miércoles, 28 de marzo de 2018

LA COHERENCIA DE PHILIP ROTH

Muchas veces siento vergüenza ajena cuando un cantante, un grupo, un escritor, un artista salen de su espacio de silencio, incluso tras varios años de ausencia, y deciden “volver”. Me pregunto las causas. ¿Será por dinero? ¿Por añoranza o síndrome de abstinencia de sus distintas actividades? ¿Tal vez por la droga del reconocimiento social hacia personas que, salvo en su faceta, no son nada en el resto, por necesidad real? No tengo una respuesta única, y cada caso podría contener matices. Pero lo que está bien claro es que la inmensa mayoría no tiene nada que decir, que no lo hubiera dicho ya: es decir, su regreso no es más que una repetición de aquello por lo que fueron reconocidos, en su momento. Lo que también queda palmariamente en evidencia es que carecen de sentido del ridículo, y que en muchos casos la necesidad de dinero proclama alto y claro que todo aquello que ganaron en otros tiempos fue dilapidado con más liberalidad que cabeza; vamos, que no supieron ver que su carrera tendría unos años de auge, pasados los cuales, hay que optar por una de las dos vías que quedan: administrar bien lo ganado en la época de auge, y aguantar hasta el final, sería la primera; la segunda sería reinventarse, adaptarse, asumir el cambio de ciclo, y reconvertirse dentro del mismo sector -lo más lógico- o dar el salto a otro. Cabe también combinar ambas opciones, si se inteligente en la medida justa. Pero los regresos de algunos grupos legendarios; la enésima novela del escritor que, publicada ya su joya en su momento, jamás alcanzó ni alcanzará a igualar la calidad de aquélla; la exposición de ese fotógrafo, de esa artista, que sigue en los parámetros de siempre, y que no implica avance alguno... Todo eso, insisto, me produce una gran sensación de vergüenza ajena.

Por eso, leer en una entrevista a Philip Roth (que decidió dejar de escribir hace unos años, porque pensó que ya no tenía nada nuevo que decir) lo que sigue, me reconcilia con la inteligencia de los verdaderamente grandes. Preguntado por Charles McGrath (El Cultural, 26-I-2018) si echa de menos la escritura o piensa en abandonar su retiro, responde esto: No, no lo pienso. La razón es que las condiciones que motivaron que dejase de escribir ficción hace siete años no han cambiado. Como digo en Why Write?, en 2010 tenía “la fuerte sospecha de que había dado lo mejor de mi trabajo, y que cualquier cosa sería inferior. Por entonces ya no estaba en posesión de la vitalidad mental, la energía verbal o la forma física para montar y sostener un gran ataque creativo de cualquier duración sobre una estructura compleja tan exigente como una novela. Todo talento tiene sus condiciones; su naturaleza, su finalidad, su ejercicio, su tiempo de vida... No todo el mundo puede ser productivo para siempre.

Impresionante, ¿verdad? Por desgracia, confesiones como ésta sólo constituyen una excepción a la ominosa regla.

martes, 27 de marzo de 2018

NOTICIAS DE HOY EN EL PAÍS DIGITAL

La fiscalía plantea que es muy posible que algunos de los que acompañaban a Puigdemont en sus periplos propagandísticos europeos fueran mossos d’esquadra, por lo que recomienda investigar el caso más en profundidad. Un hombre que fue criado entre lobos durante 12 años cuando era niño, pasa frío entre los humanos, lo que obliga a una ONG a recaudar fondos para comprarle una caldera. Parece que Mark Zukerberg no comparecerá ante el parlamento británico por el caso de fuga de datos de su empresa, Facebook, pero que en su lugar lo hará uno de sus adjuntos. La dirección del PP se muestra muy preocupada por el caso Cifuentes y por las insuficientes explicaciones que ésta ha dado sobre si las notas de su máster fueron o no ilegales. El museo de Israel expone por primera vez los fragmentos de un rollo  de los Papeles del Mar Muerto, de carácter muy misterioso, pues se trata de un relato del Génesis en primera persona, con Noé como protagonista. Detienen en México al líder de una secta estadounidense que marcaba como ganado a sus esclavas con las letras K. H, iniciales de Keith Raniere. Leo Messi ha sido descartado definitivamente para el partido de hoy entre las selecciones de fútbol de Argentina y España, dado que las molestias que ha venido padeciendo los últimos días en los isquiotibiales no han desaparecido. La pastilla que con el nombre de Viagra revolucionó las relaciones sexuales de los hombres aquejados de impotencia (hoy disfunción eréctil), está de cumpleaños, pues apareció hace dos décadas ya. Una abuela mexicana aprende a leer con 96 años, y manifiesta su deseo de seguir estudiando. Una mujer rusa descubre en su ático miles de negativos sin revelar realizados por su madre, muerta en el año 2000; las imágenes muestran imágenes cotidianas de la ciudad de Leningrado, hoy San Petersburgo. Mario Vargas Llosa declara en una entrevista que nunca imaginó que en EE UU elegirían a un presidente que parece tercermundista. Los perros de la unidad canina de la Policía Municipal de Madrid ha visto mejoradas sus estancias, tras haber sido  dotadas de música ambiental (de Mozart) y nueva calefacción, al objeto de preservarles del estrés. Muere Seo Min-woo, líder y cantante de la banda K-pop 100%, a los 33 años, tras sufrir un infarto en su casa de Seúl.

lunes, 26 de marzo de 2018

HUIDA DE LA GALERNA


Cuando la galerna arrecia, aunque el sol tiña con belleza la cresta de las olas, hasta las gaviotas huyen de los elementos. Esta vez parecen anhelar el grupo, siendo como son animales oportunistas que hacen gala del individualismo más humano. Buscan el refugio mental que proporciona el grupo. Pero es sólo una estrategia temporal, pero en cuanto amaine, las que ahora son compañeras de vuelo, serán de nuevo rivales en el viento.

Oleaje en Gijón, (Asturias, España)
Febrero, 2011 ----- Nikon D300

domingo, 25 de marzo de 2018

HITOS DE MI ESCALERA (24)

En el año 1980, con 17 añitos y 4 meses, comencé la carrera de Geografía e Historia, como ya quedó dicho en estos Hitos. El entusiasmo, las ganas de aprenderlo todo y el amor por la materia que siempre me había absorbido el seso, fueron los motores poderosos que posibilitaron que me sumergiera en mis estudios, como nunca más lo haría de forma tan global y absorbente. Consciente de que estudiaba una carrera “fácil” (entre comillas), pensé que la única posibilidad de que algún día pudiera trabajar en algo relacionado con lo que estudiaba era dar lo mejor de mí, sacrificarme e intentar obtener el mejor expediente posible. En esa idea, mis objetivos no apuntaban a aprobar sin más, como la mayoría de mis compañeros, sino a sacar las notas más altas. Para ello estaba dispuesto a hacer sacrificios de un modo que ahora me resulta inconcebible, pero que entonces yo asumía como algo natural, necesario y hasta obligatorio.

Por desgracia, la Universidad de León, recién fundada el año anterior por escisión de la de Oviedo, tenía una idea muy diferente de lo que yo pensaba sobre el estudio. Así, varios de sus profesores sostenían la idea de que para prestigiar una universidad nueva había que endurecer la exigencia, para que aprobar costara mucho. La aplicación de ese principio originó que los mayores esfuerzos que yo he realizado en mi vida a nivel académico tuvieran unos resultados muy pobres, en relación con el trabajo serio y disciplinado que yo llevaba a cabo por aquella época. Ese curso y el siguiente yo trabajaría como nunca hasta entonces, (incluido el extenuante COU), y sin embargo no cosecharía sobresaliente alguno, y hasta me quedaría una asignatura suspensa para septiembre en 2º (el único baldón académico en toda mi vida). A estrellarme contra un muro de mediocridad hube de aprender, día a día, mes a mes, curso a curso; hasta que en el año 83 me trasladé a cursar mi especialidad a la Autónoma de Madrid, donde por fin sí hallé premio a mi trabajo, obteniendo mucho más, trabajando bastante menos.

