viernes, 19 de noviembre de 2010
jueves, 18 de noviembre de 2010
miércoles, 17 de noviembre de 2010
martes, 16 de noviembre de 2010
lunes, 15 de noviembre de 2010
domingo, 14 de noviembre de 2010
MICRORRELATO
AUTODESTRUCCIÓN LECTORA
La maldición era bien clara: quien leyera aquel libro, perecería de inmediato, aunque no se remarcaba cómo sucedería, ni por qué. Como en todo arqueólogo joven y ambicioso, la curiosidad y la petulancia descreída pudieron más que la prudencia más elemental, y comenzó a leerlo ávidamente. Pero, a las pocas páginas, poseído por un nerviosismo repentino y atávico, acabó arrojando fuera de sí la obra maldita. Luego, lo pensó mejor, y acabó prendiendo fuego al volumen en la chimenea vacía. Al instante, su cuerpo comenzó a arder desde los pies. Cuando cayó en la cuenta del paralelismo, apagó como pudo las llamas con las manos. Hubo que amputárselas. Las piernas, no; jamás se encontraron.
Del libro Micrólogos
sábado, 13 de noviembre de 2010
viernes, 12 de noviembre de 2010
jueves, 11 de noviembre de 2010
miércoles, 10 de noviembre de 2010
martes, 9 de noviembre de 2010
lunes, 8 de noviembre de 2010
domingo, 7 de noviembre de 2010
MICRORRELATO
GLORIA vs. LONGEVIDAD
Cuando mi Señor me dio a elegir entre una vida larga, anodina y serena (aunque fructífera en generaciones), y una vida corta, intensa, gloriosa, digna de mención perpetua (aunque sin lograr descendencia), me vi zarandeado por una extraña confusión. Por fin, Le pregunté si la primera opción no podía incluir el recuerdo eterno también, aunque fuera menos glorioso. Mi Señor me dijo que ambas soluciones no eran incompatibles, pero sí abiertamente improbables. “Entonces, ¿cabe alguna posibilidad, aunque remota de que suceda?”, pregunté esperanzado. Mi Señor respondió que sí, que era una entre miles, pero sí. Emocionado por la respuesta, y confiado a una fe indesmayable, opté por la primera vía. Mi Señor cambió el tono de su voz y pronunció las últimas palabras suyas que me fue dado escuchar: “De acuerdo, Matusalén, tu elección ha sido hecha. Habrás de atenerte a las consecuencias”. Y, sí, a ellas me sigo ateniendo por entero confiado en mi destino, que labro año a año a golpe de memoria.
Del libro Micrólogos
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Vejez
sábado, 6 de noviembre de 2010
viernes, 5 de noviembre de 2010
jueves, 4 de noviembre de 2010
miércoles, 3 de noviembre de 2010
martes, 2 de noviembre de 2010
lunes, 1 de noviembre de 2010
domingo, 31 de octubre de 2010
MICRORRELATO
ADVERTENCIAS COMO REFRANES
Contra lo que me advertía siempre mi hermano mayor, me fié de la virgen y no corrí. Por eso logró alcanzarme y apoderarse de mí para siempre. Y desde entonces madrugué a diario, buscando libertades añoradas, aunque no por ello amaneció antes de su hora. Menos mal que es cierto que nunca llovió que no acabara escampando. Pero, aun así, ¡cómo me revienta el refranero! Casi tanto como mi hermano.
Del libro Micrólogos
sábado, 30 de octubre de 2010
viernes, 29 de octubre de 2010
jueves, 28 de octubre de 2010
miércoles, 27 de octubre de 2010
martes, 26 de octubre de 2010
lunes, 25 de octubre de 2010
domingo, 24 de octubre de 2010
MICRORRELATO
FIDELIDAD
Me vine aquí, por ella. Enseguida me abandonó. Pero no me resigno a perderla. Ya me había acostumbrado a las sensaciones que me provoca. No quiero irme, pues, del hospital. Me aterrorizaría contraer otra enfermedad, y verme tentado a serle infiel.
