martes, 28 de mayo de 2019

MI PALABRERÍO CANALLA (46)

ELEGANCIA: Adecuación de los gestos, de los movimientos, de la palabra, del comportamiento, de la mirada, del vestuario, a las necesidades requeridas por cada momento concreto. Es todo un arte, por lo que es escaso. La mayoría de la gente la confunde con los objetos caros, los movimientos lentos y la voz mesurada. Pero es mucho más que eso, mucho, mucho más. 
ELITISMO: Posición de exquisitez excluyente de quienes se consideran en un nivel elevado de algo y buscan evitar el contagio con otras formas de menor nivel de ese algo, que nunca se especifica muy bien de qué se trata, aunque de algo debe tratarse, a juzgar por cómo defienden la privacidad de dicho coto.
ELOCUENCIA: Capacidad de los hábiles en el uso de la verborragia de embaucamiento mediante el discurso. El truco funciona sobre todo frente a grandes cantidades de sujetos ya predispuestos a creerse todo lo que se les señale.
ELOGIO: Zanahoria de sabor agradable que se le otorga a aquel individuo a quien se desea mantener ligado a uno por algún motivo rentable.
EMANCIPACIÓN: Separación del tronco nutricio y desenvolvimiento autónomo frente a las dificultades de la vida. Supone pensar por uno mismo y elegir por uno mismo. De ello se deduce que tanta gente no sólo no la desee, sino que la critique en quien la practica, sobre todo si lo hace con éxito y encima se ufana de ello.
EMBARAZO: Proceso biológico por el que los mamíferos comienzan su vida y sufrimientos en el vientre de las madres, dependiendo de ellas y siendo el principal objeto de creación para la mayoría de ellas, según suelen declarar. Luego se extrañará la gente de que existan complejos de Edipo, incestos, dependencias eternas, depresiones, celos, etc.
EMBALSAMAR: Aberración de corte masoquista (o sádico, si el personaje es público) que pretende poder mantener tras su muerte la apariencia en vida de alguien con la suficiente fama (buena o mala), o dinero para realizarlo. Los egipcios (v.) y los incas (v.) hicieron de esta práctica todo un arte, para goce y beneficio de salteadores de tumbas y de arqueólogos, por ese orden de importancia y de cronología.
EMOCIÓN: Desliz de la razón que a cambio de un deleite ofrece desestabilidades diversas cuya recuperación suele ser mucho más dilatada, de tal forma que suele ocurrir aquello de “lo comido, por lo servido”.
EMPIRISMO: Modo de enfrentarse a la realidad, vía filosofía, que establece que los sentidos, la experiencia sensible y la práctica habitual constituye el único modo fiable de aprehender el mundo que nos rodea y de comprenderlo. Vamos, como si la razón ni pinchase ni cortase. Sin embargo, su éxito ha ido de más en más, aunque mutando de vestiduras (léase tecnologías) conforme avanzaban los tiempos.
EMPLEOMANÍA: Funcionariomanía, o así. 

Del libro inédito Palabrerío canalla1999

lunes, 27 de mayo de 2019

MAGNIFICENCIA DE LAS BÓVEDAS GÓTICAS


En principio, todo se reduce a mirar a lo alto y tratar de comprender el sentido de tanta línea curva convergente en determinados puntos, e intentar asimilar cómo fue posible que en tiempos tan remotos y tan carentes de todo cuanto ahora se nos antoja imprescindible, se concibieran primero y se ejecutaran después, estructuras cubiertas tan asombrosas. Pasará poco tiempo hasta que se descubra que dichos intentos son vanos. No se comprenderá nada y se asimilará aún menos. Al final, únicamente podremos admirar la belleza abstracta o espiritual del conjunto, agradecer que tales creaciones hayan llegado hasta nuestros días, y refugiarnos con humildad en la conciencia de que hoy podríamos hacer cosas más imponentes, más grandes, más altas, más ingrávidas, pero no más hermosas.