Pero lo negativo no debe ocultar lo positivo. Esa ilusión por aprender, por llevar a cabo lo que se suponía que debía hacer para conseguir lo máximo, ese afán por superarme a mí mismo (y a los demás, por supuesto; mi competitividad en aquélla era máxima), todo ello facilitaba que los cientos de horas de estudio no quebraran mi interés; que las privaciones de otras cosas propias de la juventud quedaran sublimadas con facilidad; que los tremendos madrugones de aquellos años no hicieran mella alguna en mi salud o mi ánimo, que los sinsabores de una tarea a largo plazo se sobrellevaran como mejor supe; que las dificultades económicas  familiares (que impedían acceder a todos los libros que deseaba) se paliaran con habilidad a la hora de estar a tiempo en la biblioteca; y otros etcéteras. También ayudó tener a mi lado, como amigo y como competidor -en aquella época no me parecían incompatibles ambos papeles- a la persona más capaz que llegué a conocer en todos mis años de universitario: Luis Alfonso González Polledo. Yo siempre anhelé tener su rapidez mental, su capacidad de síntesis, su claridad intelectual, su rigor. Nunca llegué a aproximarme, por supuesto, pero creo que fui un digno adversario. Teniéndolo como ejemplo, la tendencia natural a bajar la guardia se evaporaba con más facilidad. Y así, ad infinitum. Una referencia por lo alto es muy necesaria para crecer. Si sólo me hubiera fijado en la inmensa mayoría de mis compañeros de aula (éramos 132 en 1º, y sólo aprobamos todo en junio 9; con eso queda todo dicho), no habría conseguido lo que conseguí. Si uno se fija en lo mediocre o lo inferior, tal vez disfrute más por comparación, pero es un autoengaño de efectos demoledores. Si uno se referencia a lo superior, tal vez la comparativa escueza de continuo y la sensación de recorrido frustrado aparezca más de una vez, pero lo que se consiga siempre será más que con la otra filosofía de vida. Y, sí, yo con Luis Alfonso iba de frustración en frustración, pero gracias a él logré la mejor versión de mí que pude tener. O al menos, así lo creo. Y a pesar de su trágico final (que relataré aquí más adelante), jamás le estaré lo suficientemente agradecido por ello.

sábado, 24 de marzo de 2018

EL ANSIA HUMANA POR COMPLICARLO (Y EMBELLECERLO) TODO


Para saber la hora, cuando se va por la calle, no es preciso más que un reloj en un lugar suficientemente elevado, con unas campanas grandes que se puedan escuchar  con nitidez a distancia. Y que el mecanismo sea sólido, preciso y resistente. Con eso, ya alcanza. 

Pero el ser humano siempre quiere más, porque dispone, precisamente, de más tiempo del necesario para satisfacer sus necesidades más primarias. Una vez cubiertas éstas, siempre busca cómo ampliar, obtener, complicar, embellecer, saquear, inventar, soñar. El ser humano nunca está satisfecho. Ésa es la causa principal de que existan personas cuya riqueza es un insulto permanente; de que la guerra fuera el medio más rápido de lograr lo que por otros medios no se podría alcanzar; también, es la causa del arte, que es algo inútil para la necesidad primaria, pero seña de identidad superior de quienes  por fortuna tenemos lo principal bien cubierto.

Hace unos años, cuando paseaba por Londres, me fijé que había muchas personas mirando hacia arriba en una calle -Piccadilly- no especialmente artística. Cuando dirigí la mirada en su misma dirección, pude contemplar en lo alto de unos famosos almacenes de delicatessen, este soberbio reloj. Cada hora, las figuras que se hallan encerradas a cubierto salen, saludan, muestran su encanto, y vuelven a desaparecer hasta la hora siguiente. Todo ello, con una maquinaria del XVIII, cuyo conjunto pesa ¡cuatro toneladas! Una de tantas inútiles muestras de belleza que nos hacen la vida un poco menos ingrata y digna de ser recorrida, siquiera sea en algunos de sus tramos.

Reloj de los almacenes Fortnum & Mason (Londres, Reino Unido)
Enero, 2008 ----- Nikon D100

viernes, 23 de marzo de 2018

EL PESIMISMO DEL HELENISTA (CARLOS GARCÍA GUAL)

En una entrevista (El País Semanal, 11-II-2018) que José Andrés Rojo realiza al eminente académico Carlos García Gual, maestro de helenistas, se puede apreciar que su pesimismo planea sobre todas las respuestas que va emitiendo sobre los múltiples aspectos que se le plantean. Recojo aquí algunas particularmente relevantes. Y no comento nada, porque él ya se explica de maravilla, y se le entiende todo. Por desgracia.

Hay un prejuicio funesto que es el de la rentabilidad. Obtener algo de inmediato, que la gente estudie para colocarse. Conocer unas cuantas materias y un poco de inglés. Creo que todo eso es un empobrecimiento. El ser humano tiene unas capacidades imaginativas, y de memoria y de entendimiento, que se abren con la cultura. Pero eso a los Gobiernos de ahora no les interesa. No es rentable para ellos como políticos y, piensan, tampoco es rentable para los que tienen que colocarse. Pero reducir la vida a eso es un poco triste. Hay tiempo para todo: se puede ser un buen lector y un buen ingeniero. Esta es una batalla, la batalla de las humanidades, perdida.”

Quien no lee está limitado a sus circunstancias más próximas: los vecinos, la tele, los juegos. Para mí la lectura es como un campo de correrías. [...] La lectura está unida a la crítica y a los grandes horizontes. La gente que no lee es de mentalidad muy reducida: viven en la prisión del presente. [...] Ahora los alumnos leen muy poco. Fuera de lo que es obligatorio, no saben nada. Pasan mucho tiempo dedicados al móvil y no les queda casi nada para leer”.

Ante lo cual, y para finalizar, el periodista pregunta: “¿Hay alguna salida?” El sabio académico responde: “Es difícil. La vulgaridad tiene siempre a su favor la facilidad. Es muy fácil ser vulgar, ser como todos, el mínimo común denominador. Es lo que hay”. Descorazonador. Aunque realista, sin duda.

jueves, 22 de marzo de 2018

LA ESTÉTICA DEL IMPACTO


Cuando vemos un impacto tan tremendo en un cristal en cualquier sitio, la imaginación se nos mueve hacia un lado. De inmediato, se pone a lucubrar sobre cómo, quién, cuándo. Las respuestas pueden variar según el gusto, la información o el morbo de quien imagine. Pero de lo que no cabe ninguna duda es de que sus ritmos quebrados pueden sugerir muchas cosas, no siempre negativas. Un sol en blanco y negro. Un astillado en el hielo. La red de una araña laboriosa. Las órbitas elípticas alrededor de una estrella. La malla de nuestras neuronas. Por ejemplo. ¿Por qué no? Imaginemos. Hay pocos ejercicios tan estimulantes. Y aprovechen, que todavía resulta gratis.

Escaparate roto, en Tarbes (Hautes-Pyrénées, Midi-Pyrénées, Francia)
Julio, 2011 ----- Nikon D300

martes, 20 de marzo de 2018

LA INFLUENCIA DE LAS REDES SOCIALES EN EL DISCURSO POLÍTICO

Ante la pregunta de qué aportan al lenguaje político las redes sociales, Francesc de Carreras, entrevistado por Sergio Vila-Sanjuán (Mercurio, Enero, 2017) dice que "el tuit es lo contrario de la argumentación, se trata de un mensaje concentrado, un eslogan, frente a lo que debería ser una declaración deliberativa, de argumentos y contraargumentos a partir de los cuales se forma una opinión que da legitimidad a las decisiones". El problema, continúa, es que los medios les dan mucha importancia, incluso los diarios serios, que los reproducen sin problema alguno, "y esas opiniones se utilizan de forma muy perversa (...) Lo primero que se mira es cómo han reaccionado las redes sociales, que se equiparan a la opinión pública". Cuando el periodista le apunta que, sin embargo, no lo son, él ratifica: "No, porque ni siquiera constituyen reacciones espontáneas, los propios partidos cuentan en sus filas con gente que se dedica a tuitear y retuitear". Pero se dan linchamientos virtuales, lo que mueve a los partidos a silenciar a determinados políticos, demasiado espontáneos, viscerales, polémicos... o libres. "De este modo, las redes sociales frenan la libertad de expresión. Los tuiteros crean una falsa opinión pública, que en realidad emana de sectores minoritarios que complican los debates".

Confieso que no tengo una opinión formada al completo sobre este asunto. Pero, como a muchos, me huele mal, lo admito. No sé si podría afirmar con este periodista que con todas las redes sociales en régimen de libertad (no como en China, Corea del Norte o Cuba), éstas suponen un freno a la libertad de expresión. Pero sólo por el hecho de que los tuits no sean más que fogonazos sin razonamiento, frases soltadas al albur del impacto, alfilerazos sin hilván o tan sólo exabruptos con retirada fugaz, sólo por eso, a mí ya me darían que sospechar en demasía. Si a eso le añadimos que el político más estúpido del planeta añade cada día perlas de su pensamiento (valga la metáfora) por esa vía, y que tienen una relevancia abrumadora, y a las que se les presta más atención que a los datos de verdad importantes, entonces entiendo que la presencia de las redes sociales en la política, algo imparable a día de hoy, resulta más temible que esperanzador. Y lo que ha saltado estos días a la prensa sobre la actitud del Feisbuc con cierta agencia a quien habría filtrado millones de datos de usuarios, no sólo me atemoriza más, sino que me echa directamente a correr. Y a no parar.

domingo, 18 de marzo de 2018

EN MEDIO DE LA BRONCA, UNA PAUSA (PARA LA FOTO)


París. Campo de Marte. Al fondo, la torre Eiffel. Día de verano. Nubes y claros. Miles de turistas. Jardines repletos de cuerpos descansando, riendo, comiendo, durmiendo. También hay tiempo para los millones de fotos, por supuesto. De todos los tipos. Con todas las caras. Con cualquier dispositivo. Con pericia o sin ella.

