domingo, 30 de enero de 2011

MICRORRELATO

CASTING DE PERSONAJES

Una vez que hube tomado todas mis notas previas y decidido el marco donde ubicar mi novela, comencé con la selección del personaje principal. De ese modo, convoqué una reunión donde seleccionar los candidatos principales y poder contratar a uno de ellos para incluirlo en mi único proyecto serio. Pero pronto me di cuenta de que aquello sería una tarea muy complicada. Vinieron muchos, casi cuarenta, a cada cual más dispar. Voceaban mucho y varios al tiempo, exigían demasiado, polemizaban entre ellos, eran maleducados, coléricos, engreídos, imposibles de dirigir. Pero, con todo, fascinantes, cada uno en su estilo. Decidí postergar mi decisión. Se fueron todos malhumorados, y alguno pronunció incluso palabras gruesas antes de marcharse. Una semana después, efectué otra convocatoria, con idéntico desenlace. Comprendí que no me quedaba más remedio que tomarme a mí mismo como personaje clave. Yo no escaparía de mí, no podría negarme a formar parte de tan importante proyecto, y siempre tendría la posibilidad de modelarme a mi antojo. El problema que se planteó entonces es que en mi novela el protagonista acaba ahorcándose al final, desesperado de todo y en lucha contra todos. Aun así, no opuse resistencia. Desde que comencé a escribirla, he dedicado un ratito al día para imaginar cómo sería la cuerda de la que acabaría colgando. Hoy por fin la encontré. Resulta sedosa de tacto, pero de material fuerte y resistente. Aguantará mi peso sin venirse abajo. He dejado instrucciones precisas para que la novela se concluya conforme lo que va a suceder a continuación. Sólo deseo que no se malinterpreten mis intenciones, que mis instrucciones sean aplicadas al pie de la letra, sin cortes ni censuras, ni compasión ni piedad; y que no se cuestione mi autoría.
Del libro Micrólogos

2 comentarios:

la cocina de frabisa dijo...

En esta vida tiene que haber de todo y como dicen en mi tierra, haberlos, haylos.

Que el escritor está muy pasado de rosca es algo que has querido reflejar en este relato y a fe que lo has conseguido plenamente.

Y como objetivo cumplido, te doy la enhorabuena y con esto y un bizcocho, mañana a las 8 estaré trabajando, sueño mediante.

un besito

Cher dijo...

¡Vaya! buen proceso de fundición, sí señor. Aunque si no es por el ojo avizor de Isabel quizá ni lo hubiese captado.
Fulminante desenlace el del ego y la autoría que "desesperado de todo y en lucha contra todos" hasta ya en el mundo de los espíritus pone su rúbrica-soga.
Me ha gustado mucho ,Eduardo, enhorabuena.

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