domingo, 20 de noviembre de 2016

MI PALABRERÍO CANALLA (13)

APÓSTATA: Ser humano que, gracias a un esfuerzo de poderosa inteligencia o de férrea voluntad, llega a ser una persona gracias al abandono de la religión en que se hallaba disuelto.
APÓSTOLES: Personajes que, a poco que se escudriñe en los Evangelios, aparecen como una reata de cobardes, de simples, de  ignorantes de casi todo, y a los que no obstante, en pago por su fidelidad (muy irregular, por otra parte), se convierte en los maestros más sabios que viera la humanidad, merced a unas lengüecitas divinas de fuego instructor. Y es que no parece serio, oiga, no parece serio.
APRENDER: Única tarea a la que nos deberíamos dedicar en esta vida, además de la  del goce, claro es. El óptimo se podría dar cuando ambas labores se pudiesen combinar, aumentando así sus respectivas posibilidades. En fin, soñar no cuesta nada.
ARBITRARIEDAD: Forma en que aplicamos la justicia los humanos en general y los tribunales de justicia en particular.
ARGUMENTOS: Bienes escasos que debieran ser como el carné de identidad de cualquier actividad, de cualquier petición, de cualquier orden. Pero, como ya ha tenido que quedar claro, es un bien que no se encuentra con facilidad, y el pretérito imperfecto del subjuntivo del verbo “deber” tampoco deja demasiadas esperanzas al respecto.
ARIOS: Pertenecientes a un pueblo nórdico con complejo de superioridad que, después de comprobar que eran muy altos, dedujeron la proporcionalidad directa entre altura, méritos e inteligencia. Lo malo es que tal inferencia la hicieron sin saberse el episodio en el que Hermes, a instancias de Zeus, llenó de inteligencia a los hombres. Y, claro, así les ha ido casi siempre. No sin antes dar motivo de muchos disgustos a todos sus vecinos.
ARISTOCRACIA: Vocablo muy prostituido hoy, cuando en su origen designaba en cambio a lo más excelso; hoy, no merece la pena definirlo.
ARMONÍA: Conjunción equilibrada y estimulante de deseo, realidad, economía, sentimientos, ecuanimidad, meteorología. La pera, vamos.
ARQUITECTURA: Intento fallido de imitar a los dioses o a la naturaleza, con el pretexto de cobijar a la gente. No se ha conseguido jamás, pero de tan malas imitaciones han podido surgir edificios maravillosos —unos pocos— y enormes conjuntos de habitáculos meramente prácticos y utilitarios, sin más.
ARRABAL: Cada una de las parcelas marginales de las ciudades donde el transcurso parejo de la muerte y la vida sólo es comparable con la pareja formada por la miseria y la esperanza más paradójica, con la cual también coexiste la primera.

Del libro inédito Palabrerío canalla, 1999

sábado, 19 de noviembre de 2016

COLOQUIO DE DOS PERROS


—Pero ¿de verdad estás seguro de lo que dices?
—Pues claro. De muy buena tinta lo sé.
—¿Entonces...?
—Sí, tal como te dije.
—Estamos apañados, pues.
—Desde luego, nuestros días están contados.
—¿Y los de ella?
—Son los suyos los que están contados realmente, y, como consecuencia, los nuestros.
—Tan sana que parecía...
—Para que te fíes de las apariencias.
—¿Y no habría nadie que se ocupara de nosotros?
—Al parecer, no.
—¿Nadie nos quiere?
—Nadie.
—¿Por algo especial?
—Oí algo de que éramos muy feos.
—¿De veras? Pues, anda, que está la vieja para hablar; y aquí no se dejan de dar fiestas...
—Pues eso es lo que hay.
—Madre mía, qué futuro nos espera.
—Sí.
—(...)
—Por cierto, ¿te puedo pedir un favor?
—Claro.
—¿Me rascas un poco la barriga? Hace un mes que ella no está, y ya me va haciendo falta.