La discusión ha sido monumental. Hablan en inglés. No entiendo nada, pero de tonos entiendo mucho. Y la discusión ha sido de órdago. Tras unos instantes de silencio, él le pide a ella que pose, que le ponga su mejor cara, su mejor cuerpo. Ella accede. Posa con la mejor cara, con su mejor cuerpo, no con su mejor sonrisa (pues lleva un aparato de ortodoncia que afea un tanto su cara oriental). Las fotos se realizan. La cámara se apaga. Y la discusión vuelve a surgir, quién sabe por qué razones, quién sabe por cuánto tiempo. Sólo se aprecian los gritos en todo el Campo de Marte. Todo el mundo mira, pero a ellos no les importa. Si no hubiera tanta gente alrededor, la cosa tal vez finalizara con un rato de sexo salvaje sobre el césped. Nada tendría que extrañar. Puede que el asunto se concrete en el hotel. Puede que sea la cotidiana realidad, la costumbre de todos los días. Puede.

Robado en París (Île-de-France, Francia)
Julio, 2012 ----- NIkon D300

sábado, 17 de marzo de 2018

MI PALABRERÍO CANALLA (32)

CONTRABANDO: Comercio clandestino que se origina cuando se prohíben o se racionan determinados productos cuya necesidad es manifiesta, insoslayable y eterna, por mucho que se empeñen los llamados bienpensantes. Al aparecer otro condicionante añadido al producto (el riesgo por el peligro), el precio será mayor, con lo que el placer y la morbosidad al consumir lo contrabandeado aumenta directa e inexorablemente.
CONTRADICCIÓN: 1. Hábito de pensamiento o de obra que demuestra a las claras la amplitud de registros de que consta el ser humano; tantos posee, que le es imposible decidirse por uno en concreto, prefiriendo seguir varios a la vez, a ser posible opuestos, para que del contraste surja una nueva luz o una nueva ristra de problemas, que siempre dan mucho juego para autocompadecerse. 2. Oposición entre lo dicho y lo hecho, o entre lo hecho hoy y  lo hecho ayer, o entre el deseo y la realidad, o entre lo que piensa uno de los miembros de la pareja con respecto al otro. Abunda mucho, por ser atributo humano, pero hay especímenes que obtienen cotas elevadas de tal condición. No doy ejemplos, están en la mente de todos.
CONVENIO: La etimología habla de “venir con”, pero transitar con alguien no presupone que lo haga a gusto, sino que tal vez efectúe una transacción que logre de los males, el menor, que suele ser el pan nuestro de cada día de los convenios, sobre todo desde el punto de vista del débil, que siempre queda del mismo lado o, lo que es lo mismo, del peor.
CONVENTO: Conjunto de dependencias en el que una comunidad no mixta practican el retiro, la holganza, la sublimación y la irrealidad, todo ello con simulación de meditación trascendente.
CONVERSACIÓN: Acción consistente en el intercambio —a menudo trivial o estéril— de palabras entre unos contertulios que pueden llegar a convertirse en tertulianos; no confundir con diálogo (v.), que todavía hay clases.
CONVERSIÓN: Proceso de renuncia a las ideas (en general, religiosas) que se tenían, a cambio de otras que puedan ofrecer de uno mejor imagen, nuevas e influyentes amistades, provechos materiales o políticos varios, perspectivas más excitantes, matrimonios más ventajosos, etc.
CONVIVENCIA: Transcurso de la vida realizado en común que sirve para alejar los fantasmas que agobian a quienes contraría la soledad; pero, en realidad, para lo que aprovecha es para comprobar en propia carne y sin intermediarios que el amor es una cosa, que la pasión es otra, que el día a día es un proceso altamente abrasivo, que el otro es otro y que uno es, siempre, lo más importante; y que, por supuesto, es el otro (o la otra) quien tiene la culpa, faltaría más.
COOPERATIVISMO: Grandilocuente idea que tiende a unir voluntades individuales en un proyecto común que puede ser económico, social o político. Es tal la desproporción entre lo proyectado y lo conseguido, que aún asombra que siga habiendo defensores de tal práctica. Lo que no sorprende es que quienes sean sigan siendo los mismos, es decir, los que de forma individual aún logran menos.
COPROFAGIA: Gusto por la ingesta habitual de excrementos, basura, etc. Como  todo hábito alimenticio excéntrico y estólido, proviene del mundo anglosajón, concretamente de Estados Unidos, donde lo denominaron, piadosamente, fast food. Como si la esencia de tal basura tuviera que ver con la rapidez y no con el contenido de tal recetario.
COPROLALIA: Uso frecuente y extemporáneo del taco lingüístico (taqueo), así como de las frases donde abunden las obscenidades y salidas de tono, con el fin infantil de llamar de algún modo la atención, habida cuenta de que aquellos a quienes aqueja este vicio no pueden llamarla por los medios ordinarios, es decir, saliendo en algún programa vespertino de televisión, donde la opinión (sic) de la calle pueda ser tenida en cuenta.

Del libro inédito Palabrerío canalla1999

viernes, 16 de marzo de 2018

PREFIERE EL MÓVIL, SÍ (INCREÍBLE, PERO CIERTO)


Pido disculpas de mano, por la baja calidad de la imagen. Se explica por su antigüedad. Está realizada con mi primera cámara digital, de cuando di el salto de lo analógico al píxel, allá por 2002, aunque la toma es del año siguiente. Su resolución es baja, su enfoque deficiente, su contraste flojo, su encuadre mejorable, etcétera. Impropia de este blog, desde luego. Pero la muestro por su carácter didáctico de algo que hoy no es sólo ley, sino plaga.

Si no se indica la fecha, tal vez podría parecer tomada ayer mismo, por eso quiero insistir en que pertenece al año 2003. En ella se ve a una pareja de adolescentes sentados en un banco, en una actitud reconocible y muy habitual hoy día, pero que entonces confieso que me sorprendió mucho. Los dos chicos, guapos y floridos, tienen ganas de estar juntos, pero como están a la luz del día y en un parque, a lo más que llegarían es a tener unos cuantos morreos, unas caricias más o menos cercanas a puntos clave, y a pillarse un calentón frustrante, pero revitalizador de sus púberes hormonas. Hasta ahí todo normal. Lo que disuena, lo que choca son los roles de cada uno de ellos. En primer lugar, la avidez con que la chica requiere al chico; no es que no pueda darse, claro, pero es menos habitual que la postura contraria, en la que el chico, urgido por sus deseos menos contenidos y avalados socialmente, pretende la cercanía de la chica, y ésta hace como que se resiste un poco, pero acaba cediendo a la iniciativa masculina. Esto, en primer lugar, pero no fue eso lo que me llevó a coger el zoom, encuadrarles y disparar varias tomas. Lo llamativo es que el chico, urgido por su teléfono móvil, atiende a éste mucho más que a ella. Lo evidencia su mirada, clavada en la pantalla; su cuerpo, retraído ante el avance de la chica; su mano derecha, sobre el cuerpo de ella, pero lánguida, sin toque ni caricia ni apretón. De modo que la chica quiere contacto, quiere beso, quiere tacto, pero el chico, huidizo, prefiere las novedades que el móvil le regala. En la mirada de ella se capta todo, lo que desea, y la frustración por no poder alcanzarlo. Eso, antes, nos chocaba. Ahora, por desgracia, no.

Hoy, en cafés, centros comerciales o parques, estamos hartos de ver parejas, grupos de adolescentes o jóvenes (incluso niños, a veces), cuyo contacto físico es mínimo, pero todos ellos se encuentran absortos en lo que sus respectivos móviles y redes sociales les van actualizando cada minuto. Lo hemos visto muchísimas veces. Pero no deja de asombrarme. Cuando realicé la foto que figura en esta entrada, me sorprendió por la novedad. Por desgracia, lo nuevo se ha hecho costumbre. Pese a todo, me sigue asombrando. Compruebo que también me entristece. A este paso, acabaremos dejando que todo en la vida pase por un aparato electrónico o, como en la película Her, enamorándonos de un sistema operativo. Un futuro muy excitante, desde luego. Una consecuencia más de la omnipresencia del objeto que rige hoy día nuestros destinos: el móvil. El nuevo dios.