Catedral de Limoges (Limousin, Nueva Aquitania, Francia)
Julio, 2012 ----- Nikon D500

miércoles, 22 de mayo de 2019

LA MUERTE RECIENTE DE TRES GRANDES

Todos los días mueren personas. Las más, desconocidas, no nos dicen nada. No nos reímos, ni nos ponemos tristes, porque ni siquiera nos conmueven. Algunas veces, en cambio, sí nos tocan la fibra sensible, por alguna razón personal que cada uno justifica como mejor sabe. Pero hay algunas desapariciones que por su especial relevancia nos afectan mucho más, porque su importancia no es sólo personal, sino global. Suelen ser personas que han sido piezas capitalese en sus respectivos campos, pero que de repente nos dejan, privándonos de su energía, de su ejemplo, por lo que nos quedamos más desamparados de lo que lo estamos habitualmente. A lo largo de los últimos diez días han coincidido las muertes de tres personas muy admiradas por mí, aunque me consta que también lo han sido para muchos.

Un político inició por sorpresa esta exigua lista. Un hombre cuya templanza y sentido común eran los que todo profesional de la política debería tener, pero como por desgracia no es lo común, dichas cualidades destacan enseguida en quienes las enarbolan como bandera de sus actos. Su habilidad en las relaciones personales, su perspicacia para hallar los puntos débiles de quienes atentaron contra el Estado, su capacidad de diálogo inteligente, que no excluía la firmeza cuando la ocasión lo requería, todo ello le hizo merecedor de uno de los homenajes póstumos populares más multitudinarios y consensuados de los últimos tiempos en este infortunado país.

Le siguió anteayer una figura descomunal del mundo del periodismo y de la concordia entre los pueblos. Un hombre que comenzó siendo un deportista laureado aunque heterodoxo, lo que le dejó claro que en la vida el esfuerzo es la clave para toda empresa que se emprenda. Un hombre que durante muchos años ejerció el reporterismo en los lugares más conflictivos y peligrosos del planeta, demostrando que la acción era lo suyo, y que saber comunicarla sobre el terreno, también. Un hombre que dedicó la última parte de su vida a un proyecto fantástico de cooperación de los jóvenes de los pueblos iberoamericanos, enseñándonos que la unión ante los inconvenientes, que la colaboración entre hermanos de cultura, siempre plantarán semillas educativas que habrán de germinar de forma inevitable e impulsarán el progreso de los pueblos.

Hoy, por último, uno de los sujetos con mayor curiosidad natural que ha podido existir sobre la faz de la Tierra, que fue político, profesor, periodista, científico, divulgador y sabio políglota. Tantas cosas fue, que hubo un tiempo en que lo veíamos por todos los medios de comunicación, y publicando libros con una regularidad apabullante. Pues tal era su capacidad de trabajo y su necesidad de que comprendiéramos las distintas esferas de la realidad de nuestros días, para que el futuro que era ayer, lograra configurar un presente actual que no nos arrasara con su velocidad infinita.

Alfredo Pérez Rubalcaba, Miguel de la Quadra-Salcedo y Eduardo Punset trascendieron en mucho lo que comúnmente entendemos por personajes públicos. Nos han entregado su trabajo y dedicación constantes con el objetivo de que el mundo que dejaran fuese mejor que el que recibieron. Los tres han conseguido de largo su objetivo. Por eso lloro hoy su pérdida. Un llanto que en realidad supura un agradecimiento infinito a los tres por todo ello.

martes, 21 de mayo de 2019

EL VIAJERO AGUARDA



El viajero aguarda durante largo rato, anclado a su equipaje. Nada en él permite advertir atisbo alguno de prisa, o ansiedad febril que le impulse a marcharse. Espera con la paciencia de quien ya ha comprendido que viajar no es sino moverse por el interior de uno mismo, proporcionarse nuevas emociones que brotan de la propia mente, y dejar que los ojos se engañen con las apariencias de nuevos paisajes, nuevas caras, nuevas ciudades. Lo hace con parsimonia y movimientos lentos, pues su experiencia se ha curtido a lo largo de los años, vinculándose a muchos lugares distintos, que son siempre el mismo. Viaja con gran impedimenta, porque es un viajero fuera del tiempo, de otra época, con mentalidad poco moderna, pues el viajero está fuera del tiempo o se halla en otro tiempo y, pronto, en otro lugar. El viajero sabe que en breve será transportado a otro sitio, pero su cabeza, su pasado, su carácter, su mirada, sus intereses, sus recuerdos, serán los mismos. Su paciencia obtendrá fruto, y el pitido del tren le indicará que su cuerpo podrá acomodarse en su asiento durante unas horas. Podrá, entretanto, jugar a adivinar dónde va a bajarse, pues es un dato que desconoce. Habrá de ser en algún punto antes del final de la ruta que marca su billete. Aún desconoce dónde será, pero sabrá que en algún momento, mientras apure la belleza de algunos versos de Withman o se esté volviendo a entusiasmar con la intensidad de algún relato de Kipling, un chispazo en su cerebro le hará levantar la vista, decidirse de inmediato y asegurar que durante un tiempo, toda su vida tendrá cabida por entero en aquel remoto y azaroso lugar. El viajero dejará de ser viajero por poco tiempo. Su esencia le bullirá al poco en los adentros. Empacará de nuevo su gran equipaje, tomará otra vez el camino de la estación, y aguardará con paciencia infinita, otra vez, el pitido del próximo tren.

