No se puede añadir mucho a lo que ya ha sucedido. Todos lo hemos vivido con intensidad diferente, pero con una sensación de pesar variable y de crispación que ha ido creciendo conforme los meses pasaban.
No se puede añadir mucho, pero hay que seguir. No queda otra. Lo contrario sería rendirse, y eso sí que no. Está claro que ceder es morir, y tampoco queremos eso, aunque otros sí empujen para que caigamos más aún.
Os regalo esta foto de ayer mismo, en el extremo de Galicia, en la desembocadura del Miño, en La Guardia, con el mar embravecido, enfadado, pero bellísimo en su evolución. Era un atardecer, pero si os queda la imaginación intacta después de tanto golpe, tanta mentira y tanta infamia, podréis comprobar que podría ser perfectamente un magnífico amanecer.
Que el nuevo año nos sea propicio a todos los que lo merezcamos.
Paseo de las Cetarias (La Guardia, Pontevedra, Galicia, España)
Diciembre 2012 ----- Nikon D300
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