domingo, 7 de junio de 2015

UN DESEO FUGAZ, AUNQUE RECURRENTE


Regresaba de caminar, y poco antes de doblar la esquina de la calle donde viven mis padres, recalé en esta pintada. No la había visto otras veces, de modo que deduzco que es cosecha de estas últimas elecciones celebradas el mes de mayo. Por fortuna, llevaba encima el móvil, y no dudé en hacerle una foto, porque su mensaje impacta nada más verse. ¡Vaya si impacta!

No hay nada que explicar sobre lo que plantea, porque el mensaje es lapidario (y nunca mejor dicho), pero es conveniente resaltar que quien realizó la pintada tuvo un amago de gusto por la aliteración que no conviene soslayar. No es ya que alguien suelte un exabrupto en la pared de un edificio en un barrio de extracción social media; es que quien se tomó el trabajo de realizarlo, debió entender que la pintada en sí no valdría tanto si no le añadía algo de “literatura”, por si acaso. Y es verdad que las tildes no se hallan donde debieran, y que las admiraciones finales a la inglesa, revelan la abusiva influencia de los breves mensajes que inundan las redes sociales; pero el subrayado de la palabra final compensa las deficiencias acuciadas por la prisa.

Paro y paredón no tienen semánticamente mucho que ver (como no sea que con el procedimiento drástico del paredón se podría reducir el paro; pero parece algo extremista y de dificil consenso aun entre políticos neoliberales). Sin embargo, por arte del grafitero en cuestión ambos vocablos nos remiten de golpe a un deseo popular de determinados sectores que convergen en dos castigos tremendos que parte de los ciudadanos desearía aplicar a los políticos en general, y a algunos -seguramente- en particular. Viene a decir que los políticos se merecen quedarse sin empleo (y así experimentar lo que tantos en los últimos tiempos), y también que, ya puestos, todos se han hecho acreedores de un fusilamiento en serie.

Lo que el enfadado pintor clandestino plantea es irrealizable. Pero, por un instante, uno se suma siquiera momentáneamente a la salvajada que comporta ese desiderátum. Aunque sólo fuera porque lleva uno varios años aguantando embestidas llenas de ignominia, a cual más sobresaliente, en una carrera loca para hallar un latrocinio más vejatorio o un escándalo más impactante, para ver quién dice el dislate más provocador, o comprobar de dónde se sacan la última idea con que esquilmar las arcas públicas, buscando cómo amargar más la vida del ciudadano medio, intentando el más difícil todavía en el arte del engaño y la truculencia. Aunque sólo fuera porque uno ya no aguanta más (incluida la pasividad que permite que los golfos apandadores campen a sus anchas, sin miedo a represalias suficientemente coercitivas), aunque sólo fuera por el hartazgo que la situación política de los últimos años ha sobrepasado sus límites razonables, aunque sólo fuera por eso, uno, hoy, ha mirado esa pintada, le ha hecho la foto, ha guardado el móvil y brotaba de dentro una sonrisa sardónica que venía a significar una palabra tan sólo: ojalá.

Pintada en una pared de la calle Cinco de Mayo (León, Castilla y León, España)
Junio de 2015 ----- Cámara de iPhone 6 Plus

No hay comentarios:

AVISO A VISITANTES

Todas las imágenes (salvo excepciones indicadas) y los textos que las acompañan son propiedad del autor de esta bitácora. Su uso está permitido, siempre que se cite la fuente y la finalidad no sea comercial
Si alguien se reconociera en alguna fotografía y no deseara verse en una imagen que puede ver cualquiera, puede contactar conmigo (fredarron@gmail.com), y será retirada sin problema ninguno.