ENSOÑACIÓN: Fantasía onírica experimentada en estado de vigilia, lo cual tiene más mérito, pues el nivel de imaginación requerido es mayor, pero como el grado de verismo alcanza también cotas muy altas, la ilusión generada por ella es proporcional; directamente proporcional, lo mismo que la sensación de fracaso subsiguiente.
ENTIERRO: Ceremonia panteísta que, consciente de que la materia ni se crea ni se destruye, sólo se transforma, deposita a un cuerpo muerto en un hueco excavado al efecto para que sirva de dócil alimento a otros seres aún vivos. Dicha ceremonia genera una multitud de anécdotas jugosonas que, sabiamente utilizadas, darían para volúmenes y volúmenes de divertida prosa narrativa.
ENTREVISTA: Remedo de diálogo anquilosado entre un/a cotilla hipertrofiado/a de curiosidad y un/a esquivo/a que intentará salirse por la tangente del modo más creíble (periódico) o más llamativo (revista del corazón o similar).
ENTUSIASMO: Endiosamiento momentáneo y atípico que en las adecuadas dosis mueve a conseguir determinados logros y una buena cosecha de críticas o rechazos no demasiado explícitos.
ENVIDIA: Pesar masoquista, motivado por la contemplación de la felicidad y los éxitos ajenos cuando es seguida inmediatamente de una comparación con la situación propia. Sin duda alguna, el más estúpido e improductivo de los llamados pecados capitales
ÉPICA: Forma de vida o forma literaria en la que lo elevado, lo exagerado, lo sobrenatural se alía con lo humano para construir sobre una base real un mito perdurable, alrededor del cual puedan arracimarse masas ignorantes que tendrán a quién alabar, y grupitos de estetas que dispondrán de un nuevo motivo estético —y de alabanza también, sólo que de otro modo—.
EPILEPSIA: Enfermedad cuyas espasmódicas y espectaculares manifestaciones externas se tuvieron desde antiguo como una particular relación con lo divino, sin darse cuenta de que si bien afectaba a algún genio que otro, la proporción de imbéciles que la padecía destrozaba cualquier asomo estadístico de generalización.
EPÍSTOLA: Forma escrita de embuste con cierta apariencia literaria. Dicho embuste era creído en su integridad tanto por quien la escribía como por quien la recibía. Actualmente en desuso, no se sabe si para bien.
EPITAFIO: Modalidad de elogio funerario que busca la brevedad, porque, a semejanza de los telegramas, cada palabra tallada en la piedra cuesta mucho. Alguno ha llegado a ser una obra maestra de la recapitulación condensada y del humor.
ERMITAÑO: Persona con indicios iniciales de inteligencia que, al comprender demasiado bien la verdadera naturaleza de este mundo y sus habitantes, opta por apartarse de ellos para merecer otro mundo y otros habitantes que comprende demasiado mal o no comprende en absoluto. Para aquel entonces, aquellos indicios iniciales de inteligencia se habrán volatilizado por completo.
Del libro inédito Palabrerío canalla, 1999