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martes, 24 de febrero de 2009
lunes, 23 de febrero de 2009
domingo, 22 de febrero de 2009
miércoles, 7 de enero de 2009
sábado, 14 de junio de 2008
Molestia por las gaviotas
Las gaviotas son las reinas de la movilidad, de la rapiña, de la molestia, del aprovechamiento de cualquier grado de debilidad en beneficio propio. Algunos las despreciamos por ello, pero no pueden hacer otra cosa. Como diría aquel bello relato chino, "es su carácter". Nadie es su amigo. Tampoco respetan nada. Mucho menos, a la escultura del surfero que atraviesa inmóvil el océano artificial que su creador imaginó para él. Pese a que se lo ve entusiasmado con su pose tensa y dispuesto a encarar la ola con la postura más adecuada, las gaviotas harán lo imposible por amargarle inconscientemente la existencia. Le dejarán encima pútridas señales de sus digestiones, afilarán sus picos contra su bronce oxidado, desconcentrarán su actividad eterna y perturbarán el objetivo por el que allí se halla a la vista de todos.
Pero, en ocasiones, el instante se alía con la fortuna, y lo que antes rezumaba odio o enfado se trueca en admiración contemplativa. Es entonces cuando uno se reconcilia con el mundo, al comprobar que el reino animal, la naturaleza, y la creación humana pueden coexistir sin que la unión resulte desequilibrada o forzosa. Y durante unos minutos, uno recobra cierta dicha interior, tan escasa y puntual, tan necesaria.
Pero, en ocasiones, el instante se alía con la fortuna, y lo que antes rezumaba odio o enfado se trueca en admiración contemplativa. Es entonces cuando uno se reconcilia con el mundo, al comprobar que el reino animal, la naturaleza, y la creación humana pueden coexistir sin que la unión resulte desequilibrada o forzosa. Y durante unos minutos, uno recobra cierta dicha interior, tan escasa y puntual, tan necesaria.
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jueves, 5 de junio de 2008
La cascada y las columnas
Todos conocíamos el diálogo que a diario se traían el agua de la cascada y las columnas del templo edificado en sus inmediaciones. Cuando construyeron dicho edificio a su lado, la cascada se sintió muy contenta, pues pensó que ya no se encontraría sola en su permanente caída. Pero su sorpresa fue creciente cuando comprobó que la altanería de aquellas columnas rígidas, estilizadas e imponentes, o no le dirigían la palabra desde su silencio granítico, o bien recibían las pullas de quien se considera superior. Así, las columnas aducían su superioridad en todos los niveles: belleza, construcción racional, resistencia, estatismo, solidez, y otros argumentos por el estilo. Las aguas de la cascada sólo podían replicar con el murmullo constante de sus aguas cayendo de continuo, consciente de no poder replicar tales ideas. Todos conocíamos el silencio humillado que emanaba del sonido de las aguas de aquella cascada. Todos sabíamos qué quería decir la cascada con su perenne borboteo.
Cuando sobrevino el terremoto, dos tercios de las columnas yacían en el suelo, fragmentadas por la violencia del temblor. La cascada también fue removida de su sitio, y desde entonces vierte sus aguas unos metros más al oeste. No notamos, en cambio, que su expresión hubiera variado apenas. Curiosamente, esa sinfonía de salpicaduras tenía ahora otro tono, y todos sabemos qué nos está diciendo la cascada con su inagotable discurso.
Cuando sobrevino el terremoto, dos tercios de las columnas yacían en el suelo, fragmentadas por la violencia del temblor. La cascada también fue removida de su sitio, y desde entonces vierte sus aguas unos metros más al oeste. No notamos, en cambio, que su expresión hubiera variado apenas. Curiosamente, esa sinfonía de salpicaduras tenía ahora otro tono, y todos sabemos qué nos está diciendo la cascada con su inagotable discurso.
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miércoles, 13 de febrero de 2008
La altura del Arte
La altura del Arte, en perspectiva, es engañosa. No sólo es ya que el derrotero no sea lineal sino tortuoso, que tampoco sea ascendente sino con altibajos. Es que, a poco que se piense, se puede notar que la Naturaleza asciende más y mejor sin tanto esfuerzo, como se puede observar en la lenta, pero irreductible e imparable ascensión hacia los cielos de los árboles, o en el vuelo grácil, impredecible e inagotable de las aves, que pueden llegar más alto en menos tiempo y con resultados notablemente más perfectos en sus precisas evoluciones. Con todo, seguimos produciendo Arte y, como nos cuesta mucho esfuerzo y energía, lo seguimos colocando por encima de la Naturaleza, sobre todo si el encuadre fuerza el contrapicado. Pero, es preciso insistir, la profundidad y la altura del Arte, con o sin perspectiva, es harto engañosa, nos encontremos donde nos encontremos; hagamos lo que hagamos.
martes, 1 de enero de 2008
Aleta caudal
Los estorninos son unos pájaros muy gregarios y bulliciosos (y desde mi punto de vista humano y prepotente, muy estúpidos), cuyas evoluciones sólo les reportan alimento y sensación de pertenencia al grupo.
Esta vez, sin embargo, me brindaron un motivo de felicidad componiendo para mí durante un breve instante una figura que, ligeramente perfilada con el Photoshop, es la que ahora muestro.
Me pareció muy ocurrente que a un grupo de pájaros tan poco creativo le diera por jugar a ser la parte trasera de una ballena, un animal pausado, inmenso, solitario, inteligente. Otra paradoja más de las que se compone la vida.
Esta vez, sin embargo, me brindaron un motivo de felicidad componiendo para mí durante un breve instante una figura que, ligeramente perfilada con el Photoshop, es la que ahora muestro.
Me pareció muy ocurrente que a un grupo de pájaros tan poco creativo le diera por jugar a ser la parte trasera de una ballena, un animal pausado, inmenso, solitario, inteligente. Otra paradoja más de las que se compone la vida.
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