viernes, 28 de junio de 2019

FRESCOR A LA VISTA CONTRA EL CALOR AMBIENTAL


Pese a que la zona cantábrica, donde por fortuna me hallo, es la menos afectada por la tan comentada ola de calor que nos envuelve estos días, también se notan algunos de sus consecuencias. Aunque nada que ver con lo que se observa por otras zonas del país, donde la gente ya no sabe qué hacer. Frente a ello, no se puede hacer otra cosa que huir a otras latitudes, tapiar la vivienda, evadirse con aficiones bajo techado acondicionado, drogarse (en el sentido más amplio del término), dormir de forma diurna y hacer vida nocturna, sumergirse en bañeras, piscinas, etc. En fin.

Como no puedo otorgar más alivio que el de mis fotografías y mis palabras (aunque hoy éstas sean más bien breves), valga esta imagen desaturada de los chorros violentos de una fuente oscense, capturada a una velocidad en la que aparecen formas y contornos que el ojo no puede retener. Ojalá puedan proporcionar algo de frescor, tan necesario estos días de fuego en el aire.

Fuente en Huesca (Aragón, España)
Julio, 2017 ----- Nikon D500

lunes, 24 de junio de 2019

HITOS DE MI ESCALERA (39)

(No lo he comentado nunca, creo, pero he de decir que mi educación fue establecida sobre la base de la austeridad. Quien controlaba todo el tema económico era mi madre, y ella fue siempre estricta en que los ingresos cubrieran las necesidades de la familia, con la condición de que sobrara siempre lo más posible. La idea de pedir prestado para comprar algo -entramparse-, lo llamaba ella) nunca fue contemplada. Aunque esto parece no venir a cuento en estos Hitos, lo apunto para que se entienda lo que a continuación expondré.)

Mi regreso a León, tras casi cuatro años en Madrid careció del equilibrio que yo solía necesitar para funcionar bien sin contratiempos. Con la carrera acabada, la preparación teórica del doctorado cursada, sólo restaba comenzar la tesis doctoral. Lo hice, conforme el plan establecido. Y aunque mi mente seguía siendo bastante cuadriculada, yo notaba cómo poco a poco se abría un abismo bajo mis pies. Pero entretanto la crisis llegaba, yo seguía adelante, como si no pasara nada. Así pues, comencé la tesis, con un director que me caía mal, y a quien yo no caía mejor. Comencé los trabajos de recopilación de información en prensa, en los archivos del Diario de León. Pero  la propina familiar ya no me alcanzaba, y tenía necesidad de dinero. Así las cosas, mi padre me propuso algo insólito: que escogiera tres amigos de mi confianza y, junto conmigo, colaborara en la recaudación para expender recibos durante el período de cobranza. A 900 pts. la hora, que abonaba la Diputación leonesa, consideré más que aceptable el asunto, y acepté. Tres meses después, disponía de suficiente dinero para darme el regalo más maravilloso que me había dado nunca a mí mismo hasta ese momento.

El 3 de octubre de 1987 compré mi primer equipo fotográfico, lo que incluía un cuerpo de cámara semiautomático Olympus OM-10, con su objetivo de 50 mm y un zoom Vivitar 100-300 mm, más una bolsa y algunos accesorios menores. (Pocos meses antes, aprovechando el cobro de unos dineros que me pagó la Autónoma por unos trabajos de fichado de leyes, dirigido por Miguel Artola, había podido comprarme mi primera cadena musical Sony. Y apunto el dato, para que se vea que mis padres transigieron con que estudiara fuera a un alto coste económico, pero que no estaban dispuestos a pagarme “tonterías ni aficiones”).

Pues bien, ahí comenzó todo. Fue mi primera cámara propia, con la que podría plantearme aprender fotografía. Hasta entonces, sólo manejaba una máquina antigua de mi padre, para las efemérides y vacaciones. A partir de ese momento, de la compra -financiada-de la Enciclopedia Planeta de Fotografía, y del fotocopiado paciente por parte de mi padre de buena parte de la Enciclopedia Fotográfica Kodak, me dediqué a aprender a hacer fotos que fueran dignas de mis intenciones artísticas de absoluto. (Voy por el Hito nº 39, pero éste que aquí confieso es uno de los tres más importantes que han tenido lugar en mi vida, como podrá testimoniar cualquiera que me conozca mínimamente).

Desde ese momento, la fotografía, se convirtió en la segunda de mis aficiones, tras la Literatura. Con el tiempo, la imagen fija llegó a competir seriamente con la palabra escrita, hasta el punto que en algún momento la sobrepujó. Pero la cosa sigue en unas curiosas tablas. Y ahí andan todavía hoy las dos partiéndose la cara por ver cuál llama más mi atención cada día. 

sábado, 22 de junio de 2019

STRAVAGANZZA


¿Quién dijo que la extravagancia no puede ser hermosa?

Feria del automóvil de fantasía (Valladolid, Castilla y León, España)
Octubre, 2017 ----- Nikon D500

viernes, 21 de junio de 2019

EL PROFESOR ENSEÑA, PERO SÓLO SI ESTÁ CONSTANTEMENTE APRENDIENDO

En estos días finales del curso, cuando todo está ya evaluado, y que son llamados -mal"basura", a veces suceden cosas prodigiosas.

El otro día, repasando como medio en juego el mapa de España, un chico me dice que no aparecen las islas Medas. "Las islas ¿qué?", pregunté yo. Me lo volvió a repetir. Yo, atónito, respondí que ni me sonaban. "Pues sí, sí, están cerca de mi pueblo, Rosas". "Venga, pues vamos a verlo". Hoy, con internet en el aula es sencillo comprobar y verificar. Y efectivamente, ese día aprendí que hay un pequeñísimo archipiélago de islas frente a la costa gerundense así llamadas (Illes Medes, en catalán). Felicité al interviniente, y ahí quedó la cosa. Pero ayer, rabilando de modo parecido con el mapa de Europa, alguien me preguntó si me sabía todas las capitales europeas. Respondí que seguro que se me escapaba alguna, pero que la inmensa mayoría sí. Salieron varias a colación, que adiviné sin dificultad, como no podía ser de otra manera. Pero cuando preguntaron la de Liechtenstein, contesté sin más que su capital tenía el mismo nombre que el país, como Mónaco, San Marino, Luxemburgo, etc. A lo que el chico más introvertido de la clase dijo que no, no, que la capital era Vamuz. De nuevo atónito por partida doble, no sólo por la nueva noticia sino porque ¡hablara por iniciativa propia!, comprobamos, y efectivamente, así era. Aproveché la situación para felicitar al interfecto y auparle un poco para que engordara algo su ego, y de paso, quedarnos todos con el dato -algo estéril, pero que siempre nos puede dar un quesito de trivial-, asociándolo a algo que no conocían casi ninguno: el rincón de Ademuz, incrustado entre Cuenca y Teruel, pero valenciano administrativamente. Y así, aprendí de nuevo, como tantas veces me pasa.