El regreso de Williams B. Arrensberg, de Eduardo Úrculo, en Oviedo (Asturias, España)
Mayo, 2003 ----- Konica Minolta F5

domingo, 19 de mayo de 2019

MOTIVACIÓN SUPLEMENTARIA (MICRORRELATO)

Mis alumnos saben muy bien cómo levantarme el ánimo. Nadie como ellos, para ofrecerme motivación, cuando tengo el día bajo. Soy bueno dando mis clases. Aunque demasiado blando, si me apuran. Mi excesiva empatía a veces me desborda. Son tan bueno, que jamás levanto la voz, mi carácter lo asume todo y me llevo los problemas para casa. Pero no siempre fui así. Tengo resabios del pasado. Y necesidades sin cubrir. Por eso, los más perspicaces, los que me conocen de otros cursos saben bien cómo motivarme en horas monótonas, llenas de inercia o de atonía. Basta con que, mientras explico algo de Egipto o de la Edad Media, alguien haga alusión a un documental de Discovery Max, donde se apunta la posibilidad de que todas las civilizaciones antiguas provengan de una pre-civilización anterior, instruida, ¡cómo no! por una pródiga población extraterrestre, que se apiadó de nuestro primitivismo y tuteló los inicios de la civilización. Aunque también sirve que, cuando enumero las órdenes militares que surgieron al albur de las Cruzadas, alguno mencione el penúltimo programa del espacio Cuarto milenio, donde se daban abundosísimas pruebas científicas del carácter místico-capitalista de los templarios, conectados con varias conjunciones planetarias que les habría habilitado para su misión. O, si, insistiendo de este modo, no paso a mayores, pueden usar unas fotocopias de la revista Más allá (que alguno siempre tiene disponibles, por si acaso), donde se documenta con exhaustividad que las desapariciones del Triángulo de las Bermudas tienen que ver de forma directa con las causas de la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría y la caída del Muro de Berlín. Es entonces cuando pongo la voz en cuello, las venas se me hinchan, profiero tres o cuatro excesos lingüísticos, y les suelto que si siguen por ese camino, más les valdría suicidarse en masa como se cuenta en el mito de los lemmings. Después de eso, y de paralizar de inmediato el pulso de los más timoratos, consigo un silencio sepulcral en el aula, que sólo a los más novatos impresiona y asusta. A continuación desmonto una a una las falacias que me han propuesto. Y al final, como colofón, doy un gran golpe sobre la mesa y pregunto, bien alto: “¿Está claroooooo?”. Ellos asienten con unanimidad aquiescente. Y ahí acaba la cosa. Hasta la siguiente vez, en uno o dos meses.

Del libro inédito Micrólogos, 2012

miércoles, 15 de mayo de 2019

DIÁLOGO EN LA MIRADA



Si las miradas nos parecen tan sugerentes es porque el contacto de unos ojos con otros ojos establece un vínculo -temporal y finito- de gran fuerza e intensidad. Hay miradas que nos comunican un deseo soterrado, un afecto, una intención, una súplica. Otras nos reconocen como iguales, nos animan a seguir a su lado para ayudarse a crecer en compañía. Las más de las veces no las recordamos, pues pueden darse varias en un día. Otras, en cambio, se recordarán siempre. Como siempre recordaré yo el diálogo que mantuve yo con esta paloma, aupada a la modernistafachada de un conservatorio de música. Yo sé que ella sabía que la miraba con gusto, por su forma, su belleza, su quietud. Yo sé que ella sabía que yo conocía que su silencio se debía a que escuchaba los gorjeos de los diferentes instrumentos musicales que allí dentro pugnaban por ensamblarse con coherencia. Ella sabía que yo la reconocía en su mirada. Ambos nos reconocimos desde nuestras posiciones, porque durante unos instantes ambos fuimos iguales en inteligencia compartida, en sensibilidad artística, en respeto mutuo. Sí, los dos nos igualamos durante un lapso pequeño de tiempo, que resultó infinito porque nos sentimos cómplices de escucha. Y porque, además, le hice la foto.

