viernes, 29 de junio de 2018

MÁS DE RUIZ TABOADA

Más o menos hace un mes, publiqué una entrada, impactado por la intensa calidad de un autor que acababa de conocer en un libro de aforismos. Se trataba de Javier Ruiz Taboada, @ruiztaboada), y el libro se titulaba Se te tiene que ocurrir. Aforismos, Tuits y Citas a ciegas. Pues bien, lo he vuelto a hojear, y no me resisto (en estos días de mucho trabajo en que a uno se le ocurren pocas cosas que decir), a dejar que unas cuantas frases suyas nos seduzcan desde otro lugar fuera de su libro. Ahí van.


  1. La igualdad empieza por entender las diferencias
  2. Un no, puede dar mucho de sí
  3. Me da rabia saber todo lo que ignoro
  4. Cuanto más útil me creen para sus fines, más inútil me siento para mis principios
  5. Pensar a borbotones, hablar con cuentagotas
  6. Muchas personas preferirían tener un presente antes que un futuro
  7. Si quieres combatir la decepción, practica la desconfianza
  8. Creemos que hay que tenerlo todo, cuando lo importante es no temer nada
  9. Hay que leer libros, aunque solo sea por el qué dirán
  10. Una palabra encierra millones de imágenes
De nada.

jueves, 28 de junio de 2018

A LA SOMBRA DEL BORDÓN Y LA VIEIRA


El bordón y la vieira, el bastón y la concha, enmarcan el sosiego final del peregrino en la ciudad ansiada, una vez alcanzada la meta que se marcó al inicio del viaje. Santiago de Compostela acoge con gana a todos los visitantes, pero si se es peregrino se disfruta de una consideración especial. Resulta lógico. Santiago no habría sido nada sin los millones de visitantes que un día sintieron que debían realizar ese peregrinaje hasta unas reliquias (más que improbables). Es posible que ni existiera. De modo que cuando se pasea por esta bellísima ciudad del noroeste, los peregrinos son el pulso de sus calles, de sus comercios, por no hablar de su imponente catedral, prima donna del románico hispano, y uno de los referentes gallegos del barroco carente de excesos.

Se los encuentra por todos lados, y se muestran tal cual son, sin artificios de ningún tipo. Han viajado por buena parte de España (y algunos, de Europa) para llegar a un destino ansiado. La mayoría lo han hecho con un esfuerzo que al resto se nos antoja heroico, inexplicable, absurdo, innecesario: digno de admiración en cualquier caso. Su protagonismo no molesta, es una señal de identidad, algo sin lo que esta ciudad perdería su esencia más generatriz. Démosle el valor que merecen.

Santiago de Compostela (La Coruña, Galicia, España)
Mayo, 2014 ----- Panasonic Lumix G6

miércoles, 27 de junio de 2018

HITOS DE MI ESCALERA (29)

El año 1982 sería muy importante por muchas cosas. Sería el que peores notas sacara en mis estudios universitarios, incluido el único suspenso cosechado en mi vida para septiembre (hablaré de ello en otro Hitos). También visitaría por primera vez Madrid, acompañando a una revisión médica de mi padre, en el único y excepcional viaje que efectuamos solos él y yo en toda nuestra vida. A su vez, en medio de una efervescencia política que no he vuelto a sentir nunca, fue el año en que -responsable y virginal- me encargué de ver una respetable cantidad de mítines de diversos partidos políticos, que concurrían en unas elecciones que acabarían con la primera mayoría absoluta de un partido español (PSOE) en su exigua historia democrática. A mayores, pude leer con satisfacción inenarrable una carta que me enviaba la autoridad militar competente donde se me notificaba que quedaba excluido del servicio militar, en atención a mi cortedad de miras, digo de vista, vulgo miopía, abundosa, pertinaz y creciente (hasta los 25 años).

Pero para lo que quedaría en el recuerdo de mi memoria este año fue porque vi publicado por primera vez algo escrito por mí en un medio de comunicación. Vale que era una revistilla universitaria de poca monta; vale que, a más inri, era costeada por un sacerdote que se debatía entre la progresía en algunos aspectos y lo pre-conciliar en otros; vale que sólo fueron tres artículos en tres números respectivos; vale que la tipografía era espantosa, y que su concepción artesanal era poco menos que adolescente. Pero fue ¡la primera vez! que una persona que comienza a escribir ve en letras de molde lo que antes pasó por su bolígrafo y, después, pasó a limpio en su máquina de escribir. Y eso, como el primer beso, el primer coito, el primer hijo, el primer divorcio, o la primera inspección de Hacienda, no se olvida así como así.

La publicación se llamaba Encuentro universitario, y en ella se escribían poemas, relatos, artículos de opinión, y algún que otro sermón de su director, mecenas, patrocinador y censor (todo en uno), Maximino Arias Reyero. Por mediación de un compañero de facultad, que ya participaba allí, llegué a conocer a este señor, que me abrió las puertas de su revista en cuanto se enteró de que yo “escribía opinión”, porque “de eso siempre hace mucha falta, porque la gente critica mucho, pero lo escribe poco; aquí lo que más mandan son cuentos y poemas”. Muy contento con la perspectiva, le entregué el que sería el primero de los artículos que allí vi publicados. Se titulaba “Apatía o falta de responsabilidad”, y trataba del infame modo en que la mayoría de mis compañeros enfocaban sus estudios, lo que era un reflejo, por supuesto del infame modo en que los ciudadanos asumían sus responsabilidades políticas. En fin ¿qué queréis? 19 años, y toda la rabia del recién despechado en el alma. Pero a mí me supo a gloria. Y, petulante como era, contribuyó a engordar un ego que, tan carente de empatía como sobrado de autoestima, alcanzó un volumen considerable que cualquiera podría haber previsto producto de la burbuja especulativa, pero que yo di en interpretar de otra manera: esto es, que iba a ser el próximo rey del mambo que destronaría a Borges del trono que tan trabajosamente había ocupado tantos años. 

Por aquel entonces, también comencé a frecuentar tertulias literarias en algunos cafés de mi ciudad (El Quijote, Casa Benito) que tenían un poco de libros, otro tanto de justa literaria y un mucho de captación de prosélitos de cierto nivel, pues solían estar auspiciadas por miembros del Opus Dei, algunos de los cuales llegaron a ser buenos amigos míos, a pesar de no cejar nunca en su empeño de sacarme de mis contumacias. En dichas tertulias vi la posibilidad de afilar mi siempre acerada dialéctica, sobre todo porque los fanáticos son inasequibles al desaliento, y siempre entran al trapo. Hoy lo veo como un paso imprescindible para soltar ese lastre más adelante, pero entonces fue la única oportunidad de que alguien con inquietudes como yo pudiera hablar de tú a tú con otros tocados del ala de semejante calibre. Y con el premio añadido del hallazgo de algunas importantes personas, de cuya profunda amistad llegué a disfrutar bastantes años.

martes, 26 de junio de 2018

CASI TODO SE LLEVARON


Y porque no pudieron arramplar con más. La pericia a veces es incompatible con el tiempo disponible para la tarea. Los tiempos que corren son demasiado rápidos para ciertas tareas. Eso sí, la composición queda de lujo.