Perros en la playa de Riazor (La Coruña, Galicia, España)
Mayo, 2009 ----- Nikon d300 

viernes, 18 de noviembre de 2016

CÓMO LEO

Alguna vez me lo han preguntado. Y aunque lo digo tantas veces, siempre hay quien se siente sorprendido de que en pleno siglo XXI yo hable de que “me falta algo el día que, por lo que sea, no puedo leer”. Con ello, no me refiero al acto físico de leer. Por mi profesión, yo tengo que leer todos los días (incluidos los de vacaciones, esos que los ignorantes dicen que tenemos en demasía). Ello incluye circulares, exámenes, libros de texto, trabajos, páginas web, etc.; pero no me refiero a leer “eso”, sino a LEER, con mayúsculas y pasión. Porque yo leo con mucha pasión.

Yo leo con ganas de aprender, pero no son menores las de disfrutar. Sin embargo, no leo sólo con la intención hedonista del placer puro. Si sólo fuera eso, me parecería como esos amigos y compañeros que se tragan ladrillos de mil páginas, y cuando les preguntas qué les pareció la obra, te responden con una, dos o tres palabras: “estupendo”, “muy bien” o “me gustó mucho”. No; leo con el propósito de llegar a ser algo distinto a como comencé la lectura. Leo con la intención de apurar un capítulo más de un autor, profundizar en una temática concreta, probar alguna nueva modalidad. Y lo hago a través de las páginas de volúmenes muchas veces elegidos por impulso, al azar de un título sugerente o de un autor a quien debo pleitesía y nunca hallé tiempo para dedicársela; o al albur de una intuición, que me promete que ese párrafo escandido con rapidez en la librería, será la antesala de un todo que me apabulle luego ya en mi sillón lector.

Porque sí: yo tengo un sillón lector. De los que reclinan y se adaptan a mi maltrecha espalda. Con dos luces artificiales (una a cada lado) para cuando falta la natural, que es con la que más me gusta leer, sobre todo cuando el rato se prolonga lo suficiente como para que la intensidad de la luz va decreciendo lentamente y el crepúsculo da paso a otra etapa en el día. No menos lectora, no menos intensa.

Por lo general, mi impaciencia impide que lea sólo un libro a la vez. Raras veces ha sucedido eso. Más común es que simultanee dos o tres obras, de temática y autores muy diferentes. Tiempos hubo también en que los volúmenes abiertos y “en función” superaban la media docena. Hoy, con dificultad pasan de dos, aunque algún caso se da. Cada vez leo menos novelas. La necesidad alimenticia que siempre albergué de que me contaran historias la suple ahora, no sé si con ventaja, pero sí con apetito creciente, el visionado de las series de televisión; sobre todo, esas que acaban siendo películas de diez o más horas, divididas en los correspondientes capítulos, que puedo llegar a devorar con bulimia difícil de explicar. El mundo narrativo que abordo con mayor frecuencia es el relato corto. Ya se sabe: para aprender algo, hay que comprender cómo lo hacen los que saben más que uno. Hoy, sin embargo, los diarios, las memorias, las biografías, los epistolarios,los libros de divulgación de la Historia, son los géneros que más tocan mis manos y beben mis ojos. Con ellos, raramente tengo la sensación de perder el tiempo, cosa que sí me ha venido sucediendo, con creciente preocupación, con las novelas.

Y aquí debería decir para terminar que mis años (y mis kilos) me han ido convirtiendo en alguien que sigue al pie de la letra los mandatos borgianos de leer por placer y que cumple a rajatabla el mandamiento de Pennac de dejar un libro cuando éste nos aburre, nos hurta el interés o, simplemente, nos defrauda. Si a las 60 páginas, retomo la lectura con dificultad o “por obligación”, no pierdo más tiempo. Ahora ya no me obligo, ni finjo necesidad u obligación. Cierro el libro, lo devuelvo a su anaquel -o lo regalo-, y otro pasa a ocupar su lugar, pasándole a otro la oportunidad que aquél no me brindara.