Robado en Sta. Cruz de Tenerife (Tenerife, Comunidad Canaria, España)
Julio, 2003 ----- Konica Minolta dImage 5

jueves, 15 de marzo de 2018

APOLOGÍA DE LA MENTIRA (BIEN ENTENDIDA)

Mentir no es lo mismo que engañar. En la mentira  no hay correspondencia entre lo que se dice y lo que se piensa o siente, pero la intención es defensiva, exculpatoria, inconsciente a veces. En el engaño, sucede lo mismo, cierto, pero existe una intención consciente de que la otra persona crea algo que no es (o no existe, o es de otra manera) con un propósito egoísta, interesado o torticero. Toda mentira supone un beneficio (salvo en los casos de compulsión), pero en el engaño dicha ventaja es precisamente su fin último y casi único: aprovechar la ventaja que el embuste procura y beneficiarse de un modo que con la verdad no se daría.

La mentira es un atributo humano, por lo que tiene de consciente. Vale que algunos animales “mienten” con su apariencia camuflada, que tienden trampas a sus víctimas, que algunos primates superiores gastan "bromas" a sus congéneres, y que hasta incluso las plantas embaucan a los insectos para que polinicen otras plantas y puedan reproducirse. Pero somos los humanos los que hemos hecho de la mentira un atributo más nuestro que la inteligencia, la conciencia de la propia muerte o la invención de seres sobrenaturales creadores de todo.

La mentira es, como el arte, una impostura, una falsificación, una creación de la nada; por eso estamos tan imbuidos de ella. Más que homo sapiens, deberíamos llamarnos homo mendax, homo embustis, o algo así. Sería más propio. La inteligencia es clave, sí. Pero es la mentira lo que ha permitido la cultura de la convivencia. La hipocresía, tan denostada, es la madre de la coexistencia en común, vulgo civilización. Con sólo la verdad, no habríamos salido del paleolítico. La verdad sin tamiz es demoledora, desestructurante, venenosa, agresiva y disolvente. Es importantísimo no perderla de vista. Pero no estamos preparados para asumirla a tiempo completo: sólo de cuando en vez, y aun cuando tiene lugar, no nos deja siempre un buen sabor de boca. Por eso, porque no soportamos toda la verdad, existen las religiones, los estupefacientes, el arte, la literatura. Las drogas, en definitiva,

miércoles, 14 de marzo de 2018

SIESTA EN EL CASTILLO DEL LOIRA


A ver, el título puede que induzca a la maledicencia, pero ésa fue la realidad. Tal vez debamos contextualizarla, para poder comprender mejor su significado. Veamos.

Verano. Jardines del Chateau du Chenonceau, en la riviera del Loira. Uno de los castillos-palacio en las márgenes de este río, que dan justa fama al recorrido que muchos realizan conjuntamente o por partes. Es uno de los más bellos, sobre el agua, como un cortinaje que corta la corriente. Pero es julio. Sobre las cuatro de la tarde. Con un calor mediterráneo y extenuante. Con la digestión aplacando los ritmos. Con la sobrecarga de belleza inundando el cerebro. Con el cansancio acumulado de los días de viaje. Con poca sombra en los alrededores. Con mucho sueño acaparándolo todo. Y, de repente, se halla un trocito de sombra para albergar cabeza y cuerpo. Demasiado tentador. La dureza del lecho será lo de menos. El descanso reparador demostrará lo acertado de la elección. Pese a la postura. Pese a la falta de higiene. Pese a las miradas ajenas. Pese a todo.

Castillo de Chenonceau (Centre-Val-de-la-Loire, Francia)
Julio, 2012 ----- Panasonic Lumix G6 

martes, 13 de marzo de 2018

LA MEDIOCRIDAD DE LA ORATORIA ¿SIGNO DE SALUD DEMOCRÁTICA?

La oratoria política pasa por horas bajas. Y los parlamentarios, también. Apenas hay políticos de fuste. Hablo en general, no sólo de España, donde el nivel está bajo mínimos. Lo que antes se llamaba hablar, ahora se llama comunicar y se exige que se haga rápido. Perorar, por el contrario, es hablar largamente, sin prisa alguna, pero sin mover al auditorio del sitio. De esto, nuestros políticos actuales saben mucho más. De hecho, hoy se perora mucho. Hay muchos peroradores, que dicen muy poco, aunque ocupan mucho tiempo en los diferentes foros donde se manifiestan. Nuestros políticos hablan, si no les queda más remedio. Pero nuestros poderosos -banqueros, constructores, grandes empresarios- no lo hacen nunca. ¿Para qué hacerlo, si detentan el poder pero, al contrario que al político, no le gusta figurar, ni llamar la atención?

¿Quién gana hoy los debates? ¿Quienes indican las encuestas? ¿Quienes señalen determinados medios? Pero eso ¿les importa en realidad a los políticos? Amelia Valcárcel, en un artículo titulado “El lenguaje de la política” (Mercurio, Enero, 2017), apunta: “Si ello fuera posible, sería lo ideal ocupar el mayor tiempo disponible y no decir absolutamente nada. Esto se suele denominar con una metáfora ajustada: perfil bajo. Las democracias lo cultivan: es un hecho”. Parece una crítica. Y lo es. Sin embargo, la filósofa española prosigue con su análisis, diciendo que ese perfil es cosa de las democracias. Los totalitarismos, en cambio, sí usan y abusan de la oratoria, asociada a los medios de masas. Por eso, en la democracia se establece una escenificación de “perfil bajo”. Por ello, también, “podemos asistir [en las democracias] a cierta degradación del lenguaje político igualitario (...) Esta situación no es gloriosa, mas se corresponde con los tiempos pacíficos. Si por el contrario, viéramos concurrir la exaltación en la escena pública, ello avisaría de la deriva hacia marcos políticos menos estables”.

Y uno se queda algo mohíno ante tal reflexión. La paz aboca a la mediocridad insustancial. La exaltación palabrera, al riesgo de confrontación y de guerra. ¿De verdad no hay posibilidad de que haya verbos floridos, oratorias contundentes, inteligencias desbordantes, en un escenario pacífico, democrático? ¿De verdad? Me niego a aceptarlo. Aunque Amelia Valcárcel siga contando con mi admiración permanente.

lunes, 12 de marzo de 2018

AMOR ¿CONTRA NATURA?


He titulado esta imagen con la palabra “querencia”. Sí, como suena. Luego, pienso que habrá personas a quienes la asociación resultante les haga gracia. También, quienes no le vean sentido alguno. O les resulte indiferente. O les parezca de mal gusto. Respetables, todas las opciones, siempre que no se crucen insultos navajeros aprovechando la situación. Pero a quienes les parezca contra natura, inverosímil, inencajable, repugnante, y otros calificativos que huelgo mencionar, les recomendaría que hicieran un cursillo rápido de empatía, de esos que permiten vivir mejor sin juzgar a los demás, aprovechándose uno a sí mismo, dejando que los demás amen, quieran o sientan como les vengan en gana, siempre que no se metan directamente con quienes puedan observarles. Porque si nos ofende el amor bajo cualquiera de sus modalidades, es que en realidad carecemos de él, y si no lo poseemos, tal vez la envidia -y acaso la maldad- no se hallen lejos de arruinarnos la vida. Por esto, la necesidad de esas enseñanzas. Y, si tal cursillo no se hallare entre sus prioridades, apetencias o posibilidades económicas, existe una solución muy fácil y asequible, sin costo: mirar para otro lado, dejando hacer, dejando pasar. No estamos obligados a que nos guste cómo se aman los demás, pero sí lo estamos a permitir que cada uno ame y sea amado como sepa, quiera o pueda, siempre que se dé en un contexto de  legalidad razonable -no toda ley se fundamenta en la razón- y exista consentimiento mutuo de ambas partes. Y punto.