La Coruña (Galicia, España)
Agosto, 2015 ----- iPhone 6 Plus

lunes, 25 de junio de 2018

UNA FRACCIÓN DE SEGUNDO (MICRORRELATO)

Cuando se encontró frente al matón, se dio cuenta de que el momento clave de su vida había llegado por fin. Era él o el otro. No hubo tiempo para presentaciones. Ambos sabían quién era el otro. No hubo palabra alguna. Todo estaba previsto con antelación. Se colocaron, pues, frente a frente en la calle, mirándose torvamente. Con un movimiento lento, pero visible, fueron apartando cada uno de los dos sus abrigos, dejando al descubierto las pistolas en sus fundas. Acercaron sus manos al arma. Una última mirada fruncida precedió al duelo. Cuando el hombre desenfundó para ir a disparar, comprobó que la pistola no tenía balas, que era de plástico, que apenas pesaba y que los del espectáculo del oeste le habían gastado una muy mala pasada con el fin de que el público se riera con gana de lo que veía. “Pero esto no era lo previsto, creo”. Todo eso le dio tiempo a pensar en el lapso de tiempo en que la bala del cuatrero rufián se introducía por su pecho y salía limpiamente por la espalda, abriendo un orificio por donde se le escapó la vida en un instante. Mientras se desplomaba, aún tuvo tiempo de descubrir, aturdido, la gran cantidad de cosas que da tiempo a pensar mientras uno muere tan rápidamente.

Del libro inédito Micrólogos, 2012

domingo, 24 de junio de 2018

HAY RELEVO, SIN DUDA


Llevo toda la vida viendo en las puertas de los servicios pintadas groseras, pícaras, procaces, analfabetas, pseudoartísticas, gráficas, numéricas, textuales, pornográficas. Y, ayer, en la puerta de un baño de instituto, me encuentro esto. ¡¡En un instituto!! No todo está perdido, por fortuna. De hecho, nunca lo está, a pesar del pesimismo de los viejos. Si no, aún estaríamos desarrollando modos y hábitos del Paleolítico. Bendita juventud, pues, que entre tanta estupidez de que hace gala, alberga también joyas descollantes que harán bueno -otra vez- el traspaso a la siguiente generación.

IES Aramo (Oviedo, Principado de Asturias, España)

viernes, 22 de junio de 2018

LAS PREGUNTAS DE GREGORY STOCK (18)

Pregunta 41

Su casa, en la cual está todo lo que posee, se incendia. Después de salvar a sus seres queridos y a sus mascotas, usted tiene tiempo para entrar una vez más y salvar una sola cosa. ¿Cuál sería?

Mi ordenador, con todo lo que he creado a lo largo de mi vida, bien guardadito en su interior. Se entiende que dicho ordenador contendría todas las fotos que he realizado, incluyendo las editadas, las publicadas y las que aún aguardan edición; y, por supuesto, todo cuanto he escrito hasta ese día. Así de simple. Así de prosaico, en apariencia. Así de importante.

Es ésta una pregunta que me hago a menudo, si bien no adopta la forma de una pregunta, sino de un futurible terrorífico: mi casa se incendia y lo pierdo todo. Sería una catástrofe completa, porque lo material se puede regenerar, pero lo inmaterial no. Por eso, asegurar mi vivienda contra todo tipo de siniestro no me serviría de nada en este caso, porque lo único que me sería reintegrado sería dinero, no mis escritos, no mis fotografías, tampoco mis libros subrayados, anotados y personalizados con escolios jugosones. Es una espada de Damocles permanente que recidiva su angustia con recurrencia intermitente. Por eso, desde hace años, paranoia mediante, tengo en casa de mis padres una copia de seguridad de todo lo arriba mencionado: un gran disco duro externo que se sincroniza y actualiza cada trimestre, más o menos. Y aun así...

Pd/ Los textos que responden a las cuestiones formuladas en El libro de las preguntas de Gregory Stock, fueron creados entre 1998 y 1999
Pd/2 Esta entrada ha sido actualizada, pues en las fechas anteriores a 2000 aún no tenía fotografías en formato digital, y la respuesta escueta de entonces (haciendo referencia sólo a mis escritos) chocaría demasiado para quien bien me conozca

jueves, 21 de junio de 2018

LAS MENTIRAS ETERNAS, SALVAVIDAS DE LA SUPERVIVENCIA


La mentira es tan antigua como el ser humano, o, mejor sería decir, como el lenguaje. No es desde casi siempre, pero casi. Y si casi siempre se mintió habrá sido por algo. Habrá tenido alguna utilidad, probablemente mucha. Cabría apuntar que la mentira ha creado al ser humano tanto como su propia evolución física y mental. Está bien, hoy me hallo un tanto hiperbólico. Pero pensémoslo bien. Y después de hacerlo, reflexionemos sobre su opuesta, la verdad, y preguntémonos cuál de ambas sobrevive mejor a nuestro contacto. Sin lugar a dudas, parece más humana la mentira que la verdad. Sí, aspiramos a esta última y la exigimos con vehemencia, pero ¿cuántos estamos dispuestos a asumirla hasta sus últimas conscuencias? La mayoría de las verdades nos escuecen, quizá porque construimos nuestra vida sobre un racimo de mentiras, civilizadamente construidas para la supervivencia. De ahí que estemos más acostumbrados a mentir que a ser sinceros.

Las frases de esta divertida camiseta, nos introducen en el mundo de las mentiras-tópico, aquellas que casi todos hemos dicho alguna vez, que todos conocemos, que sabemos que no son verdad, pero aun así resultan útiles, porque queremos seguir creyéndolas, porque albergamos secretas esperanzas que casi siempre resultan frustradas, porque no podemos evitarlo, o quién sabe por qué oscuras razones llevamos diciéndolas siglos, y ahí siguen. De ellas, tres hacen referencia a las mentiras que acostumbran a decir los varones para conseguir metas de carácter erótico, sexual o amoroso (“Sólo la puntita”, “Te voy a querer toda la vida”, “No tengo novio/a”). Tienen poco que comentar, por motivos obvios. Dos más se refieren a la jeta que se puede intentar ocultar cuando es nuestro turno para abonar lo que se debe (“Me he olvidado la cartera”, “Mañana te pago”). La de “La última y nos vamos” es un clásico del divertimento español, en la que ha incurrido hasta la madre del apuntador. Otra supone la falsa promesa (“Te llamo en 5 minutos”) que le hacemos a alguien de quien nos queremos deshacer, pero no tenemos lo que hay que tener para decirle la verdad; es una prórroga de cierto desagrado, pero que de momento nos consuela hasta el próximo momento decisivo. Y, por último, dos de naturaleza tecnológica reciente (“No tenía cobertura”, “Es que... se me acabó la batería”), que sí hacen referencia al aparato rey en nuestros días, el móvil, pero que en esencia busca lo mismo que otras de igual naturaleza no tecnológica: la ausencia de responsabilidad sobre lo no hecho, lo hecho mal o lo hecho insuficientemente. Y, sí, me temo que pese a ser conocidas de todos, las seguiremos usando y aceptando aun fingiendo enfados puntuales, porque lo cierto es que cumplen con la función que le otorga el/la comitente, a cambio del perjuicio de los de siempre.