Paloma en el Conservatorio Julián Orbón (Avilés, Asturias, España)
Abril, 2015 ----- Nikon D300

martes, 14 de mayo de 2019

DEL ABOMINABLE ERROR DE JUZGAR LAS OBRAS POR LAS ACCIONES DE SUS CREADORES

Introduje yo el otro día en mi clase de arte el dilema de la separación -o no- de la moral de los artistas con respecto a sus obras (el asunto lo provocó un comentario mío sobre la vida de Michelangelo Caravaggio, que enlazó también con episodios de Benvenuto Cellini, luego Pablo Picasso, y demás). En ese contexto, dos alumnas hubo (participativas ellas, feministas ellas, comprometidas ellas) que se decantaron por una opinión contundente: si el artista es un impresentable, traidor, asesino, violador, mentiroso, avaro, maltratador, etc. su obra no puede ser éticamente buena, pues parte del mal, y lo que del mal surge nunca será bueno. La clase tocaba a su fin, era última hora, y no dio tiempo a que rematáramos el tema, que escindió a los alumnos, entre quienes apoyaron esa postura y quienes no tenían ni idea. Pero esa misma tarde, en una conversación con una buena amiga, le comenté lo acontecido en el aula, lo que resolvió ella sumándose a la postura de las antedichas alumnas. Y ahí ya me harté. A mi amiga le solté una retahíla de inconveniencias, y al día siguiente, ya en clase di un discurso de postulación, a los que no soy muy dado, pero que en este caso creo que convenía, porque las ideas equivocadas (según mi criterio, que es el del experto, en comparación con ellos) conviene combatirlas desde su origen.

Me revienta que se confunda a los padres con los hijos, y se les atribuya a éstos los errores o los crímenes de aquéllos. Del mismo modo, pienso, las obras de arte (música, pintura, escultura, cine, teatro, arquitectura, danza, tanto da) son hijas de sus creadores, y como tales, inocentes de la ética o el comportamiento de quienes las hicieron brotar de la nada. Hablo de obras de arte, no de panfletos ideológicos. Hablo de obras de arte, insisto, consideradas así por amplio consenso científico. Sin embargo, en los tiempos que corren, que además de muy pacatos y con sospechosas tendencias a la corrección política, se tiende a valorar las obras por los actos de sus creadores. Es moda muy reciente. Y como es moda, y además las redes sociales permiten crucificar a cualquiera con creciente impunidad y velocidad asombrosa, el resultado es que se llegan a cometer tropelías e injusticias sangrantes. Dos casos recientes, en el mundo del cine, el del director Woody Allen y el del actor Kevin Spacey, acusados de actos abominables, están en boca de todos. En ninguno de los dos casos hay una sentencia firme aún, lo cual añade más ignominia a su persecución. Pero eso no viene al caso. Si fueren demostrados los cargos de abusos infantiles al viejo director y los de la violación a un actor en el caso del maduro actor, deberían asumir sus penas, como es de ley. Pero, ¿afectaría  a la calidad objetiva de sus carreras hasta esa fecha? Yo respondo que no, que en modo alguno, y ambos seguirían siendo dos personajes clave en el cine de la segunda mitad del siglo XX -el primero- y del último cuarto de siglo -el segundo. A sus obras no debiera, pero afectaría, eso sí, a quienes no son capaces de disociar ideas de actos, comportamientos privados de obra pública. Pero estas personas entienden poco de arte. Si aplicáramos esos criterios de selección, pocas obras se salvarían, se tratase de la época que fuera. El violento carácter de Caravaggio, convicto de más de una muerte, no afecta para nada a la revolución pictórica de sus realistas claroscuros. El oportunismo político de Picasso y su comportamiento maltratador con varias mujeres, no invalida en modo alguno al gigante artístico que fue. Y, para no eternizarnos, un ejemplo último más desconocido, y que tal vez escandalice a estos recientes puritanos de postal: los admirados edificios de mármol del Pentélico de la Acrópolis ateniense, hoy en ruinas pero que aún nos hablan del esplendor que pudo alcanzar la Grecia del s. V a. C, se construyeron sobre la apropiación indebida de los dineros de la Liga de Delos, coalición de diferentes polis que se había establecido para defenderse de otro posible ataque persa, pero que Pericles y Atenas se agenciaron para reconstruir con dinero ajeno la capital, incendiada en la segunda guerra médica.