Inmediaciones de Isla Pancha, en Ribadeo (Lugo, Galicia, España)
Mayo, 2015 ----- Panasonic Lumix G6

domingo, 11 de marzo de 2018

DESMITIFICANDO A PICASSO

¿Qué pensarían ustedes si yo les dijera que Picasso es un mito sobrevalorado, a todas luces exagerado? ¿Y si lo acusara de tener una responsabilidad máxima en la degeneración de las artes plásticas que ha llevado al arte en nuestros días a las cotas máximas de estupidez, papanatismo, mercantilización y banalidad? ¿O que afirmara que su ansia de fama, dinero y posición le hizo comportarse de manera abyecta, miserable, con muchas personas (empezando por sus amantes, parejas, esposas), supeditándolo todo a ese objetivo capital en su vida? ¿E incluso que su legendaria capacidad prolífica para pintar cientos de cuadros en cualquier soporte produjo una obra que en sus tres cuartas partes es malísima, simples monigotes erigidos a categoría especial gracias a su firma, verdadero sello personal de identificación y de revalorización, una vez hubo puesto en marcha su marca personal, reconocible y cotizable (sin excepciones)? ¿Y si anotamos que en realidad es autor de una obra conjunta -muy extensa-, pero que jamás pintó esa Obra única, con mayúsculas, cuya trascendencia llegara por sí misma, y no como consecuencia de una asociación a elementos anejos (al escándalo, como las Demoiselles d’Avignon; o al oportunismo político antifascista, caso del Guernica)? ¿Eh, qué opinarían al respecto? Teniendo en cuenta que soy profesor, entre otras cosas, de Historia del Arte, ¿les cambiaría el concepto que tienen de mí?

Sería curioso realizar una encuesta. Aunque tal vez no hiciera falta, si les confesara que todas estas opiniones (y algunas más que omito) son las que pone en evidencia  El pintor, la última obra (ópera) del gran bufón del Reino: Albert Boadella, también presidente de la aún nonata Tabarnia. Este genial transgresor demuestra que tiene tiempo todavía para su pasión de siempre: el teatro, bien sea el tradicional, el irreverente, o el que se acompaña de recitativos, arias, coros y ballets, vulgo ópera. Sabiendo quién es el autor de semejantes ideas, tal vez su opinión de usted varíe, ¿verdad?. ¿Sí? ¿No? Con todo, bueno les sería conocer que mis opiniones no llegan a ser tan contundentes, tan brutalmente demoledoras del mito más gigantesco del arte del pasado siglo. Pero también deberían saber que tampoco están tan lejos de las del irreverente y polémico dramaturgo. No demasiado. Sólo un poquito.

sábado, 10 de marzo de 2018

ESCALERA DE CARACOL, MODELO DE VIDA



Qué mejor trasunto de lo que supone la vida, que esta escalera de caracol, de época barroca, donde el inicio parece confundirse con el final, donde las vueltas se entrelazan girando alrededor de un centro que, cuanto más se mira, más lejos parece hallarse. Eso sí, a diferentes alturas, y en un sentido tan ascendente como descendente, y sin que contemplemos una meta factible a corto o medio plazo. Así se nos muestra la vida. Claro que no acostumbra a hacerlo con una estética tan fascinante. Por desgracia.


Escalera del Museo do Pobo Galego, de Domingo de Andrade, Santiago de Compostela (La Coruña, Galicia, España)
Mayo, 2014 ----- Panasonic Lumix G6

martes, 6 de marzo de 2018

NECESIDAD DE UNA NUEVA LEY ELECTORAL PROPORCIONAL Y JUSTA

Las leyes electorales existentes hoy día en las democracias son un instrumento tan corrupto como el sistema que las fundamenta. Fueron creadas para permitir la gobernabilidad, dicen. Pero sabemos bien que se elaboraron de ese modo para diluir la capacidad de decisión de los ciudadanos, a quienes siempre se ve como niños incapaces de elegir con tino, y a quienes hay que dirigir para llevarlos por el camino recto. Pero insisto: para diluirla, sí, para difuminar con recorridos indirectos lo que piensa la totalidad de los votantes.

Los partidos con más fuerza y capacidad para llevar a cabo las modificaciones pertinentes, no quieren cambiarlas. Algunos dicen que sí desean dicho cambio, pero sólo son quienes aún no están en el poder. Si lo estuvieran, tampoco querrían, porque el objetivo de los partidos políticos, no se olvide, es conseguir el poder. Una vez lograda dicha meta, las circunstancias cambian siempre de manera milagrosa, y donde dije “digo”, digo “Diego”. O, en registro soez, “prometer hasta meter, y una vez metido, nada de lo prometido”. Los partidos políticos gobernantes no gobiernan para los ciudadanos (pues no confían en ellos), sino para perpetuarse en el poder, que es quien los alimenta y es su verdadera razón de ser, ya que sin él la mayoría no sería nada. 

La prueba de que no confían en lo que los pueblos deciden con libertad en las urnas es la serie de batacazos sorpresivos que se han llevado algunos gobiernos en los últimos tiempos al convocar referéndums, único tipo de votación en la que cada voto vale por un voto, y refleja lo que piensa cada votante. Los realizados en Islandia, en Colombia, en Gran Bretaña han supuesto un tiro en el pie -casi literal- para cada uno de los gobiernos convocantes. ¿Por qué? Porque los resultados fueron por completo adversos para ellos. Es decir, que preguntaron, creyendo que sería sí, y el pueblo les contestó que no, o al revés. De modo que hay que tener mucho ojo con cómo se pregunta a las personas, con qué frecuencia, con qué proporción. 

Lo que sucede en España a la hora de votar es una vergüenza inadmisible, no demasiado diferente de lo que pasa en otros países del entorno “civilizado” en que nos ufanamos de pertenecer. Circunscripciones provinciales desproporcionadas, circunscripciones autonómicas disímiles, desajustes entre ciudades y pueblos, y una ley electoral disparatada que ya no se sostiene en modo alguno. Un ejemplo bastará. En las recientes elecciones catalanas, los partidos no independentistas obtuvieron 2.228.421 votos (52,1 %) y 65 escaños, mientras que los independentistas, 2.079.340 votos (47,5 %), lo que les otorgó 70 escaños, dos más de los necesarios para la mayoría absoluta. O sea, 4,6 % de votos menos dan 5 escaños más. Es sólo el ejemplo más reciente. La vergüenza más reciente. Sólo quienes siguen en el poder pueden pretender mantener las cosas como están. Por eso hay que echarlos.

lunes, 5 de marzo de 2018

GEMELOS PARA SIEMPRE


En el recodo de la ladera, los abedules se curvan para encajar mejor la mirada de quien pasa a su lado. Nacieron a la vez, pero siguieron trayectorias distintas, aunque similares. No pudieron separarse y ser únicos, recorriendo mundo, marcando todas sus diferencias. Pero aun así, se espían en secreto, sabedores de la obligación de la proximidad que les ha sido asignada, y buscan ser únicos a su manera. Separando las ramas, ahuecando los espacios, estirando más el tronco, mirando para otro lado, evaporando gravedades... La estampa los captura al borde de la carretera, hermanados para siempre, gemelos dispares, compitiendo entre sí, mostrándose unidos, separados, conjunto bipolar, belleza bifronte arrasada por el otoño. Obligados a estar juntos, profundizando odios, envidias, emulaciones. Asumiéndose sin asumirse. Soportándose sin conformarse. Viviendo, en suma.

Puerto de Ancares (León, Castilla y León, España)
Diciembre, 2011 ----- Panasonic Lumix G3

domingo, 4 de marzo de 2018

PLATERO LEE A KAFKA (MICRORRELATO)

Platero se horrorizó nada más comenzar a leer La metamorfosis. Su rostro se endureció, su cuerpo se tensó y los ojos se le salieron de las órbitas. El poeta de Moguer jamás se habría fijado en él para su obra maestra. Platero ya fue otro, y nunca volvió a ser el mismo. El narrador checo siempre lo consigue, siempre. El maldito.

Del libro inédito Micrólogos, 2012

jueves, 1 de marzo de 2018

MADEJAS, HILOS DE COLORES


Resulta increíble la capacidad que tiene el ser humano de crear formas simples y complejas, sencillas y complicadas, útiles e inútiles. Igualmente sorprendentes son nuestras posibilidades de mezclarlas al albur de un buen ángulo, una luz brillante, un encuadre preciso. Hoy, sólo eso queda para resaltar. Líneas, formas, brillos, conjunto.

Macro de madejas y carretes de hilo de colores (La Coruña, Galicia, España)
Abril, 2013 ----- Nikon D300

miércoles, 28 de febrero de 2018

NIEVE POR LA COSTA: BELLO ASUNTO, MAL ASUNTO

En mi ciudad, hoy todos cuando nos levantamos, nos hemos puesto a hacer fotografías porque el lugar donde vivimos amaneció cubierto de una atípica nieve, inusual en zonas de costa. Pero, sí. Por lo visto, la confluencia de una masa de aire polar con los restos de una tormenta tropical con gran cantidad de humedad, ha producido el fenómeno, poco habitual por estos pagos. Los coches, los parterres, los árboles, la hierba del parque, se veían esta madrugada desde mi ventana cubiertos de una capa blanca que los convertía en seres de otro mundo, que conocemos por otros lugares, pero a los que no estamos acostumbrados. Por ello, todo el mundo quiso dejar inmortalizado el momento, por si la memoria falla, y algún día tengamos que explicar que hasta a nivel del mar llegó a nevar, lo cual no quiere decir que no sucediera nunca, sino que ocurre cada bastantes años. 