Leo con pasión, con tremendo interés, con palpitante necesidad. Leo para aprender, para disfrutar, para vivir. No sé si queda suficientemente claro.

jueves, 17 de noviembre de 2016

EL PULPO AMIGO, TEMEROSO DE LA NIEBLA


Existe en La Coruña un pulpo extraño. No predice los resultados deportivos, ni tampoco sirve para ser paladeado en compañía de cachelos y buen ribeiro. Es un pulpo que huyó de las profundidades y alguien con buen ojo le propuso transformarlo en una escultura popular, a lo que el animal accedió de inmediato, a cambio de no tener que huir nunca más de sus depredadores. Y desde entonces, la gente que pasa lo saluda, lo acaricia, se hace fotos con él, y él disfruta de la compañía y del aire libre, al que parece haberse adaptado maravillosamente bien. Ni el sol ni la lluvia lo arredran ya, porque no tiene enemigos, dice. Pero hay algunos momentos en que sus peores pesadillas parecen cobrar cuerpo. Y es un cuerpo esponjoso, que apenas se puede tocar. Es cuando se levanta la niebla desde el mar y sube por la ladera costera y llega a su altura, y lo oculta de las miradas de los demás. Entonces, se asusta, entra en pánico, cree que desde el fondo lo requieren para juzgarlo por su ausencia o para comérselo sin más. La niebla no le deja ver alrededor, y entonces es cuando se encoge y quiere desaparecer, pero ya no puede soltar tinta como antaño, y cuando uno se acerca suficientemente ahí se lo encuentra, temblando, cerrando los ojos e implorando por dentro que no seamos nosotros quienes lo devolvamos a su lugar de origen. Cuando eso sucede, el truco está en acercarse a uno de sus dos ojos, y susurrarle muy despacio el conjuro “octopus manet, amicitia humana eterna”. Si se pronuncia despacio, se le notará más distendido, y aunque seguirá mirando la niebla de reojo, aguardará que levante con un poco más de esperanza y con la confianza creciente en que ya no regresará al mar nunca más.

Pulpo en el paseo marítimo de La Coruña (Galicia, España)
Agosto, 2016 ----- iPhone 6 Plus

martes, 15 de noviembre de 2016

ÉL QUIERE SER LA ESTRELLA (MICRORRELATO)

Cuando la luz lo enfoca, él sabe que no es la gran atracción del circo, que jamás lo será, y que su condición niega que pueda serlo. Sin embargo, no se conforma con su naturaleza y persiste extendiendo su intervención una y otra vez. Cuando el foco lo señala, su maquillaje absorbe la luz, y el brillo lo transporta a una nueva dimensión, donde él el es protagonista absoluto. Dueño de una dicción inmejorable, acaba siendo silbado muchas veces, porque dilata en exceso su aparición, a menudo refiriéndose a sus compañeros, si bien siempre lo hace en tono elogioso. Como el público desea que los números se sucedan con rapidez, para que el efecto hipnótico y mágico del espectáculo no decaiga, en ocasiones llegan a abuchearlo. Cuando eso sucede, en un rapto de dignidad, toma el micrófono y pide disculpas por sus ditirambos, carraspea, y da paso con dos breves frases al número siguiente, que pugna por salir, y que algunas veces irrumpe impetuoso en la arena central, cuando todavía no ha finalizado su presentación. Si así sucede, el público prorrumpe en una rendida salva de aplausos, que el orgulloso jefe de pista atribuye siempre, como es natural, a su propia experiencia en estas lides y a su propio mérito personal.

Del libro inédito Micrólogos, 2012

lunes, 14 de noviembre de 2016

SOLEDAD QUEBRADA



Líneas quebradas, sombras rectilíneas, caos de ruptura, quebraduras vandálicas, remaches de contraste, cielo purísimo, fondo neutro y abstracto. Acero, piedra y vidrio, aleados, pero distantes. Soledad de un día dominical preñado de sol y desconcierto, de ausencias y añoranzas imposibles de satisfacer. El ojo distribuye, asocia, compone, congela. La mente sigue su camino, inconsolable.