Las personas somos responsables (o culpables, incluso) de nuestros actos, por los que debemos ser reconocidos (o condenados, incluso). Nuestras obras de arte no lo son. Despreciarlas por lo que fueron sus creadores es de ignorantes, envidiosos, hipócritas, mediocres y otras cosas más que es prudente y educado no constatar por escrito. 

lunes, 13 de mayo de 2019

HELENA, DOLIENTE


Cuando Helena comprobó los efectos que su belleza hubo provocado en los hombres que conoció, deseó no haber nacido. Pero como ni apelando a los dioses podía retrotraer la Historia, quiso influir en el presente y aun el futuro, con una acción decisiva. Para ello, se preparó a conciencia, maquillando su rostro con polvos aromáticos de la tierra egipcia, ungiéndose con aceite focense y con mirra de la Bactriana; por último aromatizó su pelo con esencias traídas de la lejana Cólquide, donde antaño Jasón recalara. Se contempló en el espejo sin ropa alguna, y su hermosura le fue devuelta por una imagen arrebatadora. Tuvo la impresión de que aquellas formas no podían ser tan seductoras, como para que miles de hombres estuvieran muriendo por ella. Y, sin embargo, lo eran en tan alto grado, que dos naciones poderosas se estaban batiendo por ella como excusa (¿qué podría saber en su ignorancia de los planes del ambicioso Agamenón?). Decidida a acabar con todo de una vez para que aquella guerra eterna cesase, propuso a los contendientes inmolarse en un ara bendecida por divinidades comunes, y que el conflicto terminara con la recogida mutua de los cuerpos caídos, y el establecimiento de una nueva alianza entre helenos y teucros. Sorprendida, comprobó que ambas partes rechazaron su oferta, para lo que cada bando adujo razones distintas. Plena de impotencia, se sumergió en la tristeza y asumió sin rebelarse el destino que le fue asignado. Después lloró con desconsuelo. Lloró por Paris, lloró por su marido, por todos. También por ella. Pero sobre todo lloró por la invicta Ilión, que caería al poco en manos de sus enemigos, tan familiares, para conjurar también su propio destino.

Escultura "Mavi", en la Pza. Longoria Carbajal (Oviedo, Asturias, España)
Marzo, 2016 ----- Nikon D300

jueves, 9 de mayo de 2019

LOS OBJETOS, PELIGROSO Y FASCINANTE IMÁN DE RECUERDOS

Es posible que los objetos no tengan sensaciones, que se hallen desprovistos de un alma latente que sostenga sus existencias. Pero a mí me gusta imaginar que sí la tienen, que disponen de una autonomía sentimental que precisa de la mía para sentirse bien, y poder, de ese modo, traspasar sus pulsiones positivas al dueño al que pertenezcan. A mí me gusta pensar eso, y la emoción que ello me procura es fuente de felicidades aleadas de recuerdos, gratos la mayoría, otros no tanto.

Ayer, por fin me decidí a hacer los agujeros pertinentes para colgar las tres estanterías donde colocar esa multitud de pequeños cachivaches que, en conjunto, componen un ramillete de momentos, de sentimientos, de personas, de hechos, de lo más granado de mi vida. Ayer instalé las tres repisas. Pero aún no coloqué los recuerdos en ellas. Parecería que me reservo. Pero no sé muy bien de qué. Tal vez tenga miedo a comprobar que su ubicación ahí, al lado de la entrada, en el recibidor, no me proporcione el mismo placer que antaño me dieron cuando los instalé por primera vez en la otra casa. Tal vez crea que, poseído de influencias de magia simpática, esos objetos hayan dormido tanto tiempo hacinados en una bolsa, sin respiración, en caótica convivencia, obligada y heteróclita, que hayan dejado de resultar evocadores, que su materia sea lo único que puedan transmitir. En fin, ¿quién sabe? Como siempre, las especulaciones, las hipótesis sólo pueden revolverse comprobando todo el proceso y experimentándolo hasta sus últimas consecuencias. 

O, por el contrario, ¿temo que el cúmulo de sentimientos, situaciones y personas me asalten de improviso y provoquen una cascada de lacrimógenas imágenes pretéritas? Acaso, acaso.