Pero nos dicen que estos fenómenos van a hacerse frecuentes. Que el cambio climático va a enloquecer lo que es "normal" y lo que no, y que donde antes llovía mucho, dejará de hacerlo, que donde antes había mucho calor, sufrirá inundaciones, y que donde antes no nevaba, lo hará ahora con cierta regularidad. ¡Qué cosas! O sea, que lo bello y lo inusual también tiene su lado negativo, su perspectiva siniestra.

Aunque mientras llegan las malas noticias (que llegarán con la misma lentitud con que cayeron los copos esta noche), los niños se quedaban embobados con el blanco manto sobre los coches y en los arbustos de los parterres, y sus madres tiraban de móvil y dejaban constancia del hecho para mandarlo a sus amigos y familiares de interior, para que comprobaran que aquí, sí, aquí también nieva, no fuera a ser que creyeran que éramos ciudadanos de segunda por carecer de espectáculo tan hermoso y didáctico.

martes, 27 de febrero de 2018

LA ALEGRÍA HUMANISTA DE JEAN LOUIS TOUTAIN


La primera vez que contemplé una obra de Jean-Louis Toutain fue hace más de 20 años en el pueblo francés de Moissac, precisamente delante de la famosísima abadía románica de Saint Pierre. Allí en la pequeña placita que la antecede, hallé las dos primeras escenas de madres e hijos que este autor acostumbra a retratar en su obra. Inmediatamente me quedé prendado de sus originales formas redondeadas, orondas, exageradas. Me recordó a Botero. Pero, de entrada, me gustó mucho más que la obra del insigne colombiano, que siempre me pareció impostado y mucho más pagado de sí mismo. Luego, me enteré más de quién era este artista, nacido en Toulouse en 1948, se dedicó a muchas facetas artísticas e incluso artesanales, antes de decidir que sería la escultura su modo más pleno de expresión. Lo hizo de forma tardía, desde 1987, por lo que su carrera duró poco más de veinte años -muere en 2008-, es muy corta, y sin embargo, este artista fue muy prolífico. Un recorrido breve por la red nos lo demuestra con facilidad. Allí se pueden observar imágenes de sus múltiples obras, tanto las monumentales, encaminadas a ser exhibidas en espacios públicos, como las pequeñas, las que se pueden albergar en cualquier casa que pueda pagarlas.

Su obra, muy personal, expresa la alegría y la alegría de vivir, aunque el color que siempre ofrezca sea el negro. Se observa fácilmente, y atrae por igual a niños y adultos, a quienes seduce por igual. Es de fácil acceso y no resulta pretencioso. A pesar de ello, se nota una labor de investigación de las formas para adaptarlas a su personalísima manera de tratar los temas. Siente pasión por las relaciones humanas, por la música, por los gestos cotidianos, por la infancia, el juego, los diferentes oficios. Sus curvas son agradables a la vista, pero también al tacto. El movimiento, el gesto, la actitud es lo que llama la atención, las caras pequeñas no cuentan, como si en un momento en que la apariencia es primordial, Toutain quisiera borrar esta parte de nuestro cuerpo, esos ojos, esa boca con los que a menudo nos ocultamos e incluso mentimos. Eso nos hace notar que el arte de Toutain está fuera de sintonía con su tiempo, pero contemplarlo resulta siempre una felicidad, pues nos regala un trabajo relajante. Un trabajo con temas simples, universales, amables, en los que el brillo satinado de sus materiales (resinas y bronce) contribuye a resaltar sus bordes redondeados y unidos sin solución de continuidad. Ha exhibido mucho en las ciudades que han invertido en sus esculturas, para deleite de los transeúntes, que inevitablemente interactúan con esas obras que parecen incitar a ello. Es un arte callejero. Creo que Toutain dijo que prefería la calle al museo. Yo me sumo a su propuesta.

"Maternidad", en una exposición temporal en Rodez (Aveyron, Midi-Pyrénées, Francia)
Julio, 2011 ----- Nikon D300

lunes, 26 de febrero de 2018

NO OLVIDAR EL BOLÍGRAFO (BENEDETTI)

Hay una frase de Mario Benedetti, no sé si apócrifa, que reza así: "Cuando me entierren, por favor, no se olviden de mi bolígrafo". Ha sido el guiño más hermoso que he leído en el día de hoy. Tampoco he podido resistirme a una sonrisa tierna. Lo comunico por acá, por eso de que ciertas anécdotas lindas no se pierdan, se conserven, y si puede ser hasta se perpetúen. Lo malo es que esa genialidad me deja huérfano de la que podría haber proferido yo, caso de que hubiera tenido su talento. También me deja algo revuelto y corrido, porque yo, que hace milenios que ya no uso mis habituales plumas de antaño, y todo lo he ido reduciendo a aparatos electrónicos e informáticos que consiguen más perfección tipográfica y ahorro de espacio, a cambio de malbaratar la magia que suponía el rasgueo del trazo manual; yo, que sólo escribo ya con el ordenador, me pregunto: ¿con qué carajo me enterrarán, para el "después"?

domingo, 25 de febrero de 2018

LA PALABRA VENCE AL MÁRMOL


La escena se sitúa en el Louvre. Es mi primer año de docente, el curso 1990-91, y estamos en la capital francesa, adonde fui con un autocar de alumnos y tres madres del AMPA, en un periplo (París-Bruselas-Amsterdam) que sólo se acepta cuando se es muy joven, ingenuo, idealista; e inexperto. Pero eso lo dejaremos para otra ocasión. Ahora, centrémonos en la imagen.

La señora que aparece a la izquierda no es una cuidadora del museo: es una visitante, como lo éramos nosotros. Pero, acaso agotada por la inhumana abundancia de obras con que deleitarse, ha decidido tomar un asiento que sí pertenece a uno de los cuidadores de esta sala de escultura. Está relajada, y lee una carta. Al lado, una escultura neoclásica de mármol de François Rude, Pescador napolitano jugando con una tortuga, del primer tercio del XIX. Pero la mujer no parece tener demasiado interés en la obra de arte. Por el contrario, es lo que pone esa carta lo que la ha conducido a sentarse, abrir el sobre y leerla. Acaso no es la primera vez que lo hace. Igual la recibió hace unas horas, o incluso unos días, y no acaba de creerse lo que le han escrito, o tal vez son nuevas tan maravillosas que releerlas le proporciona el mismo placer que experimentó al recibirla. Pero igual la recogió según salió de casa, y no le había dado tiempo a leerla aún. Su rostro no permite saber si hay dolor, alegría, curiosidad, indiferencia; tampoco su apariencia nos habla de su nacionalidad: podría ser una turista, pero también una parisina, pues cuando se realizó esta toma los franceses podían entrar gratuitamente -cuantas veces quisiesen- en ese templo sagrado del Arte que es el Museo del Louvre.

Sus ojos pasan por sobre las líneas, y su universo se contrae, aislándola de todo cuanto la rodea. La comunicación escrita se erige como único contacto con el exterior. El arte se disuelve. Desaparece. Las palabras vencen. De nuevo.

Robado en el Museo del Louvre (París, Île-de-France, Francia)
Abril, 1991 ----- Nikon F-601 (película analógica)

sábado, 24 de febrero de 2018

MI PALABRERÍO CANALLA (31)