Al margen, yo sé que las coincidencias existen. Aunque cada vez me mosquean más. Aun así, no creo que me acabe sumando a las legiones de seguidores de Iker Jiménez y adláteres. La razón todavía impera. Pero ayer, mientras revisaba un libro leído hace tiempo, me sale este subrayado: 

"En vez de enseñar, les conté historias. Lo que fuera, con tal de tenerlos callados y quietos en sus asientos.
Ellos creían que yo estaba enseñando.
Yo creía que estaba enseñando.
Estaba aprendiendo.
¿Y usted se consideraba profesor?
Yo no me consideraba nada. Era más que un profesor. Y menos. En el aula del instituto eres sargento instructor, rabino, paño de lágrimas, ordenancista, cantante, erudito de poca monta, administrativo, árbitro, payaso, consejero, controlador de vestuario, director de orquesta, apologista, filósofo, colaborador, bailarín de claqué, político, psicoterapeuta, bufón, guardia de tráfico, sacerdote, madre-padre-hermano-hermana-tío-tía, contable, crítico, psicólogo, el último asidero."

Frank McCourt El profesor, primer capítulo

Como para no hacerse preguntas incómodas o sospechar arcanos peligrosos...

jueves, 20 de junio de 2019

ANSIA DE VERANO


El color más luminoso, el más visible desde lo lejos, en mosaico casi monocromático de fruta fresca y atrayente, nos reclama la atención desde el más atronador de los silencios de una caja en el mercado. Su recuerdo me suscita el deseo de que el verano haga su entrada con todos los honores. Sólo falta un día, dicen los meteorólogos, pero aquí arriba no se nota mucho, bajo el persistente orbayo. Sirva este conjunto desordenado de formas para imprecar la llegada de la estación del ocio y del desparrame. Cuanto antes. De inmediato. ¡Ya!

Naranjas en un mercado callejero de Catania (Sicilia, Italia)
Abril, 2018 ----- Nikon D500

miércoles, 19 de junio de 2019

ZOZOBRAS PRE-ESTIVALES

Quedan pocos días ya. En breve, el bullicio, la ansiedad, los nervios, los sudores del final del curso serán cosa del recuerdo. La mayoría de mis compañeros tienen las vacaciones más o menos planeadas, apalabradas, y en algún caso hasta pagadas. No puedo decir lo mismo. Y no sólo porque este año la inestabilidad en casa paterna desaconseje planificar con demasiada antelación, sino porque viajando en autocaravana uno se puede beneficiar de la maravilla de ir improvisando día a día, aunque haya un guión previo que sirva de marco. Por eso este año aún no sé nada. Intuyo algo, deseo algo, me gustaría algo concreto que podría verbalizar si quisiera. Pero aún no sé nada. Ni me atrevo a escribir sobre ello.

No saber produce una sensación ambigua. Por un lado, para alguien como yo, le produce zozobra carecer de un plan que ejecutar tan pronto como el último claustro clausure lo académico, como tenía por estas fechas los años anteriores. Por otro, una secreta excitación me embarga, porque si bien me gustaría conocer A o Z, es probable que acabe transitando por X o Y. Y eso también tiene su punto de placer, porque las sorpresas, cuando son agradables, conllevan una dosis de estímulo mayor que cuando todo está atado y bien atado con  tanta antelación.

Como no sé nada, corrijo, saco medias, evalúo, resuelvo dudas de corte ético con algunos casos de alumnos, a quien tal vez no convenga aprobar, pero por otro lado sí... En fin, quien sea profesor, sabe de qué hablo. Y quien no, seguro que lo puede entender. No obstante, también saco tiempo para leer, para seguir clasificando mis legiones de fotos, cuya ordenación es imprescindible antes de la nueva hornada que llegará a mis discos duros las próximas semanas. Para escribir, también, algún rato. Aunque en realidad creo que hago todo esto para no pensar en la posibilidad de que todo se vaya al garete y mi mes francés se vaya al cuerno por una volátil coincidencia de mala fortuna que ni deseo ni espero, pero cuya probabilidad existente no me es desconocida ni ajena. Como no sé nada, camino todo recto, por la vereda umbría,  sin mirar a los lados, no vaya a ser que vea alguna sombra que me tape el sol. Camino, pero no consigo disfrutar de mis pasos. Al menos, estos últimos días.

martes, 18 de junio de 2019

INSTANTE DE CALMA


Unos pocos árboles floridos, unas casas unifamiliares cubiertas de hiedra, unas cuantas flores en los parterres, un sol que se vuelve benigno al caer la tarde, y el suave rumor del respetuoso río que se ofrece como espejo tembloroso de todo lo anterior: es cuanto se precisa para que la llamada surta efecto. Entonces, uno detiene el caminar, deja a un lado la bolsa y la cámara, se sienta y contempla durante largo rato la nada pasar. A renglón seguido, la imaginación viene a acompañar siempre el reposado momento: quiénes habitarán en esas casas, qué tipo de peces nos observarán desde el agua, cuáles serán los principales problemas de los lugareños, cuáles, sus placeres más recurrentes, cuánto tiempo podremos aguantar sin sentir la prisa del turista... La calma del momento es una bendición que dura poco, pero alcanza en su dosis justa. ¿Para qué más? Esos instantes ya justificaron toda la jornada.

Auxerre (Yonne, Borgoña, Francia)
Julio, 2018 ----- Nikon D500

lunes, 17 de junio de 2019

LAS PREGUNTAS DE GREGORY STOCK (28)

Pregunta 68

¿En qué ocasión su vida cambió radicalmente como consecuencia de una influencia externa aparentemente azarosa? ¿En qué medida considera que ejerce el control sobre el curso de su vida?

El azar no existe. No es más que un nombre hermoso para denominar de otra forma nuestra atroz ignorancia de la causalidad que gobierna nuestro alrededor, nuestra cotidianidad. De todas formas, es una convención, y a ella me pliego en aras a responder esta cuestión que no me parece baladí como la anterior.

Yo creo que el hecho que marcó un antes y un después en mi vida y que tuvo mucha parte de suerte al tener lugar fue aprobar mis oposiciones al cuerpo de Profesores de Enseñanza Secundaria en el año 90. Estoy más que seguro de que si ello no hubiera tenido lugar, mi existencia habría cobrado derroteros muy distintos, no necesariamente peores, pero muy distintos y menos tranquilizadores y relajantes. Evidentemente, no es que pretenda decir que sacar las oposiciones fue una consecuencia completa del factor suerte (no soy tan idiota como para no darme cuenta de algunas de mis cualidades coincidentes con las requeridas en aquellas pruebas) pero sí que las probabilidades eran mínimas en comparación con lo que la estadística prefiguraba y la experiencia de quienes se habían presentado con anterioridad hacía prever. Desde aquel instante mi vida cambió radicalmente para mejor en un 95 % de las situaciones. Obtener un empleo seguro, un sueldo fijo nada desdeñable estando soltero como es mi caso, una independencia fuera de la férula sentimental de mi madre, la posibilidad de dedicarme a lo que más me gusta, y otros muchos etcéteras. En realidad, ha sido uno de los acontecimientos capitales en mi vida, no hay ninguna duda de ello.