Del libro Micrólogos
sábado, 23 de octubre de 2010
viernes, 22 de octubre de 2010
jueves, 21 de octubre de 2010
miércoles, 20 de octubre de 2010
martes, 19 de octubre de 2010
lunes, 18 de octubre de 2010
domingo, 17 de octubre de 2010
MICRORRELATO
LA PRUEBA
Asustado, tembloroso, aquel hombre entró en el salón semioscuro. Una vez dentro, se arrojó al suelo cabizbajo, y entre sollozos pidió perdón al padrino por su reciente equivocación. Le habló de sus deudas, de su desesperación, de que haría cualquier cosa para sacar a los suyos adelante. Quería continuar en la familia, con todos los respetos y pedía una oportunidad para expiar su falta. Hasta ese desliz, había sido un hombre de fiar e hizo una relación de situaciones que demostraban que se había podido contar con él. El padrino lo escuchó en silencio, pero no daba muestras de aprobación. Al final, dijo: “no me convences”. El hombre porfió, con la mayor educación, insistiendo en sus habilidades, apelando también a la piedad, que él sabría corresponder, si era perdonado. “Está bien, te pondré a prueba”. El arrepentido a punto estuvo de desmayarse de satisfacción y su rostro irradió un destello de luz. “No te alegres tan pronto. La prueba será dura. Tendrás que matar”. El hombre dijo que estaba dispuesto. “Será a tu único hijo”. El mundo se le vino de golpe encima. Se echó a llorar con gran congoja y tras unos instantes eternos admitió que no podía hacerlo, que le resultaba inhumano. El padrino se levantó y lo miró primero con desprecio, luego esbozó una sonrisa helada. “Te llamas Abraham, ¿verdad?”. El hombre asintió con el gesto, sin levantar siquiera la cabeza. “Lástima que yo no sea Dios”.
Del libro Micrólogos
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sábado, 16 de octubre de 2010
viernes, 15 de octubre de 2010
jueves, 14 de octubre de 2010
miércoles, 13 de octubre de 2010
martes, 12 de octubre de 2010
lunes, 11 de octubre de 2010
domingo, 10 de octubre de 2010
MICRORRELATO
FRACASO
El encargo fue muy claro: aquella mujer debía ser eliminada. Le fue entregada una suma muy generosa, pero debía llevarse a cabo esa misma noche. No hubo objeciones. Al sicario, memorizar los datos elementales de la operación, le llevó un par de minutos. Desplazarse hasta el apartamento indicado, apenas una media hora. Cuando, tras el sigilo inicial, abrió la puerta, el destello de aquel formidable cuerpo desnudo lo paralizó sin remedio. Fueron unos segundos. Apenas unos segundos. Suficiente para perderlo todo.
Del libro Micrólogos
sábado, 9 de octubre de 2010
viernes, 8 de octubre de 2010
jueves, 7 de octubre de 2010
miércoles, 6 de octubre de 2010
martes, 5 de octubre de 2010
lunes, 4 de octubre de 2010
domingo, 3 de octubre de 2010
MICRORRELATO
PERSONAJES COMO AUTORES
Cuando abrí el libro, se cayeron al suelo todos los personajes. Algunos se hicieron daño. Otros salieron ilesos. Todos, en cambio, empezaron a hacer mucho ruido. La mayoría me increpó con dureza. Yo no supe reaccionar. Me acorralaron, me tiraron de los pantalones, me zarandearon. Estuve a punto de caer. Aguanté un rato. Al final caí. Me debí golpear. Quedé inconsciente. Al despertar, el horror me rodeaba. Pero no alcancé a descifrar su naturaleza. Tampoco lo pude describir. Mientras, voces cercanas e invisibles enumeraron los objetos de aquella estancia. También me fueron describiendo por entero. Parecía como si me leyeran, como si imaginaran quién era a medida que las palabras se fueron desgranando. Sentí que estaba vivo porque alguien me recreaba y me reconstruía con cada frase. Todo a mi alrededor ya se había convertido en un infierno cambiante y desolador, lleno de palabras ajenas. Aún sigo en él.
Del libro Micrólogos
sábado, 2 de octubre de 2010
viernes, 1 de octubre de 2010
jueves, 30 de septiembre de 2010
miércoles, 29 de septiembre de 2010
martes, 28 de septiembre de 2010
lunes, 27 de septiembre de 2010
domingo, 26 de septiembre de 2010
MICRORRELATO
LLANTO LIBERADOR
Cuando quise respirar, algo me cortó el aire. Cuando quise flotar, mi piscina se vació. Quise dormir, pero las paredes se estrecharon sobre mí, convirtiéndome en un prisionero inmóvil, arrastrado por fuerzas sin control. No sé cómo, pero salí despedido, atraído por una intensa luz, hasta unas manos que me sostuvieron. Luego, tras observarme con detenimiento, me golpearon repetidas veces. Al final, pude llorar a gusto por primera vez.
Del libro Micrólogos
sábado, 25 de septiembre de 2010
viernes, 24 de septiembre de 2010
jueves, 23 de septiembre de 2010
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