Camiseta expuesta en Córdoba (Andalucía, España)
Enero, 2016 ----- iPhone 6 Plus

miércoles, 20 de junio de 2018

LAS CONTRADICCIONES DEL MUNDO DEL FÚTBOL

A) El fútbol siempre es una mezcla de deleite y asco. Se une la belleza del juego, de los cánticos de los hinchas, heredados de padres a hijos, con esa parte oscura que es el mercantilismo de los jugadores, la indecente cantidad de dinero que lo hace posible y la corrupción de organizaciones como la FIFA. Sin embargo, en esencia creo que todavía permanece mucho del fútbol de los 70 o los 80. Siguen siendo veintidós tíos pateando un balón.

B) En cuanto al nacionalismo... es mucho más complicado. Es un sentimiento que depende mucho de los países, de la situación que vivan (...) O puede ser cohesionador de una idea de país que no se uniría totalmente de otero modo, como ocurre en Sudamérica en general, o incluso aquí en España.

C) El fútbol consigue algo en lo que fracasa la religión y la política. Es cierto que está más relacionado con la fe, con la creencia ciega en tu equipo, pero a la vez está abierto a la razón, a la ecuanimidad. Puedo tener mucha fe en mi equipo, pero escuchando los argumentos de un fan contrario puedo cambiar mi opinión. Además tiene otra ventaja: su universalidad. Los líderes religiosos y políticos, los mitos, o el folclore son locales, pero el fútbol llega a todos lados.

D) El fútbol es capaz de aglutinar todos los grandes temas filosóficos: el significado de la vida, el espacio y el tiempo, la racionalidad, las emociones... Todo eso está en el desarrollo del juego. La fascinación viene de dos aspectos. Por un lado, ver un partido te coloca durante una hora y media en un estado meditativo y proclive a la catarsis, estás a merced del destino, como ocurría con el teatro en la Grecia clásica. Por otro, está esa esperanza constante, esa fe que te hace levantarte tras perder y asimilar la derrota. Por todo esto el fútbol es el deporte más grande del mundo.

Entrevista de Andrés Seoane a Simon Critchley, autor de En qué pensamos cuando pensamos en fútbol, Ed. Sexto Piso, en El Cultural (8-VI-2018)

Estos cuatro fragmentos dichos por el filósofo Simon Critchley demuestran dos cosas: que las personas inteligentes, sobre todo las dedicadas a pensar, también pueden decir grandes obviedades, banalidades y hasta majaderías, y que las mismas personas inteligentes a veces dicen cosas profundas, perspicaces y hasta originales. Dejo al análisis de quien esto lea discernir a qué grupo corresponden unas y a cuáles las otras.

martes, 19 de junio de 2018

ALONSO QUIJANO LEE EL QUIJOTE


Asombróse el Hidalgo de cuanto le decían de su propia vida, que alguien había puesto por escrito en un libro, que los que podían leían, y los que no lo contaban a los demás. Hasta que un día se decidió a comprobarlo en primera persona, y mandó a su sobrina a hacerse con un ejemplar de aquella historia que tal éxito había cosechado en tan breve tiempo. Al cabo, una mañana le entregaron el volumen, a cuyo autor no conocía, pero cuyo nombre ya iba de boca en boca por los caminos de Castilla adelante. Y comenzó a leerlo con ávido recelo. Pero ya el prólogo le disuadió los temores, y nada más comenzar por los primeros capítulos, las sonrisas y hasta las carcajadas le brotaban con espontaneidad. "Buen ingenio se gasta este don Miguel -se dijo-, aunque yo estoy lejos de parecerme a ese ridículo caballero, tanto en intenciones, como en la salud de mi seso, que hasta ahora no me ha dado queja alguna". Y siguió leyendo, leyendo hasta que de claro en claro y de turbio en turbio, terminó el volumen. Había dado orden de no sacarle de la habitación, ni de llevarle alimento ninguno, pues cuando se absorbía en una lectura, su cabeza se transformaba y se disolvía tanto en la historia, que cualquier distracción la tomaba como agravio afrentoso. Y, ya al final, agotado cayó en su camastro, donde durmió seguidas dieciséis horas, hasta la madrugada siguiente. Cuando despertó, de excelente humor y muy buen apetito, pidió desayuno abundante, que apuró con ganas, mientras su mente no dejaba de cavilar. Al final, encargó al ama que mandara llamar a su vecino Sancho, con quien quería resolver unos asuntos referentes a unas propiedades. Al ama le extrañó. Pero más le sorprendió la respuesta del tal Sancho, que le vino a decir que no se molestase en llamarle en ninguna circunstancia, porque no quería saber nada del noble hidalgo. Inquirióle el ama la causa de tan drástica decisión, a lo que el orondo Sancho respondió: "pregúntele vuesa merced a su señor; él sabrá deciros por qué; y si no lo sabe, siempre podrá informarse con cualquiera, pues tan grande fama han suscitado sus anteriores correrías, que casi ni me atrevo a asomar la cabeza a la calle, por miedo a los qué-dirán, dado el ridículo hecho en las nuestras pasadas aventuras". Así se lo preguntó el ama al hidalgo, que no entendió nada, se lo tomó a mal, y se dijo finalmente: "pues si ese mentecato no se aviene a razones, me quedaré la ínsula para mí mismo, y yo solo le daré gobierno". Y, dicho eso, se fue a dar un largo paseo por las eras aledañas.

Don Quijote, escultura realizada y donada por los alumnos de un curso de formación en Benavente (Zamora, Castilla y León, España)
Enero, 2017 ----- Nikon D500

lunes, 18 de junio de 2018

LA MUY NECESARIA LECTURA DE CIERTOS TEXTOS BÍBLICOS

En mis clases de Historia, pero sobre todo de Hª del Arte, recomiendo de manera repetida (bien que infructuosa en la mayoría de los casos) la lectura de al menos uno de los evangelios canónicos. También en otros momentos, les recomiendo la lectura de determinados textos bíblicos, sobre todo los del Pentateuco, que si no son los más bellos, sí son los más conocidos, y también reproducidos en cuadros, relieves y esculturas. La recomendación es  utilitaria y estrictamente cultural, para nada dogmática. Lo hago porque creo que una persona culta de la civilización occidental debe saber ciertas cosas de los pilares que la construyeron, a saber: la cultura griega y latina, por un lado, y por el otro la religión judeo-cristiana. Soy muy pesado con dicha recomendación, y admito que lo repito demasiadas veces, siempre con la coletilla "os lo dice un ateo", para que no vean sombra alguna de adoctrinamiento ni intento ninguno para que crean en aquello que en dichos libros se plantea. "Del mismo modo -les digo- que leéis con aprovechamiento fragmentos homéricos de Ilíada o de Odisea, o de las Metamorfosis ovidianas, y no por ello habéis de creer en Zeus, Atenea o Aquiles, debéis leeros los evangelios y la Biblia, por mero placer de saber qué se cuenta allí, para aprender historias que os serán provechosas desde el punto de vista ético o humano, y tal vez a alguno le inste a profundizar algo más en ello, si os acabase gustando". 