Por lo que concierne a la segunda pregunta, y teniendo en cuenta que no controlamos sino un porcentaje variable de lo que nos rodea, puedo decir sin rubor que no me niego de entrada a las sorpresas, pero que poseo una tendencia ancestral (y creo que uniforme a lo largo de mi vida) a intentar controlar el curso de mi vida en la mayor parte de las ocasiones. Si en algo he evolucionado es en permitir un diámetro mayor en la espita de entradas azarosas o sorpresivas. Pero, eso sí, con un control en mi centro de mandos que me preserve de aquellos elementos perniciosos que tanto daño me producen, aun a costa de perderme algunos de los buenos y maravillosos que la entrega total y despreocupada pueden llegar a otorgar si se relajan los sistemas de vigilancia.

Pd/ Los textos que responden a las cuestiones formuladas en El libro de las preguntas de Gregory Stock, fueron elaborados entre 1998 y 1999

jueves, 13 de junio de 2019

LA VIDA EN PELIGRO DE LOS ORANGUTANES


El orangután, llamado hombre de los bosques por los aborígenes indonesios, es un simio póngido muy próximo a nosotros, que es respetado e incluso venerado por ciertas tribus.

Los orangutanes sufren la deforestación de sus bosques, que son destruidos para dejar espacio donde plantar miles de hectáreas de cultivo de palmeras. Según los expertos, el número de orangutanes ha descendido a la mitad desde 1999, sólo en la isla de Borneo. Deben quedar entre 70.000 y 100.000. Obligados a dejar sus árboles, esta especie languidece poco a poco, pero a ritmo creciente.

Olivier Courty, autor de esta obra escultórica en resina, ha deseado sacar a la luz su fragilidad, así como su impotencia ante la desaparición de su hábitat en beneficio de las plantaciones de palmerales, muy rentables por la fabricación del aceite de palma para el sector alimentario. El artista francés ha querido con una serie de esculturas, de la que ésta es una de las más impactantes, poner de relieve esta situación para que tomemos conciencia de nuestro papel y de la importancia de nuestros actos en materia de consumo del aceite de palma. El mensaje es claro: si no cambiamos nada, esta especie desaparecerá en un plazo relativamente breve.

Consciente de su extinción, el artista ha querido poner en la mirada desafiante de este macho, toda la intensidad de su determinación por sobrevivir.

En Saulieu (Côte-d'or, Borgoña, Francia)
Agosto, 2018 ----- Nikon D500

miércoles, 12 de junio de 2019

HITOS DE MI ESCALERA (38)

En junio de 1985, obtuve el último título de cuantos poseo, el superior, el que incluye a los otros dos que ya poseía. Tras tres años en la infausta Universidad de León, y dos en la magnífica Autónoma de Madrid, me licencié en Historia Moderna y Contemporánea de España, alcanzando estos dos últimos cursos las mejores notas de toda la carrera (y trabajando de forma menos esclava). Yo, de aquélla, por si no lo he dicho antes, no había tenido jamás la idea de la enseñanza en un instituto o similar, en secundaria, que consideraba una profesión que no estaba a la altura de mis cualidades (ejem). Mi idea al realizar mis estudios universitarios se había encaminado siempre hacia la investigación en Historia, y a lograr de un puesto de profesor en la universidad: primero, de becario asociado, luego de profesor titular, y al final, por supuesto, de catedrático, y no de cualquier tipo, sino el mejor catedrático de Hª de España del país. Mis aspiraciones podrían pecar de inmodestia, y acaso de irrealidad, pero yo no contemplaba medias tintas. O todo, o nada.

El problema era que para lograr ese camino, había que ser doctor, y eso pasaba por realizar y superar unos cursos de doctorado, más una tesis doctoral, más un trabajo “colonizador” en un departamento, donde uno asentara sus reales de primera mano. Pero eso no eran problemas para mí en aquel momento, sino sólo escollos a superar. Aunque no pequeños, por cierto. Porque ese año mismo que yo terminé mi carrera, se terminó la etapa en que los cursos de doctorado eran cuatrimestrales. Ahora, el “nuevo plan” incluía cursos de un año entero, y había que efectuar dos. De modo que había que prorrogar mi estancia en Madrid dos años más, lo que dejó de nuevo desolada a mi madre. No fue pequeño inconveniente, como digo, pero se acabó superando, a pesar de la heterogeneidad en la calidad de dichos cursos. Luego, había que buscar un director de tesis. Mi elección recayó en el profesor más maravilloso que nunca me diera clase en la universidad. Se llamaba Antonio María Calero Amor, una lumbrera de mi facultad, llamado a suceder a Miguel Artola en la dirección del Dpto. de Contemporánea de la Autónoma. El título de mi estudio sería sencillo, pero de amplio recorrido: “La II República y la Guerra Civil en la provincia de León”. Calero aceptó mi proyecto, y yo me las prometía muy felices con todo bien encarrilado.

Pero cuando todo parecía que apuntaba en la dirección correcta, con los dos años de cursos terminados ya, y disponiéndome a comenzar la tesis ya desde mi lugar habitual de residencia en León, resulta que mi director de tesis fallece en accidente (con cuatro miembros más de su familia), arrastrado por una riada en unas descomunales lluvias torrenciales acaecidas en Córdoba en julio de 1987. Me quedé sin capacidad de reacción. Estuve unos meses sin saber qué hacer. Al final, un mediocre bastante inútil de la universidad leonesa, de nombre Gustavo Puente Feliz, aceptó dirigírmela. Pero el hueco que uno debe labrarse en cada departamento ya había sido convenientemente trabajado por algunos ex-compañeros míos de antaño, que habían permanecido en León. Y ese otoño de 1987 comenzaría un calvario y a la vez uno de los períodos más creativos y excitantes de mi vida.

martes, 11 de junio de 2019

LA MANO QUE SOSTIENE EL LIBRO


En pleno mundo digital, en el que toda la información puede ser descompuesta en ceros y unos, incluyendo todas las letras de todos los alfabetos, reconforta contemplar una mano que sostiene un grueso volumen, memoria de humanos, como antaño sucedía. 

Se trata de un molde de yeso pintado para una obra capital de principios del siglo XV, como fue el Pozo de Moisés, obra de Claus Sluter, en la Cartuja de Champmol, en Dijon, en el que aparece representado uno de los profetas del Antiguo Testamento. Pero a quién representa, es lo de menos. A mí lo que me hace dirigir la mirada es esa mano, esas páginas esbozadas apenas en la gruesa textura de la escayola, con todo lo que ello implica. Unas horas de lectura apasionada al lado del objeto más extraño y más maravilloso que haya inventado nuestra especie. Eso es lo que me hace desentenderme del rostro del profeta, y concentrarme tan sólo en una parte esencial de la obra. Es la única que me interesa, la única que me hace soñar que hace más de seiscientos años, alguien vibraba como yo, haciendo lo mismo que yo, de un modo diferente, pero siempre igual.