Escaleras en la zona del Parrote (La Coruña, Galicia, España)
Octubre, 2016 ----- Nikon d500

domingo, 13 de noviembre de 2016

MI CUESTIONARIO PROUST

He visto varios cuestionarios llamados "de Proust". No sé si éste es el correcto. Pero el número de preguntas, 50, me pareció redondo. Lo he respondido unas cuantas veces. Esta que figura aquí es la más reciente -de hoy mismo-; también, la más corta. Es una tontería, porque si lo realizara dentro de una semana, varias respuestas variarían en cantidad o contenido. Pero puede ser útil a quienes quieran saber algo más de mí
   
1.    ¿Cuál es su mayor temor?
    Que mis seres queridos enfermen y sufran. O que yo enferme y sufra también
2.    ¿Qué idea tiene de la felicidad completa?
    No existe. Si acaso, ráfagas y fogonazos puntuales. Atisbos, todo lo más
3.    ¿Qué es lo que me nos le gusta de usted?
    Mi pertinacia en la procrastinación de determinadas tareas
4.    ¿Qué rasgo deplora más en los demás?
    La incoherencia y la crueldad gratuita
5.    ¿Cuál es su mayor extravagancia?
    No me tengo por extravagante
6.    ¿Con qué figura histórica se identifica mejor?
    Ninguna se parece a mí
7.    ¿Cuál es su viaje favorito?
    El primero que realicé a París, a punto de cumplir 20 años
8.    ¿Cuál considera la mayor virtud?
    La coherencia absoluta
9.    ¿Es también la suya?
    Más quisiera yo...
10.    ¿Qué detesta de su apariencia?
    Detestar, nada. Pero no me gustan ni mis manos ni mi barriga. De lo primero, no tengo yo la culpa
11.    ¿Cuál es la cosa que más desprecia?
    La ambición ilimitada o la crueldad como fin
12.    ¿Qué palabras o frase usa con más frecuencia?
    Siendo profesor, seguro que muchas coletillas
13.    ¿El mayor amor de su vida?
    El actual
14.    ¿Cuándo miente?
    Sólo cuando es estrictamente necesario y tengo la certeza completa de impunidad
15.    ¿Su héroe de ficción favorito?
    El Adriano de Marguerite Yourcenar
16.    ¿Qué considera como su mayor éxito?
    Que mi vida haya llegado a este punto de equilibrio y bienestar
17.    ¿Cuál es su tesoro más querido?
    El disco duro que contiene toda mi producción literaria, fotográfica (y la docente, también)
18.    ¿Su ocupación favorita?
    Leer, viajar o editar fotos
19.    ¿Cualidad que prefiere de un hombre?
    Carácter fuerte, pero flexible
20.    ¿Y en una mujer?
    Carácter fuerte, pero flexible
21.    ¿Los defectos que no soporta en ambos?
    Predominio permanente de lo sentimental sobre lo racional
22.    ¿Cuál sería su mayor desgracia?
    Perder a quienes más quiero; o una enfermedad que me despersonalice
23.    ¿Cómo le gustaría ser?
    Muy parecido a como soy, con algunos retoques
24.    ¿El color que prefiere?
    El azul del cielo o el naranja del crepúsculo
25.    ¿Su flor favorita?
    La orquídea
26.    ¿Un olor que recuerde?
    El de la tierra mojada tras una tormenta, en León
27.    ¿Un pájaro?
    El águila real
28.    ¿Admira algún hecho militar?
    Admiro la inteligencia que los resolvió a su favor, no los hechos en sí
29.    ¿Qué busca en sus amigos?
    Comprensión, compañía, cariño
30.    ¿Cuál señalaría como la mayor bajeza?
    Infligir daño a quien no puede defenderse
31.    ¿Dónde le gustaría vivir?
    Donde viva la persona que comparte mi vida
32.    ¿Qué talento le hubiera gustado tener?
    La originalidad artística (literaria o fotográfica, a poder ser)
33.    ¿Sus escritores preferidos?
    Jorge Luis Borges, Marguerite Yourcenar, entre tantos...
34.    ¿Músicos, compositores?
    Mozart y Beethoven, por ese orden, entre tantos...
35.    ¿Pintores, otras bellas artes?
    Goya y Vermeer, entre tantos...
36.    ¿Tiene héroes de carne y hueso?
    Dos, uno vivo (José Mujica) y otro muerto (Nelson Mandela)
37.    ¿Cómo le gustaría morir?
    Consciente y lúcido, hasta el último suspiro, para ver qué se siente
38.    El juego de la reencarnación consiste en elegir la persona que querría si pudiese elegir
    Me gustaría reencarnarme en mí mismo, pero sabiendo lo que sé ahora
39.    ¿Qué reforma social o cambio admira?
    El voto para la mujer, que advino tardísimo
40.    ¿Bajo qué bandera batallaría?
    Bajo ninguna, puese ninguna me representa. U, obligadamente, la constituciinal de mi país
41.    ¿Qué don de la naturaleza desearía?
    Una vista perfecta e inmutable
42.    Dígame sus nombres favoritos
    Alberto, Fátima, Rodrigo, María
43.    ¿Cuál es su lema?
    No tengo lema permanente. Sólo frases puntualmente iluminadoras
44.    ¿Su mayor aversión?
    Hacia la estupidez, propiciada o consentida
45.    ¿De qué se arrepiente por encima de todo?
    De haber perdido mucho tiempo en actividades que no lo merecían
46.    ¿Tiene alguna pasión? ¿Alguna fobia?
    Pasiones: la lectura, la fotografía, el conocimiento, los viajes. Fobia profunda a la estupidez o a la maldad causada por la ambición desmedida
47.    Recomiéndeme una hierba
    La posidonia
48.    ¿Que privilegios borraría?
    Todos aquellos heredados, que no provengan del propio talento
49.    Estado actual de su espíritu
    Activo y expectante
50.    ¿Qué se pregunta usted?
    A diario, muchísimas cosas