La idea que subyace, sin embargo, es tremenda, y no es otra que la desinformación sobre temas bíblicos o evangélicos con que llegan a 2º de Bachillerato alumnos que ya cuentan 17 años como poco. Esto es así por causa de la decisión de sus padres de una educación laica extremista -incompatible con la idea cultivada de alguien llamado "culto"- de no inculcarles ningún tipo de interés (no digo ya amor) por estas historias que forman parte de nuestra esencia cultural más profunda. Y por ello, he de gastar en cada nuevo tema de un relieve o una pintura, unos minutos preciosos explicándoles la anécdota que los inspira o el simbolismo que atesoran. Les suele gustar lo que les cuento, pero el retraso que ello supone va en su propio perjuicio.

Y venía esta introducción previa al hecho de que, este fin de semana, de relaxul total ante lo más gordo por venir, me encontré en Ribadeo en una librería de lance un libro cuya existencia ignoraba. Se titula Evangelios de Marcos, Mateo, Lucas y Juan con los Hechos de los Apóstoles y el libro del Apocalipsis, está editado magníficamente por Edhasa, y supone una "nueva versión literaria del griego de J. F. Mira". Es decir, que no es una traducción clásica en sentido religioso -ya hay muchas, y no se precisan más-, sino para obtener un producto literario, para ser apurado por el solo placer de la lectura. Con la misma intención que yo recomiendo esta lectura en clase, el traductor J. F. Mira, pretende que las nuevas generaciones conozcan y lean el conjunto de libros que "forman simplemente el libro más importante de la historia de Europa", cuyos personajes componen "parte del imaginario popular europeo con más potencia y difusión que Hamlet, el Quijote y los hermanos Karamázov". Ni que decir que lo compré de inmediato, y que ya voy por la mitad. Y este curso ya es tarde para recomendarlo, pero el que viene...

jueves, 14 de junio de 2018

EL PANTOCRÁTOR BIZANTINO-NORMANDO DE CEFALÚ


Lo de los normandos (o vikingos, que tanto da) es algo que cuesta asimilar del todo, si no fuera porque la historia nos ha dejado muchos testimonios de su terrorífica presencia y, cuando se asentaron, también de su estancia en determinados territorios. Uno de esos lugares donde acabaron asentándose, tras dejar sus correrías europeas, es el sur de Italia y, sobre todo, Sicilia. Aquí llegaron a crear un reino que duró más de cien años. Los vikingos (o normandos, que es lo mismo), ya digo. Sí, los mismos que se dedicaban en verano -cuando el Báltico se deshelaba- al saqueo y pillaje de las costas de Europa occidental.

Pero cuando se ve lo que llegaron a construir en la isla de Sicilia tanto en Palermo o Monreale, como en Cefalú, uno se hace muchas preguntas, que no es éste el lugar donde elucidarlas. En cambio, el asombro sí puede sustituir la pereza de tratar de explicar cómo un pueblo marinero, pirata, guerrero, de limitada cultura material y espiritual, llega, al contacto con la Italia meridional, a producir obras de arte de sobrecogedora belleza.

Contémplese, si no, este ábside de la catedral de Cefalú. Si nadie nos dijera nada, apuntaríamos de mano a una autoría bizantina. Y, en efecto, ésa es su influencia. Pero, ¿y la maestría en los mosaicos que lo recubren de arriba a abajo? ¿Y el refulgente tono dorado que lo impregna todo? ¿Y ese pantocrátor omnipresente, vigilándolo todo, bendiciéndonos con los tres dedos de la Trinidad, anunciándonos la verdad del Libro? Su perfecto rostro sereno, comprensivo, sin agresividad apocalíptica, ¿no nos impulsa a plantearle de inmediato preguntas de calado religioso o metafísico? 

Es lo mejor de toda la catedral, y su justificada fama hace recorrer a los turistas muchos kilómetros para acercarse a contemplar sus proporcionadas líneas, sus tonalidades próximas a la pintura, su espiritualidad tendente a lo eterno. Yo viajé hasta allí desde la lejana Catania. A punto estuve de pensar que no me había compensado el esfuerzo, pero el recuerdo de esta mirada me convence de lo contrario.

Ábside de la Catedral de Cefalú (Sicilia, Italia)
Abril, 2018 ----- Nikon D500

miércoles, 13 de junio de 2018

MI PALABRERÍO CANALLA (36)

CUERPO: Conjunto de partes orgánicas, las cuales, reunidas en su totalidad sin que falte ninguna, pueden suscitar espasmos de deseo en quien lo contempla, independientemente de su sexo, edad, condición y pilosidad superficial; y en algunos casos, incluso, de su especie. Durante muchos siglos se vino diferenciando del alma (v.), pero hoy se sabe con certeza que ambos términos constituyen una sola entidad, para desgracia de románticos, oprobio de religiosos y sorpresa de científicos.
CULPA: Original sentimiento humano universal que paraliza e impide proseguir la  marcha mientras se analiza constantemente el pasado, introduciendo poderosas cargas de profundidad en la autoestima, y dejando a quien la padece en un estado de manejabilidad pasmoso. Por ello no debe extrañar que la religión judeo-cristiana haya hecho de ella el elemento clave de su programa de dominio.
CULTURA: Amasijo inaprehensible de conocimientos dispersos y de procedencia variada que se emplea para comparar a sus portadores entre sí por la cantidad, utilidad, y calidad de la misma. Suele determinarse tras el decantado o cribado de tantas tonterías como ingerimos, y la esencia que resta, que acostumbra a ser pequeña es lo que llamamos cultura.
CUNA: Primera cama —que semeja una cárcel por sus barrotes y por el régimen de visitas—, y donde no se puede practicar el coito; con semejantes características, ¿a quién —si excluimos a los babeantes progenitores— puede gustarle dicho invento?
CUNNILINGUS: Lustre lingual del coño que, además de funciones aséptico-limpiadoras, proporciona interesantes espasmos a la sujeta pasiva. Por lo que respecta al sujeto (o sujeta) activo/a, los efectos son más bien contrarios, es decir, riesgos infecciosos varios y parálisis de la lengua o del maxilar inferior, si la tarea requiriere tiempo y tiempo, como a menudo ocurre.
CURIOSIDAD: Cualidad que proporciona placeres innúmeros y desgracias en abundancia. Consiste en el deseo de conocer aquello que no se sabe y que acaso no debiera saberse. De forma reveladora, el DLE (antiguo DRAE) todavía lo considera sólo desde el punto de vista negativo, o sea, como vicio.
DADAÍSMO: Movimiento de gamberrismo elevado con artificio a la categoría de arte por una camada de críticos que entendieron que el desparpajo y la subversión bastan para que el arte brote como agua pura de manantial, o, por mejor decir, como agua de urinario.
DAMA: Mujer con formas; con formas sociales distinguidas, claro es; aunque, como en todo, siempre hay mucho fraude y mucho embeleco y mucha apariencia, que hoy puede llegar a ser hasta virtual.
DAMAS: Estúpido juego de sencillo reglamento y objetivo simple, en el que, si no se comete ningún fallo grave por parte de los dos jugadores, la partida siempre deviene tablas; de lo cual se deduce que quien pierde, aparte de descuidado, es tonto sin remedio.
DAÑO: Perjuicio o maltrato que se inflige o se recibe; la amenaza de su comisión se trata de uno de los argumentos más empleados como chantaje para conseguir algún beneficio, pero también se puede ejercer (y recibir, en el caso masoquista) con placer y de un modo gratuito, tan sólo por el placer que su operación comporte; es entonces cuando su refinamiento alcanza cotas inesperadas.
Del libro inédito Palabrerío canalla1999