Del diario inédito Escorzos de penumbra, entrada de 25 de Abril de 1999

miércoles, 8 de mayo de 2019

TODAS AQUELLAS MANOS



Las manos sirvieron aquella noche para gesticular, para bendecir, para tomar alimento, para acariciar, para expresar asombro ante lo que sobrevendría; también, para sostener una bolsa con dinero. Fue una noche de muchos planes, de muchas sorpresas, de demasiadas preguntas sin formular y con muchos silencios encubiertos. Todas las manos participaron, y llegaron en ocasiones a entrelazarse. Pero sólo una empuñó el arma fuera del tiempo convenido y se encargó de eliminar los sueños de las demás.



Paso procesional de la Santa Cena, catedral de Lugo (Galicia, España)
Abril, 2017 ----- Nikon D300




martes, 7 de mayo de 2019

EL CURIOSO ALBOROZO POR LOS CUMPLEAÑOS

Celebrar (o lamentar) cumplir años es una de las tradiciones más curiosas de los humanos. Objetivamente, sólo cabría alegrarse por haber superado otro período de tiempo sincronizado con el avance del planeta por el espacio alrededor de su estrella: es decir, por haber seguido viviendo, por no haber muerto antes de tiempo. Aun así investimos dicha jornada de todo tipo de ropajes festivos, dotándola de un carácter especial que en puridad ni tiene ni merece. Pero el cumpleaños es una fecha ambigua. Es un día que nos acerca más al final y nos aleja del principio. Solemos hacer balance, pero estamos diseñados para pensar que por mucho que hayamos logrado conseguido, toda vida es una suerte de fracaso. Siempre se siente una absoluta desproporción entre lo deseado y lo logrado: el ser humano es un proyecto de fracaso continuo, al menos desde su frágil e insegura mente. Pero también el día en que se cumplen años, entramos en trance y llegamos a pensar que se pueden plantear proyectos que nos impulsen otro poco en la carrera por justificar la vida, mientras nos dirigimos hacia la puerta de salida. Es una entelequia, por descontado. Nada grave, en realidad. Todos lo hemos sentido y practicado. Sólo que yo hace muchos años que no albergo ninguno de esos planteamientos este día que la tradición señala, pero que a mí me parece un día poco señalado.

lunes, 6 de mayo de 2019

LOS MISTERIOS DE LAS DUNAS


Las dunas son siempre un espacio misterioso. Se añaden elementos que lo hacen un medio lábil, inestable y dependiente, a otros que le hemos ido añadiendo los humanos. Son lugares hermosos pero a veces turbios o morbosos, dados a ocultamientos y privacidades clandestinas. Son también medios multifragmentados que compartimentan la realidad en varios universos individuales, a sólo unos pasos uno del otro. Sirven para soñar separatidades, aunque sean simuladas y artificiales. Las dunas son misteriosas, y bellas. No sabemos si lo son de una forma por la otra, o viceversa. Pero las dunas nos inquietan, nos fascinan, no podemos renunciar a mirarlas con cierto grado de hipnosis.

Pero en esta imagen el misterio no lo causan las dunas, las arenas, la vegetación anclada superficialmente por los vientos, sino la figura del fondo, que no participa del entorno dunar, sino que pasea al borde de la orilla, como huyendo del complejo de meandros arenosos, como pensando desde el extremo. O tan sólo paseando sin pensar en cosa alguna. No sabemos nada. Por no saber, no atisbamos a calibrar si es hombre o mujer, si es verano o invierno, si hace frío o calor, si luce el sol o está nublado. La figura aparece por la izquierda, discreta, sin llamar la atención pese al color de su vestimenta. Pasará por el borde superior durante unos instantes. Luego, desaparecerá por la derecha. Se irá, y no habrá nada.

Dunas de Salinas (Asturias, España)
Febrero, 2014 ----- Panasonic Lumix G6

viernes, 3 de mayo de 2019

LAS PREGUNTAS DE GREGORY STOCK (27)

Pregunta 66

¿Considera que los consejos de la gente mayor tienen un valor especial debido a su mayor experiencia?

