quieran tanto... Sus ladridos me enervan. He deseado muchas veces callarla de la manera que sea! pero después de haber leído ésto... Quién soy yo? Ha sido una respuesta PERO QUE MUY DIRECTA.
¡¡¡GRACIAS!!!
Puli, aunque seas una pesada TE QUIERO.
Si, probablemente lo sea
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