martes, 12 de junio de 2018

EL GUSTO ROMANO POR LA SANGRE Y LA VIOLENCIA


El gusto por la violencia y la sangre son señas distintivas de la cultura romana. Hubo algo en la mentalidad de esta civilización que les instaba a admirar todo lo que fuera combate o lucha. Con derramamiento de sangre, a ser posible. Había algo que les enfervorizaba en el hecho de que dos seres vivos, más o menos equilibrados en poderío, se enfrentaran a muerte. Por paradojas inexplicables, los juegos circenses se desarrollaban en el anfiteatro (y no en el circo, donde se disputaban las carreras de bigas y cuadrigas). Y fue en estos recintos donde se llevaron a cabo miles de esos combates, bien entre gladiadores, entre fieras, o mezclados humanos y animales sin mucha distinción.

De todo ello tenemos mucha información, no sólo por la larga nómina de excelentes historiadores que dieron buena cuenta de lo que en esos espectáculos sucedía, sino porque muchas de las escenas contempladas en ellos decoraban a su vez las villas, los palacios, las casas. Nos consta que hubo muchas pinturas sobre ello, pero se han conservado pocas. En cambio, hay otra manifestación pictórica que ha resistido bien los embates del tiempo, en razón de la dureza de los materiales que componen cada una de las teselas que conforman estas decoraciones formidables: el mosaico.

Entre la multitud de ejemplos que nos han legado los cientos de restos romanos repartidos por toda la Europa mediterránea, destacan los de la Villa del Casale, en Sicilia. La magnitud, importancia, cantidad y calidad de los mosaicos de esta impresionante residencia está en todos los manuales de Historia o de Hª del Arte, y ha sido reconocida con la categoría de sitio Patrimonio de la Humanidad. Aquí dejo una pequeña muestra del largo corredor (65 m. de longitud) con escenas de caza, en la que un león acaba de abatir un impala, pero se sorprende de la presencia humana, de la que deberá guardarse. Un ejemplo más de que la sangre violenta decoraba hasta los más íntimos rincones de las viviendas de los romanos opulentos. Pero también de que hasta con lo más trágico, los romanos lograron elevar a la categoría de arte lo que hoy sería considerado una censurable brutalidad.

Mosaico de la Villa Romana del Casale (Sicilia, Italia)
Abril, 2018 ----- Nikon D500

lunes, 11 de junio de 2018

LA FAMA DE LA POSTERIDAD (MICRORRELATO)

En su lecho de muerte, a edad provecta, Antonio llama a Omobono y Francesco, sus hijos dilectos. Con la mirada débil, los mira sereno, pero en sus ojos hay una última idea que desea transmitir. Los hijos se acercan a su rostro, inquietos. “No lo contéis nunca. Nunca. Sólo así seréis libres”. Lo dice con apenas un hilo de voz. Los hijos intercambian miradas. Comprenden. Asienten. Sentados a ambos lados de la cama, toman cada uno la mano del agonizante. No dicen nada, pero sus caras esbozan un gesto apenas sonriente que muestra que el mensaje ha sido entendido y la promesa, asumida. El padre cierra los ojos y suspira, agradecido. Poco después, sus manos, unidas a las de sus hijos, dejan de ejercer presión. En su funeral, no se escuchó nota alguna. Pero los herederos cumplieron su palabra. Jamás dijeron nada del modo de elegir los mejores ejemplares de arce o abeto rojo; de con qué instrumentos y plantillas serrar las piezas y de cómo ensamblarlas; de qué productos mezclar para crear el mágico el barniz y de qué cantidad aplicar y cuándo hacerlo; del modo en que se captan las resonancias, o incluso del amor entusiasta que hay que aplicar en cada instrumento mientras las manos del lutier aún lo pueden acariciar. Antonio Stradivari pudo irse en paz, sabiendo su legado a salvo. Aún hoy esa paz se difunde por el mundo unas pocas veces al año, gracias a unos sonidos de una belleza inigualable.

Del libro inédito Micrólogos, 2012

domingo, 10 de junio de 2018

LAS PALMERAS ANDALUZAS


Pensar en el sur es imaginar altas palmeras, originarias de África, y no las raquíticas que tenemos por el norte, puramente ornamentales, que dan un cierto toque exótico a las zonas de costa, pero que no pasan de ser plantas fuera de contexto, alejadas de su hábitat seco y soleado. 

Éstas que aquí vemos se encuentran en el parque más extenso y famoso de Sevilla. Su envergadura, contra la pureza del azul cerúleo, las enaltece todavía más, surgiendo cada poco a la vista. En Elche, en cambio, sobreabundan, y han dado origen incluso a una zona Patrimonio de la Humanidad, interesante para ver y pasear un rato, pero que al poco te harta por la monotonía que supone un palmeral de varios miles de ejemplares. En Sevilla, sin embargo, hay el número justo para que sepamos apreciarlas, en contraste con otros muchos árboles, de carácter mediterráneo, y con los que la vista se solaza comparando y alternando ramajes, frondosidades, alturas, grosores, reflejos. De vez en cuando, la combinación de sus gráciles líneas advierten al fotógrafo de un encuadre diferenciado o tan sólo sorprendente. El paseo y la buena charla se benefician de ello, mientras los amenizan serena y gratamente.

Palmeras en el Parque de María Luisa (Sevilla, Andalucía, España)
Enero, 2018 ----- Nikon D500

sábado, 9 de junio de 2018

LOS GESTOS DEL NUEVO GOBIERNO

Los gestos son importantes. Los gestos a veces llegan a convertirse en símbolos. Significan más de lo que en apariencia ofrecen. Connotan, además de lo que denotan. A menudo no les damos la importancia que merecerían. Las personas públicas que deambulan de continuo por entre los diversos medios de comunicación, y que están expuestas a muchísima presión ante cualquier cosa que digan o hagan, deberían saberlo. Y si son de esos personajes que la ciudadanía toma como modelos de determinadas actitudes o valores, no sólo deberían saberlo, sino tenerlo grabado en sus ADN éticos, para que no cupiera el olvido cada vez que hacen o dicen algo ante unos micrófonos o unas cámaras.

Gestos. En nuestra constitución actual (Art. 16) se exponen con claridad los siguientes tres puntos, al respecto de la cuestión religiosa:

Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley.
Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.
Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.
Gestos. El flamante presidente del gobierno español accedió a su cargo el pasado día  7 de junio, sin la presencia de un crucifijo o una biblia, sin jurar nada, sino prometiendo sobre un ejemplar de la Constitución respetarla y hacerla respetar. Todo impecable. No hay nada que comentar. En primer lugar, porque si este señor fuera católico y hubiera querido jurar su cargo sobre la Biblia y con un crucifijo presente, e incluso arrodillado, yo estaría diciendo lo mismo. En segundo lugar, si lo fuera acaso quisiera ser escrupuloso con la observancia de la ley, que es bien clara, como se puede apreciar más arriba. Ahí es donde aparecería el gesto, el símbolo. Los presidentes de gobierno de España, país laico, prometen o juran su cargo de una forma laica. Que alguien en un futuro quiere hacerlo por una vía más religiosa, no habrá nada que objetar. Ahora bien, deberíamos acostumbrarnos a este tipo de situaciones, que son las que proceden, y no rasgarse las vestiduras por cuestiones que en el resto de los países civilizados de nuestro entorno están más que superadas.

