Pensar en el sur es imaginar altas palmeras, originarias de África, y no las raquíticas que tenemos por el norte, puramente ornamentales, que dan un cierto toque exótico a las zonas de costa, pero que no pasan de ser plantas fuera de contexto, alejadas de su hábitat seco y soleado.
Éstas que aquí vemos se encuentran en el parque más extenso y famoso de Sevilla. Su envergadura, contra la pureza del azul cerúleo, las enaltece todavía más, surgiendo cada poco a la vista. En Elche, en cambio, sobreabundan, y han dado origen incluso a una zona Patrimonio de la Humanidad, interesante para ver y pasear un rato, pero que al poco te harta por la monotonía que supone un palmeral de varios miles de ejemplares. En Sevilla, sin embargo, hay el número justo para que sepamos apreciarlas, en contraste con otros muchos árboles, de carácter mediterráneo, y con los que la vista se solaza comparando y alternando ramajes, frondosidades, alturas, grosores, reflejos. De vez en cuando, la combinación de sus gráciles líneas advierten al fotógrafo de un encuadre diferenciado o tan sólo sorprendente. El paseo y la buena charla se benefician de ello, mientras los amenizan serena y gratamente.
Palmeras en el Parque de María Luisa (Sevilla, Andalucía, España)
Enero, 2018 ----- Nikon D500
No hay comentarios:
Publicar un comentario