Museo de Bellas Artes de Dijon (Côte-d'or, Borgoña, Francia)
Agosto, 2018 ----- Nikon D500

lunes, 10 de junio de 2019

MI PALABRERÍO CANALLA (48)

ENSOÑACIÓN: Fantasía onírica experimentada en estado de vigilia, lo cual tiene  más mérito, pues el nivel de imaginación requerido es mayor, pero como el grado de verismo alcanza también cotas muy altas, la ilusión generada por ella es proporcional; directamente proporcional, lo mismo que la sensación de fracaso subsiguiente.
ENTIERRO: Ceremonia panteísta que, consciente de que la materia ni se crea ni se destruye, sólo se transforma, deposita a un cuerpo muerto en un hueco excavado al efecto para que sirva de dócil alimento a otros seres aún vivos. Dicha ceremonia genera una multitud de anécdotas jugosonas que, sabiamente utilizadas, darían para volúmenes y volúmenes de divertida prosa narrativa.
ENTREVISTA: Remedo de diálogo anquilosado entre un/a cotilla hipertrofiado/a de curiosidad y un/a esquivo/a que intentará salirse por la tangente del modo  más creíble (periódico) o más llamativo (revista del corazón o similar).
ENTUSIASMO: Endiosamiento momentáneo y atípico que en las adecuadas dosis  mueve a conseguir determinados logros y una buena cosecha de críticas o rechazos no demasiado explícitos.
ENVIDIA: Pesar masoquista, motivado por la contemplación de la felicidad y los éxitos ajenos cuando es seguida inmediatamente de una comparación con la situación propia. Sin duda alguna, el más estúpido e improductivo de los llamados pecados capitales
ÉPICA: Forma de vida o forma literaria en la que lo elevado, lo exagerado, lo sobrenatural se alía con lo humano para construir sobre una base real un mito perdurable, alrededor del cual puedan arracimarse masas ignorantes que tendrán a quién alabar, y grupitos de estetas que dispondrán de un nuevo motivo estético —y de alabanza también, sólo que de otro modo—.
EPILEPSIA: Enfermedad cuyas espasmódicas y espectaculares manifestaciones externas se tuvieron desde antiguo como una particular relación con lo divino, sin darse cuenta de que si bien afectaba a algún genio que otro, la proporción de imbéciles que la padecía destrozaba cualquier asomo estadístico de generalización.
EPÍSTOLA: Forma escrita de embuste con cierta apariencia literaria. Dicho embuste era creído en su integridad tanto por quien la escribía como por quien la recibía. Actualmente en desuso, no se sabe si para bien.
EPITAFIO: Modalidad de elogio funerario que busca la brevedad, porque, a semejanza de los telegramas, cada palabra tallada en la piedra cuesta mucho. Alguno ha llegado a ser una obra maestra de la recapitulación condensada y del humor.
ERMITAÑO: Persona con indicios iniciales de inteligencia que, al comprender demasiado bien la verdadera naturaleza de este mundo y sus habitantes, opta por apartarse de ellos para merecer otro mundo y otros habitantes que comprende demasiado mal o no comprende en absoluto. Para aquel entonces, aquellos indicios iniciales de inteligencia se habrán volatilizado por completo.

Del libro inédito Palabrerío canalla1999

sábado, 8 de junio de 2019

EN LA PAZ DEL CLAUSTRO


Tras recorrer las diferentes estancias del monasterio, el turista está agotado. Demasiada belleza junta, casi sin descanso. Una iglesia sobria, pero repleta de luz. Una sala capitular algo oscura, con bóvedas a baja altura y sólidas columnas. Un refectorio espacioso, cuyas baldosas aún brillan al sol de la tarde. Unos dormitorios austeros, como marca la regla de la orden. Y, por último, la joya del claustro, remanso de paz pero generador también de pasiones, simétrico en sus cuatro lados, repleto de figuras inquietantes, pero cuyo pasillo central es ancho y permite no dejarse influenciar por el realismo de las imágenes.

Tras acabar el recorrido que la guía marca, el turista se sienta en uno de los intercolumios del murete que sirve de base a las columnas con sus arcos. Repasa el folleto que le han incluido con la entrada. Corrobora los detalles, y busca elementos que se le hayan podido escapar, para que la visita -que seguramente no pueda repetir- sea lo más completa posible. Piensa poco. Ahora sólo lee. Pero hace sólo unos instantes no podía dejar de mirar las figuras y sentir la magia que había venido a contemplar desde tan lejos. También, ha agradecido a su dios que el lugar se hallara tan desierto, lo que le permitió paladear cada rincón, cada escena esculpida, cada espacio sagrado, en una soledad mística que añora tanto en su vida cotidiana, y que si bien breve, compensará el esfuerzo realizado para llegar a ese rincón perdido. Luego, alzará la vista para fijar en su memoria una imagen de conjunto, se levantará y saldrá del recinto para siempre. Su vida seguirá siendo más o menos parecida, pero un escalón más habrá sido recorrido, un ejemplo más al que recurrir a través de la memoria en tiempos peores, en los que sólo queden recuerdos pasados con que consolar la incapacidad de generar nuevas e intensas experiencias; esos tiempos en los que uno sólo será recuerdo, mas recuerdo enamorado.

Robado en el Convento de los Cordeliers, en Charlieu (Loire, Borgoña, Francia)
Agosto, 2018 ----- Nikon D500

jueves, 6 de junio de 2019

APUNTE LEJANO DE DIARIO

Dicen que un tal Gúrpide le puso distancias al viento y que tasó su medida por sobre los abismos de noches tensas y tercas de escándalos solitarios y aromas verdes entre tanta sal. Dicen, también, que es inútil andar tironeando por ahí, sea del aire o el viento, el agua o la lluvia, de la letra o el libro, con objeto de extraer la médula blanquecina con que extender multicolores realidades a un cuaderno que me anhela. Dicen, y dicen bien, puedo asegurarlo por voz propia, que es inútil buscar cuando nada hay para hallar. Por faltar las coincidencias, en lugar, en tiempo, en ánimo.

No me obligo. Siento que el impulso que me encamina al apunte es más un síndrome que una predisposición planificada. Muchos momentos, la mirada se me nubla de cansancio, soledad e inercia y va a estrellarse, mortecina y exangüe, contra el lomo arenado de este almacén de espasmos terapéuticos, de almácigas heteróclitas y vagorosas. Muchas de esas ocasiones, algo en mí tira del asiento hacia arriba y la gana inicia un blando movimiento que se transmite a mi cerebro, que acaba anulándolo, porque, en verdad, en ese instante, el deseo de decir algo choca de plano con la irremediable conciencia de que lo que se va a proferir no va a ser nada nuevo ni bueno, que dará la impresión de que lo realizo por empeño más que por una pureza original que brote de una real y perentoria necesidad.