Gestos. El flamante gabinete ministerial formado hace unos días tiene la curiosa peculiaridad de tener más carteras femeninas que masculinas, concretamente 11 sobre 7, casi el doble. ¿Por qué? El nuevo presidente del gobierno, político joven, que no inexperto, aunque aún le falte mucha andadura para convertirse en un estadista, ha pulsado el sentir de la calle, sobre todo en los últimos tiempos, que contemplaron la manifestación más multitudinaria habida en la España democrática. No sólo las mujeres son la mitad de la sociedad, no sólo copan ya varias facetas de la vida cotidiana, sino que resulta insultante el trato a que se somete a muchas de continuo. Tal vez por ello Pedro Sánchez haya querido lanzar ese gesto, buscando mujeres profesionales competentes que incorporar a su consejo de ministras (y ministros).  Personalmente, a mí cada nombramiento de lo que sea, sólo me interesa en lo concerniente a su valía, independientemente de su género, pero entiendo y aplaudo ese gesto, que me alegra, porque es un mensaje que alguien tiene que dar por primera vez para que en breve sea algo tan cotidiano que ni nos acordemos de cuando actuábamos como estúpidos (anteayer mismo).

Gestos. ¿Tan difícil era lograr reunir un puñado de profesionales con reputación en cada ámbito, cuya mención ya sea sinónimo de excelencia, esperanza e ilusión? Pues bien, este pimpollo resucitado y recalcitrante, inasequible al desaliento, lo ha logrado de la primera tacada. Con la sola excepción de un ministro “televisivo”, este presidente, que sólo cuenta con el apoyo fijo de 84 diputados (sobre 350) ha logrado el asombroso consenso de lograr que casi todo el mundo admire el elenco escogido. No deja de ser asombroso, pero a mi modo de ver es mucho más sencillo de lo que se piensa, si se aplica el sentido común, y se elige para crear un parterre a un jardinero, o para construir un edificio se encarga el asunto a un arquitecto, y no al amigo Perico, que necesita el cargo para enriquecerse con prontitud, y  que luego devuelva los favores prestados.

El ser humano es el único que puede generar símbolos. Los gestos simbólicos que he visto estos días, me han cambiado el semblante por unas horas. No creo que sea demasiado pedir más, muchos más, todos los días, a cualquier hora. En la misma órbita progresista, quiero decir.

viernes, 8 de junio de 2018

LOS MITOS DE COVADONGA Y SANTIAGO DE COMPOSTELA


Nunca pierdo la oportunidad, cuando explico la Edad Media española, de mencionar a mis sufridos alumnos dos mitos que se crearon en nuestro norte peninsular, de muchísima importancia de cara al desarrollo de nuestra historia, pero cuya mitología, creada ex novo o "reconstruida" a posteriori resultan notables. Me refiero a dos hechos acaecidos uno en Asturias y otro en Galicia. Cien años apenas los separan. Su trascendencia fue gigantesca en ambos casos. Tanta como su falsedad en origen.

El primero es la denominada "batalla de Covadonga", ocurrida según la tradición en 722, y en la cual unos pocos restos de tropas visigodas acaudilladas por un noble de nombre Pelayo, se enfrentaron a un enorme contingente de los ejércitos sarracenos, que habían conquistado ya casi toda la península Ibérica. El resultado de la desequilibrada y descomunal batalla fue la derrota completa y la aniquilación total de los musulmanes, que se retirarían para siempre de tierras astures para no ocuparla permanentemente nunca más (razzias y saqueos puntuales aparte). Esto es lo que dice la leyenda, la tradición. La historiografía apunta a que la realidad fue muy otra, por supuesto. Ni hubo tremenda batalla (todo lo más, una refriega), ni hubo ejército musulmán de casi doscientos mil hombres (todo lo más, unos pocos miles), ni la marcha del ejército moro tuvo que ver con la derrota infligida (más bien la orografía, la climatología, la ausencia de tierras fértiles, y la escasez de botín aprovechable). Pues bien, aquí es donde finjo meterme con la frase asturiana/española del "Asturias es España, y lo demás tierra conquistada", para suscitar un debate que, como se puede adivinar, brota enseguida y con la pasión que yo espero... para oponerla con otros argumentos y así enseñarles a debatir, a argumentar, a aceptar hipótesis, falsar otras, etc. He de apuntar que lo logro en parte con los inteligentes, y fracaso siempre con los prejuiciosos, los nacionalistas y los escasos de neocórtex.

El otro hecho, al que le saco menos punta porque a ellos por nacimiento les atañe menos, es el "descubrimiento" al lado de Padrón (La Coruña) del sepulcro del apóstol Santiago el Mayor, en el s. IX, durante el reinado de Alfonso II el Casto de Asturias. Este rey sacó provechosa tajada propagandística del asunto para su reino y para sí mismo, y proyectó dicha importancia hacia los siglos posteriores, hasta el punto de que, a día de hoy Santiago sigue siendo el patrono masculino de España, al lado de la patrona femenina, la Virgen del Pilar. Pues bien, aquí afronto el asunto con alguna frase impactante, del tipo: "Las probabilidades de que los huesos hallados en el Campus Stellae fueran los de la persona que escuchó a Jesús por Galilea son de 0'0000000001, y exagero porque creo que eso todavía es demasiado". Para, a continuación, proseguir diciendo que, en realidad, da lo mismo de quién fueran los huesos: lo relevante es que la gente lo creyó. Y que de esa creencia surgiría una vía de peregrinación, transmisión, comercio y comunicación que vertebró una primitiva Europa dándole por primera vez desde la antigua Roma, una conciencia común en algún aspecto.

Los dos temas siempre acaban igual. Remitiéndonos a la verdadera importancia de los fenómenos históricos, independientemente de la verdad que los haya hecho aparecer. Cuando consigo que al menos lo reflexionen, me doy por satisfecho. Cuando veo el cerrilismo de algunos, no muy diferente de las opiniones de otros cerriles catalanes, vascos o gallegos, me encojo de hombros, me apeno unos minutos (pocos), y me prometo que el curso siguiente, volveré a fustigarlos de igual modo, para que por lo menos algunos puedan entrever la multiplicidad de lo que llamamos verdad histórica y que muchos prejuicios muden su piel de serpiente y la nueva les permita observar con mayor angulación y con más cantidad de matices. Lo prometo, y lo cumplo siempre.

