miércoles, 19 de junio de 2019

ZOZOBRAS PRE-ESTIVALES

Quedan pocos días ya. En breve, el bullicio, la ansiedad, los nervios, los sudores del final del curso serán cosa del recuerdo. La mayoría de mis compañeros tienen las vacaciones más o menos planeadas, apalabradas, y en algún caso hasta pagadas. No puedo decir lo mismo. Y no sólo porque este año la inestabilidad en casa paterna desaconseje planificar con demasiada antelación, sino porque viajando en autocaravana uno se puede beneficiar de la maravilla de ir improvisando día a día, aunque haya un guión previo que sirva de marco. Por eso este año aún no sé nada. Intuyo algo, deseo algo, me gustaría algo concreto que podría verbalizar si quisiera. Pero aún no sé nada. Ni me atrevo a escribir sobre ello.

No saber produce una sensación ambigua. Por un lado, para alguien como yo, le produce zozobra carecer de un plan que ejecutar tan pronto como el último claustro clausure lo académico, como tenía por estas fechas los años anteriores. Por otro, una secreta excitación me embarga, porque si bien me gustaría conocer A o Z, es probable que acabe transitando por X o Y. Y eso también tiene su punto de placer, porque las sorpresas, cuando son agradables, conllevan una dosis de estímulo mayor que cuando todo está atado y bien atado con  tanta antelación.

Como no sé nada, corrijo, saco medias, evalúo, resuelvo dudas de corte ético con algunos casos de alumnos, a quien tal vez no convenga aprobar, pero por otro lado sí... En fin, quien sea profesor, sabe de qué hablo. Y quien no, seguro que lo puede entender. No obstante, también saco tiempo para leer, para seguir clasificando mis legiones de fotos, cuya ordenación es imprescindible antes de la nueva hornada que llegará a mis discos duros las próximas semanas. Para escribir, también, algún rato. Aunque en realidad creo que hago todo esto para no pensar en la posibilidad de que todo se vaya al garete y mi mes francés se vaya al cuerno por una volátil coincidencia de mala fortuna que ni deseo ni espero, pero cuya probabilidad existente no me es desconocida ni ajena. Como no sé nada, camino todo recto, por la vereda umbría,  sin mirar a los lados, no vaya a ser que vea alguna sombra que me tape el sol. Camino, pero no consigo disfrutar de mis pasos. Al menos, estos últimos días.

No hay comentarios:

AVISO A VISITANTES

Todas las imágenes (salvo excepciones indicadas) y los textos que las acompañan son propiedad del autor de esta bitácora. Su uso está permitido, siempre que se cite la fuente y la finalidad no sea comercial
Si alguien se reconociera en alguna fotografía y no deseara verse en una imagen que puede ver cualquiera, puede contactar conmigo (fredarron@gmail.com), y será retirada sin problema ninguno.