Si se atiene uno a las fechas, comprueba los saltos temporales, inusuales en otro tiempo, tal vez indicio de madurez, tal vez asombro ante volúmenes prolijos, tal vez inquieto ante la cantidad que no halla tiempo para desbrozar las sobras y ofrecer la calidad. Hipótesis. Sólo hipótesis.

Mientras, yo debo dar gracia por la lectura, por este aislante de la indiferencia y de la rutina normalizada. Otros se jactan, como apuntaba Borges, de lo que habían escrito, pero yo me transfiguro como él al pensar todo lo que he leído y, sobre todo, lo que aún me queda por leer.

 En el diario inédito Bancal de almácigas, entrada de 26 de Agosto de 1996

miércoles, 5 de junio de 2019

COMBINACIÓN FLORAL


La primavera vegetal (florecida) no es incompatible con la arquitectura del gótico tardío (florido). Es más, combinan necesariamente.

Cabecera de la catedral de Astorga (León, Castilla y León, España)
Mayo, 2002 ----- Konica Minolta Z5

martes, 4 de junio de 2019

EN TU AUSENCIA (MICRORRELATO)

He ido, como acordamos, a casarme contigo en el juzgado, hoy, al mediodía. No ha podido ser. No compareciste. Nadie supo qué pensar. Los demás se interrogaban con la mirada, y algunos intentaban animarme como podían, mientras el asombro y la vergüenza me recorrían de arriba a abajo. Pese a sus intentos, no te me quitabas de la cabeza. Pero sus palabras insistían. No podía ser que... Pero, no, no. Con todo, mi eterno complejo de culpa y los remordimientos me acechaban de continuo. Sé por qué no viniste. Sé dónde estás. Pero no puedo decirlo. Me robarían la libertad que me he ganado yo solito. Me la robarían, sí. Jamás saldría libre. Alevosía y ensañamiento, lo llamarían. Qué manera de simplificarlo todo con palabras que tan poco dicen. Si ellos supieran...
Del libro inédito Micrólogos, 2012

lunes, 3 de junio de 2019

ETERNO DEBATE SOBRE JUEGOS INFANTILES


La pregunta que debería plantear este chapucero montaje, no debería ser cuál de los críos está disfrutando más, pues ese asunto es cosa subjetiva, y es muy probable que tal dilema no se solventase jamás: cada uno daría muy buenas razones para  explicar que su juego es mucho más interesante y divertido que el del otro. No. La pregunta que debería suscita ver ambas imágenes -tan torticeramente enlazadas- es qué ventajas e inconvenientes tiene cada modo de enfocar el divertimento propio de cada niño. O, dicho de otro modo: si el aprendizaje a través del juego es esencial en la educación infantil, ¿hay modos y maneras más eficaces, más naturales, más "humanos"? Temo que al formular la pregunta ya se le vea el plumero a quien la plantea, que tiene una idea muy clara de cuál de los modelos posee sus complacencias. Y es que uno aún recuerda los esfuerzos y tesones con los que logró hace muchos, muchos años su primer yo-yo "profesional", y lo que hizo con él durante varios meses. También recuerda uno la excitación con la que jugó muchas, muchas horas con sus primeros juegos de ordenador, y "gratis". Claro que esto último fue ya de mayor, y la cosa no admite comparación posible. Ni debate razonable, por supuesto, ya que siempre habrá razones en uno u otro bando para justificar la validez de su propuesta. Lo que no admite discusión es que casi todo juego vale, bien supervisado por los adultos en duración e intensidad, y siempre que tanto mayores como pequeños puedan compartirlo jugando juntos.

Robados en Nájera (La Rioja, España)
Abril, 2017 ----- Nikon D500

martes, 28 de mayo de 2019

MI PALABRERÍO CANALLA (46)

ELEGANCIA: Adecuación de los gestos, de los movimientos, de la palabra, del comportamiento, de la mirada, del vestuario, a las necesidades requeridas por cada momento concreto. Es todo un arte, por lo que es escaso. La mayoría de la gente la confunde con los objetos caros, los movimientos lentos y la voz mesurada. Pero es mucho más que eso, mucho, mucho más. 
ELITISMO: Posición de exquisitez excluyente de quienes se consideran en un nivel elevado de algo y buscan evitar el contagio con otras formas de menor nivel de ese algo, que nunca se especifica muy bien de qué se trata, aunque de algo debe tratarse, a juzgar por cómo defienden la privacidad de dicho coto.
ELOCUENCIA: Capacidad de los hábiles en el uso de la verborragia de embaucamiento mediante el discurso. El truco funciona sobre todo frente a grandes cantidades de sujetos ya predispuestos a creerse todo lo que se les señale.
ELOGIO: Zanahoria de sabor agradable que se le otorga a aquel individuo a quien se desea mantener ligado a uno por algún motivo rentable.
EMANCIPACIÓN: Separación del tronco nutricio y desenvolvimiento autónomo frente a las dificultades de la vida. Supone pensar por uno mismo y elegir por uno mismo. De ello se deduce que tanta gente no sólo no la desee, sino que la critique en quien la practica, sobre todo si lo hace con éxito y encima se ufana de ello.
EMBARAZO: Proceso biológico por el que los mamíferos comienzan su vida y sufrimientos en el vientre de las madres, dependiendo de ellas y siendo el principal objeto de creación para la mayoría de ellas, según suelen declarar. Luego se extrañará la gente de que existan complejos de Edipo, incestos, dependencias eternas, depresiones, celos, etc.
EMBALSAMAR: Aberración de corte masoquista (o sádico, si el personaje es público) que pretende poder mantener tras su muerte la apariencia en vida de alguien con la suficiente fama (buena o mala), o dinero para realizarlo. Los egipcios (v.) y los incas (v.) hicieron de esta práctica todo un arte, para goce y beneficio de salteadores de tumbas y de arqueólogos, por ese orden de importancia y de cronología.
EMOCIÓN: Desliz de la razón que a cambio de un deleite ofrece desestabilidades diversas cuya recuperación suele ser mucho más dilatada, de tal forma que suele ocurrir aquello de “lo comido, por lo servido”.
EMPIRISMO: Modo de enfrentarse a la realidad, vía filosofía, que establece que los sentidos, la experiencia sensible y la práctica habitual constituye el único modo fiable de aprehender el mundo que nos rodea y de comprenderlo. Vamos, como si la razón ni pinchase ni cortase. Sin embargo, su éxito ha ido de más en más, aunque mutando de vestiduras (léase tecnologías) conforme avanzaban los tiempos.
EMPLEOMANÍA: Funcionariomanía, o así. 