Panel de Asturias, en la Plaza de España de Sevilla (Andalucía, España)
Enero, 2018 ----- Nikon D500

jueves, 7 de junio de 2018

DE NUEVO, CIORAN

Hacía muchos años que no leía a Cioran. Compré hace  unas semanas una antología de los 34 Cuadernos que año a año le sirvieron de depósito de ocurrencias, apuntes, esbozos, reflexiones, recordatorios puntuales. El reencuentro ha sido muy emocionante. Fue un autor de cabecera, unos años. Me impactó su desesperación; su amor por el fragmento, por lo breve; su tendencia recurrente al suicidio, que jamás perpetró ni siquiera como intento; su afilado verbo, que sólo podría explicarse tras una labor lenta y continuada de pulido corrector; sus contradicciones -humanas- en aspectos sorprendentes que hacían dudar de la sinceridad de sus afirmaciones, siempre contundentes y absolutas.

El reencuentro ha sido grato, ya digo. Es como si él no hubiera salido de su casa y yo fuera a hacerle una visita de nueva. El, por lógica, seguiría pensando lo mismo, pero el visitante, o sea, yo, ya no sería aquel que lo leyó con fruición arrebatada en la primera juventud. Habría sido yo quien hubiera cambiado, quien filtrase sus palabras con criterios de cetáceo y no con modos de escualo; el ágil tiburón que devoró a dentelladas sus libros, habría sido relevado por un pesado rorcual que permitiría pasar a través de sus ballenas sólo las ideas que se acomodasen al espacio entre las mismas. La cantidad de subrayados que surgen ahora como necesarios es considerablemente menor: mi nariz de viejo oso pardo rastrea alimento muy selecto y acorde a una dieta de madurez, porque me faltan piezas en la dentadura y los jugos gástricos ya no disuelven con el poderío de entonces.

Las conexiones de su inveterada soledad mental con la mía propia son mucho más laxas hoy que entonces. Con los años, las influencias, los autores, las lecturas, las personas, las experiencias, fui encontrando mi camino propio, que poco a poco se fue separando del suyo. Pero aun así, ¡qué delicia volver a sentir algún puñetazo de los suyos!, que te cogen siempre con la guardia baja, por mucho que sepas que es experto en los ganchos de izquierda. ¡Qué maravilla comprobar que la sorpresa anida siempre en las mentes privilegiadas, que ven y piensan de un modo tan redicalmente novedoso, tan violentamente nihilista!

miércoles, 6 de junio de 2018

A MAL TIEMPO, BLANCA SONRISA (DEL MIMO)


Tras una jornada agotadora de sol, arte, montañas, lagos y larga caminata, la tarde se anticipa tranquila, en el bello pueblo de Annecy, en los Alpes franceses. Pero, de pronto, el diluvio se desparrama por sobre todos cuantos nos hallábamos por las calles. Los soportales nos protegen, pero hay alguien que busca, además de unas monedas, sacarnos una sonrisa por contraste. El mimo se arma de su facha maquillada, abre un paraguas imaginario por toda protección, y deambula por el medio de las rúas mientras jarrea a conciencia. A todos, nos sonríe, mientras gesticula con su cuerpo, y al final nos muestra con picardía simulada su vaso de metal, donde algunas monedas comparten espacio con el agua recién caída. A la mayoría nos enternece. En medio del aguacero, esa sonrisa ilumina toda la calle más que el blanco de su camiseta y de su pintura de payaso. El instante mereció la pena. Justo es que ahora se comparta.

Robado en Annecy (Alta Saboya, Rhône-Les Alpes, Francia)
Julio, 2016 ----- Panasonic Lumix G6

martes, 5 de junio de 2018

HITOS DE MI ESCALERA (28)

Ese mismo verano intenso con mi primera chica que relaté en el último Hitos, fue también el último que viajé con mis padres y hermano de vacaciones estivales. Así como en la mayoría de cosas, no, en la del viaje de vacaciones mis dos padres estaban asombrosamente de acuerdo. Tomando como base la peregrina idea de que si los chicos tomaban sol y agua de mar en verano, se ahorrarían catarros en invierno, cada julio (desde que mi padre se compró el Seat 600, y luego con el Seat 127) nos encaminábamos a algún puerto de la costa cantábrica o atlántica. Allí solíamos pasar dos semanas, en régimen de pensión o apartamento -no había dinero para hoteles-. De ese modo, conocí La Coruña (allí vivía una tía mía, muy querida), Laredo, Gijón, Llanes y, sobre todo, la zona de las Rías Bajas, con el pueblo de El Grove como asentamiento base.

Pues bien, en el año 1981 el último viaje de vacaciones estival con mis padres fuimos a Santander, que mi madre, como buena citadina que ha sido, tenía ganas de conocer. Era un destino que a mí también me sugería mucho, porque en mi primer año de carrera, me había empapado de muchísima información sobre la Prehistoria, una de mis asignaturas favoritas siempre, y en concreto de la cantidad de cuevas que en la provincia de Cantabria había. Por eso, lo primero que propuse es que fuéramos a la cueva de Tito Bustillo, en Ribadesella, en el camino de ida, y más adelante al pueblo de Puente Viesgo, para ver las cuevas del Monte Castillo. Pero mis padres fueron muy claritos. Ellos no volverían a ver “piedrinas” (se referían a una excursión que planteé y fue aceptada, sobre unos petroglifos cerca de Marín, y un dolmen en Axeitos, hacía años). Se negaron en banda. Pero, al menos, dejaron que fuera yo, “si tanto interés tienes”. Y, sí, tanto interés tuve, y no a la ida, pero sí a la vuelta, conocí la cueva riosellana, que colmó mis expectativas, mientras ellos gozaban de la playa. Y lo de Puente Viesgo... pues fue cosa de autobús, paseo a pie y goce posterior. Tampoco digo nada del Museo Arqueológico santanderino, que para mí fue un hallazgo, aunque de aquella era objetivamente bien tétrico en comparación con el actual.

Ese último verano lo recuerdo también porque, enamorado como estaba de mi asignatura, cada vez que paseábamos por el centro de Santander, en los puestos de libros de ocasión, hurgaba para ver si encontraba revistas de Historia 16, que en aquélla fue uno de mis alimentos básicos; o bien ejemplares usados de libros clave. No tenía dinero, claro, y debía pedírselo a mis padres. En esto, justo es decirlo, mi padre no preguntaba demasiado, y solía facilitarme las pesetas correspondientes. Por el contrario, mi madre siempre opuso seria resistencia a todo lo que no fuera el “manual o libro de texto de toda la vida” (y ya ni cuento si le pedía algo para “novelinas”). Pero, mal que bien, regresé de Santander con una buena dosis de melanina veraniega y con un puñado de revistas de historia que devoraría los meses siguientes.

Ya no habría, sin embargo, más veranos con ellos. Mi madre se había mareado siempre, y cada vez que se montaba en el coche, ello le suponía revoltura de cuerpo seria para varios días. Además, la adolescencia de mi hermano se le fue atragantando cada vez más, a lo que se añadió mi marcha a estudiar Madrid dos años después, lo que acabó de darle la puntilla para inaugurar su época más depresiva y enferma. Tardaría varios años en poder irme de viaje por mi cuenta, y en otras compañías. Pero jamás les agradeceré a mis padres el esfuerzo que hicieron para que sus hijos tuvieran una infancia con veranos en el mar.

lunes, 4 de junio de 2018

LA MIRADA CLARA DE SANDRA


¿Qué puede pensar una niña de 11 años, ante una cámara semiprofesional que ocupa tanto como su pequeña cabeza? Asaltada desde la cuna por alguien que le ha hecho fotos desde el primer momento, es seguro que está más que acostumbrada a que el “tito Eduardo”, cada vez que se encuentran, le tire unas cuantas docenas de tomas, a la espera de que la siguiente sea mejor y capte ese alma interior que poco a poco va esculpiendo entre problemas, alegrías, dificultades y circunstancias. 