sábado, 12 de noviembre de 2016

¿POR QUÉ NOS GUSTAN TANTO LOS FUEGOS ARTIFICIALES?



Porque nos gusta el fuego, porque nos atrae la noche, porque nos encanta que nos sorprendan, porque no sabemos cuándo va a estallar el color, porque el olor a pólvora que queda en el ambiente nos conecta con pasados más violentos, porque suponen una victoria técnica del hombre frente al medio, porque el ruido y los fogonazos son como tormentas polícromas bajo control, porque los reflejos del magnesio transfiguran nuestros rostros durante unos instantes, porque el reflejo en las aguas dota a esas figuras de una duplicidad hipnótica, porque nos impulsa a capturar en imágenes estáticas lo que por definición es volátil y cambiante, porque nos gusta imaginar formas reconocibles donde no existen, porque es un modo de estar muchos juntos mirando algo al unísono, porque nos encanta ser convocados y acudir en masa, porque nos fascina tomar como real lo que no lo es, porque albergamos un yo estético o artístico que es capaz de transigir con que lo no útil pueda sobrepujar a lo necesario durante media hora al menos, porque podemos observar palmeras luminosas en lugares donde no hay ni de las vegetales, porque nos encanta comprobar cuán efímera es la belleza a la par que nuestra vida continúa tras el espectáculo, porque mirar al cielo durante un buen rato nos recuerda los tiempos en que aún implorábamos a los dioses, porque aún albergamos el niño que un día fuimos, porque nos conmueve el temblor del aire en las pupilas…

Fuegos de artificio en Vigo (Galicia, España)
Agosto, 2005 ----- Nikon d100

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