Cuando la galerna arrecia, aunque el sol tiña con belleza la cresta de las olas, hasta las gaviotas huyen de los elementos. Esta vez parecen anhelar el grupo, siendo como son animales oportunistas que hacen gala del individualismo más humano. Buscan el refugio mental que proporciona el grupo. Pero es sólo una estrategia temporal, pero en cuanto amaine, las que ahora son compañeras de vuelo, serán de nuevo rivales en el viento.
Oleaje en Gijón, (Asturias, España)
Febrero, 2011 ----- Nikon D300
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