Pero esa cara sonriente sin fisuras, con esa mirada abierta sin dobleces, nos impulsa a imaginar una inteligencia maravillosa, que año a año va descubriendo su potencial, el perfilado de sus gustos, la asunción de sus cualidades, que amplían su horizonte. También la de sus defectos, con los que se ha vuelto más indulgente, lo que la convierte en un ser más adorable, si cabe. Esa cara sonriente nos dice algo, nos impacta sin remedio, porque en el instante en que el fotógrafo aprieta el botón, ella le está diciendo algo, algo cariñoso, sin duda, y que a través de la imagen resultante, una vez que la niña la pueda ver, la vinculará un poquito más con él. La cámara habrá servido de nuevo para penetrar en el lenguaje de los cuerpos, y demostrar con la reciente imagen el paso del tiempo, la progresión de la inteligencia, el aprendizaje de la dulzura sin empalago, y el crecimiento de un cariño que resulta inevitablemente recíproco.

Sandra (La Coruña, Galicia, España)
Junio, 2018 ----- Nikon D500

domingo, 3 de junio de 2018

YA ERA HORA DE QUE LOS ECHARAN, COÑO

Y, sí. Nadie lo pensaba, pero al fin se han ido. Aunque en realidad les han echado. Por fin los que no gobernaban se han dado cuenta de que juntos son más que quien estaba en el gobierno, y que ellos estaban siendo cómplices de su permanncia. Independientemente de lo que cada grupo piense, todos han pensado -¡por fin!- que el gabinete presidido por M. Rajoy era ultraconservador, monolítico, sordo, egoísta, interesado, altivo, inculto, manipulador, chantajista y, sobre todo, corrupto; y que debía ser castigado por ello.

El partido que nos ha gobernado (sic) los últimos siete años ha sido un modelo de servilismo con los poderes económicos, que han hecho cuanto han querido, y no lo que demandaba la ciudadanía. Ha rescatado a la banca con el dinero de los españoles, sin que haya revertido nada favorable para éstos; antes al contrario, los beneficios actuales de las entidades sobrevivientes tras la reestructuración se han multiplicado con respecto a los tiempos previos a la crisis de 2008. Ha legislado todo lo posible para favorecer el ámbito privado de la medicina, la sanidad y la educación, los tres pilares del Estado del Bienestar, seriamente amenazado por esta panda de golfos apandadores. Ha legislado contra las energías renovables para favorecer a las empresas eléctricas, que serán las que los acojan ahora cuando algunos ya no tengan con qué mantener su insultante tren de vida. Se ha apropiado de dineros públicos de todos los ámbitos, desde los de cooperación internacional hasta del ámbito sagrado de las pensiones, cuyas arcas han quedado vacías, sin que hayan buscado alternativas para compensar las tropelías, aunque ello no les ha impedido mostrar una desfachatez absoluta, echando culpa a anteriores ocupantes del poder.

El partido que ha dirigido (sic) los destinos de España en los últimos años, fue estableciendo una red clientelar de jetas profesionales, de trincones de profesión, de inútiles para casi todo (excepto para medrar a través del partido), de meapilas que aconsejan sobre lo divino sin olvidar lo humano (pero sólo lo que les conviene), de faltones sin escrúpulos, de mentirosos compulsivos, de negadores de la mayor, la menor y la del medio, de gente creyente en la autoinmunidad que genera el poder, basado en el Partido, esta vez sí con mayúsculas. Dicho partido del gobierno, ha sido incluso definido en sentencia reciente como una organización mafiosa que, además de poseer una doble contabilidad, ha albergado en su seno a personas que, desde sus puestos de poder, han obtenido beneficios millonarios, de los que el propio partido se ha beneficiado. La misma sentencia llega a decir que la declaración de su líder y presidente del Consejo de Ministros resultaba poco creíble y dudaba de su veracidad.

Esta capacidad de resistencia frente a la inmensa cantidad de casos de corrupción en que se ha visto involucrado este partido, especialista en utilizar el poder como forma de ganar dinero a espuertas, resulta, en cambio, asombrosa. Como igualmente asombrosa es la pertinacia del electorado en mantener a estos golfos en el lugar que no les corresponde. Pero las sociedades, como las personas, también se encanallan en determinadas circunstancias.

La España de 2018 ha sufrido en los últimos años una involución en su calidad de vida como no había sucedido en los 40 años de democracia reciente. Con las libertades restringidas, vigiladas, censuradas incluso. Con la Cultura como territorio al que convertir en yermo, por la peligrosidad del pensamiento frente a los ladrones sin escrúpulos. Con los trabajadores sometidos a una legislación que concede toda la capacidad de maniobra a los contratadores, y con una bajada de nivel salarial que no resultaría creíble para nadie en 2007. Con una generación de estudiantes que ha de buscarse la vida en otros países, donde sí precisan sus cualificados conocimientos, o bien someterse aquí a empleos muy por debajo de sus titulaciones, y con sueldos acordes a una escala muy inferior a sus merecimientos.  España entera es un Estado lleno de mangantes, compañeros de partido, parientes, enchufados, correas de transmisión caciquil del poder hasta sus últimas estructuras.

No digo que el nuevo presidente sea un genio de la política -ni se aproxima-. Tampoco, que sus coyunturales “socios” sean más admirables que los salientes -en algunos casos, apostaría por lo contrario-. Pero era hora de que toda esta caterva de cínicos impresentables corruptos fuera expulsada de sus poltronas y que otros prueben otros modos, otras formas. A ser posible, con la Ética y la Constitución como referentes. Bendita moción de censura. Por fin.

viernes, 1 de junio de 2018

LA PRIMAVERA, NO SÓLO VERDE


La primavera no es sólo verde. También es azul, y gris, ocre. Pero el verde lo prefigura todo. Sin él, parecería que algo falta. El renacer de la tierra provoca que el verde inunde la mirada. Enmarcado por el ocre y el azul en sus bordes terrosos y celestes. La primavera es de colores, de cultivos nacientes. Perséfone regresa. Su séquito oscuro del inframundo cambiará de tono y de brillo. El verde triunfa. Y los ocres. Y el azul. 

Inmediaciones de Sierra de Cazorla (Jaén, Andalucía, España)
Marzo, 2016 ----- Panasonic Lumix G6

AVISO A VISITANTES

Todas las imágenes (salvo excepciones indicadas) y los textos que las acompañan son propiedad del autor de esta bitácora. Su uso está permitido, siempre que se cite la fuente y la finalidad no sea comercial
Si alguien se reconociera en alguna fotografía y no deseara verse en una imagen que puede ver cualquiera, puede contactar conmigo (fredarron@gmail.com), y será retirada sin problema ninguno.