Del libro inédito Palabrerío canalla1999

lunes, 27 de mayo de 2019

MAGNIFICENCIA DE LAS BÓVEDAS GÓTICAS


En principio, todo se reduce a mirar a lo alto y tratar de comprender el sentido de tanta línea curva convergente en determinados puntos, e intentar asimilar cómo fue posible que en tiempos tan remotos y tan carentes de todo cuanto ahora se nos antoja imprescindible, se concibieran primero y se ejecutaran después, estructuras cubiertas tan asombrosas. Pasará poco tiempo hasta que se descubra que dichos intentos son vanos. No se comprenderá nada y se asimilará aún menos. Al final, únicamente podremos admirar la belleza abstracta o espiritual del conjunto, agradecer que tales creaciones hayan llegado hasta nuestros días, y refugiarnos con humildad en la conciencia de que hoy podríamos hacer cosas más imponentes, más grandes, más altas, más ingrávidas, pero no más hermosas.

Catedral de Limoges (Limousin, Nueva Aquitania, Francia)
Julio, 2012 ----- Nikon D500

miércoles, 22 de mayo de 2019

LA MUERTE RECIENTE DE TRES GRANDES

Todos los días mueren personas. Las más, desconocidas, no nos dicen nada. No nos reímos, ni nos ponemos tristes, porque ni siquiera nos conmueven. Algunas veces, en cambio, sí nos tocan la fibra sensible, por alguna razón personal que cada uno justifica como mejor sabe. Pero hay algunas desapariciones que por su especial relevancia nos afectan mucho más, porque su importancia no es sólo personal, sino global. Suelen ser personas que han sido piezas capitalese en sus respectivos campos, pero que de repente nos dejan, privándonos de su energía, de su ejemplo, por lo que nos quedamos más desamparados de lo que lo estamos habitualmente. A lo largo de los últimos diez días han coincidido las muertes de tres personas muy admiradas por mí, aunque me consta que también lo han sido para muchos.

Un político inició por sorpresa esta exigua lista. Un hombre cuya templanza y sentido común eran los que todo profesional de la política debería tener, pero como por desgracia no es lo común, dichas cualidades destacan enseguida en quienes las enarbolan como bandera de sus actos. Su habilidad en las relaciones personales, su perspicacia para hallar los puntos débiles de quienes atentaron contra el Estado, su capacidad de diálogo inteligente, que no excluía la firmeza cuando la ocasión lo requería, todo ello le hizo merecedor de uno de los homenajes póstumos populares más multitudinarios y consensuados de los últimos tiempos en este infortunado país.

Le siguió anteayer una figura descomunal del mundo del periodismo y de la concordia entre los pueblos. Un hombre que comenzó siendo un deportista laureado aunque heterodoxo, lo que le dejó claro que en la vida el esfuerzo es la clave para toda empresa que se emprenda. Un hombre que durante muchos años ejerció el reporterismo en los lugares más conflictivos y peligrosos del planeta, demostrando que la acción era lo suyo, y que saber comunicarla sobre el terreno, también. Un hombre que dedicó la última parte de su vida a un proyecto fantástico de cooperación de los jóvenes de los pueblos iberoamericanos, enseñándonos que la unión ante los inconvenientes, que la colaboración entre hermanos de cultura, siempre plantarán semillas educativas que habrán de germinar de forma inevitable e impulsarán el progreso de los pueblos.

Hoy, por último, uno de los sujetos con mayor curiosidad natural que ha podido existir sobre la faz de la Tierra, que fue político, profesor, periodista, científico, divulgador y sabio políglota. Tantas cosas fue, que hubo un tiempo en que lo veíamos por todos los medios de comunicación, y publicando libros con una regularidad apabullante. Pues tal era su capacidad de trabajo y su necesidad de que comprendiéramos las distintas esferas de la realidad de nuestros días, para que el futuro que era ayer, lograra configurar un presente actual que no nos arrasara con su velocidad infinita.

Alfredo Pérez Rubalcaba, Miguel de la Quadra-Salcedo y Eduardo Punset trascendieron en mucho lo que comúnmente entendemos por personajes públicos. Nos han entregado su trabajo y dedicación constantes con el objetivo de que el mundo que dejaran fuese mejor que el que recibieron. Los tres han conseguido de largo su objetivo. Por eso lloro hoy su pérdida. Un llanto que en realidad supura un agradecimiento infinito a los tres por todo ello.

martes, 21 de mayo de 2019

EL VIAJERO AGUARDA



El viajero aguarda durante largo rato, anclado a su equipaje. Nada en él permite advertir atisbo alguno de prisa, o ansiedad febril que le impulse a marcharse. Espera con la paciencia de quien ya ha comprendido que viajar no es sino moverse por el interior de uno mismo, proporcionarse nuevas emociones que brotan de la propia mente, y dejar que los ojos se engañen con las apariencias de nuevos paisajes, nuevas caras, nuevas ciudades. Lo hace con parsimonia y movimientos lentos, pues su experiencia se ha curtido a lo largo de los años, vinculándose a muchos lugares distintos, que son siempre el mismo. Viaja con gran impedimenta, porque es un viajero fuera del tiempo, de otra época, con mentalidad poco moderna, pues el viajero está fuera del tiempo o se halla en otro tiempo y, pronto, en otro lugar. El viajero sabe que en breve será transportado a otro sitio, pero su cabeza, su pasado, su carácter, su mirada, sus intereses, sus recuerdos, serán los mismos. Su paciencia obtendrá fruto, y el pitido del tren le indicará que su cuerpo podrá acomodarse en su asiento durante unas horas. Podrá, entretanto, jugar a adivinar dónde va a bajarse, pues es un dato que desconoce. Habrá de ser en algún punto antes del final de la ruta que marca su billete. Aún desconoce dónde será, pero sabrá que en algún momento, mientras apure la belleza de algunos versos de Withman o se esté volviendo a entusiasmar con la intensidad de algún relato de Kipling, un chispazo en su cerebro le hará levantar la vista, decidirse de inmediato y asegurar que durante un tiempo, toda su vida tendrá cabida por entero en aquel remoto y azaroso lugar. El viajero dejará de ser viajero por poco tiempo. Su esencia le bullirá al poco en los adentros. Empacará de nuevo su gran equipaje, tomará otra vez el camino de la estación, y aguardará con paciencia infinita, otra vez, el pitido del próximo tren.