No por el hecho de ser mayores, sino por el hecho de que alguien haya experimentado algo que yo no, ya proporciona valor a mis ojos cualquier consejo o recomendación, positiva o restrictiva, que me haga cualquiera, independientemente de la edad. La gente mayor, en buena lógica, ha dispuesto de mayor número de años y de oportunidades con que poner a prueba su enfrentamiento con el mundo y la vida; es por ello que sus opiniones poseen mucho valor... relativo. Mucho valor, dado que pasaron por situaciones similares hacía tiempo y tal vez dispongan de recursos con que afrontarlas con mayor o menor éxito; no obstante, todo ello deberá ser analizado y puesto en conexión con las características del momento y de la persona que los escucha. Pero poco valor también, puesto que nada vivido por alguien convierte en ley la capacidad de respuesta frente a algo, ya que a pesar de nuestra aparente homogeneidad, nos diferenciamos sobremanera en los modos de afrentar los diversos hitos que la vida nos va colocando en su transcurso.

A mí en concreto, los consejos de cualquiera en general y los de los viejos en particular me son gratos; en principio. Porque un consejo es siempre un acto de petulancia y de extrapolación generalista de la vida de uno hacia los demás, que pretende que todas las vidas se parecen; a la vez, como aspecto negativo cabría recordar que de forma implícita impide el crecimiento de cada quien, que no evolucionará sino en relación con el número y la calidad y la frecuencia de sus personales errores. De acuerdo, pero también es un acto generoso que pretende al tiempo evitar dolorosos trompazos, algunos de ellos irreversibles. En primera instancia, a mí los consejos me gustan. Pero si son solicitados y , aun no siéndolos, sólo si no tratan de imponer. Es decir, me gusta que cada cual haga una interpretación de mis circunstancias personales, y me aporte su visión de las mismas amparada en su experiencia; pero  lo que en modo alguno tolero es que tal consejo se imponga o que quien lo suministre se ofenda por que yo escoja una senda distinta a la tomada por esa persona (vg. mi madre). Los consejos de las personas mayores son un aporte imprescindible de información sin la que las nuevas generaciones errarían mucho más de lo que hacen. Pero si se repitieran tales consejos nadie sería por sí mismo y el mundo hace años se habría estancado por esclerosis de monotonía y de carencia de iniciativas. Por ello, consejos de mayores sí, y cuantos más y más variados sean, mejor, pero con las condiciones que yo marque, y reservándome —por supuesto— la decisión final que sólo a mí compete. Y tampoco olvidemos que, a pesar de ser imprescindible, y sin la cual la humanidad no habría avanzado un paso, la experiencia de los viejos es como el sol invernal: ilumina, pero no calienta.

Pd/ Los textos que responden a las cuestiones formuladas en El libro de las preguntas de Gregory Stock, fueron elaborados entre 1998 y 1999

miércoles, 1 de mayo de 2019

ARTERO RECLAMO


He aquí un modelo bien claro de lo que una mente obtusa que pretende ser sagaz, puede idear con intenciones sólo crematísticas, pero que acaban siendo sólo otra expresión más del primitivismo que por doquier nos rodea.

Lo primero que pensamos al ver a la ebúrnea moza silueteada en el anuncio, es que el establecimiento ofrece carne femenina a tanto la copa o la botella de champán, y luego a tanto más la ocupación hotelera. Tampoco es que el dibujo muestre tanto, pero parece que la exhibición de interioridades, los cromatismos, la postura, el lenguaje corporal -todo ello exhibido con franca picardía-, no deja duda sobre sus intenciones. Sin embargo, el dueño pensó que si colocaba un cartel de esta naturaleza, llamaría la atención, lo cual es verdad verdadera y ¡vaya si la llama! (llevo varios años recorriendo Francia, y no había visto nunca nada semejante). De hecho llamaba toda la atención, y el hecho de que hiciese una foto para atestiguarlo, lo demuestra. De modo que la intención inicial, el lumbreras la logra, pero como lo que muestra parece que ofrece algo, resulta que al no darlo, debe cosechar variadas frustraciones.

Porque, no. No se trata de un lupanar de carretera. Es tan sólo lo que abajo informa, sin engañar con el reclamo textual. Es verdad que a ello ayuda que se encontrara en Francia, pero era justo lo que se leía: un café. Y no de los peores, he de añadir, pues me asomé para cerciorarme, una vez que comprobé que no se escenificaban turbiedades clandestinas en su derredor. Un café, sí. Aunque sólo hubiera hombres en su interior. Siete para ser exactos. Incluyendo al camarero.

Cartel publicitario en La Trinité-sur-mer (Morbihan, Bretaña, Francia)
Julio, 2015 ----- Panasonic Lumix G6

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