lunes, 4 de septiembre de 2017

NI REALIDAD ABURRIDA NI IRREALIDAD DIFERENCIADA


Mis padres son unos privilegiados en algunos aspectos. Uno de ellos es que viven en un piso desde donde se puede ver el monumento más célebre de la ciudad, la pulchra leonina, es decir, la catedral de León. Desde su terraza se puede contemplar la vista que se puede observar en la imagen. A pesar de algunos edificios más bajos, se distinguen con claridad las torres (sobre todo, la meridional, más moderna), los tres vacíos hastiales y parte de la cabecera. En cualquier caso, lo suficiente como para contemplarla con deleite a lo largo de muchos momentos de luz distinta a lo largo del día.

Cuando voy, a verlos, acostumbro a sacar fotos desde allí, aprovechando sobre todo el crepúsculo, o incluso la noche para realizar algunos efectos curiosos que no se pueden obtener con luz diurna. Este fin de semana, que anduve por allí, no fue una excepción, y en dos días distintos, hice varias tomas. Las más llamativas, las del sábado, aprovechando lo que se suele llamar la hora azul: esos momentos en los que la luz solar declina rápidamente, pero aún no es de noche total, y el cielo -cuando está despejado, que en León es muy común- adquiere tonalidades azules progresivamente oscuras.

Pues bien, cuando las hube descargado, le enseñé un par de ellas a mi madre, satisfecho con el resultado, para que las pudiera ver en detalle. Con la aplastante sinceridad de que hace gala, me dijo que bueno, que vale, pero que esa imagen la veía ella muchos días, y que estaba un poco harto de verla. Algo mohíno con su reacción, le dije que pese a todo eran unas imágenes hermosas. Dijo que sí, pero que tampoco iba a dejar de hacer la comida para ponerse a verlas, porque "la tengo muy vista", afirmó, concluyente.

Decidí entonces editarlas un poco para variar los tonos y los colores, al objeto de que viera algo "distinto". Cuando se las enseñé una hora después, se las quedó mirando un rato, y dijo: "Pero esos colores no son reales; el cielo se ve verde y la catedral roja. Cualquiera puede ver que esa imagen nunca existió". Ante semejante objeción, me tuve que callar, y me dio por pensar que si la realidad cotidiana le aburre, y la irrealidad no le agrada, ¿qué le queda a mi madre como asidero a sus 80 años recién cumplidos?

Catedral de León, (Castilla y León, España)
Septiembre, 2017 ---- Nikon 2017

1 comentario:

la cocina de frabisa dijo...

La foto es muy bonita pero a priori no la reconocía con ese color, casi va a tener razón tu madre, jajjajaj

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