CONFUCIANISMO: Religión oriental que los más lerdos confunden con una de las más populares artes marciales asiáticas, gracias al abuso con que se ingirió una serie televisiva de hace años y donde se veían las andanzas de un ex-monje ducho en tales artes, pero ignorante por completo de confucianismo, pues era budista. No sé si me explico, vaya.
CONFUSIÓN: Tótum revolútum que se origina ante la mezcla no ordenada ni sucesiva de ideas, sentimientos, o planes. Suele ser síntoma de magra inteligencia o de inadecuado uso de la misma, lo cual viene a suponer lo mismo a la hora de la verdad.
CONJURA: Conjunto de conversaciones entre personas que no suelen conversar, con vistas a incrementar el poder propio, para lo cual requieren previamente de la ayuda de otros que piensan lo mismo y a los que convendrá ir eliminando a su debido tiempo de forma progresiva y más o menos velada, para tocar a menos a la hora del reparto.
CONOCIMIENTO: Acción y resultado de comprobar por uno mismo lo que existe, lo que se piensa o lo que sucede, con el fin de atesorarlo en cámara recóndita, de donde sólo saldrá para que pueda servir de utilidad en el momento en que sea preciso; porque todo conocimiento es útil, y si no lo fuere, al menos servirá para engrandecer el ego propio, o bien empujar al alza las posibilidades combinatorias de nuestras posibilidades de actuación y de elección, que, en última instancia, son otras de las múltiples formas de la utilidad.
CONSPIRACIÓN: Conjura (v.) de características más ocultas que no acata el poder superior, sino que se rebela contra él, con el fin de ser superior en lugar del superior, o sea, califa en lugar del califa, sabiendo, eso sí, que desde el momento en que los conspiradores se hallen en la cúspide, deben hacer todo para intentar desarticular a los conspiradores que empezarán a conspirar contra los antaño conspiradores... La cosa sigue muy en plan dialéctico o círculo vicioso.
CONSTANCIA: Rutina laboral o sentimental que tiene bastante buena aceptación general; quizá porque la rutina es lo que menos asusta a la gente, pues permite prever su comportamiento y relajar las defensas durante un lapso de tiempo; o quizá porque con ella logran las medianías aparentar un remedo aproximado de creación.
CONSTITUCIÓN: Librito de lectura infumable, con estilo literario deplorable, que atesora el mayor número posible de pretensiones políticas falaces en el menor espacio posible. Dicha falacia ampliamente demostrada no es obstáculo para que se haya convertido en nuestros días en la estrella absoluta de los regímenes más desarrollados
CONSUELO: Lenitivo que permite adquirir fuerzas para cometer el próximo error.
CONTINGENCIA: Todo aquello que no tiene necesariamente que ocurrir, que incluso no pasa nada si no sucede, pero que de forma invariable y, siguiendo la ley de Murphy, pasa, ocurre, sucede. Y para peor, comme il faut.
CONTEMPLAR: Observar, ver con templanza, con serenidad, paladeando, sintiendo placer con ello, deleitándose con morosidad en su propio discurrir, dejando libre la imaginación. Qué morboso, ¿no?

Del libro inédito Palabrerío canalla1999

viernes, 23 de febrero de 2018

NECESIDAD DE BUENAS RAÍCES


Sin unas raíces gruesas, sólidas, profundas, no es posible que nada grande crezca, se mantenga, viva...

Paraje arqueológico de Las Médulas (León, Castilla y León, España)
Diciembre, 2011 ----- Panasonic Lumix G6

miércoles, 21 de febrero de 2018

SIN ADMIRACIÓN, NO HAY EXCELENCIA, Y SIN ÉSTA...

Siempre pensé que, sin admiración, no cabía amor posible. Lo sigo pensando. Pero ahora me refiero a la admiración de la excelencia. Pero en este asunto creo que hoy admiramos poco, muy poco.
La senda de la excelencia es lo único que nos hace mejorar; si no transitamos por ella, seremos sólo una pálida aproximación de cuanto podríamos llegar a ser. Sin embargo, no admiramos mucho en la época actual. Hasta molesta hablar de los mejores, y si se les menciona es para desear tener sus riquezas o su modo de vida, no las cualidades que les han llevado a conseguir lo que tienen. No obstante, resulta obvio que sin admiración a los mejores, tampoco puede haber emulación. Y sin emulación, sólo disponemos de nuestros propios medios, y por lo general suelen ser escasos; o no tenemos la suficiente fuerza de voluntad para ponerlos en marcha.
Admirar a quienes nos superan en calidad, esfuerzo, abnegación, sacrificios, logros, inteligencia, etc. es desear ser como ellos. Y esto, que a priori podría parecer estúpido, porque cada individuo es único, no lo es en absoluto, porque quienes somos es la combinación entre lo que podemos ser, lo que tomamos de los demás y lo que la vida nos permite. Pero como la combinación, interpretación y asimilación de “lo que tomamos de los demás” es personal e intransferible, la individualidad y el carácter personal diferenciado de los otros no se ven mermados por ello.
Admirar es necesario siempre, y tener presentes a quienes saben, pueden y actúan mejor que nosotros es esencial para poder crecer. Ha de tenerse en cuenta que el objetivo no es ser como ellos, sino tender hacia ellos. Como ellos no podrá haber nadie. Pero emulando sus cualidades, intentándolo, el punto de partida se alejará cada vez más de nosotros, mientras construimos el yo que cada cual alcance.
Un mundo que carezca de admiración hacia los mejores, que no estimule la superación constante de las trabas, los problemas, que motive las ganas de ser más (lo que se desee) y de poder hacer más (lo que sea); un mundo así está abocado a una lenta decadencia que, con el tiempo, abocará hacia la pérdida de lo más intrínsecamente humano. Dejaremos nuestra esencia de seres humanos para volver a la esencia de simples homínidos.

martes, 20 de febrero de 2018

LA TORRE SUPERVIVIENTE (DE EIFFEL)


Hay pocos paisajes urbanos tan reconocibles como la vista de la Torre Eiffel desde Trocadero. Hasta los más ignorantes reconocen esa mole de hierro elevada a finales del XIX como principal acceso a la Esposición Universal de 1889, centenario de la Revolución Francesa. La reconocen, la identifican, y hasta elogian su altura, su estructura casi exclusivamente férrea, obra culminante de una nueva arquitectura que el XIX elevó al hierro desde su carácter práctico hasta la obra de arte. Todos conocemos la Torre Eiffel.

Pocos en cambio saben que ese monumento estuvo a punto de ser demolido al finalizar dicha exposición, y que generó un debate feroz entre partidarios y detractores. Una construcción -arquitectura es, al fin y al cabo- que fue considerada por muchos una inútil y antiestética masa de hierro sin ninguna función, que debía ser demolida. Los tiempos usaban el hierro de forma masiva, pero muchos no creían que de éste pudieran brotar obras comparables con los templos griegos o las catedrales góticas. La ignorancia siempre es muy atrevida, como bien se sabe, muestra una nula intuición por el futuro y es muy lenta de reflejos, por lo general.

Hoy se ha convertido en el monumento de pago más visitado del mundo, además de constituir el símbolo de una ciudad, que se identifica de inmediato con sus suaves curvas, su extraordinaria elegancia, su enorme envergadura, mientras admira la solidez de una época que continúa asombrándonos hoy día.

Torre Eiffel desde la Plaza de Trocadero (París, Francia)
Julio, 2012 ----- Nikon D300

lunes, 19 de febrero de 2018

HITOS DE MI ESCALERA (23)

Después de terminar el COU con brillantez y de haber superado la Selectividad por los pelos, tenía el camino expedito para poder estudiar la carrera que llevaba años queriendo cursar: Geografía e Historia, que no precisaba nota de corte. He de reconocer que mi caso fue bastante anormal, porque saber ya desde los 12 años que quieres estudiar algo concreto, no es lo más habitual. Por lo común, en la infancia uno cambia diez o quince veces de gustos, de vocaciones, de objetivos. Yo, no. Desde pequeño, cuando íbamos de vacaciones yo les pegaba mis brasas a mis padres (y hermano, aunque éste no se enteraba, por la edad) en el trayecto de ida o de vuelta. Ya entonces, era pesado e insistente, mucho, y mi padre alguna vez amenazó con dejarme en alguna gasolinera del camino, si no dejaba de cantarle las glorias del imperio de los Austrias mayores o las penurias de la Guerra de la Independencia; solía parar por un rato, pero al poco volvía con las hazañas de nuestra torturada historia, mezcladas con las del Jabato o el Capitán Trueno.

Pero no resultó fácil el plácet, no. Para empezar, mi padre, que jamás se preocupó de mi educación en la corta y media distancia, albergaba, como toda persona frustrada que se precie, grandes planes para mí. Imagino que para compensar lo que a él no le fue dado alcanzar. El caso es que él, como casi cualquier padre en aquella época, deseaba con fruición -valga la hipérbole- que yo cursara Derecho. Con mis cualidades, de sobra probadas, me sacaba la carrera en cinco años, y como iba un curso adelantado, con 22 ó 23 años (aún no sabíamos que me libraría de la mili) él no tendría problema en colocarme en algún bufete de entre los muchos abogados y personal de la administración que él conocía. Lo acojonante del asunto, no era sólo que se lo creyera a pies juntillas, sino que era un plan perfectamente factible: mi padre no tenía un solo amigo de verdad, pero desde su puesto en la Recaudación de Tributos de León 1ª Capital, conocía hasta al apuntador. Lamentablemente, el primogénito le salió rebelde. O, más que rebelde, individualista y con ideas propias.