El regreso de Williams B. Arrensberg, de Eduardo Úrculo, en Oviedo (Asturias, España)
Mayo, 2003 ----- Konica Minolta F5

domingo, 19 de mayo de 2019

MOTIVACIÓN SUPLEMENTARIA (MICRORRELATO)

Mis alumnos saben muy bien cómo levantarme el ánimo. Nadie como ellos, para ofrecerme motivación, cuando tengo el día bajo. Soy bueno dando mis clases. Aunque demasiado blando, si me apuran. Mi excesiva empatía a veces me desborda. Son tan bueno, que jamás levanto la voz, mi carácter lo asume todo y me llevo los problemas para casa. Pero no siempre fui así. Tengo resabios del pasado. Y necesidades sin cubrir. Por eso, los más perspicaces, los que me conocen de otros cursos saben bien cómo motivarme en horas monótonas, llenas de inercia o de atonía. Basta con que, mientras explico algo de Egipto o de la Edad Media, alguien haga alusión a un documental de Discovery Max, donde se apunta la posibilidad de que todas las civilizaciones antiguas provengan de una pre-civilización anterior, instruida, ¡cómo no! por una pródiga población extraterrestre, que se apiadó de nuestro primitivismo y tuteló los inicios de la civilización. Aunque también sirve que, cuando enumero las órdenes militares que surgieron al albur de las Cruzadas, alguno mencione el penúltimo programa del espacio Cuarto milenio, donde se daban abundosísimas pruebas científicas del carácter místico-capitalista de los templarios, conectados con varias conjunciones planetarias que les habría habilitado para su misión. O, si, insistiendo de este modo, no paso a mayores, pueden usar unas fotocopias de la revista Más allá (que alguno siempre tiene disponibles, por si acaso), donde se documenta con exhaustividad que las desapariciones del Triángulo de las Bermudas tienen que ver de forma directa con las causas de la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría y la caída del Muro de Berlín. Es entonces cuando pongo la voz en cuello, las venas se me hinchan, profiero tres o cuatro excesos lingüísticos, y les suelto que si siguen por ese camino, más les valdría suicidarse en masa como se cuenta en el mito de los lemmings. Después de eso, y de paralizar de inmediato el pulso de los más timoratos, consigo un silencio sepulcral en el aula, que sólo a los más novatos impresiona y asusta. A continuación desmonto una a una las falacias que me han propuesto. Y al final, como colofón, doy un gran golpe sobre la mesa y pregunto, bien alto: “¿Está claroooooo?”. Ellos asienten con unanimidad aquiescente. Y ahí acaba la cosa. Hasta la siguiente vez, en uno o dos meses.

Del libro inédito Micrólogos, 2012

miércoles, 15 de mayo de 2019

DIÁLOGO EN LA MIRADA



Si las miradas nos parecen tan sugerentes es porque el contacto de unos ojos con otros ojos establece un vínculo -temporal y finito- de gran fuerza e intensidad. Hay miradas que nos comunican un deseo soterrado, un afecto, una intención, una súplica. Otras nos reconocen como iguales, nos animan a seguir a su lado para ayudarse a crecer en compañía. Las más de las veces no las recordamos, pues pueden darse varias en un día. Otras, en cambio, se recordarán siempre. Como siempre recordaré yo el diálogo que mantuve yo con esta paloma, aupada a la modernistafachada de un conservatorio de música. Yo sé que ella sabía que la miraba con gusto, por su forma, su belleza, su quietud. Yo sé que ella sabía que yo conocía que su silencio se debía a que escuchaba los gorjeos de los diferentes instrumentos musicales que allí dentro pugnaban por ensamblarse con coherencia. Ella sabía que yo la reconocía en su mirada. Ambos nos reconocimos desde nuestras posiciones, porque durante unos instantes ambos fuimos iguales en inteligencia compartida, en sensibilidad artística, en respeto mutuo. Sí, los dos nos igualamos durante un lapso pequeño de tiempo, que resultó infinito porque nos sentimos cómplices de escucha. Y porque, además, le hice la foto.

Paloma en el Conservatorio Julián Orbón (Avilés, Asturias, España)
Abril, 2015 ----- Nikon D300

martes, 14 de mayo de 2019

DEL ABOMINABLE ERROR DE JUZGAR LAS OBRAS POR LAS ACCIONES DE SUS CREADORES

Introduje yo el otro día en mi clase de arte el dilema de la separación -o no- de la moral de los artistas con respecto a sus obras (el asunto lo provocó un comentario mío sobre la vida de Michelangelo Caravaggio, que enlazó también con episodios de Benvenuto Cellini, luego Pablo Picasso, y demás). En ese contexto, dos alumnas hubo (participativas ellas, feministas ellas, comprometidas ellas) que se decantaron por una opinión contundente: si el artista es un impresentable, traidor, asesino, violador, mentiroso, avaro, maltratador, etc. su obra no puede ser éticamente buena, pues parte del mal, y lo que del mal surge nunca será bueno. La clase tocaba a su fin, era última hora, y no dio tiempo a que rematáramos el tema, que escindió a los alumnos, entre quienes apoyaron esa postura y quienes no tenían ni idea. Pero esa misma tarde, en una conversación con una buena amiga, le comenté lo acontecido en el aula, lo que resolvió ella sumándose a la postura de las antedichas alumnas. Y ahí ya me harté. A mi amiga le solté una retahíla de inconveniencias, y al día siguiente, ya en clase di un discurso de postulación, a los que no soy muy dado, pero que en este caso creo que convenía, porque las ideas equivocadas (según mi criterio, que es el del experto, en comparación con ellos) conviene combatirlas desde su origen.

Me revienta que se confunda a los padres con los hijos, y se les atribuya a éstos los errores o los crímenes de aquéllos. Del mismo modo, pienso, las obras de arte (música, pintura, escultura, cine, teatro, arquitectura, danza, tanto da) son hijas de sus creadores, y como tales, inocentes de la ética o el comportamiento de quienes las hicieron brotar de la nada. Hablo de obras de arte, no de panfletos ideológicos. Hablo de obras de arte, insisto, consideradas así por amplio consenso científico. Sin embargo, en los tiempos que corren, que además de muy pacatos y con sospechosas tendencias a la corrección política, se tiende a valorar las obras por los actos de sus creadores. Es moda muy reciente. Y como es moda, y además las redes sociales permiten crucificar a cualquiera con creciente impunidad y velocidad asombrosa, el resultado es que se llegan a cometer tropelías e injusticias sangrantes. Dos casos recientes, en el mundo del cine, el del director Woody Allen y el del actor Kevin Spacey, acusados de actos abominables, están en boca de todos. En ninguno de los dos casos hay una sentencia firme aún, lo cual añade más ignominia a su persecución. Pero eso no viene al caso. Si fueren demostrados los cargos de abusos infantiles al viejo director y los de la violación a un actor en el caso del maduro actor, deberían asumir sus penas, como es de ley. Pero, ¿afectaría  a la calidad objetiva de sus carreras hasta esa fecha? Yo respondo que no, que en modo alguno, y ambos seguirían siendo dos personajes clave en el cine de la segunda mitad del siglo XX -el primero- y del último cuarto de siglo -el segundo. A sus obras no debiera, pero afectaría, eso sí, a quienes no son capaces de disociar ideas de actos, comportamientos privados de obra pública. Pero estas personas entienden poco de arte. Si aplicáramos esos criterios de selección, pocas obras se salvarían, se tratase de la época que fuera. El violento carácter de Caravaggio, convicto de más de una muerte, no afecta para nada a la revolución pictórica de sus realistas claroscuros. El oportunismo político de Picasso y su comportamiento maltratador con varias mujeres, no invalida en modo alguno al gigante artístico que fue. Y, para no eternizarnos, un ejemplo último más desconocido, y que tal vez escandalice a estos recientes puritanos de postal: los admirados edificios de mármol del Pentélico de la Acrópolis ateniense, hoy en ruinas pero que aún nos hablan del esplendor que pudo alcanzar la Grecia del s. V a. C, se construyeron sobre la apropiación indebida de los dineros de la Liga de Delos, coalición de diferentes polis que se había establecido para defenderse de otro posible ataque persa, pero que Pericles y Atenas se agenciaron para reconstruir con dinero ajeno la capital, incendiada en la segunda guerra médica.

