Estamos de acuerdo. Si las leyes son injustas o se aplican mal, ¿de qué sirven? Pero a esta reivindicación encontrada en una calle de Génova, le
haría falta otra línea, tan necesaria como la segunda: “más sentido común”
(porque es precisamente hoy día cuando más se echa en falta, cuando mayor es el
contraste entre lo conseguido a nivel tecnológico y lo que retrocedemos a nivel
político y social). Del sentido común se suele comentar un chiste macabro,
cuando se dice que es el menos común de los sentidos. Si se tiene en cuenta lo
que sucede de continuo en nuestros tiempos, convendremos en la realidad de esa
paradoja.
También añadiría yo una tercera, con la que se completaría
el ramillete de reivindicaciones básicas de cualquier persona con la mente
sana: “más decencia”.
De modo que sólo con eso, con más justicia, más sentido
común y más decencia, ya habríamos andado un trecho larguísimo en un progreso
que hoy se ve más lejano que nunca, pues a medida que avanzamos parecemos
retroceder.
Podríamos discutir lo que entendemos por justicia, aunque si
no tenemos sentido común, o sea, raciocinio práctico, difícilmente la
concebiremos en términos útiles para la mayoría. Podríamos debatir también lo
que es la decencia, pero si observamos los sistemas morales de las principales
religiones, y hacemos un expurgo para quedarnos sólo con aquellos puntos en los
que coinciden las tres principales, no creo que hubiera mucha duda, sobre lo
que implicaría ser decente, que en definitiva es comportarse de modo que buscando
el bien propio, no se haga daño alguno a nadie.
Podemos obviar, si molesta, el símbolo de raíz comunista de
la derecha. Daría igual el emblema que reivindicara la petición. Es una necesidad
y una demanda universal. Y si es universal, lo será por algo. Entre otras
cosas, porque en todos los lugares se necesita más. Siempre más. Y nunca será
bastante.
Pintada en una calle
de Génova (Liguria, Italia)
Julio, 2016 -----
Panasonic Lumix G6
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