Y lo que el pollo bachiller decidió fue que se matricularía en la facultad de Filosofía y Letras de León, recientemente desgajada de la Universidad de Oviedo, de la que había dependido. Mi madre no es que terciara en la disputa, pero concordaba más con lo que pensaba mi padre. Debió ser una de las pocas veces en que esto se dio, por alguna conjunción planetaria desconocida. Con todo, el pollo dijo que Historia, y fue Historia. Y con ello mis padres quedaron muy compungidos. No se opusieron de modo violento. A mi madre no le hizo ninguna gracia que me matriculara en una materia que le parecía una mandanga, pero mis argumentos tenían la capacidad de hacerla dudar unos minutos tras mis peroratas. Mi padre, visiblemente contrariado, optó por algo que se le dio muy bien: hacerme el vacío. Y estuvo sin hablarme varios meses. Lo cual yo agradecí en lo más profundo, porque ya de aquella sólo hablábamos para discutir.

Pero, sí, me matriculé en la infausta facultad leonesa, que los hados confundan, donde permanecí por espacio de tres cursos. Lo hice desde el amor más absoluto, desde la ilusión más indestructible, desde el convencimiento más fanático. Eso sí, con la intención de obtener el mejor expediente posible, por dos razones. La primera, porque en mi carrera, que no es de las más complicadas, el único modo de destacar es con las mejores notas, porque licenciados con suficientes o bienes en Geografía o Historia los hay a patadas. La segunda, con la secreta pero intensa idea de demostrarle a mi padre que podría ganarme los garbanzos sin su ayuda, y como consecuencia de mis propias decisiones. El resultado lo sabéis de sobra todos los que me conocéis.

domingo, 18 de febrero de 2018

MUERTE EN EL HAYEDO


Los compañeros lo miran, desde su desnudez, con cierta aprensión, pero sabedores de que ellos siguen vivos, mientras que él, enfermo desde hacía tiempo, acaba de morir. El grosor de su tronco y la anchura del tocón -mutilado, pero erguido-, dan idea del poderío de este ejemplar, cuando aún palpitaba dentro del mayor hayedo de España. Los compañeros lo miran, lo rodean, pero seguirán adelante con su reposada e inmóvil vida. Cuando la primavera los alcance, tupirán el techo boscoso con la mayor biomasa arbórea de la península Ibérica: las hojas oscurecerán el sotobosque, el verde sustituirá a los ocres, y el sol pasará por encima nutriendo sus vidas, pero sin dorar sus troncos. El tronco exánime del gigante caído es sólo una muestra de lo que fue y de lo que seguirá siendo unos años (acaso menos, si las autoridades del parque lo retiran antes). Nos sirve para valorar, si tenemos la suficiente conciencia, lo que de imponente puede dar la Naturaleza en estado  puro. También les servirá a muchos animales de guarida, de refugio, de alimento, de almacén. En la Selva de Irati todo seguirá igual. La existencia del hayedo continuará como hasta ahora, y la muerte constituirá el alimento primordial para la vida. Como siempre.

Selva de Irati (Comunidad Foral de Navarra, España)
Abril, 2015 ----- Panasonic Lumix G6

sábado, 17 de febrero de 2018

EL GATITO EN EL ÁRBOL (MICRORRELATO)

Lloraba desconsolada, y me acerqué a ver qué le ocurría. No decía nada, pero ante mi insistencia, me dirigió la mirada con los ojos muy húmedos y me señaló el árbol que estaba justo enfrente. Miré, pero no vi nada. “Mi gato”, me dijo. “Arriba”. No entendí, al principio. “Se quedó arriba, y no baja”. Comprendí, al fin. Decidí ayudarla. Aunque nunca fui buen trepador, el árbol tenía fácil el acceso. No lo veía por ningún lado. Subí más, y arriba del todo, lo localicé en una zona con menos hojas. Pendía de una cuerda que rodeaba su cabeza, y una raja abierta le recorría todo el vientre, por el que se escapaban sus vísceras. El horror me sobrecogió. Cuando me repuse, estiré las manos para cogerlo. La delgada rama cedió. Mientras caía, antes de romperme el cuello, creí ver que la niña ya no lloraba. Sonreía. Me pareció una sonrisa tierna. Creo.

Del libro inédito Micrólogos, 2012

viernes, 16 de febrero de 2018

LA MARAVILLOSA ARMONÍA DE LA DORDOÑA


De las regiones francesas que llevo conociendo a lo largo de los últimos años, la Dordoña es sin duda mi preferida. No tiene mar, es cierto, pero los ríos que la atraviesan, comenzando por el que le da nombre, llenan de frescor y verde los campos del interior de Francia. Sus pueblos, su historia, su pausado ritmo de vida (molestado y agitado desgraciadamente por nosotros, los turistas y viajeros), sus monumentos naturales, edificios, museos, comida, etcétera, hacen de esta región algo maravilloso. Es verdad que carece de mar, también de montaña, no hay paisajes espectaculares. Pero todo el conjunto es de una armonía tal que su calidad de vida corre pareja con el sosiego que se experimenta a las orillas de sus corrientes. A su lado, se puede contemplar cómo por el cauce del río se pasa la vida, cómo se viene la muerte -tan callando- (pero disfrutando de la espera del luctuoso momento con un exquisito colorido o con los muy abundantes restos de un pasado riquísimo en arte e historia).


Para muestra, entre tantas, un botoncito con el pueblo de Argentat, cuyas casas, vistas desde la margen izquierda del río Espérance parecen de cuento o de caramelo, en sus reflejos sobre el agua. Naturaleza, pasado, verdor, pausa, contemplación. Y, a mayores, una comida deliciosa. Si hasta el nombre del río es hermoso, ¿qué más se puede pedir cuando se viaja?

Vista de Argentat (Alta Dordoña, Nueva Aquitania, Francia)
Agosto, 2014 ----- Panasonic Lumix G6

jueves, 15 de febrero de 2018

DE NUEVO, OTRA MATANZA

De nuevo, otra matanza. De nuevo, un caso similar. Parecidas circunstancias, más o menos iguales antecedentes, desarrollo narrativo poco original. El protagonista, otro adolescente. Expulsado previamente de ese mismo instituto, tiempo atrás. Rencores, venganzas, sinsabores, pánico, muertos, heridos. De nuevo, otra matanza. Gratuita. Pero explicable.

Cuando sucede algo de esto, acabo tratando el tema en la tutoría que me toca. El debate suele tomar tintes violentos, en los que mis tutorandos son más implacables en la represión de lo que más de un bienpensante pudiera imaginar. Pero suelo reconducir hacia lo que a mí más me interesa. Hacia lo único que explica sucesos como éste: la facilidad extrema con que cualquiera con un documento nacional de identidad que acredite una edad, y unos cuantos dólares con que adquirirla, puede  hacerse con un arma y la munición correspondiente. En este caso, semiautomática. Comprada legalmente hacía bien poco. A conciencia. Con facilidad. Sin trabas.

Cuando sucede algo de esto, Hablamos de la violencia, hacia la que, como humanos provistos de un arquicórtex reptiliano, tenemos muchas pulsiones tentadoras, sobre todo los varones de la especie. Les digo que esa violencia se da en todos lados. Que el rencor, los malentendidos, las venganzas suceden en cualquier lugar del globo. Pero que no en todos podemos -como ya evidenció con terrible comicidad agridulce Michael Moore en su impagable Bowling for Columbine- comprar un arma en el hipermercado, al lado de donde se venden grifos y televisores. En Estados Unidos, sí. Y de qué modo. Tiene que ver, dicen, con no sé qué enmienda que los colonos independentistas se apresuraron a añadir en no sé qué momento, porque tenían miedo de no sé qué, no fueran a perder la libertad que tanto les había costado conseguir (por cierto, con valiosa ayuda de España, todo sea dicho).

Cuando sucede algo de esto, siempre pongo el mismo ejemplo en clase. Les digo que en cualquier patio español, o alemán, o danés, o italiano, o etc., si dos personas se acaloran en una reyerta, a lo más que llegarán es a lograr unos ojos morados, unas costillas rotas y, en el peor de los casos, un navajazo clandestino infligido con un arma blanca, introducida ilegalmente en el centro. Pero las víctimas se contarían con uno o dos dedos de la mano. ¿Por qué? Porque para hacerse con un arma mortífera de amplio espectro hacen falta unos exigentes requisitos que en Estados Unidos no se dan. El problema no está en el ser humano, tan dado a la violencia. Está en cómo facilitamos el modo de ejercerla en los lugares menos apropiados para ella, los llamados templos del saber, eufemística aparte. La solución es fácil. Todo el mundo la sabe. Pero cambiar la mentalidad de ese pueblo multirracial parece que no lo es. Descansen en paz las víctimas pasadas, las de esta vez y las que en breve nos asaltarán de nuevo las conciencias y volverán a encender otra vez nuevos y apasionados debates viejos e inútiles.

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