Las personas somos responsables (o culpables, incluso) de nuestros actos, por los que debemos ser reconocidos (o condenados, incluso). Nuestras obras de arte no lo son. Despreciarlas por lo que fueron sus creadores es de ignorantes, envidiosos, hipócritas, mediocres y otras cosas más que es prudente y educado no constatar por escrito. 

lunes, 13 de mayo de 2019

HELENA, DOLIENTE


Cuando Helena comprobó los efectos que su belleza hubo provocado en los hombres que conoció, deseó no haber nacido. Pero como ni apelando a los dioses podía retrotraer la Historia, quiso influir en el presente y aun el futuro, con una acción decisiva. Para ello, se preparó a conciencia, maquillando su rostro con polvos aromáticos de la tierra egipcia, ungiéndose con aceite focense y con mirra de la Bactriana; por último aromatizó su pelo con esencias traídas de la lejana Cólquide, donde antaño Jasón recalara. Se contempló en el espejo sin ropa alguna, y su hermosura le fue devuelta por una imagen arrebatadora. Tuvo la impresión de que aquellas formas no podían ser tan seductoras, como para que miles de hombres estuvieran muriendo por ella. Y, sin embargo, lo eran en tan alto grado, que dos naciones poderosas se estaban batiendo por ella como excusa (¿qué podría saber en su ignorancia de los planes del ambicioso Agamenón?). Decidida a acabar con todo de una vez para que aquella guerra eterna cesase, propuso a los contendientes inmolarse en un ara bendecida por divinidades comunes, y que el conflicto terminara con la recogida mutua de los cuerpos caídos, y el establecimiento de una nueva alianza entre helenos y teucros. Sorprendida, comprobó que ambas partes rechazaron su oferta, para lo que cada bando adujo razones distintas. Plena de impotencia, se sumergió en la tristeza y asumió sin rebelarse el destino que le fue asignado. Después lloró con desconsuelo. Lloró por Paris, lloró por su marido, por todos. También por ella. Pero sobre todo lloró por la invicta Ilión, que caería al poco en manos de sus enemigos, tan familiares, para conjurar también su propio destino.

Escultura "Mavi", en la Pza. Longoria Carbajal (Oviedo, Asturias, España)
Marzo, 2016 ----- Nikon D300

jueves, 9 de mayo de 2019

LOS OBJETOS, PELIGROSO Y FASCINANTE IMÁN DE RECUERDOS

Es posible que los objetos no tengan sensaciones, que se hallen desprovistos de un alma latente que sostenga sus existencias. Pero a mí me gusta imaginar que sí la tienen, que disponen de una autonomía sentimental que precisa de la mía para sentirse bien, y poder, de ese modo, traspasar sus pulsiones positivas al dueño al que pertenezcan. A mí me gusta pensar eso, y la emoción que ello me procura es fuente de felicidades aleadas de recuerdos, gratos la mayoría, otros no tanto.

Ayer, por fin me decidí a hacer los agujeros pertinentes para colgar las tres estanterías donde colocar esa multitud de pequeños cachivaches que, en conjunto, componen un ramillete de momentos, de sentimientos, de personas, de hechos, de lo más granado de mi vida. Ayer instalé las tres repisas. Pero aún no coloqué los recuerdos en ellas. Parecería que me reservo. Pero no sé muy bien de qué. Tal vez tenga miedo a comprobar que su ubicación ahí, al lado de la entrada, en el recibidor, no me proporcione el mismo placer que antaño me dieron cuando los instalé por primera vez en la otra casa. Tal vez crea que, poseído de influencias de magia simpática, esos objetos hayan dormido tanto tiempo hacinados en una bolsa, sin respiración, en caótica convivencia, obligada y heteróclita, que hayan dejado de resultar evocadores, que su materia sea lo único que puedan transmitir. En fin, ¿quién sabe? Como siempre, las especulaciones, las hipótesis sólo pueden revolverse comprobando todo el proceso y experimentándolo hasta sus últimas consecuencias. 

O, por el contrario, ¿temo que el cúmulo de sentimientos, situaciones y personas me asalten de improviso y provoquen una cascada de lacrimógenas imágenes pretéritas? Acaso, acaso.

Del diario inédito Escorzos de penumbra, entrada de 25 de Abril de 1999

miércoles, 8 de mayo de 2019

TODAS AQUELLAS MANOS



Las manos sirvieron aquella noche para gesticular, para bendecir, para tomar alimento, para acariciar, para expresar asombro ante lo que sobrevendría; también, para sostener una bolsa con dinero. Fue una noche de muchos planes, de muchas sorpresas, de demasiadas preguntas sin formular y con muchos silencios encubiertos. Todas las manos participaron, y llegaron en ocasiones a entrelazarse. Pero sólo una empuñó el arma fuera del tiempo convenido y se encargó de eliminar los sueños de las demás.



Paso procesional de la Santa Cena, catedral de Lugo (Galicia, España)
Abril, 2017 ----- Nikon D300




martes, 7 de mayo de 2019

EL CURIOSO ALBOROZO POR LOS CUMPLEAÑOS

Celebrar (o lamentar) cumplir años es una de las tradiciones más curiosas de los humanos. Objetivamente, sólo cabría alegrarse por haber superado otro período de tiempo sincronizado con el avance del planeta por el espacio alrededor de su estrella: es decir, por haber seguido viviendo, por no haber muerto antes de tiempo. Aun así investimos dicha jornada de todo tipo de ropajes festivos, dotándola de un carácter especial que en puridad ni tiene ni merece. Pero el cumpleaños es una fecha ambigua. Es un día que nos acerca más al final y nos aleja del principio. Solemos hacer balance, pero estamos diseñados para pensar que por mucho que hayamos logrado conseguido, toda vida es una suerte de fracaso. Siempre se siente una absoluta desproporción entre lo deseado y lo logrado: el ser humano es un proyecto de fracaso continuo, al menos desde su frágil e insegura mente. Pero también el día en que se cumplen años, entramos en trance y llegamos a pensar que se pueden plantear proyectos que nos impulsen otro poco en la carrera por justificar la vida, mientras nos dirigimos hacia la puerta de salida. Es una entelequia, por descontado. Nada grave, en realidad. Todos lo hemos sentido y practicado. Sólo que yo hace muchos años que no albergo ninguno de esos planteamientos este día que la tradición señala, pero que a mí me parece un día poco señalado.

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