El mundo giraba y giraba. La pelota daba vueltas sobre la foca habilidosa. El niño iniciaba su andadura como competidor o deportista. Los patos y gansos deambulaban con su recorrido ruidoso. El día era luminoso y lleno de brillos. En una parte del mundo, unos cuantos morían de forma violenta para desgracia de los suyos, preocupación de los más próximos y con la indiferencia del resto. A unos pocos miles de kilómetros, unos cuantos miles de huidos de la barbarie bélica se encuentran ateridos entre la frialdad del invierno que finalizó ayer y la de una Europa desmemoriada, egoísta, inmoral y carente de todo rumbo que no sea el económico. Mientras, nuestros políticos han venido jugando a lo que mejor se les da, que es ganarse el pan propio y olvidar cómo se lo ganan los demás, haciendo dejación de sus verdaderas obligaciones, aquellas para las que se les eligió. Hoy, aquella foca ya no se encuentra emplazada en el parque, el niño será ya un adolescente, algunos patos se habrán renovado, y el día es gris y lleno de lluvia. Pero el resto, aproximadamente, sigue igual. No pasa nada. No hay nada nuevo. Ni visos de que pueda haber cambios.
Exposición en el Parque de Ferrera (Avilés, Asturias, España)
Noviembre, 2009 ----- Panasonic Lumix G3
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